Entre Mares Y Ríos.
Después de haber enviado copias de mi currículum a diferentes empresas, finalmente me han llamado para una entrevista, estoy nerviosa, trato de calmarme, respiro profundo y cuento en regresiva del 10 al 1. Lo hago varias veces, me ayuda un poco, pero inmediatamente vuelvo al mismo estado de ansiedad y sobre todo cuando veo que el tiempo transcurre y no logro que se detenga un taxi, imploro al universo que me conceda el milagro.
Luego de unos cinco minutos:
¡Oh he sido escuchada, se ha detenido uno!. Camino con paso ligero hasta el taxi, y justo en lo que pongo la mano en la manija para abrir la puerta, siento un ligero y suave chispazo que me produce el contacto de otra mano mucho más grande que se posa sobre la mía apretando fuerte e intentando abrir también al mismo tiempo que yo. Me volteo airada para mirarle la cara a la persona descarada que intenta colarse dentro del auto y pretender quitarme el derecho de hacerlo, ya que al fin y al cabo fui quién detuvo el taxi.
Un hombre alto y elegante, sumamente atractivo de cabello corto negro de mirada profunda y con un aroma embriagador, me observa con desprecio, casi diciendo que me aparte de su camino, también lo veo con desdén y lo increpo a que desista de su propósito, sin embargo me ignora por completo, y es cuando alzando mí voz le digo:
— ¿Hey qué le pasa? — ¡No sea abusador! — llevo más de cuarenta y cinco minutos tratando de detener un taxi, y usted viene muy fresco a tratar de quitarme ese derecho.
¡No sea tan sinvergüenza!
Apenas me observa y me dice:
—Apártece que voy retardado a mi trabajo, y también tengo mucho rato esperando por uno.
—¿Ah sí? — pues a madrugar más y dormir menos — le respondo.
Inmediatamente abro la puerta y me introduzco sentándome de un salto en el puesto posterior. Pues el descarado hace lo mismo, y en lo que intento abrir la boca para refutar su comportamiento, el taxista pregunta la dirección de nuestro destino, en medio de la rabia y la confusión que siento le digo adónde me dirijo, el descarado hace lo mismo, por supuesto qué como son direcciones diferentes y totalmente opuestas, el taxista se niega a cumplir el servicio, argumentando qué de esa forma no es su sistema de trabajo, por lo cual y de manera un tanto amable, nos insta a abandonar el taxi.
Furiosa salgo del auto no sin antes mirar con profundo odio al enigmático y buen mozo hombre culpable de mi frustración, y sobre todo del pánico que me causa no poder llegar a tiempo a la entrevista y quizás perder la oportunidad de mi vida.
Sin embargo cuando se está en buena sintonía, el universo conspira a tu favor y te obsequia grandes oportunidades Y fue justo lo que hizo por mí esa mañana, ya que apenas caminé unos tres pasos y veo que un taxi se detiene a mi lado para dejar a un pasajero.
¡Eureka! — grité emocionada, entré al auto y agradecì al cielo, al universo, a los elementos y sobre todo a Dios por el favor concedido.
Cuando la rabia me había pasado, pensé en el apuesto y enigmático hombre que me desestabilizó, ¡qué hermoso es!, y ese aroma suyo tan divino y diferente, no era la fragancia de su perfume, era de su propia piel que emanaba esa esencia tan particular, un aroma único cómo sus huellas dactilares.
La verdad que no me explico porqué me sentí así cuando su mano se posó sobre la mía, respiré profundo y la apreté fuerte contra la otra y ambas las llevé a mi pecho, quizás tratando de atesorar cerca de mi corazón su aroma inolvidable y que se quede allí por siempre.
El sonido fuerte de una bocina me retrotrae de mí ensoñación volviendo a la realidad, de inmediato descarto todos esos pensamientos sobre el atractivo hombre que segura estoy no volveré a ver nunca más en mi vida.
Luego de superar el congestionamiento del tránsito, logré llegar a la empresa donde me habían citado.
Una dama muy joven nos atiende y con voz suave y en un tono bastante audible nos informa:
—"Buenos días para todos y esperando que estén bien. En breves instantes serán atendidos por la licenciada de recursos humanos Alejandra Bermúdez. Se les informa que las preguntas y sus respuestas serán grabadas, no se intimiden por éste detalle, es solo un formalismo para enviarlo a la persona que será su jefe inmediato. No son preguntas de índole personal, sin embargo si alguno no está de acuerdo puede desistir de realizar la entrevista"
Al terminar de hablar, da media vuelta y se marcha. Todos nos hemos quedado allí esperando, a nadie parece preocuparle que su entrevista sea grabada. A mí, ni me da frío ni calor.
Al cabo de unos diez minutos comienzan a llamar. A medida que los entrevistados van saliendo de la oficina, me siento ansiosa ya que se va acercando mi turno, mis nervios son casi que incontrolables, no obstante sigo respirando pausadamente y logro estabilizarme un poco. No puedo evitar ponerme rígida al escuchar una voz que dice mi nombre:
— Señorita Malena Ramírez
—Soy yo, respondo rápidamente levantándome de la silla.
—Pase adelante, la Licenciada Bermúdez le espera.
Entré a una confortable y espaciosa oficina con un hermoso ventanal qué le proporciona claridad, desde allí se puede apreciar completamente la ciudad con sus grandes edificios, sus plazas adornadas por frondosos árboles y gran variedad de flores como es habitual en la primavera.
Con mi cuerpo erguido, la cabeza en alto, y paso lento pero decidido atravieso la sala y saludo cordialmente:
— Buenos días —con permiso.
— Buenos días —responde la Licenciada. Es una mujer de mediana edad, cabello canoso muy corto, de contextura normal y de expresiones agradables. Me observa y hace una señal hacia la silla para que me siente frente a ella, toma su celular, me imagino para activar la grabadora, y de una vez prácticamente sin anestesia me pregunta:
— ¿Por qué consideras que puedes obtener el cargo vacante?
— Bueno — carraspeo un poco.
«Considero qué puedo obtener el cargo vacante ya que al leer el perfil del candidato que solicitan, me sentí totalmente identificada. Además también sumo el hecho de haber realizado y culminado satisfactoriamente mis estudios universitarios. Y aunque al estar recién graduada obviamente no tengo experiencia en lo que a la práctica se refiere, sin embargo, confío plenamente en mis capacidades para realizar un buen desempeño»
La Licenciada me observa, y luego dice:
—O sea, ¿dudas que las otras personas que también han sido citadas, y que al igual que tu tienen grandes expectativas, puedan ejercer el cargo eficientemente?
— Oh no, de ninguna manera. Le ofrezco disculpas, si con mi respuesta haya dado la impresión de ser una persona prepotente, arrogante o presumida, e inclusive poniendo en tela de juicio la capacidad de éstas personas, no ha sido la intención, de hecho, no es ese mi proceder ya que considero que así como en la vida todos tenemos derechos y obligaciones, también todos debemos tener las mismas oportunidades, y por ende aspiraciones que pueden incidir para lograr objetivos establecidos.
—Entonces ¿según tus propias palabras, podríamos deducir que cualquiera de ellos, pudiera estar calificado para desempeñar el cargo?
—Para serle sincera, no puedo ni debo a priori calificar las habilidades de cualquier índole de una persona en particular sin antes por lo menos conocer parcial o total su trabajo. Considero que no se puede dar referencias de lo que se desconoce, no obstante, imagino que sí están aquí es porque confían en sus aptitudes que por supuesto redundan en la seguridad, confianza y la plena convicción en creerse merecedores del cargo en cuestión.
—Si te dijera que el sueldo que ofrecemos no es acorde con el cargo. Quizás muchos han venido, y por supuesto ignoro si es tu caso, ya que tratándose de una empresa multinacional de gran prestigio establecida desde hace muchos años y por ende de gran renombre, pudiesen tener un concepto erróneo creyendo que van a percibir un sueldo exorbitante, entonces, en un dado caso que no fuese así ¿estarías dispuesta a aceptar la oferta laboral?
— Bueno, las personas que laboran obviamente lo hacen motivadas por un salario para cubrir todas sus necesidades, sin embargo, en lo personal no me he planteado sí éste sea alto o bajo, de hecho, no me siento en condiciones de exigir un salario alto. Por ahora lo que quiero es trabajar para lograr la experiencia en mi campo, y sé que podré solucionar con el sueldo que por el momento me ofrezcan en caso de quedar seleccionada. Y respondiendo su interrogante, con todo gusto aceptaría la propuesta laboral.
— Me desconcierta un poco entender que una chica tan joven como tú, pareciera no tener ambición al dinero tomando en cuenta que la mayoría de personas sobre todo los jóvenes es eso lo que más anhelan.
—¿A qué crees que se deba ésta manera de pensar un poco atípica que tienes?
—Quizás con mi opinión al respecto, pudiese dar una imagen un poco alejada de la realidad. Por supuesto que me atrae y reconozco qué es importante, y aunque hay un error de concepto para algunos que mantienen la teoría que el dinero no compra la felicidad, considero que si la compra, y no por lo material, si no por la calidad de vida que proporciona. Estar económicamente estable ayuda a ser estable en otras cosas más siempre y cuando no se caiga en la ambición desmedida. Sin embargo, en mi caso lo que ambiciono es el conocimiento y el aprendizaje, mis expectativas van más allá, y se centran por ahora únicamente en realizar de manera óptima y eficiente mi trabajo y con ello poder aprender muchísimo más, y eso lamentablemente la ambición al dinero no me lo puede ofrecer.
—Okey entiendo — ¿Pero no te planteas la posibilidad y tomando en cuenta que aún eres muy joven, que más adelante cambies tu percepción en cuanto a lo qué opinas hoy?
—Sí claro por supuesto, son pocas las posibilidades de mantener eternamente un concepto u opinión, considerando que cada día que se vive es un constante aprendizaje que nos hace madurar y por ende tener una nueva apreciación de un tema en particular. No descarto que lo que hoy no me agrade en el futuro sea lo contrario. Aún así he sido criada con valores tan arraigados donde la ambición al dinero precisamente no ha tenido cabida, por eso no creo que pueda cambiar mi opinión ya que la base de valores es bastante sólida e inquebrantable.
Me observa detenidamente, parecía desconcertada, y luego de unos segundos garabatea algo en su block de notas y me dice:
— Bueno cualquier decisión nos comunicaremos contigo en breve tiempo. Muchas gracias.
Me levanto de la silla dando las gracias.
No sé pero tengo plena convicción que el empleo es para mí, aunque claro no me pasaré esperando por mucho tiempo. Seguiré enviando copias del currículum por todas partes.
Esa misma tarde recibí la llamada dónde se me informaba que debía presentarme al día siguiente a las ocho de la mañana a un laboratorio cuya dirección también me enviaron para realizarme los análisis pertinentes que la empresa exige a sus nuevos empleados, y que un día después me presente de nuevo en la oficina de recursos humanos.
¡Lo intuía que ese cargo era para mí. Oh que alegria!
En la noche antes de dormir, me persigné, rezė mis oraciones y le agradecí a Dios Padre Celestial por el magnífico día que he tenido y por ésta oportunidad de poder tener mi primer empleo.
Ahora solo le agradezco que me ayude a desempeñar eficientemente todo lo que me asignen.
Pensando en el día de mañana cierro mis ojos, y caigo en brazos de Morfeo.
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Palabras de autor.
Hola hola...
¿Cómo están? —Espero que bien.
Permítanme presentarme, mi nombre es Mary Berríos, tengo sesenta y cinco años y vivo en Caracas Venezuela. Soy madre de un hombre extraordinario que me ha dado tres nietos preciosos y juntos actualmente viven en Argentina, país de gente hermosa y hospitalaria que los recibieron con calidez .
Pues bueno, les diré que no soy «escritora profesional», solo soy una persona que desde los nueve años y a lo largo de mi vida he leído a los máximos autores de la historia universal tanto de los grandes clásicos como los contemporáneos, y bajo su influencia y el hecho de haberme nutrido de ellos despertó en mi la vena literaria, obviamente no escribo ni remotamente parecido a ningún escritor.
Sin embargo, me he atrevido y tengo manuscritos por allí esperando ver la luz algún día.
Así que publiqué por primera vez en esta plataforma una corta historia, no es nada del otro mundo, tan solo una historia donde predomina el sentimiento más antiguo, hermoso, puro y que realmente domina al mundo logrando vencer barreras y consolidarse en el alma y corazón de los seres humanos. Ese sentimiento no es otro que el Amor.
Espero les guste esta historia y la apoyen con sus comentarios y like.
Comparto con ustedes mi slogan personal:
«"La lectura es cultura"»
Marib Ríos. (seudónimo)
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Comments
Brenda Lozano
Felicitaciones Marib , eres muy buena escribiendo, he leído varias de tus novelas y son excelentes, aparte de ser Venezolana mi país hermoso, te deseo todos los éxitos del mundo y sigue deleitando con estas historias maravillosas, un gran abrazo
2024-09-23
1
Ana María Paci
Soy Argentina, con estudios y capacitada, pero siempre me ha gustado el respeto, la educación y la forma de superarse de la lindas personas Venezolanas, bueno seguiré con la novela, va mi cariño
2024-04-26
3
C Matacruz
bueno pues comenzamos, seguro será la asistente del hombre que se encontró en la calle con el mismo taxi 🚕🚖😏☺️😱😀😉😜😃😄🙂😆😛😯🙃😁😝🤔🤪😊
2024-03-13
1