Capitulo 005

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El omega despertaba acostado en el pecho del alfa en la gigantesca cama ya que el sol de la ventana pegaba en su rostro.

Sonrió con picardía al recordar todo lo que pasó en la noche, ese hombre si que sabía cómo satisfacer a un omega.

Se preguntaba cómo un alfa con semejante cuerpo, muchos omegas muriendo por el y una gran p*ll* entre sus piernas estaba tan solo.

De solo pensar que el alfa tendría otro omega su lado lobo gruñó muy fuerte en su interior, movió sus cabeza para quitar todo tipo de mal pensamiento y se subió a horcajadas de el alfa para despertarlo mientras chupa su lóbulo de la oreja.

—alfa~ despierta ya~ alfa~— dijo el omega con una voz seductora mientras se frotaba en el haciendo que se remueva—alfa~ debes llevarme a la casa de mis tíos~ deje mi auto allí para que me comieras como quisieras, no seas perezoso daddy~— ante lo dicho el omega sonríe con picardía al ver que habré sus ojos y le da dos fuertes nalg*d*s—¡Oh~!¡Daddy! Buenos días~.

El alfa tomó su rostro con una de sus manos y lo besó de forma posesiva mientras apretaba sus glúteos con su otra mano—buenos días para ti también baby, pensé que no te abrías creído lo que te dije ayer y te habías largado apenas amaneció— dijo el alfa y el omega frunce sus cejas.

—Eres mi daddy, prometiste tenerme para tí, no me iba a ir si me satisfacías tan bien, además cuando quiero algo debo tenerlo solo para mí— dijo el omega y el alfa se incorpora para sentarse con el chico en su regazo y besa su cuello.

—Entonces lo que tenías planeado era tenerme solo para tí— dijo el alfa besando su cuello—que yo sea tu alfa.

—pero para eso debes coetejarme— dijo el omega tomando el rostro del alfa.

—eso debí hacerlo antes de acostarme contigo— dijo el alfa con una sonrisa burlona a lo que el omega have un puchero.

—Pero si no lo hacía no me toparias, eres un alfa muy reconocido y de un linaje muy puro, muuucho más puro que el mío, debes ser mi alfa, mi daddy— dijo el omega sin quitar el puchero de sus labios.

—Eres muy joven, esto puede dañarte ¿De verdad quieres un alfa cómo yo?— dijo el alfa mirando sus ojos.

El omega comenzaba a enojarse—¿Cuántas veces debo repetirlo?¿Debo hacerte un amarre acaso?— ante lo dicho el alfa ríe y lo apresa más en sus brazos cuando intenta zafarse de él.

—Esta bien , está bien, te creo, menor vamos a limpiarnos, debo llevarte a la casa de tus tíos y yo ir a mi casa para después recogerte en tu casa en la noche—dijo el alfa tomando al omega de sus piernas quién las enrolla en sus caderas cuando el alfa se levanta con el en brazos para ir directo al baño.

*Esta saliendo como querías, el caerá ante tí enamorado, pero no vayas a caer tu también ante él* decía su conciencia cuando era acariciado por el alfa que pasaba el jabón por todo su cuerpo al igual que el lo pasaba por su cuello y abdomen.

Pero su lado omega le pedía a gritos corresponder al alfa, su alfa.

Porque eso era, pero no debería de ser así.

Pero ya no hay vuelta atrás.

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El omega llegaba en su auto a su apartamento, habían intercambiado números y el alfa le mando un mensaje diciéndole que lo vendría a buscar a las 7, sonrió con satisfacción al ver el mensaje, estaba en el ascensor cuando le llegó.

Cuando llegó a su apartamento y abrió la puerta se encontró a su padre cambiado de ropa en su silla de repuesto, de brazos cruzados mirándolo con dureza y el ceño fruncido.

—¿Me puedes explicar a qué fuiste a esa fiesta? Jamás te ha gustado estar en fiestas de etiqueta, ni por cortesía, y de la noche a la mañana vas a la de tus tíos— dijo y el omega cierra la puerta y suspira.

—tuve cosas que hacer— dijo sin más rascando una de sus orejas peludas.

—¿De verdad?¿Como acostarte con Luján o su padre?— al decir eso el omega para su caminar hasta su cuarto y se voltea— no es que me meta en tu vida privada, pero si se trata de dañar tu moral solo por vengarte estás haciendo las cosas mal, si, se que perdí todo, pero quien tuvo la culpa fui yo por ser tan idiota al creerle, no quiero que te hagas daño mi cachorro, puedo recuperar todo otra vez trabajando, no me pesa hacerlo.

El omega se acerca y se pone de cuclillas en frente de su padre— no estás en edad para hacer esas cosas papá, quién debe ocuparse de ti soy yo, ya has hecho mucho con cuidarme y darme todo estos veinte años, no pasará nada, y sí tienes razón, me acosté con el padre de Luján, que te puedo decir— dijo el omega y su padre se sobo su cien.

Por más que quisiera no decirle nada a su padre, su vínculo era tan fuerte que aunque él no se lo dijera el ya lo sabía todo con lujo de detalles, además de que nunca se ocultaron nada sean buenas o malas las verdades una de las razones por las que su lazo por más que estuvieran en desacuerdo no se rompía.

—Sabes que te respeto y es tu vida, pero me meteré si estás haciendo esto por algo que no vale la pena— dijo su padre y el omega vuelve a suspirar—¡Por Dios!¡Podría ser tu padre!¡Vas a perder mucho haciendo esto! Hijo no vale la pena— dijo el alfa.

—¿Recuperar lo que es tuyo no vale la pena?— dijo el omega y el alfa niega con la cabeza.

—no si vas a salir lastimado de esto, no quiero que tú corazón esté más roto de lo que ya lo está, mi fortuna me vale un comino si te voy a ver sufrir cachorro— dijo el alfa a punto de llorar—eres mi hijo, mi cachorro, mi deber es velar por tu felicidad.

—y yo seré feliz cuando esa mujer se vaya a la cárcel y tú recuperes todo— dijo el omega abrazando a su padre.

Aunque en realidad no sabía del todo si de verdad sería feliz.

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