Seré novicia

Luego de salir de la oficina de César, Pilar está pálida y Marina le recibe con un pequeño vaso de agua, ella lo recibe y toma todo su contenido de un solo sorbo. 

-Mujer, parece haberse encontrado al mismo satanás. 

-Algo así Marina. Pilar recobra su aliento tomando un respiro profundo hasta llenar sus pulmones. - Mañana debo asistir a las pruebas. 

-Perdona Pilar, mi jefe es un hombre intimidante. Todos le tememos.Pero es justo  e imparcial. Te felicito, ve a descansar, mañana es un día  importante para ti. 

-Gracias Marina, nos veremos mañana y espero poder pasar las pruebas. Estoy cansada.Hoy guerrero con el mismísimo  Satanás.

Unas risas salen de ellas aligerando la tensión  antes vivida.Pilar sale del edificio y toma un vehículo que la lleva a su hogar, una ligera sensación invasiva recorre sus sentidos llevándola a mirar a sus costados sin ningún  éxito.  Reprocho a su mente y justificó  su sistema de alerta a su extremo cansancio   sufrido por aquel “patán” al que su mente le llamaba  cada que su viva imagen aparecía  como virus en sus memorias.

 

César, afuera la observa desde su auto, esta vez no lleva escoltas ni chofer. Quería estar solo. Hace una llamada , cruza tres palabras con una mujer y cuelga sin despedirse. Ahora se dirige a un hotel donde aquella mujer lo espera. 

Pilar ha sido contratada, han pasado ya tres meses desde aquel encuentro con César, él no ha vuelto a la oficina por lo que se sabe está realizando cierre de contratos que pronostica excelentes dividendos para todos.  Pilar se siente tranquila y apreciada, ha cambiado su concepto de las personas y del mundo. Ahora ve con más claridad que como existe la luz existe la oscuridad. Continuamente se comunica con la Madre superiora y las monjas del orfanato, todas están muy felices por los logros de Pilar, esperan pronto volver a verla mientras ella desea también poder volver a  ver algunos niños que aún viven en el orfanato. 

-Pilar, hoy es la junta de los directivos de la compañía. Hoy será un día de locos. Dijo Marina. 

-Lo sé, pero estamos previamente listas. No te preocupes ya tenemos todo al dia. ¿Ya confirmaste la llegada del señor Steven? Pilar temía por la respuesta, si bien sabía que lo más posible era verlo guardaba la esperanza de que no llegara a la reunión. Estos tres meses habían sido un alivio para ella. Tratar de entender a aquel hombre era un acertijo completo aunque inquietante y curioso. 

-Vendrá. Es más , en cualquier momento entrará por aquí. Marina no se fijó en Pilar y en su tensión que provocó su respuesta.El pequeño salto y el ligero nerviosismo que sus manos delataban  con sigilo. 

Poco después el señor Alfredo Fox  entró con su particular sonrisa encantadora, saludaba a todas y cada una de las secretarias y asistentes. Todas sin excepción las conocía y llamaba por su nombre. Al llegar frente a Pilar no salía de su asombro, su boca se paralizó  y su inquietante actitud tensó  notoriamente a Pilar. 

-Mucho gusto señor, Pilar Colk. Ella había decidido que no permitiría que sus emociones le jugaran una mala pasada.

-¿Tú trabajas aquí? Alfredo con tono abismal y de sorpresa hace que ella se incomode aún  más. 

-Efectivamente señor . Pilar esperaba su nombre ya que no lo conocía. Definitivamente este hombre haría  complejo su trabajo.

-Alfredo Fox. Una sonrisa apareció detrás de aquellos hermosos labios carnosos, no era indiferente desconocer la belleza de este hombre, sus bellísimos ojos grises y despampanante escultura varonil. Pilar se sonrojó al darse cuenta que Alfredo le miraba expectante  ante el escrutinio que ella y las otras chicas tenían hacia él. 

-Ok chicas, me van a desgastar. No más miradas jocosas. 

Todas ellas avergonzadas bajaron sus rostros y se dedicaron a sus labores. 

-Entonces, sabes que trabajas para el grotesco de mi amigo. Dijo Alfredo retomando la conversación con Pilar. 

-Sí señor, él mismo me contrató. Pilar contesta recogiendo de su escritorio varios documentos y carpetas alusivas a la junta.

-¿No te ha tratado mal?  Alfredo temía lo peor. Su móvil  suena y él  empieza a desesperarse por su insistencia.

-No señor. Además, el señor Steven no viene desde hace tres meses a la oficina , se encuentra ocupado viajando por nuevos proyectos. Si requiere algo se lo solicita a Marina , su secretaria. 

-Mmmm, interesante. César jamás había estado tanto tiempo fuera de la oficina.  Sabrás que también soy accionista. El móvil  insiste en ser atendido sin ningún  éxito. 

-No sabía qué era exactamente usted, pero al saber su nombre lo concluí,  en una hora inicia la reunión. 

-Espero César no te aburra y puedas seguir trabajando aquí. También he escuchado mucho de tí. 

-Espero cosas buenas señor Fox. 

-Dime Alfredo por favor. Y si, son cosas muy buenas de tu desempeño. César no se equivocó contigo. Puede ser un desastre en su vida emocional pero no en los negocios. 

Aquellas palabras hicieron hueco en la cabeza de Pilar. Se mostró inquieta pero supo esconder sus emociones delante de Alfredo. 

-Bueno, espero que haya sido un buen negocio.  Pilar le sonreía mientras frente a ellos pasaba César . Dió un saludo seco, sin ninguna emoción o acto de educación o urbanidad. 

-Alfredo, ahora entiendo por qué  no contestas el móvil.  César  hace una mueca a su amigo quien lo mira con desconcierto.

-Buen día. Pilar , a mi oficina y traiga los informes de la junta. César  mencionan sus palabras sin siquiera dirigir su rostro hacia ella.

-Si señor. Pilar asintió manteniendo la calma, una que percibía pronto se iría  a la mierda.

Alfredo se vió seriamente fastidiado ante la actitud de César con su empleada. Pilar lo percibió añadiendo con un aire burlesco. 

-Tranquilo, “perro que ladra no muerde”. Pilar guiñó su ojo y entró a la oficina de César. 

-Señor, buen día. Aquí  está el informe para la junta. Pilar  avanza hacia su escritorio deteniéndose a su costado derecho,  acerca la carpeta y la coloca sobre la mesa.

-Explícalo , no tengo tiempo para echarle un vistazo.  Dijo César haciendo una mueca de fastidio. 

-Con gusto señor Steven. Pilar se acerca aún  más y empieza a explicar con detalle el informe en mención. César no esperaba tenerla tan cerca, jamás pretendió tal cosa, la observa por un momento y percibe que ni siquiera ella sabe lo que hace ante sus encantos. Desconoce su cuerpo y lo que provoca en los hombres al estar tan cerca de ella. Allí estaba parloteando como lora mientras él no logra concentrarse en una sola sílaba. Su vista se desvió a su exquisito cuello, en el descenso el dorso de su pecho blanco y limpio lo hace divagar que habrá más allá. César entrecierra sus ojos tomando una bocanada de aire  suavemente , pestañea y vuelve en sí. Ella aún parlotea e ignora la existencia del hombre que tiene a su lado y está a punto de devorarla. Sentirla de esa manera lo hace llenar de enojo y frustración.

-Déjame solo. Dijo César. Su voz demandante hace dar un brinco a Pilar desconcertada  por su repentina decisión.

-Pero señor Steven, el informe, aún no he terminado.  Replica Pilar. Su mirada confusa hace que César sienta pánico y hace lo que mejor sabe hacer.

-Que te largues he dicho. César está seriamente exasperado. 

  -”Un patán” asegura Pilar en su mente. Pilar alza sus ojos altivamente, no pronuncia palabra y decide irse de allí. Al hacerlo, César quiere explotar. Tres meses atrás luego de las pruebas  de Pilar sintió una gran felicidad saber que había logrado lo que le había prometido, luego sus miedos lo invadieron y se fue buscando una excusa perfecta. Negocios. Se negaba a compartir su presencia pero la extrañaba, llamaba a diario a su secretaria con cualquier excusa para solo escuchar su voz al fondo de la línea. 

-Qué patético soy. César se levantó desde su sillón viendo a su minibar, sacó su botella de whisky sirviendo un trago que lo tomó de un solo sorbo. Airado salió de su oficina  con el informe y se encerró en la sala de juntas. 

Alfredo espera a Pilar , quien la ve seriamente afectada al salir de la oficina de César.  Poco después sale César  con cara de pocos amigos y se encerró en la sala de juntas 

-¿Pasó algo? Pregunta Alfredo preocupado. 

-Que se acabó mi paz y junto a esa paz mi estadía aquí. Su irritación  estaba al límite, ni podía creer que tres meses de paz se habían esfumado en cuestión  de minutos. Verlo había provocado en ella un sinfín de emociones reprimidas, muchas de ellas en aquella última mirada que le daba, una de auténtica sinceridad que ahora era solo un mal chiste.

-¿Qué?, pero Pilar no puede hacerlo. Hoy es un día muy importante para todos, inclusive para ti. 

Pilar quiere contenerse  tomando un poco de aire, cree que explotará en cualquier momento. 

-Verá señor Alfredo, su jefe podrá ser excelente en los negocios pero como persona es lo peor que conozco. Es un ser altamente engreído, prejuicioso, intolerante, hiriente. Me quedaría corta para expresarme. 

-Parece que lo de ustedes dos no es estar juntos en un mismo lugar.  Alfredo le da su particular sonrisa encantadora. 

Pilar se siente profundamente apenada, al parecer había pensado demasiado en voz alta y lo peor delante del mejor amigo. 

-Lo siento, debería mi vocación ser más apacible y entregada a personas como él. Pero tal parece que quiere hacerme perder los estribos cada que nos encontramos. 

-¿Su vocación ?. No entiendo. Alfredo un poco confundido pero interesado espera su respuesta

-Quiero ser novicia señor Alfredo.  Dijo Pilar  muy segura de su deseo. 

-¿Novicia?. ¿Tú?. Pero mujer,¿acaso no te has mirado a un espejo?Alfredo espera una respuesta lógica, una con concordancia a lo que veas y aprecia con mucho gusto.

-¿Qué con eso?, solo deseo servir a Dios.  Estoy en un periodo de “prueba”, por dos años. 

El rostro de Alfredo se ha desencajado, la respuesta de Pilar le parece absurda, sin contar que a él no le es indiferente. 

-No, no, no. Tú lo último que serás es ser monja. Yo, yo… no lo permitiría.  Dijo Alfredo altamente preocupado. A Pilar le pareció gracioso ver el rostro desesperado de Alfredo. 

-No hay reversa para eso.  Pilar sonríe mientras cruza sus brazos. Su sentido del humor empieza a mejorar luego de su encuentro con César.

-¿Cuánto tiempo te falta para la dichosa prueba?.

-Veinte meses, respondió Pilar graciosamente.. 

Alfredo suspiró y volvió a cobrar vida, tenía el tiempo suficiente para que Pilar cambiara de opinión. Minutos después César sale de la sala de juntas y entra nuevamente a la oficina. 

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Comments

Melisuga

Melisuga

Yo que tú, no sería tan categórica en este caso en particular.

2025-08-07

0

Melisuga

Melisuga

¿Cuál de los dos está conectado con Pilar? ¿Alfredo o César?

2025-08-07

0

Melisuga

Melisuga

Ya empezaste a luchar con tus sentimientos, César.

2025-08-07

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