Matrimonio Por Elección II La Descendencia Yankelevich Green

CAPITULO 05

Nashira no sabía qué hacer, después de un largo beso volviendo a sus sentidos tratada de separarse; cuando lo escucha que le dice con su voz llena de dolor y suplicante.- no me rechaces por favor, yo te amo déjame estar contigo, déjame sentirte, déjame hacerte mía, mostrarte lo mucho que te amo y deseo.

Nashira se queda sorprendida por lo que escuchaba y ese beso que le dio dejándola tan desconcentrada; quería decirle que si estaba con siente de lo que le decía, que si no se estaba equivocando, cuando siente como la vuelve a besar con un beso más desesperado y ardiente, haciéndola que tocara las mismas nubes, su mente se llenó de ese deseo que le trasmitía con ese beso.

Poco a poco él fue acariciando su cuerpo sobre su ropa, ella se sintió tan sorprendida y muy nerviosa, ese beso fue subiendo de intensidad, sus manos empezaron a quitarle la ropa.

Nashira por un instante pensó en detenerlo, algo dentro de ella le decía que esto estaba mal, pero sus besos y sus caricias eran tan reales, tan intensas que su cordura dejo de tener sentido; ella se dejó llevar por esos beso y esas caricias que fue dejando por todo su cuerpo, poco a poco la fue dejando sin ropa. Él estaba tan desesperado por poseerla que solo bajo su pantalón y su bóxer, entrando en ella tan impulsivamente, con un arrebato que ella al sentirlo no pudo evitar estremecerse y sentir un dolor intenso.

Nashira sin pensar queriendo soportar el dolor lo muerde en el hombro y se aferra a su espalda tratando de soportar lo que sentía. sus cortas uñas logran encajarse en su espalda arañándolo; él estaba desbordado lleno de placer, haciéndola como él deseaba, poseyendo su cuerpo a su antojo, no podía controlarse, el placer que lo hacía sentir era tan intenso, único, algo que nunca había sentido.

Adib estaba tan descontrolado sintiendo un placer que lo hacía perder cualquier sentido, la besaba desesperadamente, la acariciaba sin control, era un éxtasis que lo hacía sentir un placer inigualable.

Cuando estuvo satisfecho se recuesta a lado y la abraza, le da un beso en su frente, sierra sus ojos para dormir un poco, entre dormido y despierto le dice.- Telma eres increíble, te amo mi reina.

Nashira al escuchar lo que decía se levanta quitándose de sus brazos, cuando lo mira se da cuenta que se había quedado profunda mente dormido, inconscientemente sus lágrimas empezaron a salir sin control, lleva sus manos a su boca para tratar de apaciguar el ruido de sus sollozos, quería controlarse.

un dolor muy fuerte sentía en su corazón, se levanta y toma su ropa, se cambia desesperadamente tratando de no hacer ruido, sus ojos no dejaban de llorar por el dolor que sentía.

Cuando termino de vestirse salió tan rápido como pudo, al salir de la empresa tomo un taxi y se fue directo al departamento, al llegar y darse cuenta que Adriel no había llegado sintió alivio, no quería que él supiera lo que paso. Se fue a su cuarto se metió a bañar, se queda sentada bajo la regadera dejando que el agua cayera sobre ella y se llevara sus lágrimas que no dejaban de salir; las palabras que dijo las tenía grabadas en su memoria, pensaba “esta noche él no hizo el amor con migo sino con ¡Telma!, me confundió con ella, que tonta fui como no me di cuenta que esas palabras de amor no eran para mi sino para ella; Adriel tenía razón yo no debí enamorarme de él, eso solo me iba a lastimar” mientras pensaba en el error que había cometido se golpeaba su cabeza con sus manos, maldiciéndose a sí misma, enojada consigo misma, furiosa por haberse ilusionado sabiendo que él amaba a otra.

Después de unas horas ella sale del baño, se pone su piyama y se acuesta en la cama, no podía dejar de llorar se sentía un vacío, un dolor tan profundo; deseaba tanto estar entre los brazos de su madre y su padre, sentirse protegidos por ellos. entre su cansancio, su dolor y sus lágrimas poco a poco ella se fue quedando dormida.

Eran las 7:30 cuando Adib despertó confundido sin saber dónde estaba, su cabeza le dolía, su cuerpo lo sentía cansado; una vez que se concentró se da cuenta que está en su oficina, trata de levantarse y al verse estaba todo mal vestido, su pantalón desabrochado, su camisa tenia algunos botones desabrochados, estaba algo manchada de rojo de la orilla, se sintió confundido no entendía por qué estaba así, se levanta faja su camisa y abrocha su pantalón, va y se deja caer en el sillón. Miraba todo el desastre que había en su oficina, trataba de recordar que había pasado, solo recordaba cuando salió del bar y se fue a la oficina donde siguió tomando, no recordaba que había pasado después o a qué hora se había quedado dormido.

Se levanta y se va al baño que estaba dentro de su oficina, se mete a bañar una vez que termina toma el traje que tenía ahí por alguna emergencia, se cambia una vez que estuvo listo recoge la ropa que traía puesta, mira su camisa blanca con esa mancha roja sin entender de donde la había obtenido, sin querer pensar más deja la ropa en un tambo que tenía ahí para la ropa. Se pone a trabajar, aunque se le hacía difícil concentrarse sus pensamientos estaban en Telma y en lo mucho que le dolía esta separación.

Adriel llego muy temprano al departamento muy fresco, recién bañado y cambiando, listo para ir al trabajo, va directo al cuarto de Nashira para ver si estaba lista para ir a trabajar.

Al llegar a la puerta trata de abrirla y por primera vez esa puerta tenia seguro, estaba sorprendido, con su voz inquieta le dice.- ¡Nashira! ¿Porque estas encerrada? Esto es muy raro, ¿Qué estás haciendo ahí adentro? Sal que tenemos que ir a trabajar, ya es tarde.

Nashira al escuchar su voz y como tocaba la puerta desesperadamente despierta, al escucharlo con voz muy decaída le dice.- ¡Adriel! Hoy no iré a trabajar, creo que amanecí un poco indispuesta, me duele la garganta y me siento cansada, solo quiero descansar este día.

Adriel escuchaba muy rara su voz, inseguro y algo preocupado le dice.- abre la puerta quiero verte, te escucho muy mal.

Nashira con su voz quebrada le dice.- solo déjame sola, estaré bien, ve a trabajar no tienes que preocuparte por mí. Adriel por favor solo por esta vez déjame sola, necesito estar sola te lo pido como un favor.

Adriel trataba de entender su voz tan decaída, no quería irse y dejarla sola pero tampoco quería obligarla a que hablara con él, con su voz preocupada le dice.- está bien te dejare sola, pero cuando regreses tendrás que explicarme que pasa contigo.

Adriel indeciso se fue a trabajar, al llegar a la oficina se va directo a su taller y trata de ponerse a trabajar, su mente solo estaba en ella y estaba preocupado por ella, nunca la había escuchado así o que faltara a trabajar, algo tenia seguro algo malo le pasaba y él tenía que saberlo, ayudar a su amiga.

Eran las 11am cuando llego Adib al taller fue directo con Adriel que lo encuentra distraído, era raro verlo así, con su voz intranquila le dice.- ¡Adriel! ¿Qué te pasa? Este muy raro.

Adriel se sorprende al escucharlo tira la regla y el lápiz que traía en la mano, voltea a verlo; con su voz intranquila le dice.- estoy preocupado por Nashira, hoy se encerró en su cuarto y me pidió que la dejara sola, pero su voz se escuchaba tan decaída; ella es muy alegre, nunca se encierra, siempre es la primera en estar lista para venir a trabajar así este enferma. ¡Adib! no sé por qué pero me siento muy inquieto, algo no me gusto en su voz, porque ni siquiera me dejo verla.

Adib al escuchar que Nashira no estaba bien se preocupó por ella, quería saber cómo estaba; con su voz inquieta le dice.- ¡Adriel! Tú quédate a seguir trabajando, yo iré a ver como esta. No te preocupes yo te informo como esta.

Sin esperar a que le respondiera sale del taller y se va directo a su carro, toma el camino para el departamento a buscar a Nashira; algo lo inquietaba y que le dijera que estaba mal sintió una necesidad inexplicable de ir a verla. Al llegar al departamento estaciono el carro, un extraño nerviosismo lo invadió, se sintió inseguro de subir y verla, no entendía lo que pasaba; toma un gran bocado de aire se baja del carro y va directo al departamento, al estar frente a su puerta toca el timbre.

Nashira al escuchar el timbre sin nada de ganas se levanta de su cama, se va directo a la puerta, por instinto abre la puerta sin pensar; al abrir la puerta lo primero que miro fue el rostro de Adib, sentía que su corazón latía tan rápido, los nervios la invadían y una tristeza de recordar lo que había pasado.

Adib al ver su rostro mira una extraña tristeza y sus ojos muy hinchados que se miraba que habían estado llorando, con su voz insegura le dice.- ¡Nashira! ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas así? Dime ¿Quién demonios te lastimo? Nunca te avía visto así.

Nashira lo escuchaba sin saber que contestarle, no quería verlo, ni hablar con él, tenerlo enfrente para ella era una tortura; con su voz quebrada le dice.- deberías irte, no deseo hablar contigo.

Adib se sorprende al escucharla ella siempre era muy amable con él, nunca lo había tratado de esa manera, su voz sonaba como si estuviera dolida con él; se sentía inquieto y inconscientemente sentía una culpa extraña por verla así.

Al verla que se da la vuelta dejándolo ahí sin decir nada más él la toma de del brazo, con su voz desesperada le dice.- ¡Nashira! No me dejes así, dime ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas así? Somos amigos yo siempre te cuento lo que me pasa y en muchas ocasiones me has ayudado, por favor déjame ayudarte; tal vez si me cuentas y te desahogas conmigo te sirva, no me gusta verte así.

Nashira no quería ver su rostro, sus ojos se llenaron de lágrimas tratando de evitar que salieran, con sus ojos clavados en el suelo, escondiendo su rostro con su cabello para que no la viera, tratando de hablar de manera natural le dice.- por favor déjame sola, mañana estaré bien.

Adib se sentía desesperado verla así lo hacía sentir una culpa que no entendía; se acerca a ella sin soltar su brazo, con su otra mano toma su mentón levantándolo hasta ver su rostro, al verla sus ojos empezaron a llorar, su rostro se miraba triste, con su voz desesperada le dice.- no pienso marcharme hasta que me digas que te pasa, mírate como estas, veo que no puedes dejar de llorar y estoy seguro que algo muy malo tuvo que pasarte para que estés así. Nashira déjame ayudarte, apóyate en mí, yo soy tu amigo y sabes que te quiero mucho; por favor apóyate en mi.

Nashira al escuchar sus palabras solo hacía que su dolor se hiciera más real, quería decirle no es nada malo son cosas sin sentidos pero al querer hablar no pudo pronunciar una sola palabra, sentía un nudo en la garganta y un fuerte dolor en su corazón, sus lágrimas salieron con más fuerza, dominada completamente por ese dolor que sentía, sin saber que hacer o que decir, solo se le quedo viendo con ese dolor en sus ojos.

Adib estaba desesperado le dolía verla así llorando con tanto dolor, instintivamente la abraza tratando de consolarla; con su voz desesperada le dice.- ¡Nashira! Dime ¿Qué te pasa? ¿Quién te hizo daño? Déjame ayudarte, no me gusta verte así, me duele no saber cómo ayudarte.

Nashira sentía sus brazos que rodeaban su cuerpo aprisionándola asía él, dejándola oler su aroma, sintiendo su respiración en su frente; con su voz quebrada le dice.- ¡Adib! Suéltame no puedo soportar más estar entre tus brazos, me estas lastimando, necesito alejarme de ti.

Adib no entendía por qué le decía eso, sus palabras lo confundían; con su voz insegura le dice.- no te entiendo, acaso ¿hice algo que te lastimara? Por favor dime ¿Qué pasa?

Adib la toma de sus hombros y la separa un poco de él viéndola fijamente a sus ojos, podía sentir su respiración en su rostro, su olor era lo que respiraba; fueron 20 segundos donde se miraron fijamente, un tiempo que los dos sintieron como su hubieran sido horas, cuando Adib entre sus lagunas mentales recordó ese olor haciéndolo recordar lo que paso en su oficina, desde el momento en que la beso su sabor, las caricias y lo bien que se sintió al estar con ella, sus recuerdos, las imágenes le llegaron una tras otra.