Esperaba el momento de despertar, sentía que se me erizaba la piel y las manos me temblaban, me quedé muda y el tiempo se detuvo porque no cabíamos los dos dentro de él.
—Hello —susurró al ver mi estado de shock.
Yo no podía regresar a la realidad, no podía pensar, no lograba articular una palabra.
—Your name? —me preguntó con su acento extranjero.
—Lu... Luna —le respondí con torpeza.
—Luna, please help me get out of here —dijo tomando mi mano.
—I don't speak english very well, sorry —le contesté sintiendo su mano tibia.
—Ok, ah..., ¿tú puedes ayudar...me a salir de aquí? Por favor.
"¿Pero qué clase de hombre es este? ¿Por qué tiene esos ojos que miran tan profundamente? ¿Por qué tiene que estar aquí? ¿Por qué soy tan mala con el inglés? ¿Por qué tuvo que tomar mi mano? ¿Por qué me estoy sintiendo así?"
—Yo te ayudo —respondí sin tener idea de cómo hacerlo.
Me levanté del piso soltando su mano y traté de pensar, no entendía cómo es que había llegado al local sin que se dieran cuenta, mi inglés era pésimo así que no podía preguntarle y no sabía de qué manera podría escabullirse sin que nadie lo notara. Solo sabía que cuando Ruth regresara se iba a llevar la sorpresa de su vida.
Recordé la salida de emergencia en la parte de atrás que daba a un pasillo que conectaba directamente con la vialidad, no tenía idea de quién podría estar de aquel lado, nunca había estado en esa área, pero era la única opción.
—Espérame —le dije para cerrar la puerta de afuera y poner el letrero de "cerrado".
Me entendió y sonrió, era un alivio que él supiera algo de español. Salí y eché un vistazo al ambiente de afuera. Los de seguridad se daban indicaciones por radio y todos parecían estar un tanto confundidos, sin duda estaba en medio de algo muy importante, algo que cambiaría mi vida por completo.
Le indiqué que fuéramos de prisa a la parte de atrás, él se puso de pie y me siguió. Llegamos a la puerta y traté de abrirla sin conseguirlo, busqué si tenía algún seguro que debía quitarse y no encontré ninguno, empujé poniendo fuerza en la manija que iba de lado a lado, y aún así no se abrió.
Tenía los ojos del hombre puestos sobre mi ineptitud, "no sabe ni abrir una puerta", es lo que imaginé que estaría pensando. Llevaba varios intentos cuando se acercó y casi quitándome de en medio puso sus manos en la manija junto a las mías, tiró de ella y después de hacer un tronido se abrió dejándonos libres.
Ahí estaba el pasillo, completamente oscuro y estrecho. La única luz que podía verse era la que entraba por debajo de otra puerta que estaba a unos cuantos metros.
—Es por allá —le dije señalando hacia la puerta.
Él volteó y asintió con la cabeza, era tan intimidante que yo apenas y podía mirarlo a los ojos. Había puesto su mano sobre mi boca, me había preguntado mi nombre y luego había tomado mi mano pidiéndome ayuda; era una estrella inalcanzable que había bajado hasta donde yo estaba.
Caminó junto a mí rozando mi brazo, mantuve la mirada al frente y traté de mantener el paso, escuchaba su respiración agitada y sus pasos firmes.
—Sorry, i didn't mean to scare you —me dijo girándose hacia mí.
No estaba muy segura de lo que acababa de decir, así que sonreí y solo contesté: —Ok.
En la oscuridad sus ojos brillaban, estaban humedecidos, supuse que por la adrenalina y el miedo; tenía una mirada realmente intensa, y a pesar de tratarse de Richie Evans había en él incertidumbre y vulnerabilidad.
Llegamos a la segunda puerta, al pararse frente a ella dijo algo para sí mismo que no entendí en lo absoluto, pero por el tono pudo ser un ruego para no encontrar una sorpresa del otro lado. La abrimos juntos, y salimos a la mitad de las puertas 9 y 10. El sol estaba en su punto, había mucho movimiento, carros estacionándose y avanzando, por un lado los turistas tratando de irse y otros llegando, personas que estaban ahí por Richie Evans, tratando de obtener algo de él.
Los dos nos quedamos un momento quietos, luego él se acomodó la gorra y se subió el cierre de la chamarra para taparse la barbilla. De pronto me jaló del brazo y corrimos hacia la vialidad, no tuve ni tiempo de decirle que yo solo podía acompañarlo hasta ahí, aunque lo cierto es que moría de ganas de huir con él.
Supuse que Richie estaba esperando a las personas con las que había viajado, pero todos los coches pasaban de largo. Caminamos hacia la puerta diez sin llegar hasta ella para evitar al otro tumulto de gente.
Seguía apretando mi brazo y yo seguía dejándome llevar por él, olvidando el local, a Ruth y mi vida entera.
—¿Y ahora? —le pregunté al darme cuenta de que solo miraba a todos lados sin saber qué hacer.
Soltó mi brazo y miró detrás de mí, sus ojos se abrieron y volvió a sostenerme de la mismforma, un taxi se paró frente a nosotros y el chófer me hizo una seña preguntando si necesitábamos su servicio.
—Es un taxi —le dije a Richie por si tenía duda.
Él estaba a punto de responder, pero el caos comenzaba otra vez.
—Richieeeeee ... —se escuchó del lado de la puerta nueve.
—¡Ay no! —se quejó en un susurro.
Fue impresionante la forma en la que las personas empezaron a correr hacia nosotros sin estar seguros de quiénes éramos.
En un instante él abrió la puerta trasera del taxi y me hizo entrar de un solo tirón.
—Pero yo no ... —traté de decir inútilmente, se había encimado en mí para cerrar rápido la puerta y no me dejó decir nada más.
El chofer del taxi no entendía lo que pasaba, nos observaba por el retrovisor esperando una indicación, la gente se estaba acercando cada vez más y solo pude gritar:
—¡Arranque!
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Comments
Griss Romero
Que impresión vivir una cosa adi, con una estrella de rock y tan guapo, como si estuvieras fuera de la realidad. 💖
2024-07-16
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