Mi Guardaespaldas
Elian
- Señor, la señorita Gabriela está acá. - Levanto la vista de mi computadora y en la puerta está Ciro mi fiel guardaespaldas, y puede decirse que amigo también.
- Dile que pase por favor. - El asiente y sale y minutos después ella entra con una gran sonrisa, se puede decir que ella es mi prometida su padre Caín Cosio quiere hacer una alianza de las dos familias.
- Estás ocupado amor mío.
- Un poco, tu padre va a venir tenemos una pequeña reunión.
- Deja te relajo, se como son estas reuniones y más cuando se tratan de mi padre. - Poco a poco ella se va acercando a mi escritorio, y yo no puedo quitar la vista de ella, es bastante hermosa y como no si es una modelo, ya podrán imaginarsela.
- Soy todo oídos.
No dice una sola palabra ya para cuando está al lado de mi silla, no espero mucho para que ella esté arrodillada y desabrochandome el cinturón, su mano entra en mi boxer y yo solo puedo cerrar los ojos y disfrutar de sus movimientos.
- Levántate.
Aunque no me gusta que me digan lo que tengo que hacer, esta es una gran excepción necesito esta gran distracción, y sus manos son reemplazadas por su boca, estoy a punto de llegar pero la agarró del cabello para que se levante.
- No señorita.
No le importa que le haya jalado el cabello, boto todo lo que tengo encima de mi escritorio y la acuesto encima, bajándole su ropa interior saco un preservativo del cajón y me lo coloco no voy a ser un estúpido de dejarla embarazada y ya preparado la hago mía, la verdad el amor no me importa sólo me gusta satisfacer mis necesidades ya sea con un hombre o con una mujer no me importa.
No la dejo que me toque coloco una de mis manos al rededor de su cuello se que a ella le excita mucho y yo no me quejo, al terminar voy al baño y me deshago de la evidencia al salir ella ya se encuentra arreglada y yo también.
- Que tienes que hablar con mi padre.
- No es de tu incumbencia.
- Pronto seremos esposos.
- Eso no te da derecho a que te metas en mis asuntos. Una cosa es que seamos esposo otra muy distinta son los negocios. - Antes de poder continuar alguien golpea. - Adelante.
- El señor Caín ya está esperándolo.
- Gracias Ciro. - La miro y hablo. - Gracias por todo pero ahora tengo que hablar con tu padre.
Cojo mi saco y salgo sin decir una sola palabra mas, al llegar a la sala de reuniones veo que el tiene a su séquito de hombres armados, como si yo le fuera a hacer algo. Me gustaría pero no es lo mejor ahora mismo.
- Pensé que iba a hablar con Laureano no con su hijo.
- No me subestime señor Cosio, mi padre ya no está en condiciones de hacer tratos, y yo estoy al mando, se que muchos de nuestros aliados han estado metiendo sus manos en nuestros negocios y en nuestros bolsillos.
- Yo que tengo que ver en eso.
- Espero que no Caín, solo lo he mandado a llamar para hablar sobre los límites de nuestros territorios me e enterado que estás muy a menudo en mis negocios y quisiera saber el motivo.
- No puedo divertirme en un lugar diferente a los míos. - Hay algo que no me gusta de este hombre pero lo voy a dejar estar, hoy no quiero pelear ni matar a nadie.
- Está bien te creo, otra cosa mantén alejada a tu pandilla lejos de nosotros y de los clubes.
- Los angeles del infierno no son mi pandilla.
- Pero sabías de cual estaba hablando.
- Es la mas importante de mi territorio, yo los dejo ser mientras no afecten mis negocios. - Saco mi arma para juguetear un poco con ella. - Eso no es para jugar, si la sacas esporque la vas a utilizar.
- Mira Caín, se para que se utilizan las armas, solo espero que comiences a mantener a raya a tus pandillas no quiero un derramamiento de sangre innecesario, queda bastante claro.- Me enerva hablar con este tipo, se que es uno de los que han estado metiendo sus manos en mis negocios y nos han estado robando, pero por ahora no puedo armar un mierdero, ya que es la segunda mafia más poderosa y se que tiene un buen territorio del que más adelante me apoderare.
- No es más. - Me dice un poco serio, y pálido.
- Eso es todo, se puede retirar, solo espero que no tenga que llamarlo para otra situación incomoda. - Le sonrió pero no hace ningún gesto. - No olvide llevarse a su hija está en el edificio.
Solo me mira con desprecio y sale de la sala de reuniones, sin nada más que hacer me siento a descansar un poco, hoy necesito salir, saco mi celular y le marco a Ciro que en menos de nada ya está en la sala de reuniones.
- Salgamos de ese lugar.
- Algo en mente señor.
- No quiero ir a un lugar conocido, hoy quiero distraerme de otra manera.
- Puedo sugerir algo. - levanto una ceja después de tantos años trabajando para mí y es la primera ves que me dice algo así.
- Adelante.
- Hay un pequeño gastro bar en la parte neutral de las zonas.
- Llévame.
El abre la puerta para que yo salga y me sigue, siempre salimos en cinco camionetas, Ciro se va conmigo en la camioneta, mientras que mis otros guardaespaldas se reparten en las otras camionetas.
Hemos avanzado veinte minutos cuando Ciro comienza a apretar el volante con bastante fuerza, al punto que sus nudillos están completamente blancos.
- Nos están siguiendo. - Miro hacia atrás y veo que mis camionetas ya no están.
- ¿ Desde hace cuánto?. - Le pregunto.
- No hace mucho.
- Mierda. - Este maldito celular me distrae mucho.
Ciro aunque no es un buen luchador, es un buen conductor y se que nos puede sacar de está, pero claramente estamos en desventaja. Y en estas situaciones solo tenemos que buscar un lugar en donde poder resguardarnos mientras llegan de nuevo nuestros hombres.
- Hay. - El señala un pequeño lugar. - Que casualidad era el lugar al que lo iba a llevar.
Su risa es irónica y me divierte un poco, pero ahora no es el momento de reírnos, si no de enfrentarnos a mis enemigos. Ciro parquea el auto y bajamos rápido, al ingresar en el lugar se encuentran unas pocas personas, dos disparos al aire y todos ya están gritando y corriendo, hacia las salidas.
- Diles a los demás en donde estamos.
Asiente sacando su celular, mientras el hace la llamada, yo trato de mover las mesas para bloquear la entrada, y para asegurar las ventanas, no es mucho, las balas pueden atravesar la madera, pero nos puede dar un poco de tiempo.
Al girarme para ver a Ciro un joven está de pie en la entrada que lo que puedo suponer es la cocina y si las malditas miradas mataran, ya lo hubiera hecho. Eso ni yo tengo una mirada tan penetrante.
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Comments
ೄྀ࿐ ˊˎPao ༒࿐ཽ༵☆
Sé, de saber, lleva acento
2023-12-17
9
ೄྀ࿐ ˊˎPao ༒࿐ཽ༵☆
"Mantén alejada a tu pandilla lejos"....???
2023-12-17
2
Kaori 🙃
le gusta disfrutar con hombres también.. y como será ese disfrute
2023-03-23
2