- No seas tonta.
Respondió de inmediato Simón.
- Tu puedes dormir con Maggie y yo me quedaré con uno de los gemelos.
- No\, yo sólo seré un estorbo. Y muchísimas\, gracias por todo\, ya me siento mucho mejor. Hablo en serio.
Afirmó Alexandra con una seguridad que estaba muy lejos de sentir. Trataron de convencerla, pero ella no aceptó ya que ella sabía lo preocupados que estarían por los niños y su negó a empeorar la situación.
- ¿Adónde te irás?
Indagó Maggie.
- No lo sé\, tan lejos como sea posible. Cualquier lugar donde no me encuentre Iván. En este momento no podría enfrentarme con él.
- Ale\, ¿estás segura de que no habrá una posibilidad de reconciliación? Si él la pide...
- No\, mató lo que existía entre los dos... lo que creía que había entre nosotros.
Se corrigió adolorida.
- Está bien\, tal vez pida una reconciliación\, pero sería porque aún me desea y cuando se haya cansado de mí me echará de su lado.
Levantó la mirada llena de tristeza
- Simón\, eso fue lo que él dijo.
- Está bien\, pero como tu abogado creo que debo escribirle y decirle que deseas que se anule el matrimonio. El hecho\, de que te niegues a consumarlo\, es motivo suficiente para hacerlo. No le diré dónde estás.
Agregó él en cuanto se dio cuenta de que ella estaba a punto de objetar su proposición.
- Le comunicaré que tú me has dado la autoridad para actuar en tu representación. En cuanto obtenga una respuesta me pondré en contacto contigo.
Alexandra por fin accedió, aún no decidía a dónde irse.
- Tal vez me vaya a Escocia o a algún lugar en el norte del país. Te haré saber la dirección en cuanto me quede en un lugar fijo.
Deseaba alejarse lo más posible de Iván.
- Espera un momento.
Los interrumpió Maggie de pronto.
- ¿Por qué no puedes quedarte en la villa?
- Claro que sí.
Respondió de inmediato Simón.
- Eso sería ideal. ¿La recuerdas\, Ale? Invertimos todo nuestro dinero en una vieja granja en Mallorca y nos pasamos todas nuestras vacaciones remodelándola\, antes que llegaran los gemelos. Allí estarás a salvo de Iván Merrion hasta que decidas qué harás con tu vida. Lo único que tienes que hacer\, si es que deseas quedarte allí\, es comprar comida. Allí dejé un auto\, así que podrás explorar los alrededores. ¿Qué te parece?
- ¿Mallorca? Supongo que podría ir. Tengo mi pasaporte y suficiente dinero para el pasaje de avión. Sí.
Sonrió temblorosa.
- Creo que me gusta la idea.
- ¿No te importará estar sola?
Preguntó Maggie.
- No\, en realidad lo prefiero. Como dijo Simón\, me dará tiempo para pensar las cosas. Llamaré al aeropuerto y te haré una reservación.
Ofreció él .Logró obtener un asiento para el avión que salía a las siete de la noche, lo que les dio tiempo para cenar, antes de marcharse al aeropuerto. Simón insistió en llevarla. Ella se despidió de Maggie con afecto y prometió escribirles, avisando de su llegada sana y salva, después se fueron de prisa para estar a tiempo. Al llegar al aeropuerto, Simón bajó el equipaje y se colocaron frente al mostrador de la línea aérea donde había hecho la reservación.
- Tendrás que tomar un taxi del aeropuerto de Palma hasta la granja. Alexandra\, creo que gastaste la mayor parte de tu dinero\, quiero que tomes esto.
Le tendió un fajo de billetes. Ella trató de negarse, pero él insistió para que lo tomara.
- Me lo pagarás cuando regreses a trabajar.
Le afirmó él y Alexandra por fin aceptó muy agradecida. Caminó con ella hasta la sala de espera, la volvió hacia él y la tomó de los hombros.
- Y recuerda\, sólo porque un hombre te haya desilusionado y no resultó como pensaste\, no significa que el mundo ha llegado a su fin.
La sacudió un poquito, preocupado.
- No vayas a cometer una tontería ¿me entiendes? No vale la pena. Piensa que fuiste muy afortunada al descubrir a tiempo lo que era en realidad y no trates de contener tu dolor. Yo conseguiré que el matrimonio sea anulado y así te olvidarás de todo. Ahora\, por favor prométeme que actuarás con lógica o te las verás conmigo.
- Está bien Simón\, lo prometo.
Logró sonreír un poco.
- Me alegro.
La acercó a él y le besó la frente, como siempre lo hacía.
- Te escribiré\, en cuanto tenga noticias.
La empujó hacia la puerta.
- Llamaron tu vuelo\, que tengas buen viaje.
Al despegar el avión, Alexandra pudo ver su figura en la azotea del aeropuerto y cuando ya no lo distinguía, sintió una gran pérdida, casi tan grande como la que había experimentado más temprano.
No tuvo problema para obtener un taxi que la llevaría de Palma a la villa, situada tierra adentro, el viaje duraría casi una hora. Con lentitud empezaron a desaparecer los hoteles y los edificios modernos, para dar paso a las casas y tiendas, después surgieron los ranchos, la mayoría con molinos de viento rotos, que contrastaban contra el cielo rojo sangre del atardecer. Bajo la superficie de la isla existían enormes lagos de agua fresca y usaron los molinos de viento para sacar el agua y almacenarla en enormes depósitos que tenía cada granja y que posteriormente utilizaban en la irrigación de los campos.
Ahora lo hacían con bombas eléctricas y los molinos pintorescos estaban inservibles y en muy malas condiciones. Los campos a ambos lados se veían bien cultivados, cada centímetro de tierra roja usada por los granjeros y plantada con amor como lo habían hecho durante siglos. En la distancia, ella podía ver la silueta de las montañas, una mole gris, contra el cielo que oscurecía. Casi no se veían luces ahora que habían dejado la costa llena de hoteles, pero al escalar un pequeño monte observó un pequeño conglomerado de luces, se aproximaban a una aldea construida entre las rocas. Llegaron a una abertura en una cerca de piedra muy baja, donde aparecía un letrero que decía "Villa Margareta" y el auto hizo un giro para seguir un camino polvoriento y recto, que cruzaba campos irregulares, hasta detenerse frente a un edificio de un solo piso rodeado de varios árboles de gruesos troncos. Había llegado a su destino. Alexandra le pagó al conductor y observó cómo desaparecían las luces en el camino. El aire era cálido y parecía rodearla como un manto, lo mismo había sucedido cuando se bajó del avión, pero allá el aire estaba enrarecido con el horrible olor a gasolina y al combustible de los aviones, aquí era puro, impregnado con los olores de los arbustos en flor y de las plantas trepadoras que rodeaban las paredes de la villa. Los grillos se escuchaban entre el pasto y una brisa ligera movía las hojas de los olivos, que los veía plateados a la luz de la luna. Se quedó inmóvil durante unos minutos, observando todo y permitió que la tranquilidad del lugar la envolviera antes de abrir su bolso y sacar la llave que Simón le había dado.
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Updated 37 Episodes
Comments
Janeth Vazquez juarez
nesesitas empoderarte y volver y enfrentar tus demonios
2022-11-21
1
Paola Martiz
espero que ella sea una mujer fuerte y lo enfrente
2022-08-30
6
Nena
Totalmente diferente, espero sea así hasta el final... Que paso con el perfecto...?
2022-08-15
10