#19. Seducción

...***...

🎶Seducción

Peligrosa poción

Que me envenena el cuerpo

Me pone al descubierto amor

Sin defensas

Estoy tan propensa

Al pecado de tu boca

Que todo esto provoca en mi🎶

^^^Thalía^^^

...***...

...CORA...

Qué se cree ese imbécil, engreído, patán y jodidamente sexy, casi caigo en esos labios y.... Ya va! —pensando 🤔, —Mierda Cora, el muy descarado te está seduciendo—, resoplo.

Está buscando la manera de controlarte, Franco no me cree del todo de que Paolo es el causante de esto, piensa que yo fui contratada por esos Richanni, y seduciéndome y teniendo en sus pies es la manera de saber si realmente soy la culpable de su robo de una de sus empresas.

—Ok!—.... Franco, vamos a jugar a la seducción —me miro a los lados y toco parte de mi cuerpo—, bueno Dios al menos hizo algo por mí, con este 1,68cm de estatura, con estos senos, caderas y trasero puedo hacer algo, pues tengo mis atributos cuando me arreglo quedo como reina. No tengo el cuerpo de su novia Chiara que es una modelo de 1,75cm, rubia con cara de Barbie y cuerpo de miss pero humildemente tengo lo mío. Así como juego de manera coqueta y seductora en mis servicios de Novia en Alquiler, lo voy aplicar en Franco.

—Vamos a ver Franquito quien de los dos se quema en este juego de seducción, y seguro que serás tú, te haré polvo—, digo al tomar un té en el pequeño jardín de la casa cuando de repente escuché un grito proveniente de la cocina.

Dejé la tasa del té encima de la fuente y entré a la cocina vi a Clarissa, ahijada de dona Nora quien estaba desmayada en el suelo.

^^^—Hablando en Italiano 🇮🇹—^^^

—Cora: Qué le pasó a dona Nora?—, le pregunté a Clarissa que está en un mar de llanto mientras que yo la examinaba en el piso de la cocina.

—Clarissa: Estaba limpiando las hortalizas cuando ella se mareo y se desmayó—, me dice con angustia.

—Cora: Busca alcohol y ve a mi habitación dile a Franco que te dé mi bolso necesito examinar bien a Dona, y busca a alguien más para llevarla a la sala para que esté cómoda—, le dije y la chica hizo lo que le mandé.

A los pocos minutos entró por la cocina un chico muy atractivo. Entre Franco y él levantaron a Dona Nora y la llevaron a la habitación aún estaba desmayada. Le comencé hacer preguntas de rigor a Clarissa sobre la salud. Pues lo que me dijo que la mujer de avanzada edad hace unos años le diagnosticaron diabetes y estaba haciendo mucho desarreglo en su alimentación y no se estaba tomando sus medicamentos, pues es una paciente insulinadependiente, y estaba renuente de aplicarse las dosis.

—Cora: Dona Nora le dio una hiperglucemia. Esto es causado por su mala alimentación, además de no colocarse la dosis de insulina para controlar sus niveles de azúcar, por poco entra en un coma diabético. Ella debe cumplir el tratamiento al pie de la letra cuando despierte hablaré con ella y debe ir a su doctor de cabecera para que se someta a nuevos exámenes y tratamiento si así lo requiere—, le digo a Clarissa con seriedad.

Han pasado tres días del incidente con Dona Nora, y la mujer está muy agradecida por haberla salvado la vida. Al igual que ella, he atendido médicamente a varios de los pobladores de la zona. Pues hay un solo médico que atiende al pueblo cada 20 días o un mes ya que hace visitas a otras zonas. Además los centros de salud están en poblados más centralizados.

Durante estos días, Franco no se ha comunicado con Paolo o con su guardaespaldas Luigi —según él—, pero si he notado que ha estado pendiente en cada movimiento que doy y no ha perdido oportunidad de seducirme mayormente lo hace en las noches cuando quedamos solos en la habitación ya que compartimos la misma cama. Algunas veces rozo mi cuerpo con el suyo pero no es intencional ya que la cama es algo pequeña y Franco se aprovecha de la situación pero yo me hago la dura porque sé cuales son sus verdaderas intenciones.

Massimo, el chico guapo que ayudó a cargar a dona Nora a su habitación, me llevó a otro lugar para prestar ayuda médica, pues no lo puedo negar el chico me atrae... Tiene un no sequé, que me atrae y me mata como la canción de Kenny y Tony. Y bueno Franco se ha dado cuenta que le he mostrado algo de interés al chico castaño, y por eso que el bizcochito italiano a insisto en ir con nosotros a esos caseríos.

—Franco: Deberías disimular un poco no?—, dijo con voz grave más de lo normal.

—Cora: A qué te refieres?, no te entiendo—, finjo inocencia.

—Franco: Te recuerdo que eres mi esposa, debes fingir que lo eres, por el hecho que Dona Nora esté agradecida contigo por salvarle la vida no garantiza que ella a olvidado que nosotros somos un matrimonio. Somos dos desconocidos que estamos en una farsa para librarnos de un mal, mal que es por tu culpa y lamentablemente estoy involucrado—, espetó con rabia.

No me gustó la forma como me lo dijo y contraataqué.

—Cora: Me tiene hasta la coronilla con lo mismo Franco, si tanto te fastidia, entonces dile la verdad a Dona Nora y a todos. Y no olvides llamar a tu perro fiel de Paolo para que me vuele la cabeza y te deleites en verla esparcirse por los aires para que se acabe esto de una vez. Me tienes cansada que me acuses de algo que no entiendo ni mucho menos que he hecho porque no me has dado la oportunidad de defenderme y en cambio yo te he dado el beneficio de la duda que realmente no fuiste tú que me haya contratado para poner fin tu boda, que eres una víctima más pero sabes qué?, me retracto de lo dicho y creo que tanto como Paolo y tú quieren perjudicarme y no sé cuál es la razón —muerdo mi labio inferior—, no te preocupes "dolce marito (dulce esposo)" seré una esposa fiel—, agarré mis cosas y fuí atender a unos niños y mujeres embarazadas.

Cayó la tarde y era hora de partir cuando íbamos por el camino a pie, un camión se acercaba en alta velocidad y Franco se lanzó encima de mi, y rodamos por un barranco de lado de la carretera. Él me salvó de ser arrollada por ese camión y como aquella vez, cuando fuimos acorralados en el acantilado mostró preocupación.

—Franco: Estás bien? Te lastimaste?—, acunó sus grandes y suaves manos en mi cara.

—Cora: Si, gracias pero tú estás bien?—, pregunté.

—Franco: Siento algo de dolor en mi pierna derecha—se la agarra—, creo que no es nada—, dice con un quejido.

Revisé su pierna derecha hasta llegué a su tobillo y lo tenía fuera del lugar y el sexy y corpulento italiano se quejó del dolor.

—Cora: Tienes el tobillo fuera del lugar Franco, el dolor de la pierna es por los golpes a causa de las piedras. Puedes apoyarte—, le dije tratando de levantarlo.

—Massimo: Están bien? Necesitan ayudar para salir de allí?—, preguntó en voz alta al bajar con otro chico. Franco no quería su ayuda pero terminó cediendo y me ayudaron a subirlo, nos llevaron a una de las casas del caserío por esa noche.

Aún Franco se quejaba del dolor y está muy renuente para atenderlo. Mientras que estaba recostado en una cama me quité la camisa que estaba sucia y húmeda quedándome en franelilla, y no me percaté que no me puse brasier pero mi prioridad era llevar el hueso al sitio no debo dejar que se inflame más de la cuenta.

—Cora: Debo llevar el tobillo a su lugar. Puedes aguantar... puede doler algo, quiero que dejes de moverte tanto y quejarte—, le digo apesar de sus quejidos por el dolor vi que en ocasiones se fijaba en otra cosa y lo caché. Él muy pervertido tenía sus ojazos ébanos en mis s3n0s, la franelilla es de color blanca casi transparente y mis p3zon3s estaban erectos y se me ocurrió la idea 💡😈, y se me vino la frase que alguna vez me dijo hace varios días cuando salió del baño mostrando sus chocolaticos bien. definidos.

Y agregué: —Gusta lo que ves?—, le dije con pircadía.

—Franco: Q-qué dices?—, carraspeó y su voz era más grave.

Solo le sonreí, me levanté de la silla y cerré la habitación con llave para que nadie nos interrumpiera. Me coloqué al frente de él al borde de la cama y me quité la franelilla dejando mis encantos libres y el hombre quedó perplejo.

—Franco: Estás loca mujer, que crees que haces?—, me dice fijando sus ojos en mis joyas colgantes y noté que tragó grueso y fuerte saliva.

—Cora: Que crees, esto es una distracción, pues desde que me quité la camisa no ha dejado de verlas —las señaló con mis dos dedos índice—, ahora quiero que nos las pierdas de vista, y sé un niño bueno, no quiero insultos y berrinches cuando lleve a ese hueso a su lugar. Si lo haces... A lo mejor dejaré que las acaricies, me imagino que eso es lo que quieres no?—, me siento al borde de la cama dando el frente.

Franco solo asintió con la cabeza tenía una cara de idiota que me causó gracia y conectó su mirada por unos minutos con la mía, y luego a mis $3n0s comencé acariciar su pie y cuando iba decir algo —No le di chance que lo hiciera—, tomé su pie y llevé el hueso a su sitio.

—Franco: Por un demonio mujer! Estás loca... Qué mierda te pasa? No pudiste aguantar un poco... Carajo, maldición y...—, resopló y de una vez me coloqué la franelilla y tocaron la puerta.

Abrí y luego me senté para aplicar analgésicos y vendar el tobillo de Franco.

—Massimo: Está bien señor Franco? Escuchamos su gritos—, mostró preocupación.

—Franco: Sí, por fortuna sí—, decía entre dientes.

—Cora: Sí, Massimo mi dulce esposo está bien ya le llevé el hueso a su lugar pero él es muy malagradecido no aprecia lo que hago por él—, le digo al terminar de vendar su pie y darle unos analgésicos para el dolor.

—Massimo: Bueno me alegro. Y señor Franco por fortuna tiene una esposa doctora, en unos minutos los llevó al pueblo—, sale de la habitación sonriente.

—Franco: Y tú? No ibas a dar mi premio... Fui un niño bueno—, me recobra con lujuria.

Me acerqué a su cara.

—Cora: No, no fuiste un niño bueno. Te dije sin insultos y sin berrinches, pues hiciste todo lo contrario. Ahora te quedarás con las ganas. Descansa te avisaré cuando venga por nosotros—, me levanto y me toma de la mano.

—Franco: No juegues conmigo Cora. Tu juego de seducción te saldrá bien caro—, me encaró.

—Cora: Lo mismo digo yo Franco, y creo que es otro que no puso límites en el suyo—, me clavé en sus ojos y duramos por unos minutos, sino fuera por Massimo que nos interrumpió una vez más me estaría quemando 🔥 en ese juego, y se me iba olvidar que por su culpa mi vida corre peligro.

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