Killian
No podía dejar que acabarán con todo así que después de que entraron me arme con dos cuchillos y apague las luces, años de entrenamiento me dieron la ventaja y puede con todos.
No salí ileso pero pude hacer lo mejor, con lo que no contaba era que el que había armado todo ese maldito mierdero era nada más y nada menos que Elian el hijo mayor de los Tomasello y el que actualmente dirige el negocio.
La herida no era grave pero uno de los hombres del maldito de Elian trato de auxiliarme y lo mande a la mierda eso no era nada comparado con mis años de pelea en las calles y de más.
Después de que todo el mundo se fuera y de que la policía me interrogará y me pudieron que no saliera de la ciudad, como si ahorita fuera tan fácil hacerlo, puede que esté pequeño escándalo llame la atención de mi pasado y por los tatuajes que vi, se para quienes estaban trabajando.
Después de curarme a mi mismo el resto de la noche me la pasó barriendo y recogiendo escombros no se qué hora era, pero tenía que evitar que mi hermana viera este desastre...
- Maldita sea killian. - Y ahí está. - Ahora en qué lío te metiste, mira como acabaste con este lugar. Nunca vas a cambiar, los malditos problemas te siguen a donde vas. - Esa última parte fue lo que más me dolió y yo siendo inocente de todo.
- Camila. - No me escucha ya que está fuera de si y caminando de un lado a otro. - Escúchame. - Lo digo gritando. - No tuve nada que ver con lo que paso.
- Entonces todo esto se hizo por obra y gracia del espíritu Santo, los ángeles vinieron y dispararon a y la sangre del piso es solo salsa de tomate. - La tomo del brazo para que se detenga y poder explicarle.
- Se que los disparos no los hicieron ángeles, y también se que lo que hay en el piso es sangre no soy un estúpido. - Le levanto lo voz y ella se queda quieta. - Lo lamento, pero yo no tuve nada que ver con lo que paso hoy, solo estuve de malas, entraron dos pandillas y ya ves el resultado. - No quiero asustarla así que no reveló a los implicados directamente.
- Eres muy estúpido si crees que me voy a comer ese cuento tan rebuscado.
- Camila por favor creeme, no soy el mismo de hace cinco años. - Me arrodilló frente a ella lo cual hace que abra bien los ojos. Es a la única a la que me le arrodillaria. No la culparia si no me cree siempre he sido un imán para los problemas y mi familia ha pagado por eso. - Te lo juro hermanita yo no provoque a nadie. - Pero si los mate pero eso no lo voy a decir tampoco, ella no puede enterarse de eso tan escabroso.
Cansado por la pelea y la organización me desplomó y cojo mi cabeza en mis manos resignado a que mi hermana no me escuche o no me crea.
- Perdoname. - Siento que ella se arrodilla al lado mío y me envuelve en sus brazos. - Vamos, te ayudaré con este desorden, no podemos cerrar el negocio por mucho tiempo, este mes nos a ido muy bien y podemos utilizar las ganancias para arreglarlo.
Muy en el fondo ella me quiere y y me cree, yo la amo con todo mi corazón, se que la confianza es un tema muy importante en el que tenemos que trabajar y mas adelante lo vamos a lograr.
Unas semanas después y entre los dos logramos reabrir el negocio, y se ha convertido en un gastro bar muy concurrido en todo el sector. Mi hermana y yo trabajamos mano a mano, bueno ella me ayuda cuando no está trabajando y yo no la presionó.
- Cuando es tu grado.
- Me falta un semestre para acabar.
- Pronto tendré una enfermera personal y a la mano.
- Trataré de olvidar ese comentario, la verdad espero nunca atenderte, te e visto golpeado y eso es lo máximo que quiero ver.
- Lo siento dejaré de decir estupideces , más bien comencemos con el servicio.
- Te amo.
- Y yo a ti. - Le gritó porque ya a salido de la cocina.
Desde el incidente no e vuelto a ver a ninguno de los integrantes de la pandilla los ángeles del infierno se que ya deben de saber que e vuelto y que muy pronto tendré una gran bienvenida.
- Hermano un pedido especial.
- Está bien. - Al ser el chef, me piden eso muy amenudo
- Por favor me puedes ayudar a llevarlo. - La actitud de mi hermana me sorprende mucho, está bastante nerviosa quién será esa persona.
Pero antes de poder interrogarla ella ya lleva las bandejas que mamia tan maluca la de ella dejarme solo sin ninguna explicación. Yo me pongo manos a la obra y al terminar salgo de la cocina y busco a mi hermana.
- Que mesa.
- La del fondo.
- Gracias princesa, apenas termine con el voy y te llevo al trabajo.
- No es necesario, además hay mucho movimiento.
- Se que la cocina no se va a caer por diez minutos que salga, y sabes que tenemos a un encargado por si tengo que salir.
- Eres imposible, pero está bien mientras me alistó tu entregas el pedido.
Le sonrió y voy directo al comensal pero a mitad de camino me detengo, ya se el porque mi hermana estaba tan nerviosa, respiro hondo y me acerco calmadamente.
- Buena noche señor. - El me sonríe descaradamente como si fuéramos amigos o conocidos.
- Y yo que pensaba que era el de seguridad y me doy cuenta que es el chef.
- Algún problema con eso. - Es tan malo ver a un hombre en la cocina y que sepa pelear. Bueno si es raro, peor nada del otro mundo.
- Para nada. - No dice nada más y empieza aprobar el plato. - Nada mal, para un gastro bar de poca monta. - Maldito estúpido le gritó mentalmente porque si lo hago a viva voz sus hombres me matarían de una vez, si es que pueden, muchos de los hombres que lo acompañan no deben de saber pelear, si acaso sabrán usar un arma.
- Killian vamos o ya te arrepentiste. - Grita mi hermana la miro y veo que ya está impaciente, es muy puntual.
- Con su permiso.
Lo dejo con la palabra en la boca, mientras que yo salgo corriendo a cambiarme para llevar a mi hermana.
Llegamos al hospital y mi hermana se baja se que ella no quiere tocar el tema de Elian y la entiendo yo tampoco. Porque no se la razón de que haya vuelto.
- Te recojo cuando salgas. - Le digo.
- Enserio, yo debería de cuidarte a ti no al contrario soy la hermana mayor al fin y al cabo.
- Pero yo soy el más alto, musculoso y sabe pelear.
- Eso no te lo voy a desmentir, pero si estás cansado no es necesario que vengas.
Después de darle un beso en la frente le sonrió y me subo a la moto para regresar al negocio. Cuando llegue veo que Elian ya no está y eso me pone un poco más tranquilo los problemas no llegarán hoy.
Después de terminar el servicio y viendo lo cansado que estaba que me quedo dormido en el sofá de la oficina, no sé cuánto tiempo pasó porque lo que me despierta es el sonido de mi celular.
Algo que me alerta de inmediato, porque así paso la última vez, no quiero más malas noticias.
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Comments
M Luisa Antunez Flores
Pues yo creo wue la estúpida eres tú, al menos escuchar
2024-02-13
2
ೄྀ࿐ ˊˎPao ༒࿐ཽ༵☆
No entendí después de lo de las bandejas
2023-12-17
4
ೄྀ࿐ ˊˎPao ༒࿐ཽ༵☆
Te he visto*
2023-12-17
1