EL ALGORITMO, EL DIOS DE NUESTRA ERA

En la Policía Técnica,  el Jefe de policía llamó a los detectives para darles una alarmante noticia, de un cruce de información con el resto de los estados del país se lograron conseguir de manera aislada tres distintos homicidios que coincidían con el modus operandi del Asesino del Manto Púrpura, dichos hechos habían ocurrido de manera espaciada en intervalos de 5 años, es decir que con  estos descubrimientos  se estableció que estaban en presencia de un asesino serial muy exitoso ya que por lo menos tenía veinte años operando sin ser detectado por la policía.

Los detectives tenían una mezcla de emoción y frustración, la una por el reto que comportaba ser los asignados para un caso tan importante y la otra por la necesidad de atrapar al asesino antes de que atacara otra victima y para darles a los familiares un alivio al saber qué realmente les pasó a sus hijas.

Recibieron de su jefe además de los archivos, luz verde para usar todos los recursos de la policía para dar con el asesino.

-Jefe, en el primer homicidio, los investigadores de aquella oportunidad se toparon con una gran cantidad de obstáculos, queremos la garantía de que si nos topamos con algún “Don Cojones” podremos apretarlo de

las pelotas hasta que hable.

-Tienen luz verde, hagan lo que corresponda sin excederse, utilicen todos nuestros recursos y atrapen a este desgraciado sea quien sea.

Al salir de la oficina de su jefe a Méndez le brillaban los ojos, estaba muy emocionado, finalmente un caso que haría despegar su carrera, se imaginaba al asesino con la cara de Ted Bundy, de John Gayne Gacy “El Payaso”, o Jeffrey Dahmer, aunque en este caso el asesino debía parecerse más a Jack el Destripador o a Charles Manson, por lo espeluznante de sus crímenes, no bastaba matar, quería hacerlas sufrir hasta que desearan morir, este era además de un cobarde un sádico a toda Ley.

-Mendez estoy preocupado, no tenemos la experiencia, no es nuestra área, nunca hemos lidiado con un asesino serial. No quise decirlo delante del jefe pero me siento como el chico tonto de la escuela, no sé por dónde empezar.

-No sabemos, ok, está bien, no sabemos, pues vamos a aprender, vamos a estudiar, vamos a buscar a cuanto experto exista, vamos a comunicarnos con los especialistas gringos, estos casos son el pan nuestro de cada día para ellos en ese país lleno veteranos locos y carajitos llevando armas de guerra a la escuela, no me digas que no sabes, no me eches esa vaina, vamos a atrapar a ese desgraciado tú y yo.

-Vamos a comunicarnos primero que nada con los loqueros a ver que nos dicen de este asesino.

Se dirigieron a la Unidad de Psiquiatría Forense ahí buscarían de ponerle una cara al asesino. Se comunicaron con la Dra. Yunice Campos Psiquiatra Forense y le enviaron toda la información que había del caso para que ella estudiara las cinco escenas de crimen, los informes médico forense de todas las víctimas y los extractos de las entrevistas que le habían realizado a los testigos, en fin se le entregó en una caja todo lo que tenían del caso, ella pidió un día para estudiar la información a fin de dar un análisis completo de la psique del asesino y un perfil del mismo.

Mientras esto sucedía Catalina hacía sus propias pesquisas aun no sabía de la existencia de las 3 víctimas que se sumaron a la investigación policial, se había centrado en la investigación del primer crimen, porque era del que tenía información de primera mano, del último realmente sabía solo lo que los detectives le habían dejado ver, que era poco, sin embargo sabía que  Jackelin Romero trabajó por dos meses en el Hotel Marriot, donde ella misma conocía mucha gente y decidió interrogar a algunos empleados del Hotel.

Se presentó en el Restaurant del Hotel y de manera casual, como quien tiene curiosidad de saber un chisme de pasillo, y ya que buscaba cualquier información relevante que se le pudiera escapar en una indiscreción a los compañeros de Jackeline, no quería darle tono formal porque en su experiencia eso hacía que la gente se cerrara y ella quería lo contrario. Así que le habló al mesero que siempre la atendía:

-Qué barbaridad Jorge, tenía días que no venía porque me contaron que una empleada de aquí fue encontrada muerta, me impresionó mucho, ¿fue alguien que yo conociera?

-No doctora no es de aquí, era empleada del Hotel y sí al parecer dicen que fue el novio, porque ella había llegado una vez con unos moretones me imagino que en una de esas golpizas se le pasó la mano y la mató, pobre chica, aunque con ese tamaño que tenía no lo entiendo, porque era gigante como una modelo.

-Y la policía estará investigando a ese novio?

-Yo no sé doctora, aquí la gente no habla mucho para no meterse en problemas, pero la compañera de cuarto debió decirle eso a la policía, ella debió verla golpeada en alguna ocasión ya que vivía con ella.

En tono de complicidad Catalina le dijo al mesero:

-Me da tanta curiosidad saber que dijo la amiga que pagaría por saber, es como vivir una telenovela.

-Bueno doctora la compañera trabaja aquí cerca, ellas almorzaban en el parque porque la amiga trabaja en la peluquería que esta frente al modulo policial, creo que se llama Aura, Maura, Laura o algo así, es inconfundible porque tiene un piercing en la nariz como los de las vacas, no conozco nada menos sexy que eso, jajajajaja.

Primera indiscreción, pensó, se gana más con miel que con hiel, se despidió y le dejó una generosa propina a Jorge, quería dejar esa puerta abierta por si necesitaba saber otro ”chisme”.

No perdió tiempo ya que estaba ahí y se dirigió de inmediato a la peluquería.  Haría un retoque a su cabello, esperaba que la peluquera fuera parlanchina como la mayoría de sus colegas. Al llegar ubicó inmediatamente a la joven que se encontraba al fondo del salón comiendo un yogurt, Jorge tenía razón ese accesorio era lo más anti-sexy que había visto. Entró y se dirigió inmediatamente a la cajera.

-Buenas tardes quisiera que me atienda una peluquera que se llama Aura o Maura, mi amiga dice que le hizo un buen trabajo.

-Maura, pero está en descanso.

-¿Tardará mucho?

-Al escuchar la conversación Maura se acercó y le dijo que la esperara unos minutos.

Iniciar la conversación sería difícil, se preguntó cómo llegar al tema y decidió arriesgarse.

-Hola dígame que desea que le haga?

-Hola quisiera un cambio de color algo más rojizo, tal vez un vino tinto, mi amiga me dijo que trabajas muy bien.

-Mmmmm quién me recomendó?

-Jackeline

-¿Jackeline? ¿Cuál Jackeline?

-No recuerdo su apellido, pero ella trabaja en el Hotel Marriot, le pregunté quien le arreglaba su cabello y me dio tu nombre.

-¿Y cuándo fue eso?

-Hace un mes más o menos estaba allá esperando a un amigo en el lobby, y me llamó la atención su hermosa cabellera.

-Entonces usted no lo sabe.

-¿Qué cosa no se?

-Jackeline murió.

-No puede ser, ¿estaba enferma?, ¿un accidente? ¿Qué le paso?

-No señora, la verdad es que aún no se sabe al parecer alguien la mató, la policía investiga.

-Pase para lavarle el cabello y aplicar el tinte, ¿le gustaría una hidratación?

-Sí me parece bien.

Luego de eso mientras lavaba, aplicaba el tinte y la posterior hidratación, Maura se mantuvo en silencio, hablaba de a ratos con la peluquera del puesto contiguo, Catalina no sabía cómo volver al tema. Decidió que no podía irse de ahí sin saber más así que espero y al terminar con su cabello se aventuró y le dijo a Maura:

-Me quedó hermoso, te gustaría comer algo conmigo, un yogurt no es alimento suficiente.

-Es que tengo otra cliente y mi hora de salida es a las 3.

-No hay problema tengo que hacer unas diligencias acá cerca y paso por ti a las 3, ¿te parece?

-Bue… está bien. Nos vemos a las 3.

Catalina espero en un café cercano que llegara la hora de salida de su nueva amiga, mientras tanto se distrajo buscando información en su teléfono,  buscó información en google y en las redes de la mujer asesinada buscó el perfil de Jackeline Romero en Facebook, hizo girar la rueda, ya no aparecía información sobre violencia de género,  ni revistas de jurisprudencia, ni eventos jurídicos  y debido a su ubicación tan cercana al Hotel Marriot lugar donde trabajaba la occisa, de inmediato comenzó a ser bombardeada de información sobre el homicidio, la reseña policial, el reportaje del periodista que lo llamaba crimen pasional,  EL ALGORITMO; el Dios que todo lo ve y para quién no hay nada oculto.

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