CAMBIASTE MI VIDA
CAPÍTULO 1.
Por Derek Greco.
Mi vida cambió el día que mi padrino Alfonso Rinaldi, me inicio en la organización criminal más peligrosa de todas. Desde aquel día, me he convertido a mi corta edad en uno de los líderes más temibles de toda Europa. Estaba a punto de acabar con el clan D’amico, una banda muy peligrosa que amenazaba con quitarnos los territorios que gobernaba nuestra familia. Una mafia muy pequeña, con hombres muy estúpidos que por ambición y avaricia hacen las cosas de manera arrebatada.
Lo cierto es que esto nunca fue lo que quise. Pero es mi deber, y debo cumplirlo. Es eso, o permitir que cualquier mafioso sin códigos domine el continente.
Teníamos un plan. Mis amigos, los líderes de los otros clanes, y yo. Fue así como nos encontramos aquel día en ese lugar alejado de la multitud. Les tendimos una trampa a nuestros enemigos. Sin embargo, fuimos demasiado idiotas o, demasiado confiados. Teníamos un soplón entre nosotros y no lo supimos hasta ese momento.
Fue así, que mientras nosotros esperábamos la llegada de nuestros objetivos, fuimos bombardeados. Una bomba explotó, haciendo eco en toda Italia. Nuestros enemigos creyeron que habían acabado con todos nosotros. Pero no fue así. Aún quedamos vivos, alguno de nosotros.
Mientras que mis amigos, el ruso Alexey Morózov, el estadounidense James Johnson y mi mano derecha Franco De Bruno, solo se llevaron algunos rasguños; mi persona ha recibido un impacto muy fuerte en la columna vertebral, lo cual me dejo en sillón de ruedas con muy pocas posibilidades de volver a caminar. Imagínense, un mafioso inválido.
Desde ese entonces, mi padrino ha estado buscando por cielo y tierra a alguien que me ayude. Aunque no creo que logre encontrar a la persona indicada.
*****
Por Alexa Clark.
Soy la bella y más pequeña hija de la supermodelo internacional Constanza Clark. Hace años no se nada de ella. Siempre fue más importante su carrera que sus hijos. Se preguntarán, ¿por qué tengo el apellido de mi madre? Mi padre se llama Antony D’amico. ¿Les parece conocido?, pues sí… Es un mafioso… Uno pésimo. También nos abandonó cuando éramos pequeños, desde entonces solo somos Sebastián y yo. Sebastián es mi hermano mayor. Tiene treinta años, una bella esposa: Regina; y un hermoso pequeño de 3 años: Bruno.
En cuanto a mí, soy fisioterapeuta. Ayudo a todas aquellas personas que perdieron la movilidad a través de diferentes técnicas de rehabilitación. Desde que termine mis estudios comencé a trabajar en un hospital de Sicilia. No pagaban mucho, pero tampoco me importaba. Alcanzaba para mis gastos. ¿Se preguntarán como la hija de Constanza Clark y Antony D’amico apenas cubre sus gastos? Pues, como les dije anteriormente, mi madre no se acuerda de su familia y mi padre nos abandonó cuando pequeños. Además, no me interesa en absoluto tener contacto con ese señor. De vez en cuando le gusta aparecer para jodernos la vida a Sebas y a mí. Pero a mí no me interesa nada que venga de él.
Estaba terminando de llenar unas planillas cuando una de las enfermeras entra a mi consultorio, algo agitada.
—Alex.—Llamo. —Hay un hombre que te está buscando. He intentado decirle que pida una cita, pero no me ha dejado. —Exclamo ella preocupada. —No creo que sea de las personas a las que les guste esperar.
—Está bien linda, hazlo pasar. —Respondí algo extrañada.
Minutos después, el hombre ingreso a mi despacho. Era un hombre de más o menos cuarenta años. Tenía un semblante frío, pero parecía amable. Aunque al principio me extraño demasiado su presencia en mi trabajo, al verlo, supe exactamente de quién se trataba.
—¿Eres Alexa Clark? —pregunto él.
—Así es. —Respondí. —Y usted es Alfonso Rinaldi. —Exclame algo seria.
Estaría loca si no supiera quién es ese señor. Es el líder de la mafia más temida de toda Italia. Su cara es muy visible. Todos por aquí le tienen respeto y debo decir, que aunque sea un mafioso, el respeto no es por miedo; sino porque de verdad se lo merece. Es una persona muy caritativa y agradable. De hecho, cuando éramos pequeños con Sebas y Alfonso era joven; nos ayudó a escapar de una pequeña mafia que nos tenía de rehenes gracias a las estupideces de mi padre. Aunque desde ahí no hemos tenido contacto, jamás olvidaría su rostro. De no haber sido por él, quién sabe que habría sido de nosotros.
—¿Puedo pasar? —Pregunto.
—Por supuesto. —Dije.
—Señorita Clark. —Hablo. —Antes que nada quiero decirte que sé exactamente quién eres. Sé que al venir a verte le estoy poniendo un precio a mi cabeza. Pero déjame decirte que no me queda opción.
—Está bien, pero no entiendo a que se refiere. —Dije.
—Sé que eres hija de mi peor enemigo. Pero como dije anteriormente, no tengo otra opción.
—Lo escucho Sr. Rinaldi. —Exclame, observándolo confundida. El hombre se veía realmente desesperado.
—Mi ahijado, Derek Greco sufrió un accidente hace aproximadamente un año. Recibió un fuerte impacto en su columna vertebral y desde ahí perdió la movilidad de sus piernas. He recurrido a los mejores y más costosos especialistas del mundo y nadie puede ayudarlo. Eres mi única opción Alexa… —Exclamo. —Por favor, ayúdame. Prometo pagarte muy bien. —Suplico.
—Está bien. Te daré una cita para que lo traigas y veré que puedo hacer por él.
—No… No puedo traerlo… —Carraspeo. —Necesito que vengas conmigo. Como sabrás, necesito tenerlo en un lugar seguro. Tendrás que venir a vivir a mi casa en lo que dure el tratamiento.
—Pero Sr. Rinaldi, No puedo hacer eso. —Dije, viéndolo con pena. —Yo tengo un trabajo aquí y…
—Te pagaré lo que pidas. Estoy desesperado querida Alexa. Por favor ayúdame.
Comencé a mirarlo con empatía. No tengo idea de quién sea el famoso Derek. Pero sentí que le debía un favor a este hombre por habernos ayudado hace años.
—Déjame pensarlo y te llamaré, ¿está bien?
—Está bien… Pero por favor no tardes.
—Te daré una respuesta a más tardar mañana.
—Gracias, niña. —Dijo tomando mis manos. —Has crecido. Y me alegra que haya sido lejos de toda la mierda de tu padre. —Exclamo este, sonriendo.
Finalmente, se retiró de allí.
Ese día, al salir del consultorio, seguía pensando en la propuesta de Alfonso Rinaldi, decidí que tal vez sería bueno ir a ver a Sebastián. Él podría ayudarme a tomar una decisión. Además, hace días no veo a mi pequeño Bruno y ya siento que lo extraño demasiado.
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Comments
Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz
Empezó muy buena e interesante 👍
2024-10-05
0
Nena Bastida
comienza interesante me gusta
2024-10-04
0
C Matacruz
comenzamos interesante 😁☺️🙂😵💫😛😏😀😉🤪🙃😐🤔😝😆🤨😜😃😄
2024-10-02
0