Un Demonio Y Un Hombre Lobo.
Los humanos y los hombres lobos vivían en armonía durante aquellos tiempos, las brujas celosas de aquella relación. Hechizaron a los lobos haciéndoles perder su razonamiento durante la luna llena. Los humanos molestos de que los lobos se los comieran, comenzaron a cazarlos y así la raza de hombres lobos estuvo casi extinta. Los que sobrevivieron vivían en las montañas o escondidos en alguna parte.
Desde que Reik nació sus padres le prohibieron salir de la montaña, bajo la montaña había un pueblo y si los humanos los veían estarían en peligro. Tenían más fuerza que los humanos, pero los humanos eran ingeniosos, llenos de estrategias y armas de fuego.
Reik era bastante curioso y sin importar las advertencias bajaba casi siempre a jugar con los niños del pueblo.
Reik era muy pequeño y no sabía esconder completamente o por mucho tiempo sus rasgos de lobo. Un día fue descubierto por una niña humana.
«Orejas de perro» Fue lo primero que pensó Amanda al ver sus rasgos lobunos.
Reik estaba asustado de que algo le pasará a su familia y pensó. «Tengo que matarla, para que mi secreto no sea descubierto»
Mientras Reik planeaba su intento de asesinato, la niña le tocó las orejas y comenzó a frotarlas.
—Jajajja. No, lo hagas hace cosquillas. —Dijo casi ahogándose.
—Tus orejas son lindas. —Dejo de frotarlas.
—Ami, es un secreto. No le digas a nadie que tengo orejas. —Dijo viendo fijamente a la niña.
—A Reik le da pena ser un perro?
—¡No! soy un lob... —Se tapo la boca rápidamente y cerró los ojos, escondiendo nuevamente sus orejas.
—Genial! me gustan los lobos. —Susurró. La niña que había entendido y bajo la voz demostrando que su secreto estaba a salvo.
—¿En serio no le puedes decir a nadie es una promesa?
–¡Promesa!
Entrelazaron sus dedos meñique.
Los meses pasaron sin ningún inconveniente. Llegamos a otoño, las hojas caen y su tono amarillo con rojizo, es hermosa.
Los que vivían en el pueblo, prepararon todo para la ceremonia, tres niñas hermosas adornadas con oro y otros materiales lujosos, serían ofrecidas como tributo al dios protector del pueblo. Entre ellas estaba Amanda.
Cuando Reik bajo de la montaña, se encontró con Amanda. Está lloraba bastante, y repetía que no quería morir.
—¿Que te pasa Ami? —Preguntó tratando de hacerle reaccionar.
—¡¡Me va a comer!! ¡¡No quiero morir!! —Gritó alarmada.
—Tranquila y cuéntame qué sucede. —Reik acaricia el pelo rubio de la niña.
Después de unos minutos estaba calmada, agrando sus ojos haciéndolos más enormes, resaltando aún más el azul de esas esferas.
—Hoy es el día donde él dios protector recibe agradecimientos. —Ella habla calmada. —Cada año tres niñas de buena belleza son ofrecidas como tributo al dios protector, pero las que son ofrecidas jamás regresan. Los pueblerinos dicen que el dios protector se las come para tener más fuerza y protegernos. —Hace una pausa para tomar aire. —Yo...¡¡ No quiero ser comida!! Al infierno eso de proteger a mi familia dando mi vida, prefiero fugarme o arruinar mi rostro.
El pequeño Reik aparte de curioso era muy bueno, y haría cualquier cosa para ayudar a sus amigos.
—Dame tus ropas. —La mirada azul se clavó sobre el lobo, el cuerpo que reposaba sobre el peñasco se levantó con violencia.
—¡¡No!! ¡¡estás loco!! ¡¡jamás!!
Tomó de los hombros a Reik y lo sacudió.
—¿Cómo podría hacer eso? Estarías en peligro. Eres mi único amigo Reik.
Reik tomó con calma los hombros de su amiga, la jaló sin mucho esfuerzo, y los dos cuerpos se abrazaron.
—¿Olvidaste que soy un lobo? No seré comido tan fácilmente. Es una promesa.
Vaciló pero decidió confiar en su amigo.
–Promesa. —Amanda susurra.
Sus meñique también se abrazaron.
Amanda se quedó al pie de la. montaña, Reik fue al pueblo vestido de Amanda. Debido a que no pudo imitar la voz de Amanda fingió estar mal de la garganta.
—Amanda querida, te estábamos buscando. Apúrate ya empieza la ceremonia. —Era el padre de Amanda.
La madre de Amanda se acercó con lágrimas en los ojos y abrazó a Reik.
—Mi niña... Cuídate...
Rompió en llanto. Bajo el velo rojo Reik pudo observar como el padre de Amanda mordía ferozmente su labio inferior, en un intento de reprimir su ira e impotencia.
Reik se despidió con la mano y cuando salió de la pequeña casita suspiro. Aliviado de no ser descubierto.
Llegó y se posicionó junto a las demás niñas. El sacerdote al verlo comenzó.
El sacerdote sacudió la maraca que tenía en la mano. Lo sacudió sobre la cabeza de cada pequeña, luego tomo un ungüento de color rojo y se los aplicó en la frente de cada una de ellas.
–Sea Tenloch siempre benevolente, acepte nuestras ofrendas y denos su protección. Repele las enfermedades y aparta a los demonios. Nosotros, honramos tu nombre hoy y para siempre.
La audiencia presente gritó: ¡Viva Tenloch!
Luego se arrodillaron y dejaron sus cabezas en el suelo. Mantenían los ojos cerrados.
Los únicos de pie eran el sacerdote y las tres niñas —dos niñas y un lobo—. Repentinamente el clima cambio de cálido a nublado, las nubes negras se agruparon sobre el pueblo.
Apareció el dios protector. Las dos niñas cerraron los ojos debido al miedo, pero, Reik los mantuvo muy abiertos, viendo la apariencia de aquel «dios»
El sacerdote se postró ante el «dios» y no levantó la vista del suelo.
El dios protector, tenía la apariencia como la de un joven de unos veinte años, su figura era muy agraciada. Nariz perfilada y mandíbula cuadrada.
Lo que más resaltaban eran sus pupilas completamente negras.
«¿Pupilas negras?» «¡un demonio!» pensó Reik.
Cuando Reik estuvo apunto de reaccionar y gritar, cayó inconsciente. Antes de cerrar los ojos, vio a los demás en la misma situación.
Despertó en la oscuridad. Con el tacto intento identificar donde se encontraba, pero, todo le resultó desconocido.
«Las niñas» se preocupa Reik.
—Hola... —Todo estaba silencioso. Camino en medio de la oscuridad, buscando a las niñas. Intentaría salvarlas de ese demonio.
*pum*
Su cabeza chocó en algo, con la mano lo tocó.
—Deja de hacer eso. —La voz era grave.
Da un salto hacia atrás y Reik se pone en guardia.
—No estés nervioso, no como lobos. —Dijo moviéndose en la oscuridad.
—¿Y las niñas?
—Me las comí. —Explica como si fuera lo obvio.
—¿Que? ¿Por qué?
—Porque los protejo, y ellos mismo me dan comida. Nunca se los pedí. —Sube el hombro, aunque debido a la oscuridad el lobo no ve eso.
—No te da asco comer humanos.
—No te hagas el inocente, los licántropos también comen humanos.
—Yo nunca he comido humanos.
—Eso es porque aún eres joven, no dirás lo mismo una vez que crezcas. —Suspiro en mitad de la oscuridad.
«Nunca comeré humanos» se convención a si mismo.
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Comments
shinekun
ya me enamoré del demonio,ahhh!! ayuda!
2024-01-29
0
badboys
oh wao que inicio esto si sorprende 😆😆😆😆😆autor realmente me facino tu primer capitulo 😗😗😗😗🙊🙊👍👍👍👍✨️✨️
2023-12-15
1
Irma Ruelas
❤️❤️❤️❤️❤️❤️
2023-05-09
0