La negación

De pronto se encontró dentro de la casa con sus maletas. Después se sentó en un sofá en la sala y le dieron un vaso con whisky.

- Tómatelo.

Le ordenó Maggie.

- Espérame un momento mientras pongo a los niños cómodos.

Cuando regresó, Alexandra aún lloraba, pero ya no eran tan abundantes sus lágrimas y pudo contarle todo lo que había sucedido sin ponerse histérica. Maggie la miró incrédula cuando terminó el relato.

- ¿Quieres decir que saliste sin decir una palabra?

Alexandra afirmó con la cabeza.

- ¡Bravo por ti!

Se levantó Maggie y empezó a pasearse por la habitación.

- Antes debiste entrar en la otra alcoba\, para decirle lo que pensabas de él y lo que podía hacer con su posición social y su dinero. ¡Es un malvado! Siempre supe que eras demasiado buena para él y esto lo prueba. Yo siempre le dije a todas las demás que estaban locas si creían que tú te casabas con él por su dinero y esto...

Se detuvo de pronto.

- Lo siento\, no debí habértelo dicho.

Alexandra se reclinó en el asiento, se sentía cansada y respondió.

- No importa. La gente siempre cree lo peor. ¿Me puedo quedar contigo durante algún tiempo\, Maggie? Mientras decida qué voy a hacer.

- Por supuesto que sí\, ni siquiera es necesario que me lo preguntes.

La amiga se sentó al lado de Alexandra y le tomó la mano para consolarla.

- Trata de no ser muy pesimista querida\, de alguna manera todo se solucionará. Hiciste lo debido cuando lo dejaste.

Uno de los gemelos empezó a llorar y ella levantó la cara preocupada.

- ¡Qué barbaridad\, ya empezó de nuevo!

- Lo siento.

Se disculpó Alexandra.

- Cuando llegué debí preguntarte cómo estaban los niños. ¿No han mejorado?

- No\, parece que han empeorado. Volveré a llamar al doctor y estoy segura de que vendrá pronto. Creo que es una infección en la garganta.

- Ve a verlos.

Le sugirió Alexandra.

- Yo estaré bien.

- ¿Estás segura que no te importa quedarte sola?

- No\, mientras tanto me prepararé una taza de café.

Maggie subió y Alexandra fue a la cocina a preparar la cafetera. Todavía se sentía muy aturdida por todo lo ocurrido, incapaz de pensar con claridad en el futuro, que le parecía negro y triste. ¿Por qué había sido tan ciega? ¿Por qué no comprendió que él había actuado sólo para obtener lo que deseaba? Resultó tan buen actor que ella estaba convencida de que él la amaba. Ella aún estaba frente al fregadero cuando regresó Maggie.

- Ven querida\, le voy a hablar a Simón y le contaré todo lo que ha sucedido\, siéntate junto a mí.

Levantó el auricular del teléfono de la pared y llamó a su esposo, le pidió que viniera a casa después de contarle todo lo que le había sucedido a Alexandra. Al volver a poner el auricular en su lugar se volvió hacia su amiga y le dijo.

- Viene directo a casa. Se tardará como unos veinte minutos.

Siguió hablando con Alexandra y trató de tranquilizarla, pero aún así estaba nerviosa y alterada cuando alguien llamó a la puerta, saltó y dijo.

- ¡Gracias al cielo\, ese debe de ser el doctor!

Maggie se apresuró y llevó al doctor a la habitación de los gemelos. Se tardaron mucho tiempo y Simón llegó antes que ellos regresaran, abrazó a Alexandra quien estuvo a punto de volver a llorar. Ella y Simón hacía muchos años que se conocían, ya que había vivido en el mismo pueblo de Somerset y cuando él llegó a trabajar a Londres la había buscado, pero en cuanto conoció a Maggie, no hubo nadie más en su vida. Ella había sido dama de honor en la boda y estaba acostumbrada no sólo a tratarlo como amigo sino también como su consejero cuando firmaba contratos y otros asuntos legales que surgían en su profesión.

- Trata de que esto no arruine tu vida.

Le dijo Simón.

- Ya sé.

- Ya sé que todo está muy confuso en este momento\, pero se aclarará\, ya verás que mejora con el tiempo.

- ¿Él puede forzarme a que regrese a su lado?

Preguntó Alexandra, temerosa.

- No si tú no lo deseas. Lo mejor que puedes hacer es decirle donde estás\, porque si no él...

¡No!

Gritó y lo interrumpió.

- No debes decirle dónde estoy\, tratará de forzarme a regresar a su lado\, sé que lo hará. Tú no lo escuchaste Simón\, estaba tan furioso que me amenazó y dijo que me haría pagar por todo.

La voz de Alexandra se oía histérica y Simón trató de calmarla.

- Está bien\, no te preocupes\, ya arreglaremos las cosas.

Él tomó la taza de café de Alexandra y le puso un poco de whisky, así la bebida quedó caliente y fuerte. Maggie se reunió con ellos al poco tiempo, con el ceño fruncido por la preocupación.

- El doctor dice que estarán enfermos e inquietos durante unos pocos días\, antes que la infección ceda y me dijo que los mantenga en cuartos separados para que no se despierten uno al otro\, pasaremos un par de noches muy incómodos.

Les dijo Maggie.

- En ese caso\, no querrás que yo esté aquí.

Respondió de inmediato Alexandra.

- Aumentaría los problemas. Lo mejor será que encuentre un hotel o algún otro lado donde hospedarme.

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Comments

Janeth Vazquez juarez

Janeth Vazquez juarez

pobre Alexandra

2022-11-21

1

Norma Navarro

Norma Navarro

me otrapo este capitulo

2022-08-26

6

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Más o menos es lo que yo dije,enfrentarlo en ese mismo momento

2022-08-21

9

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