El cliente es un imbécil

...Capítulo 3...

...El cliente es un imbécil....

Sábado, 4:30 a. m. Sé que es muy temprano, pero debía levantarme a esta hora; tengo mucho por hacer antes de irme a la pastelería. Estoy bastante cansada porque anoche me dormí casi que a las 12:00 a. m. y realmente no descansé nada. Aunque el cuadre de las ventas fue bastante rápido, la pensadera fue la causante de mi trasnocho.

...❁Una parte de mí…...

Creo que me estoy estirando más de lo normal; incluso he bostezado como diez veces desde que me desperté, entonces es necesario ir primero a la cocina por una taza de café. Odio esta bendita hora.

He suspirado profundamente y sé que es él el único culpable de esto y de otras cosas más que me han estado pasando últimamente. Ahora me da por sonreír cada vez que recuerdo ciertos momentos vividos a su lado. ¿Será que lo extraño? Yo sé que sí; la realidad es que me muero por escribirle, además, deseo ver sus estados, pero me he cohibido porque no quiero darle esperanzas.

Me bebí mi taza de café sentada en la encimera y, sin hacer mucho ruido, me comí unas galletas "María"; así se les llama en algunos países, pero aquí las conocemos como "Marie Biscuit". Soy adicta a estas galletas.

Yo soy de las que disfruta de tomar un buen té o una taza de café junto con estas galletas.

Me lavé la cara con agua fría después de disfrutar de mi pre-desayuno, uno que me trae recuerdos de él.

Llegué hasta la habitación de Lucas, me asomé y me di cuenta de que aún dormía, y no es para menos. Ayer fue un día agotador y además hoy es su día de descanso; aunque me duele despertarlo, él debe estar conmigo. Lo miré por unos segundos más antes de cerrar la puerta para regresar a mi habitación.

Lo dejaré dormir un poco y en un rato lo despertaré para irnos.

...❁Una parte de mí…...

Estamos en la pastelería desde las 6:30 a.m., pero aún no hemos abierto porque estoy terminando de hornear mis cupcakes de arándanos, chocolate y naranja. Ellos son los responsables de este emprendimiento y además los famosos del cumpleaños de Lucas.

—Mami, huelen delicioso, ¿tú crees que pueda probar uno de cada uno? —me ha dicho sonriendo. Sus ojos le brillaban de la emoción.

—Claro, mi vida, haremos dos más para que los probemos. —Le guiñé mi ojo derecho—. Porque necesitamos control de calidad, y nada mejor que nosotros para eso. —Le sonreí de vuelta, mientras seguía batiendo la mezcla de los cupcakes.

...❁ Una parte de mí…...

 

Son las 8:30 a. m., ya llevamos dos horas aquí. Además, he terminado con los cupcakes y está todo listo para comenzar nuestra mañana.

Debo cambiar el horario de apertura. Realmente me gustaría poder abrir antes de las ocho. Ojalá algún día pueda hacerlo, quizá cuando tenga personal.

Ya es hora de la apertura, entonces miro a Lucas, y justo en ese momento le hago una señal con la mano derecha para que voltee el letrero. Suspiré profundo.

 Iniciamos un nuevo día en nuestra pequeña pastelería...

Acomodaba algo en la vitrina cuando, por arte de magia, entró nuestro primer cliente del día.

Es un hombre alto. Realmente me impacté al verlo porque me pareció que lo había visto antes, incluso pensé que era el hombre de mis sueños, pero no, eso es algo imposible; además, parece alguien importante. Y alguien, así como él, no se fijaría en mí nunca. De eso estoy completamente segura.

Aquel hombre caminaba a lo largo de la pastelería, mientras yo pensaba en tonterías. Él estaba hablando por su móvil y a su vez lo estaba observando todo.

Lo observo, y me siento intranquila; necesito ir a la cocina y él camina con tranquilidad por la pastelería con una mano en el bolsillo de su pantalón y la otra en la oreja. El móvil hacía juego con su corbata. Sonreí de medio lado.

Estaba tan entretenido que nunca me dijo "Buenos días" y tampoco me respondió al saludo de bienvenida que le dije cuando entró por la puerta. Parece un robot o un ser sin corazón.  —Pensé.

5 minutos después...

Seguía haciendo lo mismo mientras yo sigo esperando a que él deje de hablar para poder moverme de la barra.

Creo que me impacienta la gente que entra hablando a un lugar donde espera ser atendido. Ese es el caso de mi único cliente en este momento.

Debo ir a revisar algo en el horno y él no ha dejado de hablar por su teléfono móvil. Pasados unos minutos, su oreja se quedó por fin sola, pero lamentablemente yo me había ido a la cocina, entonces ahora era él quien debía esperar. Lucas está conmigo porque no me gusta dejarlo solo. Terminé lo más rápido que pude y salí para atenderlo. Ahora sí estaba desesperado por que yo lo atendiera.  

Es una persona cómoda y con poca educación.  Ya había tocado dos veces la campana antes de que yo saliera, y salí, pero al estar frente a él, de nuevo se ha puesto a hablar por su móvil.

Se nota que es alguien muy ocupado.

Mientras habla, me señala con las manos lo que quiere. Ni siquiera me mira. Entonces, sin decir nada, le preparé su pedido y se lo entregué. Me ha pagado y se ha marchado sin mirar ni una sola vez en mi dirección; tampoco me dio las gracias, eso solo confirma lo maleducado que es. Además, se llevó lo que compró sin siquiera mirarlo.

Parecía un ser automático o algo así.

—¡Millonarios, al fin! —exclamé ante la mirada de mi hijo y, como siempre, me encogí de hombros y continué haciendo aquello que hacía, quizá porque sé que hay cosas que no tienen arreglo en la vida.

Lucas se dio cuenta de que esto me había afectado y me abrazó por las piernas. Entonces lo cargué para abrazarlo y le di besos en la mejilla derecha para luego colocar mi frente en la suya.

—Estoy bien, quédate tranquilo, mi vida, solo me incomodó que nuestro primer cliente fuera tan insensible, eso es todo; además, jamás lo volveremos a ver. —Aunque realmente sí deseo verlo, porque no es para nada feo. Mile, Mile… ¡Mile! —exclamé… Debía regañarme porque no era momento de estar pensando en nadie y menos en alguien que es tan odioso y pedante como él.

—¡Te quiero, mami! —me ha dicho jugando con las tiras de mi delantal.

—¡Yo te quiero más! —le dije, dándole un beso en la frente.

 

...❁Una parte de mí…...

 

El día ha pasado muy rápido; además, hoy hemos tenido más movimiento que ayer. Ya son las 19 horas y estoy a punto de cerrar cuando la puerta se abre una vez más. Al mirar en esa dirección, me di cuenta de que era él nuevamente. Es increíble porque está haciendo exactamente lo mismo que esta mañana. Entonces suspiré profundamente en señal de cansancio y, aun así, él no me miró. Se acercó al mostrador y simplemente hizo su pedido; de nuevo se lo entregué sin que él me dirigiera la palabra y se marchó.

Apenas salió de la pastelería, cerramos y nos fuimos a casa. Al llegar, hice algunas cosas pendientes antes de cenar y nos acostamos en la cama de Lucas para poder leer nuestro cuento antes de dormir.

—Esta será nuestra rutina diaria, hijo —le dije acariciando su rostro.

—Ok, mami, pero yo sé que seremos felices, ¿verdad? —me ha preguntado con sus ojitos inocentes mientras le terminaba de leer nuestro cuento.

—Claro que sí, hijo, lo seremos. —Le di un beso y apagué la luz antes de irme a dormir porque realmente estaba agotada.

 

Un mes después…

 

Ha pasado un mes y aquel hombre hace lo mismo todos los días. Entra hablando por su móvil, para luego pedir lo que desea señalando con los dedos y, luego de entregarle su compra, se marcha sin siquiera pestañear. Ya ni me molesta, la verdad es que me da igual, quizá porque me di cuenta de que no iba a cambiar.

El negocio ha prosperado; incluso tengo a una persona trabajando conmigo, la cual empezó hoy. Esa fue una buena decisión; además, necesitaba ayuda en el mostrador.

Ahora podré hacer más cosas para ofrecer en la pastelería porque tengo a alguien encargado de la atención de los clientes.

...❁Una parte de mí…...

Lucas está tan feliz como yo; lo veo jugar en la oficina mientras yo trabajo y me doy cuenta de que realmente le gusta estar aquí, al igual que a mí.

Este lugar es nuestro sueño hecho realidad y me siento satisfecha al ver que cada día es mejor que el anterior. Además, él está disfrutando de esta nueva vida que hemos construido para nosotros dos y yo me siento complacida de que eso sea así.

La única molestia es ese hombre y lo que me provoca. Siento indignación al ver que le gustan mis dulces, pero no es capaz de agradecerme cuando lo atiendo y mucho menos de mirarme.

Gracias a Dios, ahora es Camile quien lo atiende y no yo, pero lo veo llegar e irse por el vidrio ahumado de la oficina y tiene la misma actitud con ella. He tratado de que esto no me afecte por Lucas, pero es algo imposible de evitar.

Sé que él está triste de ver el efecto que esto tiene en mí, quizá porque los hijos notan todo lo que nos pasa y más.

...Un año después......

 

Después de una Navidad bastante movida debido a las fiestas, nos tomamos dos días de descanso porque estábamos agotados. Gracias a Dios tuvimos muchos pedidos. Fue nuestra primera Navidad en casa de la abuela, bueno, en nuestra casa, porque desde hace tres meses que firmé los documentos de propiedad.

La abuela solía decorar toda la parte del frente y yo siempre la ayudaba; esta vez ha sido diferente: yo tuve la iniciativa y Lucas me ayudó.

 

...❁Una parte de mí…...

 

Hoy, 29 de enero, es nuestro primer aniversario. Parece mentira que haya pasado tanto tiempo. Creo que este primer año lo celebraremos en la misma pastelería porque realmente no tenemos mucho tiempo. Aunque ahora tengo más empleados, también es verdad que tenemos más trabajo. Algo que agradezco; incluso Lucas y yo estamos viviendo mejor. Pude comprarle cada una de las cosas que había pedido en aquella lista y las acomodamos juntos estos dos días que tuvimos libres. Él estaba feliz porque por fin tenía todo lo que había deseado. Aunque la última petición no se la pude cumplir, tener un padre para su cumpleaños.

...❁Una parte de mí…...

Estoy muy emocionada porque desde hace 4 meses, Sweet Mile & Lucas ha sido contratada para eventos importantes. Ahora llevamos mis cupcakes, pasteles, dulces, canapés y tapas, entre otras cosas, a reuniones familiares, eventos empresariales y a donde nos digan que necesitan de nuestros servicios. Realmente estoy exhausta, pero feliz.

Camile, Marcos y los demás chicos recibieron un bono de mi parte porque no los pude llevar a celebrar. Me sentí algo mal por ponerlos a trabajar tanto, pero los recompensé bien y ellos estaban satisfechos y yo feliz de verlos sonreír. Tuvimos días en los que no teníamos tiempo ni para respirar. Pero cada sacrificio ha valido la pena, no solo para mí, sino también para los chicos que día a día trabajan junto a nosotros.

...❁Una parte de mí…...

Llegamos a casa después de un día de trabajo fuera de la pastelería. Lucas estaba muy cansado y yo me sentía agotada.  

—Mami, tenías razón. —Me ha dicho, dejando su mochila sobre el sofá.

—¿En qué tenía razón mi vida? —le pregunté mientras encendía las luces de la cocina.

—¿Recuerdas que me dijiste que hiciera las actividades del colegio en la pastelería porque no me daría tiempo de hacerlas en la casa? —sonreía mientras me lo preguntaba.

—Ya lo recuerdo, gracias a Dios que me hiciste caso. Mira la hora en la que estamos llegando a casa hoy. —Le dije. Le devolví una sonrisa.

Amo a mi hijo y verlo crecer es maravilloso.

—Sí, mami, gracias a Dios. —Él se fue a su habitación y yo a la mía. Me duché antes de cenar, luego leímos el cuento y él se ha quedado dormido en lo que terminé de leerle la última frase de ese capítulo.

Me quedé un momento más a su lado y lo observé mientras dormía; se veía tan tranquilo y relajado. Sé que no la ha tenido fácil últimamente debido al ritmo de trabajo que hemos llevado, pero ambos sabíamos que sería así.

Necesito solucionar esto; realmente debo conseguir a alguien que me ayude en casa para que Lucas se pueda quedar.

Su último cumpleaños lo celebramos en cama hace tres meses porque estaba enfermo. Espero poder hacerle una fiesta este año como él se merece. Aunque le di mucho amor, sé que le hizo falta reunirse con sus tíos, sus amigos y sus compañeros del colegio.

Antes de levantarme de su lado, suspiré profundamente. Le di un beso en la frente y salí de su habitación. Caminé hasta la cocina porque tenía sed y necesitaba un vaso de agua. Miré el sofá; adoro acostarme en este lugar luego de llegar a casa, pero deseaba irme a dormir.  Hoy quería mi cama más que nunca. Realmente estaba agotada física y mentalmente.

Mi amiga Sara había estado escribiéndome todo el día, pero no le respondí por lo ocupada que estaba. Seguramente está molesta porque la dejé en visto.

Hoy fue un día lleno de mucho trabajo; tuvimos tanto que hacer que creo que ni siquiera almorcé, quizá por eso tenía tanta hambre.

Veamos, Sara, qué ha pasado y por qué me dejaste tantos mensajes…

Me acosté en la cama a revisar uno a uno sus mensajes…

Espero no quedarme dormida.

Sara me contaba en los mensajes lo triste que se sentía porque Lucas y yo le hacemos mucha falta. Me ha dicho también que se muere por venir a vernos y yo por contarle todo lo que ha sucedido desde que llegamos aquí.

Le respondí todos y cada uno de los mensajes; aunque esta vez no hemos coincidido en la hora para chatear, sé que ella en lo que pueda los leerá.

He estado a punto de quedarme dormida con el móvil en la mano, pero antes de que eso sucediera, lo he puesto a un lado de la almohada.

 

...❁Una parte de mí…...

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Comments

Maria Justina Camela Saucedo

Maria Justina Camela Saucedo

pobre Lucas pero ya llegó un metiche

2022-10-13

1

camijb

camijb

pobrecito Lukas😭😭😭

2022-06-03

1

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