Buenos días, bellas durmientes...
Nos dice Damián mientras trae en su mano una pequeña bandeja llena de frutas, panecillos y jugó de naranja.
-Vaya que sorpresa. Buenos días, cielo.
Damián coloca la bandeja a un lado de la cama y me da un beso.
- ¿Y tu pequeña princesa?
Le habla a Sofía mientras frota su cabello, ella simplemente se da media vuelta y lo ignora. Parece que aún tiene sueño.
- Alguien amaneció muy estropeada hoy.
- ¡Uish! Que mal, porque para señoritas les tengo preparada una sorpresa para pasar un excelente día en familia.
- ¡Ay Dios! Esos días en familia tuyos no me convencen del todo.
Recuerdo que la última vez que vinimos a esta cabaña dijo lo mismo. Y terminamos de "Excursión en una montaña" el chiste fue que nos perdimos, doy gracias al cielo porque Don Cesar conoce muy bien todo el alrededor de la cabaña y nos encontró. Sofía iba con él, la cargaba en su espalda, así que el término mucho más agotado que yo.
- Tranquilo cielo que está vez no nos vamos a perder.
- Eso espero, porque entonces diré paso al siguiente día en familia.
Damián se ríe, mientras tomo un trozo de Pera del plato de frutas que preparo, él intenta despertar a Sofía, hasta que por fin lo logra. Muchas veces despertar a Sofía es un completo desafío, me pregunto como voy a hacer el día que comience a ir al Nido.
- Entonces, hago una pregunta ¿Qué ropa nos tenemos que poner para ir al día en familia?
- Una ropa de playa, cómoda, y suficiente protector solar.
- Ya me imagino como será ese día en familia.
- Alístense y las espero abajo en la playa.
Me guiña un ojo y sale de la habitación, yo ayudo a Sofía a comer para que no haga un desastre con las frutas en la cama, y cuando termina nos cambiamos, le colocó su traje de baño tipo camisa en la parte de arriba, así se protege del sol. Agarró mi bolso de playa con algunas cosas necesaria y presupuesto agua.
- Se me olvidó decirte que te pusieras también ropa cómoda.
- ¿Qué rayos estás inventando?
- Ya te dije que es una sorpresa... Y Sofía va conmigo.
Salimos de la cabaña, y caminamos hacia la playa, alcanzó a ver...
- ¿Motos de agua?
- No has paseado en ellas, ¿Verdad?
- Obvio no, estás loco si crees que voy a manejar una cosa de esa.
- Vamos, no es nada difícil amor, te va a gustar y la vamos a pasar superbién.
- Ojalá y esta vez no nos quedemos en el medio del mar.
Damián me mira fijamente.
- Que pesimista eres.
- Conociendo tus planes.
- Bueno, ven amor que te voy a enseñar. Sofía irá conmigo por seguridad.
- Y a Brianna que se la coman los tiburones.
- Estás en manos del mejor piloto, y te voy a enseñar, no te preocupes.
Me toma de la mano mientras lleva a Sofía en sus hombros, esta idea de ir a pasear en Moto de Agua no me convence del todo, pero Damián siempre ha hecho este tipo de actividades, de hecho estuvo en clases de natación casi toda su niñez y parte de su juventud, sé que todo va a estar bien.
- Bueno, te daré una pequeña clase de lo que necesitas saber hacer a de esta moto...
Me explico tantas cosas que ya olvide como me dijo que se encendía, pero ni modo algo en mi mente quedo.
- Bien, ahora te quiero ver haciendo lo que te acabo de explicar, mira que está es solo la primera actividad del día.
- ¿Hay más?
Le digo sorprendida.
- Ni te imaginas, todo lo que hoy nos espera. Ahora has lo que te digo.
Me monto en la moto de agua y procedo a encenderla, la aceleró poco a poco, y doy una pequeña vuelta. Estoy muerta de miedo, me parece que es demasiada agua para mi sola.
- Vamos cielo que si puedes.
Me grita Damián desde la orilla con Sofía, estoy que muero y doy vuela a la orilla.
- Vez que lo hiciste excelente mi amor.
- Si, claro que fácil es, sobre todo al ver que todo lo que te rodea el agua...
- Bueno, nos vamos, Sofía irá conmigo.
- ¿A dónde se supone que vamos en esas motos? No pretendes pasar todo el día paseando en ellas.
- ¿Confías en mí?
- En estos momentos, no.
Damián se burla de mí, claramente no tengo más opciones aquí que confiar en él.
- Solo sígueme.
Él se monta en su moto con Sofía en la parte de adelante, usando sus chalecos salvavidas, la playa en la que estamos conecta con otras playas por medio de montañas, y no quiero ni pensar que Damián nos llevará a la playa de al lado en estas motos, me da cierto miedo al pensar que pasaremos una montaña en el medio del mar para llegar a la otra costa.
Y tal cual como lo pensé, Damián va adelante con Sofía, rumbo a la montaña, yo voy detrás de ellos, un poco asustada y nerviosa, pero mirando cada detalle, como las olas rompen en las piedras a las orillas de la montaña, el color azul intenso que tiene el mar aquí, y lo hermosa que se ve la costa a esta distancia. Después algunos minutos por fin llegamos a la playa del otro lado.
- ¿Qué rayos es eso?
Le pregunto a Damián cuando veo que ahora en esta playa hay dos motos de cuatro ruedas, de esas que se usan en las playas para dar paseos.
- Por suerte no necesitas muchas clases de manejo para ella.
- Si claro, tenía la idea cruzar la montaña caminando antes de volver a manejar esa moto de agua y ahora me sales con esto.
- Mira el lado positivo, puedes atravesar la montaña en esta moto.
Damián se vuelve a burlar de mí.
- ¿Está es la última sorpresa, verdad?
- Mira Sofía a mamá no le gusta la sorpresa.
Sofía si disfruto su viaje en moto, miraba algunos peces a su alrededor, y las aves que en el cielo azul volaban.
- Bueno, ahora si ¿A dónde vamos?
- Ya lo verás. Estamos cerca.
Sígueme, Damián ahora se monta en su moto de cuatro ruedas junto a Sofía y yo no tengo más remedio. Veo como especie de una pequeña carpa a lo lejos, y poco a poco nos acercamos más a ella.
- ¡Sorpresa!
Me dice Damián al llegar al lugar, él ha preparado una especie de cena familiar junto a la orilla de la playa, en una pequeña carpa, hay algo de comida, agua, jugos y unas bebidas, todo decorado con cortinas blancas que se mueven al ritmo del viento.
- Que bonito está todo, lo hubieras puesto en la playa cerca de la cabaña y nos hubiéramos ahorrado el viaje.
Damián se ríe.
- La idea era conocer y hacer actividades diferentes el día de hoy.
- Está bien, me gustó más el paseo en las motos de cuatro ruedas.
- Bueno, de regreso nos podemos ir en ellas.
- ¿En serio?
- Sí, hay una carretera que da al otro lado.
Decidimos comer algo, darnos un baño en la playa, está no es tan fría como la de la cabaña, pasamos la tarde entre galletas, jugos, playa, risas y juegos. Y cuando el sol ya ha bajado lo suficiente, retornamos a la cabaña en las motos de cuatro ruedas. Tardamos unos veinte minutos en llegar, Sofía superfeliz viendo todos a su alrededor, los colores tan verdes de los árboles, el canto de los pájaros, y el aire tan puro que aquí se respira.
Llegamos por fin a la cabaña, supercansados.
- Señor Damián, ¿Cómo estuvo todo?
Le pregunta Don Cesar.
- Todo estuvo perfectamente bien, deje las motos de agua en la otra playa, cuando quiera puede ir por ellas.
- No se preocupe señor.
Sofía y yo entramos a la cabaña mientras Damián hablaba con Cesar, nos dimos un baño y nos metimos a la cama, más al rato llegó Damián, se acostó a un lado de la cama y después de un rato nos quedamos dormidos.
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Comments
Nerika Moreno
Caramba esa mujer si se queja de todo /Gosh//Scream//Toasted/
2024-11-04
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Miraval 💃🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇨🇴
Ay Dios, se me cruzó una mala idea, será que la quiere "morir" ????🥺😦🤔🇦🇲
2024-05-31
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