Casada Con El Villano

Casada Con El Villano

La boda

Era una de las bodas más elegantes de la alta sociedad de Londres. Todos estaban presentes: los ricos y nobles parientes del novio, las amistades de la novia, vestidas siguiendo el último grito de la moda y las amas de casa que se habían reunido en las puertas de la iglesia, tratando de identificar a los invitados.

- ¡Oooh, yo sé quién es!

Exclamó una mujer, emocionada y comentó a su compañera.

- Es modelo, igual que la novia. Apareció en la portada de una revista la semana pasada. ¿No es hermosa?

- Pero no es tan bonita como la novia.

Contestó su vecina.

- Parece una obra de arte, ¿no es cierto? Ese vestido debió costar una pequeña fortuna, el novio puede pagarlo. En el periódico anunciaron que casi es millonario además de noble.

El novio y la novia se aproximaron a ellas y la primera mujer comentó.

- Él es muy atractivo, tal vez un poco serio, pero yo lo cambiaría cualquier día por mi Bart..

Suspiró.

- Dicen que ella se casó con él por el dinero.

Sonrió la amiga.

- Yo no sé por qué se casó ella con éI, pero lo que sí sé es por qué lo hizo él con ella.

Las dos mujeres se rieron y la pareja abordó un Rolls Royce que los esperaba para trasladarlos a la recepción que se llevaría a cabo en el Hotel de Hyde Park. La novia se acomodó en el asiento trasero; el velo color crema hacia atrás para dejar al descubierto la belleza clásica del rostro y miró de reojo a las dos mujeres que no cesaban de hablar. El último comentario lo había escuchado al pasar junto a ellas y se sonrojó un poco. Trató de no sentir resentimiento por las palabras de las mujeres, después de todo lo habían dicho por ignorancia, trató de que no le arruinaran su felicidad, que temía mostrar o reconocer. Todo le parecía como un sueño, como si en realidad no le estuviera sucediendo a ella, tal vez en cualquier instante despertaría y no había ni auto, ni boda, ni Iván.

Ella se volvió para mirarlo y él la estudiaba con mucho cuidado. Estaba muy elegante con el traje de novio, siempre lo veía así, no importaba lo que usara, seguro de sí mismo; los hombros anchos, gran estatura, unidos a los muchos años de entrenamiento como oficial de la guardia, le daban un aire de autoridad que lo hacían notorio entre un grupo de gente. Con labios temblorosos ella le sonrió e Iván le levantó la mano izquierda, en la que brillaban los anillos nuevos y se la besó, sus ojos grises bordeados de pestañas jamás dejaron de mirarla.

Todo era increíble. Le parecía imposible dejar de ser Alexandra Adams para convertirse en la señora Alexandra Merrion, esposa del honorable Iván Merrion. El nuevo nombre le parecía el de un extraño y necesitaba tiempo para llegar a conocerlo. A los pocos minutos llegaron a la entrada del hotel y el portero les abrió la puerta. En la entrada del grupo de habitaciones reservadas para la recepción, varias personas los esperaban para darles la bienvenida y Alexandra contestó a todos con su hermosa sonrisa profesional, la que había aparecido en miles de revistas durante su carrera como modelo, una profesión que hoy llegaba a su fin, ya que Iván insistió en ello. La novia había pensado que permanecería ahí para saludar a todos, pero el novio con voz firme dijo.

- Discúlpennos.

Y se la llevó del brazo a una habitación vacía, donde estaban todos los regalos de boda. Había una gran cantidad, desde juegos de té de plata, hasta copas de cristal cortado y como de costumbre había varias cosas duplicadas, entre ellas unos manteles individuales. Ivaán apretó el brazo de Alexandra y la obligó a mirarlo a los ojos. El corazón de la joven empezó a palpitar apresurado cuando él le acarició eI rostro.

- ¡Alexandra, eres tan hermosa! La Alexandra plus belle du monde.

Comentó en voz baja y los ojos de Iván recorrieron una vez más Ia belleza perfecta del rostro de la muchacha. La boca de él buscó la de ella, los labios firmes y exigentes, el beso se hizo más apasionado y la abrazó contra sí.

- ¡Mi amor, casi no puedo esperar a que estemos solos!.

Exclamó con voz ronca

Alexandra tembló de emoción y se aferró a él sin hablar, inundada de felicidad y de deseo, al ver el rostro moreno de su esposo. Lo amaba tanto que en ocasiones creía que era un sueño y temía despertar. ¡Y ahora él también la amaba! Era como si hubiera rezado por un milagro y se lo hubieran concedido. iván se volvió a inclinar para besarla, pero alguien llamó con discreción a la puerta y les avisaron que el salón estaba lleno de invitados.Después ya no hubo tiempo para estar solos, pero el recuerdo de esos instantes de amor ayudaron a Alexandra a poder saludar a todos los extraños aristócratas que le presentaron y que estaban emparentados con Iván, también conoció a sus amistades de negocios, ex oficiales de la guardia, sus esposas, amigos del colegio, compañeros del club etc. La lista parecía interminable. Pero entre ellos también estaban sus propias amistades: su agente, los fotógrafos y editores y varias compañeras de trabajo que la saludaron efusivamente. Llamaba la atención la ausencia de parientes cercanos de Alexandra, ella era huérfana, e Iván le había comentado que tenía suficientes para los dos. Ella deseó de todo corazón que su único pariente, un medio hermano mayor, hubiera asistido a la boda para darle apoyo moral, pero él se encontraba del otro lado del mundo y aunque había hecho todo lo posible por asistir a la boda, surgió una emergencia en su trabajo.

Los amigos y parientes de Iván se mostraron amables con ella, pero se sentía muy nerviosa y se daba cuenta de que existía una corriente muy especial en contra de ella, porque no pertenecía a su círculo. Era una plebeya, aceptable por su belleza, alguien a quien podían tolerar un poco más porque no tenía parientes que pudieran avergonzar a la alta sociedad de Londres. La charla y la risa de los invitados aumentó en proporción directa a la cantidad de champaña ingerido, los costos no tenían importancia y pronto Alexandra se encontró sonriente frente al pastel de cuatro pisos que, junto con Iván cortó con una espada, él contestaba con gran elocuencia y con gran sentido del humor cada uno de los brindis y por fin llegó el momento de irse a cambiar de ropa y prepararse para el viaje a Las Bahamas, donde pasarían su luna de miel. Dos amigas subieron con ella a las habitaciones de la suite que Iván había rentado para ellos. Las muchachas le ayudaron a quitarse el vestido de novia y se puso un traje color ámbar con chaqueta del mismo color. Después, entre risas, les dijo que podía hacer lo demás sola y les pidió que salieran antes de entrar al cuarto de baño, que estaba entre su habitación y la que Iván usaría para cambiarse de ropa. Se miró en el espejo con ojo críticio, estudiando cada uno de los rasgos perfectamente maquillados, las cejas arqueadas, los ojos verdes, la perfecta nariz, y la boca bien delineada, con un toque de sesualidad en el labio inferior, su cabello de un color raro, entre pelirrojo y oro, lo tenía peinado hacia atrás, le hacía verse mayor que sus 22 años y decidió dejárselo así.

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Comments

Nana Lily

Nana Lily

Me encantaría volver a leer cada una de tus novelas pero la mayoría ya no están 🤷

2024-01-20

0

Janeth Vazquez juarez

Janeth Vazquez juarez

interesante

2022-11-21

1

Paola Martiz

Paola Martiz

parece interesante

2022-08-30

2

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