CAPITULO 13

La noche había llegado los rumores de que la esposa del Jefe se iría a la ciudad rápidamente recorrió los pasillos de la Casa Grande ocasionando la felicidad de Carol.

- ¿Amara ya estás lista?- la voz de Alexander se escuchaba en la habitación al mismo tiempo en que Amara venía envuelta en una toalla, el gritito de pánico de Amara hizo que Alexander frunciera el ceño, pero al ver la clavícula de la mujer hizo que tragará saliva - En 5 minutos te quiero abajo - El hombre salió de la habitación era la primera vez que ver el cuerpo semi desnudo de una mujer lo ponía nervioso y más al ver las seductoras gotas de agua recorriendo su cuerpo, Alexander se llevó las manos en el cabello algo no estaba bien.

- Ya estoy lista- Amara estaba sostenida por el barandal de la escalera con una maleta en manos, Alex no respondió dio unas órdenes a través del micrófono mientras salía de la casa con Amara siguiendo sus pasos, a estas alturas se podría decir que se sentía la tensión sexual entre ambos.

- Esta vez el propio Alexander conducía sus manos apretando fuertemente el volante y sus ojos mirando con demasiada concentración la carretera y con Amara a su lado se podía sentir los latidos del corazón de ella, ya no había dudas Alexander Santoro le gustaba a Amara y sin actos de amor el hombre generaba emociones desconocidas en ella, y quizás eso sea su error, ser prisionera de amor de alguien que solamente la ve cómo su ratón de experimentos.

- Una hora después el Ferrari rojo se estacionó en los portones de unos Condominios, lugar en donde solamente los poderosos tenían sus viviendas, Villas de La Costa, cuándo el vehículo siguió avanzando y se estacionó delante de una de las Villas más grandes del lugar hizo que el aire abandonará los pulmones de Amara.

- Alex se bajó sin ni quisiera dedicarle una palabra o avisó acerca de llegar a destino, el hombre subió las escaleras al 2 × 3, hasta que uno de los hombres vino a abrir la puerta.

- Señora, llegamos- Un hermoso joven extendió sus manos para que Amara descendiera.

Gracias. - Si algo caracterizaba a la joven era su amabilidad, segundos después ella siguió el mismo trayecto que Alexander oara entrar al interior de la Villa.

- Pensé que te quedarías hablando con tanta amabilidad con el Guardaespaldas- se podía notar a través de la voz del hombre que estaba un poco enojado.

- El joven fue amable algo que tú no fuiste capaz de ser - Atacó la mujer.

- Te quedarás esperando toda una vida no soy de abrir puertas, de enviar rosas entiendes yo soy de armas y de muerte.

- Por supuesto si eres un criminal - las palabras salieron de la boca de la mujer sin el menor preámbulo.

- Deja de hacerte la valiente- Alex, se acercó a ella y la empujo logrando que su espalda chocará con la pared - Amara por tu bien te advierto que no me tientes, no hagas que pierda la paciencia contigo.

- Entonces deberías entender que yo no soy cómo tú o como mi padre a ustedes les gusta que todos hagan lo que a ustedes se les antoje por eso estoy aquí contigo, porque según usted el mundo de la Mafia necesita herederos, líderes que aseguren la continuidad de tu criminal legado - Amara pronunció aquellas palabras con altanería total y el con el rostro en alto, pero las manos de Alex apretaron su cuello fuertemente al punto de casi asfixiar a la mujer.

- No te creas importante, no busco herederos, esa solamente fue una excusa más creíble para que tu padre me entregará a la pequeña de la Familia Mendoza, en este matrimonio siquiera habrá contacto sexual, Amara no estoy interesado en ti, mucho menos en traer hijos al mundo, y si quiero tenerlos ten por seguro que tu no estás calificada para ser la madre de mis hijos.

- Suéltame - Amara luchó para zafarse del agarre del hombre y lo logró- Alexander, no sabes que me alegra bastante escuchar que entre tú y yo no habrá sexo, prefiero mil veces entregarme a otro hombre antes que la mano en las cuales muchas vidas acabaron acaricien mi piel.

- Amara Mendoza nadie puede ponerle un dedo encima a la mujer de Alexander Santoro, nadie.

- Eso es algo que tú nunca sabrás ahora quítate y lárgate.

- ¿Quién te dijo, que yo voy a regresar a la base? Alexander se pasó los dedos por sus carnosos y sensuales labios.

- Entonces has lo que quieras ¿Cuál es mi habitación? Amara ya no quería perder el tiempo con el hombre, pero al ver la sonrisa maliciosa en el rostro de Alex supo que la respuesta que el le llegará a dar no era una buena idea.

- En la misma habitación que yo, como esposos dormiremos en la misma cama y es la tercera del lado derecho.

- ¿Por qué en la misma habitación? Prefiero dormir en la cocina.

- Suficiente Amara - Alexander estaba enojado y se notaba en las ondas de fuego arremolinándose en los perfectos ojos azules de el - Si no quieres que te meta un jodido balazo obedece mis órdenes y nunca, escúchame bien, nunca vuelvas a responderme como hace un minuto, nadie desafía mi autoridad te lo estoy diciendo varias veces.

- Amara sabía que había tocado un nervio del hombre y obedientemente se dio la vuelta- Quieta, aún no te he dicho que te puedes retirar, me vas a preparar la cena y luego te retiras - La mujer apretó los puños, pero no protestó, Alexander para su tranquilidad subió las escaleras, ni bien cerró las puertas de la habitación la frustración en sus ojos y en su rostro era imposible de ocultar- ¿Qué me estás haciendo, Amara? Lo único que pudo haber fue quitarse la ropa y meterse en la ducha debía quitarse de encima aquel raro cosquilleo en su interior, que Amara lo haya enfrentado despertó sus deseos de someterla, de que sus manos su recorriera su cuerpo.

- 15 minutos después el olor que desprendía la cocina llegó a las fosas nasales del hombre y lo distinguía perfectamente era la Pizza Napolitana el plato tradicional en Italia, cuándo Alex bajó se fue directamente a la cocina y allí confirmó sus sospechas era pizza y de sus favoritas.

- Solamente había este ingrediente y te lo prepararé no se si sea de tu agradó.

- Está bien - Fue la única respuesta dada por el hombre, la intensidad de hace rato había bajado totalmente.

- Alex se había quedado sorprendido de la delicia que había preparado, Amara en las pizzas parecía experta, pero no se lo iba a decir - Ya puedes retirarte - Eso fue lo único que Expresó el hombre y se levantó.

- Unos minutos después Amara entró en la habitación que estaba completamente oscura se colocó la pijama y se acostó al lado de Alexander, al momento en que Amara se acostó a su lado se pudo observar a través del brillo de la luna que sus ojos azules estaban abiertos y era la primera vez que estaban acostados en la misma cama y quizás sea la primera de muchas.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***