Tengo que disculparme

–Ya no llores Mauricio- me dijo el. –¿quieres que te lleve a tu casa? ¿O quieres ir a otro lado?- me preguntó y yo negué con la cabeza mientras secaba mis lágrimas.

–No, no a mi casa, ¿Podría llevarme a casa de Mirna?- Tengo que disculparme por lo mal que la trate.

–¿Qué piensas hacer?- me preguntó el.

–Me disculpare con ella.–

–Mauricio, ¿Seguro que quieres hacer eso? Puedes hacer lo que quiere tu padre y alejarte de ella, ella te quiere pero con el tiempo te va a olvidar! Así que con el paso del tiempo ninguno de los dos sentirá nada por el otro

–¿ Profesor?- Será que el profesor quiere que terminemos?

–¿Si Mauricio? –

–No quiero, la quiero a ella, y los concejos de mi padre ya no son importantes para mí.!-

El sonrió.

–Bien dicho vamos, creí que no lo dirías.- me estiró la mano para ayudarme a levantar después caminamos a su auto.

Yo en todo el camino no dejaba de ver por la ventana, solo pensaba en como me disculparía, ya en un par de horas será media noche el cumpleaños de mi linda novia, y no puedo llegar tocando a la puerta, y estoy seguro que no me abrirá y si le llamo no me responderá.

El auto del profesor se detuvo frente a su casa.

–Gracias por traerme!- le dije y salí de su auto.

“Ya se ¿Y si me meto por la ventana?”

Comencé a escalar por la pared por suerte es un segundo piso las alturas me dan vértigo, me comencé a marear y me agarre con fuerza, cuando estaba frente a su ventana la abrí muy despacio.

Me siento como un ladrón.

Para mí sorpresa ella dormía, en su cama, me quedé embobado viéndola dormir, es hermosa, es la niña más preciosa que allá visto en mi vida, la quiero.

Pase mis dedos por su mejilla y su frente, su respiración era tranquila y serena, me acerque a ella y le di un beso en la frente.

–Mauricio que…? ¿Qué haces aquí?- dijo entre sollozos y con sus pequeñas y lindas manos se tallaba los ojos.

–Mirna me perdonas!?- dije viéndola.

–¿Viniste solo a eso, pudiste haberte disculpado otro día, solo quiero dormir!- dijo ella estirando las manos en lo alto, después se dio media vuelta y se arropó.

–Mirna, por favor. Solo quería hacerlo hoy, no soporto saber que estás molesta conmigo. Me acosté en el espacio que quedaba de la cama y la abraza.

–Eres lo único real que tengo y no quiero perderte!- le dije muy cerca del oído.

Ella se dio media vuelta quedando frente a mi.

Sus hermosos ojos verdes se clavaron en los míos.

–Mau no me vas a perder, solo estaba molesta por como me hablaste no es como si fuéramos a romper.– … –Creo que todos los novios discuten y esa fue nuestra primera discusión.–

–Pues no me gusta!- … –Mirna tengo algo que decirte!- Tengo que decirle lo de la apuesta, si ella se entera por alguien más ahora sí la voy a perder.

–Que cosa?-

–José y yo… el me…– no podía decirle, tengo miedo, mucho miedo.

–Mau solo dilo!- dijo ella.

–Mirna, me enamoré de ti!- … –José y yo hicimos una apuesta.– dije a marcha velos mientras ella parecía meditar palabra por palabra.

–Una apuesta?- ella me miraba como diciendo, Mauricio cuéntame más.

–Mirna, lo siento, no debí caer en ese juego, solo que soy muy inmaduro, y creí que estaba bien lo que hacía, tu me gustaste desde el primer instante que te vi, desde que vi tus hermosos ojos y tu cara de ángel, ya se que es el físico y con el tiempo se acaba, pero me pareciste hermosa, hiciera o no la apuesta con el no me iba a alejar de ti hasta que no fueras mi novia, pero mientras me acercaba a ti me di cuenta que eres asombrosa además de hermosa, eres tierna, madura algo que yo no soy, eres cariñosa me encantan tus mensajes por la mañana y por la noche, me encanta verte reír y me encanta que te metas en problemas por mi, Mirna tu me…–Ella no me dejó terminar y me beso

¿No debería de estar más molesta de saber de la apuesta?

Nuestro beso era lento y dulce, ella lo es todo para mí.

Nuestros cuerpos estaban tan cerca, pero no intente nada más, que besarla.

Cuando el beso termino ella recargo su cabeza en mi pecho y yo la abrace.

–Dime por qué estabas realmente molesto en el parque?-

–Por que todo me salió mal, Mirna, seguí un mal concejo, quería sorprenderte por tu cumpleaños, pero me robaron mi bicicleta, y me golpearon, después recordé lo que dijo mi padre que no era necesario regalarte nada y ser frío era una buena opción, así que decidí hacer caso a su consejo, pero te lastime.–

–Sabes Mau a las mujeres por naturaleza nos gustan los detalles, y no necesariamente tiene que ser algo grande.

–Pero yo quería algo especial!-

–Si, lo se, pero Mau las mujeres somos felices con tan solo una barra de chocolate, una rosa robada de algún jardín, una paleta no importa lo más pequeño que sea el detalle, o un me he enamorado de ti.-

–Te gustó que te allá dicho que me enamoré de ti?-

–Si me encantó, gracias por decirlo Mau!- ella me abrazo con más fuerza.

–Mirna siempre me he sentido tan solo, hasta que te conocí.

Ella volteo a verme.

–Por que te sientes solo, tienes a tu familia?-

–No, madre y padre pelean todo el tiempo, mi hermana es linda pero no me puede decir Mau no hagas eso, al final del día siempre estoy solo, en estos días, es como si una venda de mis ojos se cayera respecto a mi padre.

–Por que dices eso?-

–Hace unos días el volvió de su viaje y ¿Sabes cuántas noches ha dormido en casa?-

–He!-

–solo una, he visto a mamá llorar pero siempre cuando trato de preguntar me cambia el tema y comienza a sonreír, me trata como si fuera un tonto que no sabe lo que pasa, Mirna ya no soy un niño, se que entre ellos las cosas no están bien!-

–Entonces por qué siguen juntos, no deberían divorciarse?-

–Lo se Mirna, yo aceptaría que ellos se divorcien pero tengo miedo de que mi hermana crezca sin un padre, el por años fue mi super héroe, siempre decía que cuando fuera grande quería ser como el, pero ya no lose, no quiero ser alguien que goza lastimando a los demás.

–Entonces se tu mismo, te sorprenderías lo maravilloso que eres Mau!-

–El profesor me dijo lo mismo!- … –Hable con el hace un rato y es bueno dando concejos, Mirna cuando sea grande quiero ser como el!-

–Mau–Ella comenzó a reír. –Solo cambiaste de una figura de admiración por otra, te apuesto que el profesor también tiene defectos.–

–Si, entonces seré… –Hice como si pensara, y me puse a reír, obvio que no quiero ser como nadie más solo quiero ser yo mismo

–Solo se tu mismo mi amorcito.– dijo ella, me encanta cuando me dice amorcito suena tierno.

–Mirna, quiero ser como tú!- ella me dio un golpe con la palma de su mano en el pecho, la agarre me dolió.

–¿Qué tiene de malo?-

–Mau tengo más defectos que tú!-

–Eres perfecta para mí.–

–Si claro, eso no dirás en 20 años, dirás, vieja no lavaste los traste, ¿Qué hiciste todo el día?-

Comencé a reír.

–Eso quiere decir que te ves casada conmigo?-

Ella dejo de reír y su mirada se perdió en la mía, me incline para besarla y este beso y el pasado han sido maravillosos.

La atraje a mi como un imán, sin darme cuenta ya estaba sobre de ella, y mis besos bajaban por su cuello.

Nuestras respiraciones estaban agitadas, deseaba tanto besarla, tenerla.

–Mau, no deberíamos!- dijo ella y dejé de besarla, me deje caer del otro lado de la cama.

–Perdon!- dije.

–Soy virgen y no creo que esté bien aún somos jóvenes y…–

–Yo no soy virgen, Mirna.–

–¿No, pues a qué edad fue tu primera vez?-

–A los 15 con mi ex novia, ambos estábamos jugando y una cosa llevo a la otra, ¿Tu y Jesús nunca trataron?-

–Bueno el trataba más que yo, siempre se molestaba cuando no quería!- dijo ella triste.

–Te forzaba?-

–Una vez estábamos en su casa y no había nadie me llevo con engaños a su casa por qué yo no quería ya estar a solas con el por que siempre intentaba cosas conmigo, el dijo que era cumpleaños de su mamá y que quería darle una sorpresa y recuerdo que hasta fuimos a comprar pastel, cuando llegamos pregunté que si dónde estaba su mamá y dijo que de viaje, el se acercó a la puerta y puso seguro, después se acercó a mi y el…–

–Mirna ese maldito idiota ya se ganó me desprecio!- dije molesto.

–El trato de que estuviéramos juntos pero yo no quería, no sé ni cómo salí de su casa pero no pare de correr.

–Por que no terminaste con el?-

–Por que lo quería, el no era así antes, creí que algún día el volvería a ser como era. – Mirna.

–Mirna, el profesor me contó que su mujer nunca lo dejo a pesar de su indiferencia, creo que eras como su esposa, no puedes quedarte con alguien que te humille y pisotee, tu vales mucho.–

–Mau, tu no quieres tener sexo conmigo!-

–No, no sexo!-

–¿Pero hace un momento?-

–Jamás tendría sexo contigo creo que yo te haría el amor, tener sexo y hacer el amor no es lo mismo!-

–¿No?-

–No, sexo es algo pasajero, algo que haces con un desconocido o así, hacer el amor es estar con alguien que amas!-

–Ho!-

–Como quieres que sea tu primera vez?- No sé por qué nuestra conversación tomo este ritmo pero me gusta que no nos avergoncemos al hablar de estos temas.

–No se mágica y con protección no quiero un embarazo no deseado y aún soy joven.

–Pues. –Veo mi reloj. –Ya es media noche. Feliz cumpleaños amor!- La abrace y le di un beso en la frente.

–Este es el mejor cumpleaños de mi vida!- dijo ella emocionada.

– Y los que te faltan amor!-

–Mauricio- … –Ves que puedes sorprenderme si regalos costosos?-

–Si lo se. – dije sobando mi cabeza, espero no arruinarlo de nuevo.

–Mirna, José por qué insistía tanto con lo de la apuesta? Le hiciste algo?- es una duda existencial que no me deja en paz.

–Bueno, antes de volverme novia de Jesús, el se me declaro pero lo rechace le dije que no quería tener novio por ahora, unos días después me volví novia de Jesús, José y yo éramos amigos pero ya no me volvió hablar, creo que hice mal.-

–Ya veo-

Nos quedamos hablando de muchas cosas hasta que nos quedamos dormidos abrazados.

★Mauricio ella está muerta.

Volteaba a todos lados y frente a mi había un ataúd, me acerque lentamente y a quien vi a dentro fue a Mirna, mi corazón se aceleró y sin gravedad mi cuerpo cayó al suelo con fuerza.

★No ella no, puede estar muerta!

Me desperté agitado mi respiración estaba loca.

–Mau estás bien!?- Mirna me movía de un lado a otro.

–Mir, Mirna!- la abrace y me puse a llorar ese sueño se vio tan real.

–Mau, no parabas de quejarte y decir que no, ¿tuviste una pesadilla?–

–Si, la tuve.- dije abrazándola más fuerte –Te amo, te amo!- No entiendo cómo puedo amarla si solo llevamos unos días de novios y apenas y nos conocemos pero soñar eso realmente me dolió ya que no es la primera vez que sueño algo similar, si algo le llegará a pasar a mi Mirna me volveré loco.

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