CAPÍTULO 15

¿Qué vas a hacerme? - La voz de la mujer tembló.

Mejor pregunta que no voy a hacerte -  Alexander ejerció presión en el cuerpo de Amara a punta de pistola - ¿ Reconoces tu error?.

- Amara agachó la cabeza.

- Te lo voy a hacer recordar, te he dejado en claro que no quería a ningún hombre cerca de ti - Alexander hablo muy bajo en el oído de la mujer, logrando que tragará saliva - ¿Qué has hecho tú, Amara? Dímelo.

- La mujer dejó escapar un quejido de dolor, seguía manteniéndose sin mirar a Alexander.

- ¿Por qué te has vuelto cobarde? Alexander levantó su rostro y la agarró fuertemente de la barbilla- Amara, no solo te has mantenido cerca de un hombre también me has concedido dos besos.

- No fue mi intención hacerlo- Por fin. Amara había decidido hablar.

- Bueno, y cada acto tiene consecuencias Amara, te puse a prueba y en el primer día ya me fallas, desde mañana te vas a quedar en la Villa y no vas a salir ni un paso- Alexander volvió a pasear la pistola por el abdomen de Amara.

- No hagas eso por favor - los ojos verdes de la mujer miraron directamente los ojos azul cielo del hombre.

- Conmigo no funciona el Por Favor, he dicho que no vuelves y punto, pero si te portas bien y me obedeces te daré una prueba más, pero si fallas Amara ve olvidándote de volver a ver la luz del sol brillar y quiero ver el anillo de matrimonio en tu dedo - Alexander se apartó de ella gracias a que el teléfono celular sonó.

- Amara tenía la respiración agitada por la manera de tortura que implementó Alexander en ella.

- Voy a salir, quédate reflexionando el error que cometiste hoy y lávate la boca con cloro, y si quieres que el chiquillo esté se mantenga con vida, mantente alejado de él, porque lograr que desaparezca es fácil cómo pestañear - Alexander agarró su chaqueta y se dispuso a salir.

- Amara por su parte agarró rápidamente su teléfono celular buscando el número de contacto de Gael-  Amara había sido sincera ella sabía que era por la seguridad de él, cuándo el texto fue enviado la mujer se lanzó en la cama y se puso a llorar y entre lágrimas se había quedado dormida, cuándo volvió a abrir sus ojos se había dado cuenta que la noche ya había caído.

- Decidió salir de la habitación para su sorpresa todo seguía en silencio eso le indicaba que Alexander no había vuelto, pero cómo si hubiera invocado al mismo demonio las puertas fueron abiertas y por  ella venía entrando su peor pesadilla.

- ¿Ya has reflexionado en su totalidad?

Te encanta ser arrogante y estupido, déjame en paz - Se notaba que la mujer no estaba de humor.

- Dime algo que no sepa - Alexander se aflojó la corbata depositando su pistola por encima de la mesa - Ve a prepararme el baño para una ducha y sin quejas.

- Amara fue obediente y se fue a la habitación a prepararle el baño, y los minutos después Alex ya había llegado también, el hombre empezó a desnudarse lentamente desabrochando botón por botón, Amara decidió que era mejor salir, pero sus muñecas fueron sostenidas por Alex.

- ¿A dónde vas?

- En la cocina la mujer una vez más tenía los pelos de punta.

- Amara- susurró Alex, ambos sentían la tensión y aunque intenten pasar por alto cada vez podría costar más.

- ¿Qué? La voz de Amara se escuchaba muy baja.

- ¿Qué me estás haciendo? Llevó días haciéndome esa pregunta.

- ¿Qué es lo que tu me estás haciendo? Amara levantó la vista- Un minuto me amenazas, otro minuto estamos así cómo ahora.

- No existe respuesta para aquello - Alex estaba siendo afectado por la cercanía de Amara, mordiéndose los labios por el deseo de besarla, y el contacto de piel a piel con pequeños roces estremecía su cuerpo, lentamente fue acercándose más a ella - Solamente se que te deseo que me impacienta saber que otro hombre te pueda tocar - Sus manos recorrían el cuerpo de Amara, erizando la piel de la mujer.

- Alexander - Fue la única palabra que pudo pronunciar Amara, pero sus miradas decían mil palabras, sus respiraciones se mezclaban por la cercanía, el calor los estaba enloqueciendo en silencio y no sabían hasta que punto podrían soportarlo. Alexander colocó ambas manos a la altura de la cabeza de Amara, el hombre tenía clara sus intenciones el quería hacerla su mujer, suya en cuerpo.

- Su cercanía era una tortura quería tocarla hasta que ya no se contuvo y beso a Amara, tomando posesión de los labios de la mujer con fiereza, un beso que dolía por las pequeñas mordidas que el le daba, pero ella correspondió al beso de igual manera, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Alex, el torso desnudo del hombre se pegaba al pequeño cuerpo de Amara.

- Pequeños gemidos se escapaban de ella y unos movimientos torpes de insinuaciones iban poniendo en aumento la temperatura en el lugar, el beso no se había detenido en ningún momento dejando en claro la firmeza del deseo ardiente en sus cuerpos.

- Él quería tener sexo con ella hasta morir de placer y el solo hecho de imaginarse ese suceso lo hace perder el sentido.

- Alex - expresó Amara, intentando que el hombre se detuviera.

- No te detengas, Amara, hagámoslo se mi mujer entrégate a mi.

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