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Un Demonio Y Un Hombre Lobo.

Capitulo 1: Un pequeño lobo.

Los humanos y los hombres lobos vivían en armonía durante aquellos tiempos, las brujas celosas de aquella relación. Hechizaron a los lobos haciéndoles perder su razonamiento durante la luna llena. Los humanos molestos de que los lobos se los comieran, comenzaron a cazarlos y así la raza de hombres lobos estuvo casi extinta. Los que sobrevivieron vivían en las montañas o escondidos en alguna parte.

Desde que Reik nació sus padres le prohibieron salir de la montaña, bajo la montaña había un pueblo y si los humanos los veían estarían en peligro. Tenían más fuerza que los humanos, pero los humanos eran ingeniosos, llenos de estrategias y armas de fuego.

Reik era bastante curioso y sin importar las advertencias bajaba casi siempre a jugar con los niños del pueblo.

Reik era muy pequeño y no sabía esconder completamente o por mucho tiempo sus rasgos de lobo. Un día fue descubierto por una niña humana.

«Orejas de perro» Fue lo primero que pensó Amanda al ver sus rasgos lobunos.

Reik estaba asustado de que algo le pasará a su familia y pensó. «Tengo que matarla, para que mi secreto no sea descubierto»

Mientras Reik planeaba su intento de asesinato, la niña le tocó las orejas y comenzó a frotarlas.

—Jajajja. No, lo hagas hace cosquillas. —Dijo casi ahogándose.

—Tus orejas son lindas. —Dejo de frotarlas.

—Ami, es un secreto. No le digas a nadie que tengo orejas. —Dijo viendo fijamente a la niña.

—A Reik le da pena ser un perro?

—¡No! soy un lob... —Se tapo la boca rápidamente y cerró los ojos, escondiendo nuevamente sus orejas.

—Genial! me gustan los lobos. —Susurró. La niña que había entendido y bajo la voz demostrando que su secreto estaba a salvo.

—¿En serio no le puedes decir a nadie es una promesa?

–¡Promesa!

Entrelazaron sus dedos meñique.

Los meses pasaron sin ningún inconveniente. Llegamos a otoño, las hojas caen y su tono amarillo con rojizo, es hermosa.

Los que vivían en el pueblo, prepararon todo para la ceremonia, tres niñas hermosas adornadas con oro y otros materiales lujosos, serían ofrecidas como tributo al dios protector del pueblo. Entre ellas estaba Amanda.

Cuando Reik bajo de la montaña, se encontró con Amanda. Está lloraba bastante, y repetía que no quería morir.

—¿Que te pasa Ami? —Preguntó tratando de hacerle reaccionar.

—¡¡Me va a comer!! ¡¡No quiero morir!! —Gritó alarmada.

—Tranquila y cuéntame qué sucede. —Reik acaricia el pelo rubio de la niña.

Después de unos minutos estaba calmada, agrando sus ojos haciéndolos más enormes, resaltando aún más el azul de esas esferas.

—Hoy es el día donde él dios protector recibe agradecimientos. —Ella habla calmada. —Cada año tres niñas de buena belleza son ofrecidas como tributo al dios protector, pero las que son ofrecidas jamás regresan. Los pueblerinos dicen que el dios protector se las come para tener más fuerza y protegernos. —Hace una pausa para tomar aire. —Yo...¡¡ No quiero ser comida!! Al infierno eso de proteger a mi familia dando mi vida, prefiero fugarme o arruinar mi rostro.

El pequeño Reik aparte de curioso era muy bueno, y haría cualquier cosa para ayudar a sus amigos.

—Dame tus ropas. —La mirada azul se clavó sobre el lobo, el cuerpo que reposaba sobre el peñasco se levantó con violencia.

—¡¡No!! ¡¡estás loco!! ¡¡jamás!!

Tomó de los hombros a Reik y lo sacudió.

—¿Cómo podría hacer eso? Estarías en peligro. Eres mi único amigo Reik.

Reik tomó con calma los hombros de su amiga, la jaló sin mucho esfuerzo, y los dos cuerpos se abrazaron.

—¿Olvidaste que soy un lobo? No seré comido tan fácilmente. Es una promesa.

Vaciló pero decidió confiar en su amigo.

–Promesa. —Amanda susurra.

Sus meñique también se abrazaron.

Amanda se quedó al pie de la. montaña, Reik fue al pueblo vestido de Amanda. Debido a que no pudo imitar la voz de Amanda fingió estar mal de la garganta.

—Amanda querida, te estábamos buscando. Apúrate ya empieza la ceremonia. —Era el padre de Amanda.

La madre de Amanda se acercó con lágrimas en los ojos y abrazó a Reik.

—Mi niña... Cuídate...

Rompió en llanto. Bajo el velo rojo Reik pudo observar como el padre de Amanda mordía ferozmente su labio inferior, en un intento de reprimir su ira e impotencia.

Reik se despidió con la mano y cuando salió de la pequeña casita suspiro. Aliviado de no ser descubierto.

Llegó y se posicionó junto a las demás niñas. El sacerdote al verlo comenzó.

El sacerdote sacudió la maraca que tenía en la mano. Lo sacudió sobre la cabeza de cada pequeña, luego tomo un ungüento de color rojo y se los aplicó en la frente de cada una de ellas.

–Sea Tenloch siempre benevolente, acepte nuestras ofrendas y denos su protección. Repele las enfermedades y aparta a los demonios. Nosotros, honramos tu nombre hoy y para siempre.

La audiencia presente gritó: ¡Viva Tenloch!

Luego se arrodillaron y dejaron sus cabezas en el suelo. Mantenían los ojos cerrados.

Los únicos de pie eran el sacerdote y las tres niñas —dos niñas y un lobo—. Repentinamente el clima cambio de cálido a nublado, las nubes negras se agruparon sobre el pueblo.

Apareció el dios protector. Las dos niñas cerraron los ojos debido al miedo, pero, Reik los mantuvo muy abiertos, viendo la apariencia de aquel «dios»

El sacerdote se postró ante el «dios» y no levantó la vista del suelo.

El dios protector, tenía la apariencia como la de un joven de unos veinte años, su figura era muy agraciada. Nariz perfilada y mandíbula cuadrada.

Lo que más resaltaban eran sus pupilas completamente negras.

«¿Pupilas negras?» «¡un demonio!» pensó Reik.

Cuando Reik estuvo apunto de reaccionar y gritar, cayó inconsciente. Antes de cerrar los ojos, vio a los demás en la misma situación.

Despertó en la oscuridad. Con el tacto intento identificar donde se encontraba, pero, todo le resultó desconocido.

«Las niñas» se preocupa Reik.

—Hola... —Todo estaba silencioso. Camino en medio de la oscuridad, buscando a las niñas. Intentaría salvarlas de ese demonio.

*pum*

Su cabeza chocó en algo, con la mano lo tocó.

—Deja de hacer eso. —La voz era grave.

Da un salto hacia atrás y Reik se pone en guardia.

—No estés nervioso, no como lobos. —Dijo moviéndose en la oscuridad.

—¿Y las niñas?

—Me las comí. —Explica como si fuera lo obvio.

—¿Que? ¿Por qué?

—Porque los protejo, y ellos mismo me dan comida. Nunca se los pedí. —Sube el hombro, aunque debido a la oscuridad el lobo no ve eso.

—No te da asco comer humanos.

—No te hagas el inocente, los licántropos también comen humanos.

—Yo nunca he comido humanos.

—Eso es porque aún eres joven, no dirás lo mismo una vez que crezcas. —Suspiro en mitad de la oscuridad.

«Nunca comeré humanos» se convención a si mismo.

Capitulo 2: Tenloch

Han pasado más de un mes y el pequeño lobo se comenzó a acostumbrar con la compañía del demonio. No pudo regresar a casa debido a que el demonio se lo impidió.

–Cuando podré volver a casa?

En medio de la oscuridad el demonio lo observó. (sin embargo el lobo no se dió cuenta de eso)

–Bien, vete. Te mantuve solo para que me hicieras compañía pero como insistes en irte.

El tono del demonio era sarcástico mezclado con tristeza fingida.

–Oh, gracias.

Respondió sarcásticamente. Sabía que aquello era mentira, el demonio le había dicho eso anteriormente, pero cada vez que intentaba buscar la salida, no había. Estaban encerrados en quién sabe donde. El demonio conocía la salida pero jamás se lo quiso decir.

–Hagamos un trato. –Dijo el demonio.

–Qué trato?

–Uno fácil. Te dejo salir pero tienes que regresar, dos veces al mes.

–Lo haré con una condición.

–Que condición? –Preguntó el demonio.

–Deja de recibir ofrendas o sacrificios del pueblo.

–Esta bien, sin embargo ya no los protegeré.

–Qué?

–Tengo que alimentarme, saldré en busca de comida.

–Come plantas o animales.

–Ah? Que asco!

–Pues te ofresco mi cuerpo, deja en paz a esa gente y a todos los humanos.

–Tu cuerpo? Ya te dije que no como lobos.

–Pues mi alma o algo de mi pendejo.

–Esta bien me quedo con tu cuerpo.

Reik se paró de dónde estaba sentado y le saltó encima al demonio. (Aunque los dos se lastimaron debido a la oscuridad)

–¡Mierda! no puedes poner una linterna o algo?

–Me gusta la oscuridad, además yo puedo ver. por qué la necesidad de una linterna?

–Yo no veo! si quieres que venga aquí, debes poner luz.

–Ah, oki.

Reik aún estaba encima del demonio y cuando esté se removió el niño se aparto.

–Como te llamas?

–No lo sabes. –Dijo rodando los ojos en la oscuridad.

–No. nunca me lo dijiste.

–Tenloch

–Osea te llamas como te dicen en el pueblo.

–Yo les dije mi nombre.

–Ah, ya entiendo.

–Bien ahora muéstrame como salgo de aquí.

El demonio dibujo un círculo con el dedo y pronto apareció una puerta.

El niño al ver el exterior corrió hacia la puerta.

–Nos vemos Ten.

–Ten?

El niño no respondió y solo se fue. El demonio cerró la puerta.

"oh, nuevamente solo"

Caminando el pequeño lobo se dió cuenta que estaba cerca del pueblo, después de pasar por el bosque llegó allí.

Amanda estaba como siempre recolectando unas flores, cosa que hacía todas las mañanas. Sentía culpa por lo de Reik. Hace un mes que aquello paso y él no regreso como prometió. Todo era su culpa, jamás debió dejar que Reik cometiera tal locura.

Además los del pueblo la odiaban, debido a que por su culpa el dios protector no los cuidaría más. Una enfermedad estaba arrasando en el pueblo y todo era su culpa, si tan solo ella aceptará su destino, todos aquellos que murieron estarían vivos y los niños no estarían tan enfermos. Sus padres ni siquiera la querían ver en la casa y por eso ella se refugiaba en el campo de las flores.

–Ami!

Solo alguien la llamaba así. "Reik!"

Giro su cuerpo en dirección hacia la voz, allí estaba el pequeño lobo, sonriéndole felizmente.

–Reik!!

Corrió y saltó sobre él, los dos cayeron en el campo de flores.

–Reik!!

Su rostro se inundó completamente, soltó un fuerte gritó desgarrando su garganta. Solo sus llantos fueron escuchados, llantos que fueron llevados por el viento.

Capitulo 3: Te extraño tanto.

Acostados en el campo de flores, Reik y Amanda aún se mantenía unidos en aquel abrazo, después de que la niña lloró tanto se calmo y hundió su rostro en el pecho de Reik.

–Te extrañe tanto. –Dijo con la voz temblorosa.

–Ami, lo siento... por hacerte esperar tanto.

Ella lo miro fijamente y sacudió la cabeza negando.

–No, no te disculpes. Gracias por regresar. –Sonrió cálidamente y volvió a hundir su rostro en pecho del lobo.

Los dos estuvieron mas de una hora en puro silencio, solo el sonido del viento interrumpía. Los dos se extrañaron bastante y necesitaban sentir más tiempo el calor del otro.

–Donde están los demás niños? –La voz del lobo rompió aquel silencio. Amanda sudo de nervios y miro al lobo decidida a contar lo que sucedía.

–La mayoría están enfermos... por mi culpa. –Finalizó lo último en un susurro que apenas pudo escuchar el lobo.

–Oh, entiendo. Les dió un resfriado no? Les advertí pero no me escucharon.

–No!! no fue ningún resfriado... FUE MI CULPA –Agachó la cabeza y apretó los labios.

–Por qué dices eso? No tienes la culpa.

–Si la tengo. Si hubiera ido con el dios protector nada de esto hubiera pasado, jamás y nunca ninguno moriría. Es mi culpa.. (X2)

–Si te fueras serías comida como las demás, además el dios protector nunca más volverá a comer a nadie... él lo prometió.

–Que? Pero si el dios no se alimenta no podrá protegernos. Por qué le hiciste prometer eso? –Las manos de Amanda chocaron contra el pecho de Reik y este cayó debido al impacto.

–No quiero que mueras, no quiero que ninguno muera. Buscaré una manera, los protegeré.

–Nill! y los niños pequeños murieron. –Dijo en lágrimas. –No es fácil. Cómo los harás? Eres un niño!

–Lobo.

–Oh por favor. Que estúpido eres. –Rodó los ojos.

–Sabes donde vive el dios protector?

–Es un demonio, no un dios.

–Que?

–Los dioses no comen humanos, hace tiempo mi madre me lo contó.

–Osea que todo esté tiempo, estuvimos adorando a un demonio. –Los ojos de Amanda se llenaron de irá.

–Tranquila Ten no es tan malo, además dijo que el nunca pidió las ofrendas. Los del pueblo se lo dieron en agradecimiento.

–Agradecimiento?

–Ten ha vivido cerca del pueblo alrededor de unos trescientos o cuatrocientos años, su presencia mantuvo lejos a los demás demonios. Los del pueblo lo vieron como un dios protector y comenzaron a darle ofrendas en agradecimiento, al principio era frutas luego animales y después a ustedes.

–Como sabes tanto? Y por qué te dejo ir tan fácilmente?

–Ami, te dije que él no es tan malo. Él me lo contó y además me dejó ir con una condición.

–Condición? –Ami lo miro confundida.

–A cambio de mi cuerpo, él los dejara en paz y no los atacará.

–TE VA A COMER?

–No! Él dijo que no come lobos.

–Seguro? y si no cumple.

_Él no es así, no es tan malo.

Amanda volteo los ojos de incredulidad, Reik "conocía" a ese demonio tan solo un mes y lo defendía como si fuera un amigo de toda la vida.

–Si ya se, tu amigo es super' bueno.

Reik estalló en carcajadas por la expresión que estaba haciendo Amanda.

Cuando entraron al pueblo, casi todos estaban en sus casas. Solamente unos adultos estaban vigilando y charlando ahí. Seguramente todos o la mayoría ya estaban contagiados.

La expresión de los adultos cambió cuando vieron a Amanda, su expresión era de máxima irá, estaban por explotar o saltar a asesinar a Amanda.

–Lárgate!

–Vete de aquí!

Los pocos adultos se molestaron y comenzaron a insultar a Amanda.

–Cállense! Qué creen que hacen? –La expresión de Reik también estaba arrugada, molesta.

–Niño del bosque, acaso sabes que cometió está basura?

–Es una niña, ella tenía miedo a morir, nadie en su sano juicio quisiera morir. Acaso alguno sacrificaría a su hija para vivir?

Una confusión y después pasó la idea por sus cabezas, de solo pensarlo se molestaron. Pero una vida era mejor que cientos o miles no?

–Tú no sabes nada, no te metas! –Un hombre de mediana habló. Estaba acercándose a Reik. –Por su culpa el dios protector se molestó y dejó caer una terrible enfermedad sobre nosotros.

–Él no es un dios! Es un demonio! –Aquellos que acechaban la conversación a través de las rejas de las ventanas quedaron atónitos. No podían creer lo que escucharon. –Si nunca padecieron una enfermedad tan grande como está, son realmente suertudos. Los demonios no pueden sanar enfermedades, Tenloch es un demonio.

Algunos pueblerinos salieron molestos de su casa.

–Como osas insultar a nuestro dios.

–Tenloch no es un demonio!

–Quemarlo por mentiroso!

Insultaron a Amanda y Reik y luego comenzaron a tirarle piedras.

–Vieron los ojos de su dios protector? Alguno?

Dejaron de hablar y tirarle piedras a los niños, ciertamente ninguno sabía la apariencia de su dios, siempre obedecieron al sacerdote.

–Sacerdote! Sacerdote!

Una mujer salió corriendo directo a la iglesia.

Unos minutos después apareció el sacerdote, sin embargo el semblante de la mujer lucía terrible.

El sacerdote se paró en medio de la multitud y aclaro su garganta.

–Pido disculpas, nuestro dios es un demonio, lo siento por esconderlo. La única forma de que ese demonio no destrozará todo el pueblo era haciéndole ofrendas. Así se ha hecho por casi siete generaciones.

El pueblo comenzó a hablar, gritar. Todo estaba en completo caos. Reik debido a la distracción salió del lugar junto a Amanda.

Entro en el antiguo hogar de Amanda, lamentablemente sus padres no estaban, Reik busco medicina para curar a Amanda, ella había recibido varios golpes. Que cruel es el ser humano, no tienen piedad ni con los niños.

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