Mares.-
—Pero bueno — ¿No te dabas cuenta que solo eran unos niños tan pequeños como tu, y que con sus burlas quizás no permitían que vieras lo hermoso que es tu nombre?
—Si, claro Jaime por supuesto, sin embargo recuerda que yo también era una niña para ese momento, no tenía el entendimiento para razonar y formar una idea determinada de la realidad, y aparte, qué dónde quiera que iba y daba mi nombre, sonreían o hacían muecas o comentarios aludiendo que era raro, y hasta lo deletreaban. «Ma - le - na» a manera de burla, o quizás no, pero yo ya estaba tan predispuesta que lo creía así. Es que ¿a quién se le ocurrió ese nombre tan particular? — ¡Sólo a mis padres!
—La verdad que es un poco raro, pero tampoco es que es desconocido. Yo lo había escuchado antes — comenta Laura.
— ¿Cómo es que llegó Mares a ti?
—Bueno, cuando tenía ocho años, por asuntos laborales de mi padre iríamos a vivir a otra ciudad, así que me emocioné ya que era la oportunidad de mi vida, aprovecharía el hecho de qué no me conocían en ese lugar y cambiaría de nombre, sin embargo no usaría el segundo que es Aidyn ya que lo compartimos mi mami y yo, y usarlo crearía confusiones al momento de cuando nombraran a alguna de las dos. Entonces me dispuse a buscar nombres, eso sí, no quería que fuesen nombre comunes, claro a esa edad no sabía diferenciar entre apodo y nombre propio, la verdad que me llamaba la atención algo así como un diminutivo, hasta quizás lo que les ponía a mis peluches o muñecas, uno que fuese bonito y lo más importante que se identificara conmigo... Así que tomé lápiz y papel y comencé a hacer combinaciones con los nombres de mis padres, de mis hermanos, de mis familiares, de objetos, de ciudades, de países, de mis mascotas, y un larguísimo etcétera, pero que va, no lograba nada aceptable. Hasta que cuando ya estaba a punto de desistir, de pronto una idea se me ocurrió y me encantó el resultado.
Decidí unir las iniciales de mis nombres y apellidos así: «M de Malena, A de Aidyn R de Ramírez y E de Estévez», leí la palabra que formaban las cuatro letras «MARE» me gustó, aunque no del todo, entonces se me ocurrió agregar la S, o sea la segunda letra que le sigue a la E de mi apellido Estévez, y de esa manera nació «MARES» y ahora sí, ¡me encantó!. Lo repetía muchas veces y mientras más lo hacía más me fascinaba, me identifiqué inmediatamente, tanto que lo amé, y bueno me lo quedé ya que sentí que hubo química instantánea.
A partir de allí a todos los que me conocían como Malena les participé con mucho carácter que de ahora en adelante mi nombre sería MARES y así debían llamarme, y a los que no me conocían, pues obviamente con ellos fue más fácil ya que sencillamente me presentaba y nada más.
—¿Qué les parece? — y tan solo tenía ocho años.
—¡Qué inteligente e increíblemente precoz eras mi niña! —¡¡Me encanta!! —Comentó mi jefe.
Cada uno de mis compañeros aplaudieron mi idea y me felicitaron, por supuesto que el comentario de mi jefe me encantó, caló profundamente en mi alma. Todos comentaban que de hecho les parecía incluso, más hermoso que mi nombre de pila, dicho ésto, cada uno comenzó a hacer las posibles combinaciones con sus propias iniciales, no obstante a ninguno le salió algo realmente coherente, fue muy divertido, nos reíamos y hasta nos burlamos.
Eso sí, a mi jefe le quedó hermoso y fascinante. Siendo su nombre de pila Richard Ibrahim Oviedo Saavedra al unir sus iniciales quedó en «RIOS», bueno, aquello fue apoteósico, los compañeros decían y aseguraban que era un buen augurio para nosotros, que era algo profético, y si llegásemos a ser pareja, pues estaríamos predestinados a vivir una hermosa experiencia entre «MARES y RIOS» Sonreí por sus ocurrencias, no obstante deseando que fuese así, sin embargo en lo profundo de mi alma sabía bien que anhelar eso es un despropósito, un imposible.
Después cada uno se dispersó, quedamos solo él y yo. Comenzamos a hablar de cualquier cosa, del clima, de la luna, los planetas, el sol, la lluvia, de nuestros gustos en cuanto a diversión, bebidas o comida, hobbies, paseos, libros que inclusive ambos habíamos leídos en algún momento y hasta comentamos su trama.
De un momento a otro se queda callado observándome, de pronto me pregunta:
—¿Tienes novio?
—No — contesté rápidamente.
—Increible, una chica tan inteligente, sencilla, carismática y además hermosa — Difícil de creer.
—¿Acaso duda de mi palabra? — le pregunto mirando sus ojos negros y enigmáticos.
—No no, disculpa, no es que dude de tu palabra, pero entiéndeme. Resulta muy cuesta arriba comprenderlo.
—Bueno, es así como le digo, mientras estudiaba no quise relacionarme con nadie que quizás pudiera desestabilizarme emocionalmente y me distrajera de lo que más anhelaba, ya que mi meta siempre fue graduarme con excelentes calificaciones. Se lo debía a mis padres y hermanos.
—Si te entiendo perfectamente, en eso te doy toda la razón. Cuando se establecen metas, no hay nada más reconfortante y qué te hace sentir orgulloso de ti mismo es ver como las alcanzas, y para eso nada más edificante que mantener un norte claro y definido. Te felicito mi niña, eres demasiado inteligente. Ojalá que el hombre que aceptes en tu vida, sepa ver más allá de lo que realmente vales, ya que cualquiera podrá enamorarse de ti, sin embargo no cualquiera sabrá valorarte. ¡Dios no lo quiera!
—Justamente es lo que dicen mis padres, aún asi yo considero qué las situaciones no se deben forzar, solo esperar a que sucedan y nada más.
— ¿No le parece jefe?
—Si claro —Oye:
—¿te puedo pedir un favor?
—Si, como no jefe — dígame.
—No me llames jefe, solo Richard como lo hacen los demás compañeros. Somos una gran familia y esos formalismos no me parecen los más adecuados.
— ¿no lo crees?
—Bueno, lo qué pasa que es por respeto. Usted es mi jefe y como tal lo merece..
— No mi niña hermosa, el hecho "de" no implica "que", quiero decir, qué porque me tutees no me estás faltando el respeto, quiero que de ahora en adelante me llames por mi nombre, o si lo prefieres por el apellido, o lo que sea, pero nada de licenciado, ni jefe, ni nada parecido. ¡Y es una orden y debes cumplirla! ... Sonrió dándome a entender que lo que dijo de una orden era solo una broma.
— Bueno, lo intentaré, pero de antemano le confieso, perdón, te confieso que te vas arrepentir ya que soy muy, pero muy confianzuda.—También sonreí.
— No te preocupes por la confianza, eso me encantaría, no te imaginas cuánto.
Richard me toma de la mano, y mirando mis ojos con los suyos tan negros y hermosos qué hace que un no sé qué recorra toda mi columna vertebral hasta mi cabeza y se quede alojada allí, tiemblo de la emoción y creo que él también está temblando. No sé definir ésto que siento, quisiera preguntarle a ver si puede aclararme éste nuevo sentimiento que no había sentido antes.
Como leyendo mis pensamientos, acerca su rostro al mío, junta su nariz como si de un beso esquimal se tratase, pero, rápidamente suelta mis manos separándose de mí, y me invita a entrar a la casa.
Me quedo casi que en shock. No entendí nada, y aún temblorosa, camino a su lado para continuar en la celebración.
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Comments
C Matacruz
le gusta pero dice el mi niña 😏☺️😱😀😉😜😃😄🙂😆😛😯🙃😁😝🤔🤪😊
2024-03-13
2
ana maria talbott
Niña niña le estás moviendo el tapete al jefe 😍
2024-03-13
1
Lesly Argumelo
se estan enamorando
2023-04-24
5