Conociendo la verdad

Por fin me había quitado al acosador de encima, estaba por terminar, el último año de la preparatoria, durante ese tiempo tuve un gran amigo, que me acompaña a todas partes y tomábamos la mayoría de las clases juntos, me sentía segura estando con él, porque así el profesor acosador no se me podía acercar, para mí, eso era, mi amigo, sinceramente yo ya no quería tener una relación con nadie, era muy frustrante y doloroso para mí que a la semana me dejaran, lo más lejos que llegue, con mis otros dizque novios anteriores solo fue un par de besos y con mis ideas de ahí no iba a pasar, un día fui a comer con mi amigo y nos sentamos juntos en una banca dentro de la escuela, yo había pedido algo diferente de comer que él y compartimos la comida para probarla, parecíamos novios pero no lo éramos, cuando terminaron las clases, el se fue a su casa y yo a la biblioteca con mi rutina habitual.

Al día siguiente llega mi amigo, muy arreglado y perfumado, todos le hicieron burla y le decían, huy a quien te le vas a declarar, yo no me imagine, que era esa persona, que el tenía en mente para declararse, me pidió hablar a solas no sé mi hizo raro, así que acepte, cuando de pronto me dice, --Sabes ya no quiero seguir siendo tu amigo, quiero que me saques de esa zona-- ¿cuál zona? Me hice la ingenua, --Deja de fingir ¿Quiero que seas mi novia?--.

Sabes perfectamente que no quiero tener novio, tú eres mi amigo, no te veo de otra forma, te conozco, me puedes decir que carajos te ocurre, de la noche a la mañana no puedes sentir esa clase de amor por una persona, no quería decirme nada, me moleste con él me di media vuelta y me fui, le deje de hablar un par de días, hasta que por fin decidió contarme la verdad.

--Podemos hablar-- me dice, te escuchó, --Tú me has platicado de tus hermanos, de las cosas que te hacen y que te golpean, sabes siempre creí que exagerabas un poco las cosas, pero ahora te creo totalmente-- Así ¿Por qué?, Ahora me crees, porque conocí a tus hermanos-- ¡Que! ¡Cómo!.

--El otro día que tú y yo compartíamos la comida recuerdas, tú fuiste a la biblioteca como todos los días, yo salí de la escuela para ir a mi casa, afuera me estaban esperando dos hombres, se acercan a mí, uno me toma de los hombros y me dice, ven muchacho contigo queríamos hablar, me jalan lejos de la entrada y me dicen, sabemos que andas con nuestra hermana, así que por tu bien, más te vale que la termines, yo fingí que era tu novio y les dije y sí no quiero qué, a pues entonces tendrás que afrontar las consecuencias, venían armados y me muestran la pistola, ha pero aparte te vas a llevar una buena golpiza entiendes, se dan media vuelta y se van, no me importaron sus amenazas, yo solo quería protegerte y por eso quería que fueras mi novia, para estar más cerca de ti, no le tengo miedo a los golpes, sabes ya no quiero que te sigan haciendo daño--

Comencé a llorar, comprendí con eso, que era lo que ocurría, no era mala suerte, no era que estuviera fea, que era lo que yo creía, eran ellos. --No llores yo te voy a proteger-- Te agradezco que me hayas dicho la verdad, pero dime como me vas a proteger si solo eres un niño a su lado, ellos se sienten poderosos, porque así los ha hecho sentir mi madre, --Yo también tengo hermanos mayores, que si se los pido me van a apoyar estoy seguro-- y que suceda una desgracia no, te lo agradezco pero no, fue un lindo gesto de tu parte quererme proteger de esa manera, pero yo tendré que solucionarlo.

Salí de ahí rumbo a mi casa furiosa, era temprano, sabía que ahí estarían, estaba tan molesta que no me importaba nada y más coraje me daba, saber que alguien me vigilaba en la escuela y era su chivo expiatorio, (el soplón que les decía todo lo que hacía) llegó y corro hablar con mi madre y le cuento lo que sucedió, su respuesta me dejó más molesta e indignada que nada --¡Entiende es la manera que ellos tienen de cuidarte y protegerte! ¡tu lo sabías! le grito, ese grito desató un infierno, mis hermanos escucharon y llegaron donde yo estaba con mi mamá, --Que te pasa porque le gritas-- ustedes tienen la culpa de todo, han hecho mi vida miserable, se han dedicado a espantar a mis novios, con que derecho se toman esas atribuciones, les prohibido que vuelvan a meterse en vida, --lo hacemos por tu bien para que no te deshonren y eso a ustedes que les importa, a nosotros no nos vas a contestar-- eso fue muy mala idea, porque me golpearon muy fuerte, nunca me golpeaban en la cara eso lo aprendieron de papá, en cualquier otra parte del cuerpo menos ahí, pero recibí un fuerte golpe en la cabeza que perdí el conocimiento, lo último que escuché fue el grito de mamá ¡¡basta ya me la mataron!!.

No sé cuanto tiempo estuve inconsciente, desperté en mi habitación, no podía moverme todo me dolía, comencé a llorar por haber despertado, hubiera preferido morirme, que voy a hacer pensé, ya no puedo permitir esto, un día si me van a matar, pero solo tengo diecisiete años, a donde voy, no soy mayor de edad todavía. (Aparté eran principios de los noventa, las leyes para la protección de las mujeres, no estaban tan severas como ahora) ingenua de mí, yo pensaba que solo las mujeres golpeadas por sus esposos, eran las que podían denunciar, tenía miedo, si lo hacía y me corrían a donde iba, sin dinero, me faltaba muy poco para terminar la preparatoria, estaba pensando todo esto cuando llega mi mamá, -- Como te sientes-- como quieres que me sienta, muy mal, mamá dime algo tú no me quieres verdad, --Si te quiero hija, pero tuvimos la desgracia de ser mujeres, a nosotras nos toca sufrir-- hay a quien se me ocurre preguntarle, siempre me responde puras tonterías, porque no me llevaste al hospital creo que hasta me rompieron las costillas, --Tus hermanos, también son mus hijos y si te llevo al hospital las autoridades van a preguntar que te paso y ellos pueden ir a prisión y entonces que maten a tu hija verdad, no me respondas, solo una cosa te voy a decir, diles a tus dos hijos que si me vuelven a poner una mano encima, voy a ir directo a la policía a denunciar y que no se los olvide que yo también sé disparar que se cuiden en la noche ya no me va a importar nada, lo grite porque sabía que me estaban escuchando.

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