Soy una persona que busca obtener resultados lo antes posible, especialmente cuando se trata de algo que despierta mi interés. Después de ese día agridulce, esperé su llamada. Primero fueron horas, luego días y, finalmente, semanas.
Comencé a perder la poca paciencia que me quedaba, mientras mi mente me jugaba en contra, llenándome de pensamientos negativos.
Ni siquiera sufrí esto en mi adolescencia. ¿Por qué ahora me vuelvo inseguro de mí mismo?
Moví la cabeza, ahuyentando esos pensamientos, y me metí en la ducha, dejando que el agua caliente relajara mi cuerpo.
Tenía confianza en mí mismo; sabía que me llamaría. La cuestión era cuándo lo haría.
Terminé de ducharme y salí del baño, anudándome una toalla en la cintura y otra en el cuello, secando mi rostro y parte de mi cabello, que había crecido considerablemente.
Debería pensar en cortarlo.
Sin embargo, había algo más importante que debía hacer. Me acerqué a la mesilla de noche cerca de mi cama, tomé mi móvil y llamé a uno de mis hombres de confianza.
Respondió enseguida, sorprendiéndome, teniendo en cuenta que eran más de las dos de la madrugada.
—Señor Hall —dijo con su habitual voz ronca.
—Ángel, lamento la hora de la llamada, pero necesito que investigues sobre alguien.
—¿Se trata de trabajo?
—No, es otro asunto —respondí, intentando sonar indiferente.
Ángel guardó silencio por unos segundos, evaluando mis razones para aquella investigación.
—De acuerdo, ¿De quién se trata?
—Se llama Catherine. No conozco su apellido, pero trabaja en el acto benéfico para el apoyo de las artes al que asistí hace un mes.
—Entiendo. ¿Algún dato más?
Le describí cómo era ella y le relaté sobre su ayuda en el veterinario, donde me la encontré. Al terminar, Ángel preguntó:
—¿Eso es todo?
—Sí —respondí con autoridad, molesto por su tono condescendiente.
Sabía que la información no era abundante, pero era lo único que tenía y necesitaba saber más de ella.
—Veré qué puedo hacer, señor.
—Bien, gracias —colgué sin esperar una respuesta.
Dejé el móvil en su sitio y fui a terminar de secarme y ponerme unos pantalones de pijama, para luego dejarme caer en la cama.
Sabía que no podría dormir hasta saber lo que podría encontrar mi agente de seguridad, así que aproveché para responder mensajes y adelantar trabajo de mi agenda. También abrí el mensaje de mi madre, que había pospuesto desde antes de ayer. Su contenido me puso de mal humor al instante.
...Madre:...
...Hola hijo, ¿cómo te va todo? Tu padre y yo estamos estupendamente y te escribo para decirte que este fin de semana volvemos. He avisado a toda la familia para reunirnos, ya que hace mucho que no nos vemos. Tengo muchas ganas de veros a ti y a mi pequeña....
...PD: Recuerda que no puedes negarte, ya agotaste tus cupones para hacerlo....
Miré el móvil como si pudiera prenderle fuego con la mirada.
Estoy seguro de que lo hizo a propósito.
Podía imaginarla riéndose de satisfacción mientras escribía cada palabra.
Suspiré con frustración. Lo que más odio en este mundo son las reuniones familiares; odio tener que fingir amabilidad con personas que solo veo una o dos veces al año. Pero mi madre tenía razón, no podía negarme, aunque quisiera, porque había agotado mis cupones.
Desde niño he odiado este tipo de eventos y, a medida que fui creciendo, siempre que podía me negaba, inventaba cualquier excusa o me escondía, lo que fuera para no tener que asistir. Así que mi madre inventó los cupones. Tanto mi hermana como yo tenemos la opción de negarnos dos o tres veces al mes a cualquier evento familiar. Por desgracia para mí, ya los había agotado todos.
De pronto, el sonido de mi móvil me sacó de mis pensamientos. Era Ángel.
—Señor Hall, he encontrado algo interesante.
—Adelante —dije, tratando de mantener la calma.
—Catherine se apellida Miller. No solo trabaja en el veterinario, sino que también es voluntaria en varios eventos de caridad en la ciudad. Parece que tiene un interés particular en el arte y los animales.
—¿Alguna información personal relevante?
—Vive en un pequeño apartamento en el centro. No tiene pareja conocida y suele frecuentar una cafetería cercana a su casa, especialmente los fines de semana.
—Excelente trabajo, Ángel. Sigue investigando y mándame todo lo encuentres de ella.
—A sus órdenes, señor —respondió, antes de colgar.
Dejé el móvil en la mesilla y me tumbé en la cama, mirando al techo. Saber más sobre Catherine solo intensificaba mi deseo de volver a verla. Ahora tenía una decisión que tomar: esperar a que ella diera el primer paso o tomar la iniciativa yo mismo.
Mientras tanto, debía prepararme mentalmente para la reunión familiar. Sabía que sería un desafío mantener la compostura, pero no tenía otra opción. Con un suspiro, me levanté de la cama y comencé a planear cómo abordar ambos problemas.
No puedo dejar que Catherine se convierta en otra oportunidad perdida. Y en cuanto a la reunión familiar... bueno, ya encontraré la manera de sobrevivir a eso también.
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Updated 31 Episodes
Comments
Yuidi Carabali
jajaja
2022-09-27
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