CAPÍTULO 16

El beso siguió intensificándose hasta que las prendas fueron esparciéndose, las manos de Alexander subían por las piernas de Amara, no había arrepentimientos, solamente había deseó y una necesidad de calmarla.

- La desnudes de la mujer hizo que Alex tragará saliva, el sabía en lo más profundo de su corazón que esto no estaba en los planes, pero las cosas van cambiando y el deseó que Amara despierta en el necesita ser saciado- la primera y la última vez- susurró Alex, posteriormente mordió el cuello de Amara enviando escalofríos en el cuerpo desnudo de la mujer.

- Ve despacio por favor- Pero la solicitud de Amara quedó corta cuando de una embestida Alex se introdujo totalmente en su interior el gritó de dolor de Amara tensó a Alex, pero no podía detenerse.

- El hombre empezó a empujar una y otra vez en el cuerpo de la mujer, la tortura del dolor de Amara paso a ser deleite de placer, los gemidos de la mujer inundaron aquella habitación dos extraños que jugaban a quererse, la venganza del Mafioso está noche se hacía a un lado, dando lugar al placer desenfrenado del Mafioso.

- Los jadeos de Alex era poseía para Amara y ver sus ojos dilatados por el placer era todo lo que estaba bien, no había nada mejor que el poema de una mirada al hacer el amor.

-Una hora después de puro éxtasis la pareja se rindió, el cansancio hizo que Amara cerrará sus ojos y se quedará dormida, su cuerpo desnudo y con algunas marcas que dejaron la noche de pasión.

- Alex se levantó y sacó un cigarro la culpa en sus ojos era visible - No abra una próxima vez Amara - Volvió a expresar el hombre.

- Al día siguiente Amara abrió sus ojos lentamente sintiendo un fuerte dolor en su entrepierna y allí todo lo sucedido con Alex la golpearon fuertemente sintiendo cómo sus mejillas se calentaban, estiró su cuerpo desnudo hasta la ducha, momento exacto en que la figura de Alex entraba en la habitación, al escuchar la ducha sintió una tranquilidad no quería verle la cara a Amara, pero algo llamó su atención y era la pequeña mancha roja.

- ¿Era virgen? - Alexander se sorprendió ahora entendía cuál era la razón del grito en Amara y una pequeña posesividad se apoderó del hombre. Alex salió de la habitación y fue directamente junto a sus Guardias - No la pierdan de vista, luego de que salgan de la Universidad la llevan en Sacramento y entrégale esta pastilla - con aquella orden Alexander subió a su vehículo y se fue directamente a Sacramento.

- Amara venía bajando las escaleras cuándo uno de los Guardaespaldas la i interceptó - Señora, por su bien evité estar cerca de Gael el día de hoy si no quiere que el Jefe la mande a otra Universidad o peor que la mande a la Base nuevamente, además me entregó esto - El hombre le entregó la pastilla y se alejó

- La mujer solamente dejó ver una sonrisa ella aún no se estaba reponiendo de lo sucedido anoche mientras miraba el medicamento, sabía perfectamente que era la pastilla del día después.

- Cuándo Amara llegó a la Universidad la primera en recibirla fue su hermana  - ¿Nena, estás bien?

- Lorena, tengo algo que contarte, algo muy grave que hice.

- Me lo cuentas después, Gael lleva esperándote desde hace rato y lo veo un poco afectado. - Lorena le señaló el sitió de dónde Gael la estaba esperando.

- ¿Gael? - Amara tomó aire y se acercó al joven.

- ¿Por qué Amara? Si sabes que yo te amo, porque me rechazas y lo peor aún no me lo dices en la cara sino por detrás de una pantalla.

- No quiero estar contigo, ya te lo acabó de decir en la cara - Amara no quería arriesgar a nadie conociendo lo peligroso que es Alexander - Estoy casada- Las palabras de Amara sorprendió al joven, la mujer se alejó dejando a Gael solo.

- ¿Me vas a explicar lo que te sucedió? La voz de Lorena se escuchó por detrás de Amara.

- Anoche tuve sexo con Alexander.

- Joder ¿Es broma verdad? Lorena se escuchaba bastante sorprendida.

- No, no es broma no se que me paso, bueno incluso si intentará negarme no tengo opción ante todas las leyes soy su esposa entonces creó que me toca aceptar mi destino.

- Y ahora su mujer - Completó Lorena - ¿Has tomado la pastilla?

- Si - Amara sentía que su mejilla estaba por explotar.

- ¿Y, cómo fue? Eso también es importante.

- ¡Lorena! -Amara ya estaba lo suficientemente avergonzada, pero en Lorena podía confiar- Fue bueno, no tengo experiencia así que lo malo incluso será bueno para mi.

- En el Edificio más imponente de toda Italia se encontraba la empresa más poderosa del País, Sacramento la Entidad Bancaria más prestigiosa incluso de Europa - El Presidente está en camino - Todos los empleados empezaron a sudar frío al recibir la información de que Alexander Santoro estaba llegando a la Entidad.

- Un SSC Tuátara se adentró en el estacionamiento privado que solamente es utilizado por el mismo demonio encantador de ojos azules, Alexander Santoro.

- Los empleados sintieron que le faltaban la respiración al ver a través de los cristales al imponente hombre desaparecer en el ascensor.

- Señor Presidente - El Vicepresidente ya lo había recibido con un café, se notaba que el hombre no estaba de humor.

- Continúen en lo suyo- Fue lo único expresado por Alexander, el hombre dejó escapar un suspiró al escuchar la orden de Alexander.

- Habían pasado una hora aproximadamente cuándo alguien se anunció- Señor Presidente tengo a Laura Parker queriendo hablar con usted.

-Déjala pasar - Contestó Alex.

- Tiempo sin verte querido - la sonrisa coqueta en el rostro de la mujer ya le daba a entender a Alexander lo que la rubia quería, ambos eran amigos y de vez en cuándo tenían sus aventuras, pero nada oficial y ella lo sabía.

- Tienes razón- Alex se puso de pie y cuándo estaba por saludarla cordialmente la mujer cambió el de lado el rostro, pero Alex había sido más inteligente.

- Laura, estoy casado - Ni Alexander se creía lo que acababa de hacer.

-A mi no me importa mucho menos me detendrá un anillo - respondió la mujer con arrogancia.

- No estoy interesado, así que si solamente viniste para eso estás perdiendo tu tiempo.

- Vaya la esposa te tiene bien, cómo lo ha tomado Carol o mejor aún vas a olvidar a Julia con tu mujer - El cuerpo de Alexander sintió un escalofrío al pensar en Amara cómo su mujer.

- Laura, te aclaró algo nadie se mete en mis asuntos así que mantente al margen de todo si no quieres que límite tu cercanía a mi.

- Alexander tarde o temprano volverás a buscarme. - Laura le guiñó el ojo y salió de la Oficina en el momento exacto que las puertas del ascensor se abrieron y de ella venía saliendo un Guardaespaldas con Amara.

- Buenos días - El guardaespaldas era el encargado de anunciarse.

- Buenos días- Saludó la recepcionista

- Puede comunicarle al señor que su esposa ya está aquí- Tanto la secretaria como Laura que estaba yéndose se sorprendieron la rubia no disimuló al mirar a Amara descubriendo que la mujer si era hermosa, y el anillo que reposaba en sus dedos dejaba en claro que ella era la Mujer del Mafioso.

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