CAPÍTULO 17

Señor, uno de sus guardaespaldas me acaba de informar que su esposa ha llegado, de hecho tengo a una joven delante de mi - La secretaría tenía sus dudas, pero no quería cometer alguna imprudencia.

Déjala pasar es mi esposa - Las palabras pronunciadas por Alex dejó sorprendida a la secretaria, pero no era nadie para juzgar.

- El señor la espera en su oficina, dígame por favor- Amara siguió los pasos de la mujer mientras Laura tenía la mirada de odio hacía Amara.

- Cuándo la puerta fue abierta la figura de Amara entró en el campo de visión de Alex y para la mujer fue imposible no sentirse avergonzada recordando su encuentro sexual con Alexander.

- Siéntate tengo algo que informarte - se notaba que Alexander iba a decir algo importante. - Mañana por la noche vas a actuar de encubierta en el Bar del Sur, vas a entretener a un hombre mientras su mercancía pasa a mis manos.

-El rostro de Amara se había quedado sin rastros de sangre al escuchar la palabra entretener - ¿ Por que yo? Preguntó la mujer tratando saliva.

Porque es una orden mía y nadie está calificado para cuestionar mis ordenes y por tu bien Amara, has bien eso de lo contrario olvídate de la Univeridad y te llevaré de regresó a la Base del Inframundo y estarás encerrada en el calabozo - Alexander tenía la maldad en su mirada y en el fondo disfrutaba ver la reacción temerosa  de Amara.

- Cuándo la pareja había vuelto en la Villa, Alexander se había metido en el estudio mientras Amara no podía estar tranquila, así que le mando un mensaje de texto a su hermana - Ve todas las formas de escape posible lo más rápido que puedas.

- La noche estaba tranquila una copa de vino en manos del hombre que observaba el cielo a través del balcón, Alexander de vez en cuándo dirigía su vista a la mujer que dormía plácidamente en la cama, sus piernas no eran cubiertas por la colcha y para el hombre fue inevitable no acordarse de la noche de ayer, cómo sus manos acariciaban el cuerpo de la mujer, sus gemidos, y la maravillosa sensación de tenerla debajo de su cuerpo.

- No Alexander Santoro no se te debe olvidar que el único sentimiento que ella debe despertar en ti es el odio - Con aquel pensamiento el hombre bebió su bebida y salió de la habitación.

- Al día siguiente Amara al abrir sus ojos lo primero que noto fue que del lado de Alexander la cama estaba perfectamente extendida eso solo significaba una cosa el hombre no durmió con ella. Cuándo bajó al segundo piso tampoco se encontraba a la mujer le dio igual empezó a prepararse, pero para su mala suerte  ningún chófer o guardaespaldas estaba cerca, pero cualquier cosa era mejor que quedarse en la casa.

- ¿A dónde crees que vas? La voz de Alex se escuchó desde el segundo piso, asustando a Amara.

- En la Universidad dónde más, Jefe - Amara vio que Alex levantó el celular segundos después un vehículo se estacionó delante de sus ojos, Amara se subió en ella posteriormente salieron del terreno de Alexander.

- Cuándo llegó a la Universidad la primera en recibirla fue Lorena - No respondí tu mensaje por temor a que Alex lo encontrará, el viernes tendremos clases hasta las 9 nada más, un amigo nos esperará detrás de la Universidad y posteriormente nos llevará a su hacienda de allí tomaremos un vuelo privado y nos iremos a Paraguay.

- Es magnífico, solamente espero que no nos encuentren antes.

- No lo harán tu confía en mí, ahora dime por qué tan rápido.

- Lorena, no creo soportar por mucho tiempo hoy me usará de encubierta para que el le pueda robar un cargamento a uno de sus socios.

- Alexander Santoro no es de robar cargamentos estoy segura de que es ajustes de cuentas, así que después de eso es probable que el enemigo te busque hasta debajo de las rocas, tu solo mantén la calma síguele el juego que el  viernes acabaremos con esto.

- La noche había llegado demasiado rápido, cuándo un vestido negro reposaba por encima de la cama, Amara lentamente empezó a desvestirse, pero en ese momento Alexander también venía entrando.

- ¡Amara! La voz del hombre rápidamente se había vuelto ronca y su mirada azul se volvió más intensa mientras que la mujer respiraba con dificultad, Alex como tan solo mirarla como queriendo devorarla, genera sensaciones raras en ella.

- Me estoy vistiendo puedes salir - Amara intentó que su voz no la delatara.

- Eres mi mujer, no estás calificada para negarme que te vea - El hombre empezó a acercarse.

- Una mujer que se lo vas a entregar en bandeja de plata a otro hombre- Amara encontró las fuerzas para retroceder recordando lo que Alex la estaba obligando a hacer está noche.

- Incluso si hago eso, sigues siendo mi esposa y mi mujer- El hombre volvió a dar dos pasos.

- Aléjate Alexander no quiero que me toques.

Que lástima yo quiero tocarte - Alex ya estaba bastante cerca y la espalda de Amara ya toco la pared.

- Alexander, no lo hagas por favor - Ella sabía que si el insistía ella caería.

- Convéncete primero a ti misma - Luego de pronunciar aquellas palabras las manos se del hombre la agarraron del cuello besándola con vehemencia como si de aquel beso dependiera su vida, entre beso y beso las manos no se quedaron quietas, Alex empezó a desabrochar el sostén de la mujer - Pequeña Ada, lo quieres tanto como yo.

- El rostro de Amara estaba sonrojado, pero las ganas eran más fuertes, cuándo envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Alex y este la recibía con emoción hasta trasladarla en la cama,. Las prendas desaparecieron y un gemido ronco se escapó de él cuando la penetró profundamente. El movimiento de caderas, el choque de dos cuerpos extasiados de placer retumbaban en la habitación, el estaba emocionado, sus ojos dilatados lo dejaban claro.

- Vamos nena vente conmigo - Con aquellas palabras el galopo su cuerpo con rudeza, pero sin lastimarla hasta que encontraron su liberación el grito de ambos llegando a la cúspide de sus emociones erizo la piel de Amara.

- Sus cuerpos sudados y el mirando toda su desnudes acomplejo a Amara.

- Te ves hermosa así- Las palabras salieron sin necesidad de la boca de Alex, segunidos después volvió a besarla, hasta que salió de su interior y fue directamente a la ducha, pero no sin antes realizar una llamada. Mientras que Amara envolvia su cuerpo en la sabana, pensando en lo que acababa de hacer, y de la manera en la que reaccionó ante él encanto seductor de Alexander Santoro, esto se estaba convirtiendo en una trampa de amor.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***