Capitulo 5: Durmiendo con un demonio.

–Qué es esto? –Preguntó el pequeño curioso viendo la caja con el diseño de un cráneo humano.

–No lo toques, lo que está dentro es peligroso. –Se alejó un poco pero era notorio su interés, sus ojos ardían de curiosidad por saber que había escondido dentro de la caja.

–Lo digo en serio, no lo toques. –Tenloch le advirtió nuevamente.

–Sip, ya entendí. No tocar. –Dijo apartando la vista de la caja. Se sentó en el bloque cuando (la cama) y para sorpresa de él, era bastante cómoda a pesar de que lucía como una roca cuadrada.

–Apagaré las luces. –Dijo el demonio, el lobo no dijo nada y simplemente se acostó, después el demonio hizo lo mismo.

El lobo no tardó en dejarse llevar por Morfeo, y el demonio solo observó como dormía.

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–Madre me gusta tus comidas, son las mejores. –Reik y su madre comían algo preparado por ella.

–Hijo deja de visitar a los humanos, ellos son peligrosos.

–Lo se, pero Ami es mi amiga y no la puedo abandonar.

–Aléjate de ella, Aléjate!

La mesa comenzó a quebrarse y los ojos de su madre brillaban de un amarillo intenso.

–Mamá! que pasa!

–ALÉJATE! ALÉJATE!

–MAMÁ!

El demonio lo sacudía con fuerza pero el lobo aún seguía gritando y llamando a su madre. Le dió una bofetada al lobo. (sonido de bofetada)

–Ah? –Sintió dolor pero su confundida mente eliminó ese hormigueo en su rostro.

–Oh, ya estás despierto. Con que soñaste?

–Mi mamá me dijo que me aleje de Ami.

–Quién es Ami? –El demonio arrugó sus cejas y miro fijamente al lobo, aunque esté no lo notó debido a la oscuridad. Pero ciertamente podía sentir el enojo en las palabras del demonio.

–Es mi amiga, ella es muy linda y genial. –Dijo halagando a Ami, pero esto hizo más tenso el ambiente. –Gracias a ella te conocí, cambie lugar con ella y llegué hasta tí.

El demonio se quedó en silencio solo escucho lo que él lobo decía.

–No entiendo. Que sueño tan raro.

Se acercó al demonio y se hundió en su pecho.

–Te puedo hacer una pregunta? –El lobo movió la cabeza un poco y luego respondió con un sí.

–Por qué no creces?

–Eh?

–Me refiero a que te ves como un cachorro, acaso te desarrollas lento?

–Oh, eso. –Ciertamente a él le daba vergüenza esa parte de él, su tamaño parecía como la de un humano de unos siete o ocho años, además tampoco podía transformarse como los demás lobos. –No me gusta hablar de eso, pero como te diste cuenta?

–Tus acciones no parecen las de un cachorro, además tu inteligencia es muy alta. Puede que tengas unos quince años o talvez dieciséis.

–Que inteligencia Ten. Tengo dieciséis. Madre dijo que cuando cumpliera los dieciocho podría convertirme como todos los lobos. Dice que es de familia.

–Ah, entiendo. Pareces tener malos recuerdos.

–Los humanos jamás me han llamado híbrido, sin embargo mi propia raza me rechaza. –Intentó hundirse más en el demonio pero aquello era imposible, no había distancia entre ellos.

–No te desanimes, Cuando nací era el más débil y todos me molestaban sin embargo ahora ninguna puede hacerme frente.

–Cuando naciste? Cuántos años tienes?

–Ah? Creo que me perdí la cuenta, es alrededor de unos setecientos años creo?

–Como te puedes olvidar de tu edad?

–Cuando vives tan tiempo, ya no importan los años, por qué debería recordarlo? Es lamentable vivir tanto y ver cómo desaparecen otros. –Suspiró y siguió. –Una vez intenté desafiar a los dioses, pero fuí castigado. Quise romper un tabú, jajaja jugar a ser dios es tedioso y querer serlo es un infierno.

–Un tabú? que hiciste?

–Intenté que un humano fuera inmortal, los dioses lo descubrieron, mataron al humano y me dieron un castigo divino. ja! Irónico, el humano es tan débil, tan pasajeros, no duran ni un siglo y pierden fuerzas rápidamente.

La voz del demonio se escuchaba bastante triste, pero aquellas pupilas negras no soltaron ni una lágrima.

–Entonces... –El estómago del lobo gruño hambriento.

–Oh, tienes hambre. Cierto! los lobos son tan parecidos a los humanos.

El lobo se apartó del demonio y este chasqueo los dedos y la luz volvió.

–No se cocinar, nunca lo necesite. –Dijo el demonio.

–Wacala te comiste a los humanos crudos. –El lobo hizo una cara de completo asco.

–Tenía que cocinarlos? Nadie me dijo.

–Tú enserio....

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