EL PRÍNCIPE OSCURO
TOM
No pude evitar verla nuevamente, ella se encontraba junto al balcón viendo al horizonte, su cabello rizado se movía suavemente con el viento, camine unos cuantos pasos hacia dentro del cuarto, intentado no asustarla por mi presencia.
Mis ojos fueron de ella hacia la cuna que se encontraba al lado de la cama, en donde se encontraba un dormido, Eidan.
No pude evitar sonreír, cada día que pasaba era la viva imagen de mi hermano, mi sonrisa se esfumó en cuanto vinieron imágenes de Mathew y yo de pequeños, terminando con la caída de él.
Un sabor amargo inundó mi boca haciendo que negara con la cabeza intentando quitar esos recuerdos de mi mente, aún podía sentir la culpa carcomiendo mi ser.
- Ya ha pasado un año - Habló Sara en un susurró - Y aún tengo las esperanzas de que un día él vendrá por esa colina a mi encuentro, pero debería hacerme a la idea de que eso jamás pasará - Negué con la cabeza, olvidándome que ella no podía verme.
Cuando la encontré esa vez en el bosque con Eidan y después de que me contara como Mathew había estado en el parto, no me cerré a la idea de que talvez mi hermano en verdad si estaba vivo, y aunque me encargue de decirle a Sara en los meses que estuvo embarazada que no se hiciera falsas esperanzas, ahora el que las tenía era yo, ya que ella era la que ahora se negaba a pensar eso porque estaba completamente segura de que su mente le había jugado una mala pasada imaginándose a mi hermano.
- Nunca se encontró su cuerpo, Sara - Hablar con ella de esto más de cien veces al día se estaba volviendo cotidiano, luego de la muerte de mi hermano, ella y yo nos habíamos vuelto más cercanos, talvez refugiando nuestro dolor el uno al otro - Tú estas con vida, puede que él tam...
- El vínculo puede que se haya roto por la oscuridad a la que Mathew se sometió - Contestó, volteándose para darme la cara, sus ojos rojos de tanto llorar se posaron en los míos - Mi abuela me lo explico, Nuna me lo explico, todo el maldito mundo me lo explico - Su voz fue de ira a romperse en un segundo mientras continuaba - Estoy cansada Tom, por un lado quiero aferrarme a que Mathew sigue vivo y está allá afuera y por otro lado quiero dejarlo ir, porque sé que esto me hace mal a mí, y yo le haré daño a mi hijo - Su llanto no se hizo esperar y oculto su cara entre sus manos para intentar controlar sus lágrimas y gimoteos - Tengo miedo de volverme loca... porque fue tan real ese día del parto, pude sentir su piel y sus labios en los míos.
Suspire pesadamente mientras caminaba hacia ella y la envolvía en mis brazos intentando consolarla, sabía como se sentía; estuve con ella todas las veces que se quebró por la falta de mi hermano y la comprendía por qué yo tampoco sabía qué hacer sin él.
- Él me prometió que volvería - Susurró, cansadamente en mi pecho - Yo... yo quiero en verdad creer que está vivo - Se alejó de mí sin soltarme del todo para poder verme a la cara - Sin embargo, cada día que pasa esa esperanza se extingue y tengo miedo de que se apague por completo.
- Yo no sé si la conexión se rompió o si en verdad al Mathew que viste en el bosque era solo tu imaginación - Le contesté suavemente mientras ponía mis manos sobre sus mejillas -, Pero si mi hermano te dijo que volvería por esa colina entonces debes estar segura de que así será... Un Black jamás rompe una promesa.
Ella sonrió poco a poco sacándome una a mí.
- De esta forma te quiero contemplar - Susurré - Sonriendo, no estás sola Sara, tienes a tu familia, a tu hijo, a mí y sin contar cada una de las personas que conforman Moon Red.
- Lo sé - Dijo soltando un tembloroso suspiro - Es solamente que... Eidan esta a punto de cumplir el año sin tener a su padre al lado.
Ella se alejó de mí para caminar hacia la cuna en donde se quedó observando como dormía el pequeño Eidan.
- Cuando menos me dé cuenta él cumplirá los dieciocho y yo... - La corte rápidamente poniendo una mano encima de la suya haciendo que ella me volteara a ver.
- Sé lo que quieres decir, Mathew y yo lo vivimos en carne propia, crecer sin nuestros padres fue...- No pude terminar la frase, nunca nos faltó nada a mi hermano y a mí, teníamos a Nuna, pero no era igual - Gaia crecerá sin su madre - Cambie de tema pasando mi lengua por mis labios mientras la dejaba de ver y observaba a mi sobrino -, Pero tiene a su abuela y me tiene a mí - Voltee a ver la nuevamente y señale con la cabeza la cuna - Así como Eidan te tiene a ti, así que no estará completamente solo como tú piensas.
- No es lo mismo, si algo le llegara a pasar yo no lo protegería completamente - Susurró, mientras agachaba la cabeza y besaba en la frente a su hijo.
- ¡Por dios mujer! - Grité, despacio, intentado no despertarlo, mientras la jalaba hacia mí y la rodeaba con mis brazos - Eres la humana más fuerte que conozco, yo en tu lugar hubiera salido corriendo al saber que Mathew sería mi Matte - Ella rodó los ojos, divertida, mientras le sonreía - Has estado con tu abuela entrenando para ser una gran cazadora y déjame decirte que eres muy buena con el arco.
- Está bien - Dijo, abrazándome más fuerte - Está bien... Ya te comprendí.
- Pues no declares que eres débil - Contesté encogiéndome de hombros - Si no quieres que te dé otra charla motivacional.
Ella solo asintió sin despegarse de mí.
- Eres el mejor hermano del alma que pude haber tenido alguna vez - Susurró.
- Lo sé - Fue lo único que pude haber atinado a contestar antes de que entrara una pequeña Gaia de dos años corriendo por la habitación como un remolino.
- ¡Tía! - Grito, feliz, alzando los brazos para que Sara la cargara y poder enseñarle el dibujo que traía en sus pequeñas manos. - ¡Tía!
Sonreí mirándolas a las dos, últimamente ver a Gaia me recordaba completamente a Maya, era igual a ella, cabello naranja y cara fina, como todas las ninfas, igual de preciosa.
Me reí internamente pensando en cuando era una bebe, juraba que sería una hermosa loba, pero no, era completamente a su madre, hasta su actitud, lo único que saco de mí fue el color de ojos cafés.
- ¿Qué dibujaste, cariño? - Pregunté algo curioso por la forma en que Sara lo miraba.
- Dibuje a toda la familia - Dijo sonriente, mientras giraba el dibujo en mi dirección - También dibuje a mamá y a mi tío.
Ella señalaba con su pequeño dedito a los dos personajes en el papel.
- Que hermoso dibujo - Susurró, Sara, alentándome a que dijera algo - Verdad, Tom. Verdad qué es un hermoso dibujo.
- Sí - Fue lo único que pudo salir de mi boca al ver a toda la familia dibujada. - Es hermoso.
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Comments
MarylunA 💋
un comienzo diferente...pero no por eso malo...👏
2022-07-31
3
Maria Orquiz
comienzo triste
2022-07-31
1
Lucia Rosalba Garcia Mercado
hermosa novela me encanta 💖 😍 💕 ❤ ♥
2022-07-19
1