Capítulo 3

Elián

La lluvia de balas empezó, y a pesar de que estábamos armados eso no era suficiente para tenerlos a raya y más cuando nos estábamos quedando sin municiones.

- Maldita sea Ciro, que pasó con los refuerzos.

- Se demoran en llegar, los malditos destrozaron a nuestros hombres y las camionetas, ahora los pocos que quedan están esperando a los demas. - Me cubro detrás de la barra del bar.

- No queda mucho tiempo antes de que empiecen a entrar. - Le digo a Ciro que parece estar analizando la situación pero no veo la salida de está.

- Tenemos que buscar otro lugar para resguardarnos mientras llegan los demás. - Al salir esas palabras se me viene una idea, el joven que vi antes estaba en una puerta la cual supongo que es la cocina hay podríamos encontrar cuchillos. Reviso el lugar y no lo veo, debe de estar escondido, no hay muchos hombres con los suficientes huevos para pelear.

- Hay uno sígueme.

Ciro me sigue sin decir una sola palabra hasta aquel lugar y efectivamente era una cocina, me alivio al ver que hay diferentes cosas que podemos utilizar como armas.

- Como vamos a proceder.

- Busca con que podamos defendernos, cuando escuchemos que entren y que tengan que recargar entramos nosotros. Solo cúbreme las espaldas Ciro.

Es lo mejor que se me ocurre por el momento, pero no pasa mucho en que la luz se vaya y los hombres que ya están en la parte del comedor comiencen a gritar.

- Que está pasando quién dio la orden de apagar las luces. - Por el tono que lo dice debe de ser el jefe.

- No fuimos nosotros. - Le responde otro hombre.

- Y no creo que aya sido Elian el no está cerca de...

Su voz se apaga y ahora lo que escucho son gritos de dolor, miro a Ciro que parece también consternado por el cambio de ambiente, pero no bajamos la guardia.

Listos para atacar, la luz vuelve a encenderse y ahí está el joven completamente cubierto en sangre y lleva dos cuchillos.

- Bajelos. - Grita Ciro, pero el hombre no obedece. - Haga lo que le pido si no quiere acabar muerto.

- Jajaja, no me haga reír. - La risa es un poco escalofriante tanto Ciro como el van avanzando. - No tienen balas, y si puede acabar con los de afuera, dos no me quedarán difíciles.

- No sabe quiénes somos.

- Usted no. - señala a Ciro con uno de los cuchillos y luego a mi. - En cuanto a él, se que es el hijo que lleva a hora los negocios de la familia Tomasello, un hombre de tener, pero no para mi.

Vuelve a mirar a Ciro y se desvía hacia el lavabo dejando los cuchillos en el mesón y con un movimiento rápido Ciro los agarra.

- Debería tener más respeto.

- Ustedes lo han tenido al entrar en mi restaurante y destrozarlo.

- Nosotros no lo hicimos todo.

- Pero los trajeron, que es casi lo mismo.

- Lo siento. - Pero que putas acaba de salir de mi boca, me acabo de disculpar.

- Largo de acá. - Eso si que no, me acerco a él lo más amenazante que pueda y me doy cuenta que el es más bajo que yo, pero no por eso deja de dar miedo.

- Yo me voy cuando a mí me da la gana, no porque un culicagado me lo diga. - Ya cuando estamos de frente lo agarro por el cuello y lo levanto un poco del suelo. Su mirada no muestra miedo más bien hay un fuego que no puedo identificar, o si, lo he visto en otra persona, en mi.

- Hágalo. - Me desafía este hombre.

- ¿Que?.

- Matarme, no es eso lo que pretende hacer. - Su voz es poco audible ya que mi mano está presionando su cuello.

- Jefe llegaron los hombres. - Digo pero sin soltarlo.

- Que recojan el desorden, llama al jefe de policía y avisale lo que acaba de pasar, que nadie de este restaurante salga implicado.

Suelto al joven que no deja de mirarme, lo vuelvo a mirar de arriba a bajo con desprecio no me voy a ensuciar las manos con escoria como el, a parte de todo le debo la vida.

- Hay tiene, para que cubra los daños. - le arrojo un manojo de billetes.

- No quiero su maldito dinero. - Lo recoge y me lo bota por la cara, respiro pausadamente para relajarme, este que se cree, muchos tomarían el dinero y se irían, pero el no.

- O tienes mucho valor, o estás dispuesto a morir hoy mismo.

Me da la espalda sin responder y veo que por su brazo está saliendo abundante sangre, debe de haber salido herido, pero no sé a quejado de nada.

- Ciro que lo revisen.

- Si señor.

Salgo de aquel lugar hacia uno de los autos en donde espero a que todo esté circo termine y poder ir a casa a descansar.

Al llegar a la casa lo primero que hago es bañarme pero hay una persona que está presente en mis pensamientos, de dónde es ese joven y como hizo para acabar con tantos hombres.

Es bastante joven y no debe de tener más de veinte años, tampoco es que sea muy alto pero se ve que tiene cuerpo de boxeador.

Esa noche casi no puedo dormir no he dejado de pensar en él y los días siguientes tampoco, cada pensamiento me lleva a el.

- Señor su padre lo necesita. - Lo que me faltaba, no ha sido una semana muy fácil.

- Ahora voy.

- Dice que de inmediato.

Cuando mi padre se pone así de histérico es porque hay algún problema y eso no me gusta mucho. Así que salgo de inmediato de mi oficina para la de él.

- Papá.

- Siéntate necesitamos hablar, sobre el ataque y los últimos eventos.

- Que pasa con eso.

- Necesito todos los detalles, no me contaste nada me tuve que enterar por otra persona, casi te matan y no me cuentas nada.

- Papá ese día iba a cenar, emboscaron a mis otras camionetas llegamos hasta un restaurante y eso fue lo que paso. - No tiene porqué enterarse de que un niño me salvó, eso sería bastante humillante.

- Lo destruyeron.

- Si iba a dejar plata para repararlo, pero me la botaron en la cara, no se que paso después y no me interesa, a demás que más podíamos hacer éramos solo Ciro y yo.

- Familia responsable del ataque.

- Fue una pandilla que se encuentra en el territorio de Caín.

- Hace poco no habías hablado con él.

- El día del ataque, fue una gran casualidad no lo crees.

- No vamos a poner a nadie en sobre aviso, lo más importante es tener cuidado si siguen en las mismas ya sabes que hacer.

Asiento y salgo de su oficina tengo que organizar mis ideas esto no pude seguir así, los ataques se han vuelto constantes. Pero hay que volver a hablar con ellos así que le digo a mi asistente para que llame a Caín y hacer una reunión para mañana mismo.

- Ciro. - No espero mucho cuando él ya está en la entrada.

- Señor.

- Mañana tenemos una reunión importante por favor organiza todo.

- Alguien importante.

- La familia Cosio.

Más populares

Comments

ೄྀ࿐ ˊˎPao ༒࿐ཽ༵☆

ೄྀ࿐ ˊˎPao ༒࿐ཽ༵☆

Haya*

2023-12-17

3

Rosa María Corrales Pèrez

Rosa María Corrales Pèrez

Porque no le dejan en paz el quiere ayudar a su restaurante de la familia y siempre lo atacan

2022-07-17

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play