PEQUEÑO TOMMY

TOM

Después de la pelea que había pasado en la oficina con Nuna y Pitthua; el hecho que regresara a la manada, me ponía un poco inquieto, no sabía por qué de la razón del odio de Nuna hacia ella.

¿Qué habrá hecho Pitthua para ganarse el odio de Nuna?, ¿Por qué Nora se quedó callada?

Me pregunté mirando la luna, suspirando, volteé a ver a Gaia dormida en mi cama con un muro de almohadas a su derecha para que no se cayera.

Esta intranquilidad

que tenía sobre Pitthua no me dejaba que Gaia estuviera lejos de mí.

Me acerqué a la cama, dispuesto a dormir, cuando tocaron suavemente la puerta, haciendo que cambiara la dirección.

En cuanto abrí la puerta me sorprendii un poco ver a Sara fuera de esta con Eidan entre sus brazos.

- ¿Pasa algo? - Pregunté, abriendo más la puerta para que ella pudiera pasar.

- S...i..si - Titubeó un poco, pegando más a Eidan hacia su pecho - Es solo que, no sé si te molestaría que Eidan y yo durmamos contigo y Gaia.

Solté un suspiro mientras negaba y le señalaba con una mano la cama.

- Pónganse cómodos - Murmuré.

Ella soltó un suspiro de alivio, caminando hacia el lado donde se encontraba la muralla de almohadas protegiendo a Gaia para quitarla y poner a Eidan a un costado de su prima para después acostarse ella.

Yo por mi parte camine hacia el otro lado de Gaia, haciendo lo mismo que Sara, para seguidamente acostarme al lado de mi hija.

- Tú también estás nerviosa por su llegada, ¿verdad? - Susurré mirando a Sara mientras le acariciaba el cabello a Gaia.

Ella se quedó por un momento callada, algo pensativa.

- Sé que yo le dije que se quedara - Justifico, algo apenada -, Pero es una anciana y me daba mucha pena que se quedara en el bos...

- Sara - La corte antes de que se sintiera más culpable - Lo entiendo - Deje el cabello de Gaia para poner mi mano arriba de la de Sara y darle un ligero apretón.

- Aun así... el comportamiento de Nuna hacia Pitthua, me hizo casi arrepentirme de mi decisión - Confesó - Por lo que paso con Zonia.

- Tranquila eso no volverá a pasar - Confirmé dándole otro ligero apretón haciendo que se calmara - Te lo prometo.

Ella asintió antes de cerrar los ojos y acomodarse para dormir, yo por lo mientras me dedique a observar un rato a mi familia dormir antes de cerrar los ojos y caer en un profundo sueño.

- Tom...

Escuche como susurraban mi nombre, me removí en la cama, yo conocía esa voz, ¿pero de dónde?

- Tom...

Ahí estaba nuevamente ese susurro, lo conocía, conocía esa voz, pero como no la iba a conocer.

Abrí los ojos para encontrar a Mathew cerca de mi cara, por instinto me hice para atrás en el colchón y voltee a ver si no había despertado a Sara por mi brusco movimiento.

- Tranquilo, no se despertarán - Contestó, Mathew, volviendo a ponerse recto y mirarme fijamente.

Yo volví a mirarlo para después negar con la cabeza, ¿estaba soñando?

- ¿Eres real? - Susurré, incrédulo.

Él sonrió burlonamente.

- Tú qué piensas - Respondió con un gesto tranquilo - Jamás encontraron mi cuerpo.

Me levante de la cama corriendo y me pare enfrente de él, para después soltarle un puñetazo, mire mi mano, incrédulo después de eso, mientras Mathew se acomodaba la quijada, era real, Mathew estaba aquí conmigo en la habitación.

- Pero... ¿Por qué? - Lo cuestioné - ¿Por qué no volviste?

Él me miro con pena para después voltear hacia la cama y caminar hacia ella, en un movimiento rápido levanto a Eidan de la cama para después arrullarlo hacia su pecho, él miraba a su hijo con amor.

- No vine hablar de eso o el porqué mi mujer está en tu cama - Confesó aún con Eidan en sus brazos.

- Yo jamás te traicionaría como tampoco Sara lo haría - negué con la cabeza incrédulo mientras lo miraba.

- Lo sé - Dijo mientras volvía a dejar a Eidan con su madre en la cama y en ese movimiento le daba un beso a Sara en la frente.

Ella se removió en la cama aun dormida.

- Mathew - Susurró - Te amo.

- Yo también te amo - Le susurró de vuelta mi hermano para después enderezarse y enfocarse en mí.

El camino hacia mí, mientras me agarraba por los hombros.

- Escúchame muy bien, Tom - Comenzó a decir, pero todo era tan raro verlo nuevamente enfrente de mí, ¿era real

o solo era un producto de mi imaginación? - La manada Moon Red está en peligro.

- ¿Gina? - Pregunté.

Él negó aún sin soltarme.

- Algo mucho peor, una gran oscuridad sé está acercando Tom y tienes que hacerle frente.

- Pero ya estás aquí - Contesté, agarrándolo de los brazos - Tú eres el Alpha, tú nos puedes ayudar.

Él negó soltándome y dando unos pasos atrás.

- Este es tu destino, Tom - Dijo firmemente cada vez más lejos de mí, la habitación de pronto empezó a dar vueltas mientras observaba la figura de Mathew más lejos de mí - Tienes que hacerle frente.

- ¡Espera, Mathew! - Grité mientras inútilmente intentaba ir detrás de él, no podía dejarlo ir, no otra vez.

- Este es tu destino, Tom - Dijo nuevamente con su voz alejándose y dejando un eco.

Abrí los ojos un tanto sobresaltado, con el sudor en mi frente. Me encontraba en la cama con Sara y los niños, ¿era todo un sueño?, ¡No!, No podía ser posible, intente acariciar a Gaia, pero me detuve en el camino mirando mi mano, esta se encontraba algo roja e hinchada en el área de los nudillos, ¿En verdad Mathew estuvo aquí?

Con un suspiro me senté en la cama y volteé a ver a Sara, pero unos ojos se encontraron conmigo en el camino, fruncí el ceño e intente no gruñir.

Pitthua se encontraba al lado de una dormida Sara, mirándome directamente a los ojos.

- ¿Qué cree que hace anciana? - Exigí intentando no convertirme en lobo por la rabia.

- Considero que la pregunta te la debería hacer yo, muchacho - Dijo tranquilamente mientras señalaba a Sara con la cabeza - ¿Qué crees que haces?

Entre cierro los ojos intentando calmarme por la acusación que intentaba hacerme la anciana y el hecho de que entrara a mi habitación sin permiso.

La pequeña anciana cerro los ojos y suspiro.

- Te espero afuera ahí algo que tengo que comentarte - Informo yéndose de la habitación, no sin antes decirme algo que me hizo pensar en el pasado - Pequeño, Tommy.

¿Tommy?, Así era como me decía Mathew cuando éramos niños para hacerme enojar, pero solo los chicos y él, sabían de ese apodo.

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