EL PRINCIPIO DEL FIN

Y ahí venía él, con un vaso de jugo de frutas en su mano y una incipiente sonrisa, ella solo pensaba:

 “Diablos, no me depile las piernas, me pregunto si mi peinado y maquillaje estarán bien". Se le acercó el extraño con una extraña sonrisa y con un  gesto de timidez le dijo:

-Doctora Van Horn, que gusto encontrarla, soy un admirador de su trabajo, me presento mi nombre es Harold Méndez y vine a este evento sólo para tener la oportunidad de hablar con usted.

Ella escuchó ese apellido que amaba, lo había obtenido con un infeliz matrimonio, realmente se había casado con Harry solo por tener su apellido, tan nórdico, tan extranjero, tan lleno de tradición, su esposo pertenecía a una dinastía de grandes Abogados, que lamentablemente había acabado con su suegro ya que su esposo era totalmente mediocre y solo servía para jugar golf y realizar tertulias donde acudían intelectuales de todas las artes, religión y política, él se limitaba a organizarlas y eso le daba una visibilidad social envidiable, luego solo repetía como un loro lo que escuchaba en esas reuniones, ella lo sabía pero increíblemente la gente lo consideraba un sabio, sólo ella lo conocía.

Ella pensó: Como imaginé un cazador de alguienes.

-Buenos días, caray muy directo usted, me declaro atrapada, cuénteme en qué podría ayudarlo.

-Tengo un interesante caso, disculpe, me presentaré de forma correcta, soy Detective de Homicidios de la Policía Técnica y en uno de mis casos me encontré con una situación que dada su amplia experiencia tal vez podría ayudarnos o por lo menos ponernos en el camino de la resolución del caso.

Lejos de molestarse por haberse equivocado con su interlocutor y dejando de lado las preocupaciones por depiladas y maquillaje sintió un escalofrío correr por su cuerpo, era un reto, una cuestión que solucionar, eso la emocionaba se le hacía agua la boca, quería saber más, sin embargo con voz altanera le dijo:

-No creo tener tiempo para eso querido Detective, revisaré mi agenda y tal vez le haga un hueco para verlo en algún momento, déjeme sus datos de contacto y nos comunicaremos con usted, ahora debo despedirme ya toca mi intervención y luego tengo compromisos por el resto del día, fue un placer conocerlo.

Mentía, estaba dispuesta a salir de ese evento con él, su nivel le permitía cualquier berrinche, y todos la disculparían, en cualquiera de las situaciones ya sea para un encuentro amoroso como para escuchar ese nuevo caso, pero su ego no le permitía parecer tan dispuesta, así que de cualquier manera se haría de rogar.

-Perfecto Doctora tenga mi tarjeta llámeme en cuanto pueda le estaría muy agradecido, pero quisiera que sepa que se trata de un caso de violencia extrema contra una mujer y todo nos hace pensar que el victimario es alguien de mucho poder.

-Nos comunicaremos con usted en cuanto sea posible, fue un gusto.

Se dio la vuelta y caminó sin mirar atrás no quería demostrar interés, pero las piernas casi no le permitían caminar derecha, estaba muy intrigada, quería saber, quería resolver el caso ella sola.

Dejó pasar dos días, en los que buscaba en las noticias una mujer violentada o asesinada, revisó hasta las más mediocres redes sociales, quería saber de qué se trataba y llegar preparada, sabía que con solo una ojeada al caso su intuición le daría las pistas correctas, pero no consiguió nada, llamó a algunos amigos del Ministerio Publico, pero nadie le dio pistas así que decidió llamar al Detective Méndez, pero no lo llamó personalmente le pidió a su secretaria que lo llamara.

-Laura, llama a este Detective y dile que puedo verlo en el Bar Restaurant del Hotel Marriot, a las 4 pm del día de mañana.

-Bien Doctora, lo llamaré, ¿quiere que haga la reservación para dos personas?

-Sí, reserva una mesa por favor.

Estaba ansiosa pero necesitaba estar en su elemento cuando finalmente le plantearan el caso y ese sitio era prácticamente su oficina, allí se sentía cómoda.

Esperó la respuesta de su secretaria impacientemente.

Casi una hora después Laura la llamó.

-Doctora el Detective se disculpó, dijo que la necesitaba en la Comisaria para poder enseñarle el caso, pero que sin problema podía esperarla mañana en la Sede Principal de la Policía Técnica a las 4 de la tarde.

-Ok, dígale que tal vez no pueda ir, tengo otras citas en el mismo sitio antes y después de las 4, dígale que será en otro momento.

Eso realmente la molestó, no le gustaba que la contrariaran en nada, no quería demostrar su interés, debería esperar y morderse las uñas hasta que finalmente pudiera conocer el caso.

Pasó la noche inquieta, no logró conciliar el sueño y decidió dar su brazo a torcer, lo llamaría en la mañana a primera hora.

-Detective, buenos días, logré sacar un tiempito para usted, puedo verlo ahora mismo si está disponible.

-Perfecto Doctora nos vemos en la comisaría a las 9 am?

-Puedo ahora mismo, son las 6 estaré allá a las 6 :30, por favor no me haga esperar solo puedo darle una hora de mi tiempo.

-Bien Doctora estaré esperándola.

Por lo menos ganó esa pequeña batalla, fue como una bandita para su orgullo herido.

Se había duchado y vestido muy temprano, estaba lista para salir en cuanto colgó la llamada.

La sede principal de la Policía Técnica es un Edificio lúgubre, aunque muy concurrido y ruidoso, sin embargo, sobre sus paredes y largos pasillos pesa la angustia vivída por las miles de personas que han pasado por allí, llegó a la recepción y se presentó ante el recepcionista, un Agente uniformado de unos 55 o 60 años de edad que parecía desinteresado.

-Buenos días el Detective Méndez me espera, en la unidad de Homicidios.

-Viene en calidad de testigo o imputada?

Se sintió realmente ofendida por la pregunta, pero lo dejó pasar y aprovechó el momento para demostrarle a ese imbécil personaje con quién estaba hablando.

-Soy la Doctora Van Horn y No, no soy imputada ni testigo, soy Doctora en Derecho Especialista en Violencia de Genero, vengo a colaborar con la unidad de homicidios.

El Agente la miró de reojo y restándole importancia, solo respondió:

-Aquí todos son Policías, Fiscales o Abogados, siga adelante, piso 6 Oficina 606, camine al final del pasillo ahí están los ascensores.

Subió aun molesta con el irreverente Agente, pero al llegar al piso 6 la angustia por el caso le hizo olvidar el mal momento, allí estaba el Detective Méndez, esperándola, sin afeitar y con la ropa arrugada.

-Buenos días Doctora, pase por acá le hablaré del caso que nos ocupa.

La oficina era impersonal, realmente era un sitio desagradable, nada acogedor, las sillas incomodas, al sentarse el Detective dejo caer frente a ella con estrepito una gran carpeta, lo que la sorprendió, pero estaba tan ansiosa por

conocer el caso que lo dejo pasar.

-Fíjese Doctora, este caso nos tiene en un callejón sin salida, no logramos dar con el culpable y esa falta de pruebas sólo me dice una cosa, alguien está borrando su rastro y lo peor es que lo está logrando.

Al abrir el expediente y ver la foto de la occisa, sus ojos casi se salen de sus orbitas, la conocía, la había visto en varias ocasiones, hace un par de meses en el Restaurant del Hotel Marriot donde solía recibir a sus clientes. Sus

sentidos se estremecieron, pero prefirió callar, algo no encajaba.

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Comments

Maruja pinto

Maruja pinto

muy bueno

2022-08-25

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