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EL PRÍNCIPE OSCURO

UN BLACK JAMÁS ROMPE UNA PROMESA

TOM

No pude evitar verla nuevamente, ella se encontraba junto al balcón viendo al horizonte, su cabello rizado se movía suavemente con el viento, camine unos cuantos pasos hacia dentro del cuarto, intentado no asustarla por mi presencia.

Mis ojos fueron de ella hacia la cuna que se encontraba al lado de la cama, en donde se encontraba un dormido, Eidan.

No pude evitar sonreír, cada día que pasaba era la viva imagen de mi hermano, mi sonrisa se esfumó en cuanto vinieron imágenes de Mathew y yo de pequeños, terminando con la caída de él.

Un sabor amargo inundó mi boca haciendo que negara con la cabeza intentando quitar esos recuerdos de mi mente, aún podía sentir la culpa carcomiendo mi ser.

- Ya ha pasado un año - Habló Sara en un susurró - Y aún tengo las esperanzas de que un día él vendrá por esa colina a mi encuentro, pero debería hacerme a la idea de que eso jamás pasará - Negué con la cabeza, olvidándome que ella no podía verme.

Cuando la encontré esa vez en el bosque con Eidan y después de que me contara como Mathew había estado en el parto, no me cerré a la idea de que talvez mi hermano en verdad si estaba vivo, y aunque me encargue de decirle a Sara en los meses que estuvo embarazada que no se hiciera falsas esperanzas, ahora el que las tenía era yo, ya que ella era la que ahora se negaba a pensar eso porque estaba completamente segura de que su mente le había jugado una mala pasada imaginándose a mi hermano.

- Nunca se encontró su cuerpo, Sara - Hablar con ella de esto más de cien veces al día se estaba volviendo cotidiano, luego de la muerte de mi hermano, ella y yo nos habíamos vuelto más cercanos, talvez refugiando nuestro dolor el uno al otro - Tú estas con vida, puede que él tam...

- El vínculo puede que se haya roto por la oscuridad a la que Mathew se sometió - Contestó, volteándose para darme la cara, sus ojos rojos de tanto llorar se posaron en los míos - Mi abuela me lo explico, Nuna me lo explico, todo el maldito mundo me lo explico - Su voz fue de ira a romperse en un segundo mientras continuaba - Estoy cansada Tom, por un lado quiero aferrarme a que Mathew sigue vivo y está allá afuera y por otro lado quiero dejarlo ir, porque sé que esto me hace mal a mí, y yo le haré daño a mi hijo - Su llanto no se hizo esperar y oculto su cara entre sus manos para intentar controlar sus lágrimas y gimoteos - Tengo miedo de volverme loca... porque fue tan real ese día del parto, pude sentir su piel y sus labios en los míos.

Suspire pesadamente mientras caminaba hacia ella y la envolvía en mis brazos intentando consolarla, sabía como se sentía; estuve con ella todas las veces que se quebró por la falta de mi hermano y la comprendía por qué yo tampoco sabía qué hacer sin él.

- Él me prometió que volvería - Susurró, cansadamente en mi pecho - Yo... yo quiero en verdad creer que está vivo - Se alejó de mí sin soltarme del todo para poder verme a la cara - Sin embargo, cada día que pasa esa esperanza se extingue y tengo miedo de que se apague por completo.

- Yo no sé si la conexión se rompió o si en verdad al Mathew que viste en el bosque era solo tu imaginación - Le contesté suavemente mientras ponía mis manos sobre sus mejillas -, Pero si mi hermano te dijo que volvería por esa colina entonces debes estar segura de que así será... Un Black jamás rompe una promesa.

Ella sonrió poco a poco sacándome una a mí.

- De esta forma te quiero contemplar - Susurré - Sonriendo, no estás sola Sara, tienes a tu familia, a tu hijo, a mí y sin contar cada una de las personas que conforman Moon Red.

- Lo sé - Dijo soltando un tembloroso suspiro - Es solamente que... Eidan esta a punto de cumplir el año sin tener a su padre al lado.

Ella se alejó de mí para caminar hacia la cuna en donde se quedó observando como dormía el pequeño Eidan.

- Cuando menos me dé cuenta él cumplirá los dieciocho y yo... - La corte rápidamente poniendo una mano encima de la suya haciendo que ella me volteara a ver.

- Sé lo que quieres decir, Mathew y yo lo vivimos en carne propia, crecer sin nuestros padres fue...- No pude terminar la frase, nunca nos faltó nada a mi hermano y a mí, teníamos a Nuna, pero no era igual - Gaia crecerá sin su madre - Cambie de tema pasando mi lengua por mis labios mientras la dejaba de ver y observaba a mi sobrino -, Pero tiene a su abuela y me tiene a mí - Voltee a ver la nuevamente y señale con la cabeza la cuna - Así como Eidan te tiene a ti, así que no estará completamente solo como tú piensas.

- No es lo mismo, si algo le llegara a pasar yo no lo protegería completamente - Susurró, mientras agachaba la cabeza y besaba en la frente a su hijo.

- ¡Por dios mujer! - Grité, despacio, intentado no despertarlo, mientras la jalaba hacia mí y la rodeaba con mis brazos - Eres la humana más fuerte que conozco, yo en tu lugar hubiera salido corriendo al saber que Mathew sería mi Matte - Ella rodó los ojos, divertida, mientras le sonreía - Has estado con tu abuela entrenando para ser una gran cazadora y déjame decirte que eres muy buena con el arco.

- Está bien - Dijo, abrazándome más fuerte - Está bien... Ya te comprendí.

- Pues no declares que eres débil - Contesté encogiéndome de hombros - Si no quieres que te dé otra charla motivacional.

Ella solo asintió sin despegarse de mí.

- Eres el mejor hermano del alma que pude haber tenido alguna vez - Susurró.

- Lo sé - Fue lo único que pude haber atinado a contestar antes de que entrara una pequeña Gaia de dos años corriendo por la habitación como un remolino.

- ¡Tía! - Grito, feliz, alzando los brazos para que Sara la cargara y poder enseñarle el dibujo que traía en sus pequeñas manos. - ¡Tía!

Sonreí mirándolas a las dos, últimamente ver a Gaia me recordaba completamente a Maya, era igual a ella, cabello naranja y cara fina, como todas las ninfas, igual de preciosa.

Me reí internamente pensando en cuando era una bebe, juraba que sería una hermosa loba, pero no, era completamente a su madre, hasta su actitud, lo único que saco de mí fue el color de ojos cafés.

- ¿Qué dibujaste, cariño? - Pregunté algo curioso por la forma en que Sara lo miraba.

- Dibuje a toda la familia - Dijo sonriente, mientras giraba el dibujo en mi dirección - También dibuje a mamá y a mi tío.

Ella señalaba con su pequeño dedito a los dos personajes en el papel.

- Que hermoso dibujo - Susurró, Sara, alentándome a que dijera algo - Verdad, Tom. Verdad qué es un hermoso dibujo.

- Sí - Fue lo único que pudo salir de mi boca al ver a toda la familia dibujada. - Es hermoso.

 

EL DIBUJO

TOM

Me encontraba en el despacho de la mansión sentado, admirando por quinta vez el dibujo que tenía entre mis manos.

Tuve que salir casi corriendo de la habitación dejando a Gaia con Sara.

El dibujo era como revivir nuevamente las heridas, desearía que este dibujo se hiciera realidad y estuviéramos nuevamente todos juntos.

Tal vez no amaba a Maya como ella lo hubiera querido, pero si la veía como alguien demasiado especial, ella me había dado una hija y eso la convertía para mí en la mejor mujer del mundo.

Jamás habrá día que no me arrepienta en como la trate, parece que es verdad lo que dicen los humanos, nunca aprecias lo que tienes hasta que lo pierdes.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió abruptamente.

- ¿Qué no sabes tocar? - Pregunté mientras abría mis manos con obviedad mirando a Carlos, quien se encontraba parado en la puerta.

Él me miro por un momento, sus ojos tenían un pequeño brillo.

- Te lo recordé, ¿verdad? - Dije, sabiendo el por qué de su silencio. - perdón.

Él se encogió de hombros mientras pasaba más adentro y caminaba hacia mí.

- Es lo mismo que él decía - Susurró - Creo que verte sentado ahí me llevo al pasado, así que no tienes que pedir disculpas.

- Claro qué tengo - Dije pasando mis manos por mi rostro, me sentía algo casando, no sé que era, pero hoy más que nada parecía que el pasado quería surgir como espuma de mar.

- Parece que tenemos una artista en la familia - Mire a Carlos algo confundido, por las rendijas de mis dedos, este al observar mi desconcierto señalo con la cabeza el dibujo que se encontraba en la mesa frente a mí.

- Así parece - Solté un suspiro mientras tomaba nuevamente el dibujo y lo pegaba en la pared, me aleje unos cuantos pasos para contemplarlo nuevamente, pero ahora junto con los demás dibujos que había hecho mi hija a lo largo de sus dos años.

En ellos se encontraba todas las personas importantes en la vida de Gaia, su abuela, Sara junto con su familia, Chase, Alan y Samira con el pequeño Thiago, Carlos con una embarazada Mía, sin olvidar a Maya, Grifh y Mathew.

- ¿Cómo se encuentra Mía? - Pregunté con el ceño fruncido sin quitar la mirada de la pared. - ¿Ella está bien?

- Parece que muy pronto tendremos al futuro beta de la manada - Contestó, emocionado, posicionándose a mi lado para poder admira los dibujos de Gaia - Solo es cuestión de días y podre tener a mi cachorro entre mis brazos.

Voltee a observarlo y casi se me escapa una carcajada recordando como Mía lo hizo sufrir para poder estar a su lado.

De un momento a otro mis pensamientos se fueron por otro lado preguntándome, ¿cómo sería mi Matte?, ¿me amará?, ¿amará a Gaia o la odiará?, No importaba cuál sería la respuesta, si rechazaba a mi hija entonces yo la rechazaría a ella, Gaia para mí era más importante que cualquier Matte, corrección, mi hija estaba primero que cualquier cosa.

- Felicidades - Le dije mientras palmeaba su espalda - Futuro, papá.

- Gracias - Susurró volteándose a observarme - Vine por ti, porque Nora solicito una junta con el Alpha y la luna de la manada.

- ¿Qué quiere la abuela de Sara? - Pregunté algo desconcertado, Nora casi nunca solicitaba vernos a los dos juntos.

- No lo sé - Se encogió de hombros -, Pero puede que sea algo grave porque quiere que Nuna junto con nosotros estemos en la junta también - Asentí mientras comenzaba a caminar con Carlos atrás de mí, salimos del despacho para dirigirnos al salón de juntas.

Cuando llegamos todos ya estaban en su lugar esperándonos, tome asiento un tanto nervioso, talvez me estaba preocupando de más y la junta solo seria para planear la fiesta de Eidan.

- ¿Qué pasa? - Me aventuré a preguntar.

- Si, que está pasando, abuela - Dijo algo nerviosa Sara a mi lado - ¿Por qué nos reuniste a todos?

Nora suspiró mirando a cada uno de nosotros.

- Decidí que sería mejor que el corazón de la luna no este más aquí.

- ¿Por qué? - Pregunté, desconcertado.

El corazón de la luna, según las palabras de Nuna y Nora, es la joya más poderosa de todo el mundo, cuando Sara lo saco de su bolsillo después de la batalla que tuvimos, Nora le preguntó mil veces de donde la había sacado.                            

Flashback

Sara se encontraba sentada enfrente de mí en la sala de estar, sus ojos se encontraban apagados mientras que sus temblorosas manos se encontraba una tasa de té caliente que Nuna le había preparado para calmarla un poco.

Carlos, Alan y Chase se habían quedado en el campo de la batalla para buscar el cuerpo de Mathew, yo me hubiera quedado con ellos, pero preferí venir con Sara, fue un golpe muy duro para ella y ahora que sabíamos que tendría al próximo Alpha, no teníamos que dejarla sola, mucho menos con Gina suelta.

El pensamiento sobre Gina hizo que volviera a la realidad mientras acariciaba suavemente el poco cabello de una Gaia dormida entre mis brazos.

Me pare de mi asiento, intentando no despertar a Gaia para ir al lado de Sara.

- Deberías tomarte un baño y dormir un poco - Susurré - Por el bebé.

- Talvez tengas razón - Su voz se escuchaba ronca y quebrada, soltando un suspiro metió una mano en uno de sus bolsillos y saco un rubí en forma de un corazón algo desfigurado, poniéndolo en la mesita frente de nosotros.

Fruncí el ceño mirándolo, y abrí la boca para preguntarle de donde lo había sacado, pero Nora se me había adelantado, sorprendiéndonos a Sara y a mí por su repentina llegada.

- ¿De dónde lo sacaste? - Preguntó, sorprendida - Sara, ¿De dónde lo sacaste?

Ella miró a su abuela mientras esta se apresuraba a la mesita y tomaba en sus manos el rubí. Nora lo miraba como si no pudiera creer que lo tenía enfrente de ella.

-¿De dónde lo sacaste? - Preguntó nuevamente en un susurro - Sara, ¿sabes que es esto? - Dijo, alzando el rubí.

- El corazón de la luna - Susurró, Sara - Lo encontré escondido en el calabozo donde me tenían Randall y Gina - Me miro fugazmente para volver a ver a su abuela - Algo me mencionó Zonia... según es muy poderoso.

Nora asintió alzando el corazón de la luna hacia la luz del candelabro que estaba arriba de nosotros, su brillo se extendió por toda la sala.

Nuna que venía entrando, paro abruptamente junto con los chicos admirando lo que tenía Nora en las manos.

- Pensé que jamás lo volvería a ver - Hablo, Nora, para sí misma - La última vez que lo vi lo tenía Sofía, mientras huíamos de los hermanos Trucks.

No me sorprendía lo de mi madre, Nuna nos había contado de niños que el trabajo de un cazador era mantener a los oscuros bajo control sin que ocasionarán un problema con los humanos.

- Efectivamente, cariño - Continuó, cambiando su mirada del rubí a Sara para después pasarla a cada uno de los que estábamos en la sala - Puede ser muy desastroso si cae en las manos equivocadas, por algo lo escondió Sofía.

- ¿Cómo es que lo tenían los hermanos Trucks? - Preguntó, Carlos.

Nora se encogió de hombros mientras Nuna pasaba y se sentaba cerca de la chimenea observando el fuego.

- No sabría decirte como lo tenían ellos, pero mi madre una vez me contó una historia - Susurró, Nuna, haciendo que todos la volteáramos a ver - Sobre los primeros hombres lobo en la tierra, estos eran diferentes a ustedes, ellos no tenían Mattes podían escoger libremente a su pareja - Soltó un suspiro - Uno de ellos se enamoró perdidamente de la hija de la luna como ella se enamoró de él, ella bajo del cielo dejando su inmortalidad y se unió a él en alma y cuerpo, pero no todo fue felicidad - Su voz se tornó algo dura mientras nos relataba el cuento - Todos al ver que la hija de la luna tenía una hermosa belleza decidieron pelear por ella a muerte - Hizo una pequeña pausa - La luna al ver que sus hermosas creaciones morían por su hija, vio el error de no haberles puesto un amor verdadero, así que decidió dejarlos morir y crear a un nuevo linaje y así fue como ustedes nacieron.

- Pero... ¿Qué paso con la hija de la luna? - Alan, preguntó algo confundido.

- Ella al observar como su amado los enfrentaba con valor, muy en el fondo sabía que no ganaría todas las batallas y temiendo que él muriera en una de ellas, decidió agarrar una daga y sacarse el corazón enfrente de él, profesándole su amor eterno.

- La luna dejo morir a su hija - Dijo Sara en un estado de shock, talvez pensando en todo el relato.

Nuna se apresuró a negar con la cabeza.

- Ella aceptó su destino - Murmuró - Que es muy diferente.

- ¿Qué paso con el lobo enamorado? - Se atrevió a preguntar Chase por primera vez - ¿También murió?

- No lo sé - Aclaró - El final de la historia dice que la luna lo convirtió en el guardián del corazón de su hija, reflexionando en lo poderoso que era, pero por lo visto esa parte fue mentira - Dijo lo último mirando el rubí - Sino donde está el protector.                  

  Fin del Flashback

Regrese a la realidad mientras escuchaba de lejos el alboroto que se encontraba a mi alrededor.

- Por eso debo llevarme el corazón de la luna - Alcance a escuchar a Nora formular firmemente.

- Espera... ¿Qué? - Pregunté ida mente - ¿Por qué te lo llevarás?

Todos se me quedaron mirando, como si me estuvieran preguntando con la mirada si me encontraba bien.

- Eh... Alpha, Nora nos acaba de mencionar que hay cuerpos sin vida, cerca de los terrenos de la manada - Contestó, Carlos, explicándome un poco de la conversación que me había perdido.

- Gina - Al pronunciar el nombre de la bruja pude sentir como Sara se tensó al lado mío, creo que le había recordado el suceso del nacimiento de Eidan.

- No lo creo - Me contestó, Nora - Hay más oscuros, Tom - Su mirada pasó de mí al rubí que se encontraba en la mesa - Que quieren el corazón de la luna, puede que ya se haya corrido el rumor de que lo tenemos nosotros - Nos miró directamente a Sara y a mí -, Por eso les pido mi Alpha y luna que me permitan sacar el rubí de aquí.

- ¿Dónde lo esconderías abuela? - Preguntó, Sara, aun un poco tensa.

- Perdóneme mi luna, pero sería mejor que nadie se entere en donde lo dejaré - Respondió.

- Está bien - Dije rápidamente, me estaba cansando un poco de la conversación, si el corazón de la luna era tan peligroso sería mejor que no estuviera más con nosotros - Llévatelo lejos, Nora.

Todos en la sala se quedaron cayados observándome por la decisión que acababa de tomar.

- Muy bien - Habló, Nora - Me lo llevaré después de la fiesta de mi pequeño bisnieto - Estiro el brazo para poder poner una mano encima de la de Sara y después sonreír, dando por finalizada la junta.  

PITTHUA MITHERL

TOM

Me acuclillé viendo los cuerpos descompuestos de dos personas, después de la junta que tuvimos esta mañana decidimos los chicos y yo venir a investigar sobre los cuerpos que nos había dicho Nora.

Mire a mi alrededor observando el panorama que se había vuelto naranja por las hojas secas tiradas de los árboles, después de que Randall matara a todos los Alphas y lunas de los alrededores la manada había crecido considerablemente, no solo en lobos sino también en el terreno.

El aire frío de otoño me pego directamente en la cara, como tratando de expresarme que no pensara más en el pasado.

- Chase - Me pare del suelo sin quitar la vista de mi alrededor - Tú eres rastreador, dime que opinas de esto.

Él miraba fijamente los cuerpos que las hojas estaban apuntó de enterrar, alzo su mirada hacia mí para luego pasarla hacia Carlos y Alan, que también estaban algo alertas, esperando un ataque.

- El olor que transmiten los cuerpos... - Contestó cortada mente, como queriendo negar algo de lo que yo también no estaba seguro - El olor me recuerda a... Mathew.

Los cuatro nos miramos cómplices, si bien todos habíamos contemplado caer a Mathew junto con Randall por el barranco, eso no nos garantizaba que hubiera muerto, su cuerpo jamás se encontró como el de Randall.

Puede que talvez Mathew se volvió completamente oscuro y no sabe lo que hace, no, me niego completamente a esos pensamientos, mi hermano jamás en su vida le haría daño a un humano aun siendo oscuro.

- No, esto tiene que ser una trampa - Dije en voz alta - Mathew, jamás haría eso - Continúe, mientras señalaba los cuerpos - Mi hermano no sería capaz de esto.

- Lo sabemos, Tom - Hablo, Carlos, dándome golpeteos en mi espalda - Sabemos que Mathew no mataría nunca a ningún humano, pero esto puede que signifique dos cosas.

- La primera es esperanza - Continuó hablando Alan ilusionado - Esto puede significar que Mathew sigue vivo, no importa si es oscuro o no, lo importante es que está vivo, chicos - Él abrió los brazos y grito de alegría mientras daba unos cuantos brincos.

Alan siempre fue el más infantil de los seis y el más positivo, aún no podía comprender como es que estaba casado y tenía ya un hijo.

- Alan - Susurró, Chase - Sé que no hay que ser negativos, pero si este no es el caso... Puede que la manada corra grave peligro.

Este dejo de brincar para vernos seriamente.

- Lo sé, sin embargo, algo en mi interior me dice que Mathew sigue con vida y...

- Todos lo sentimos - Le contesté, cortándolo rápidamente -, Pero si este no es Mathew, significa que alguien sabe lo que paso hace un año - Mi mirada fue nuevamente hacia mi alrededor buscando una señal de algo que estuviera mal - Puede que la manada nuevamente esté en peligro - Me acuclille nuevamente hacia los cuerpos - Obviamente esto es obra de un oscuro por el olor, así que quiero que estén todos los rastreadores, cazadores y guardias, alertas a cualquier cosa.

- Si, Alpha - Contestó, Carlos - Pondré a todos alerta en la manada.

- Otra cosa, chicos - Mencione antes de que se retiraran - Ni una sola palabra a Sara de esto, no quiero que se ponga mal por el temor de un nuevo problema.

- Se dará cuenta en cuanto vea la movilización de los guardias - Contestó, chase, dándome la mano para ayudarme a estar de pie nuevamente.

- Lo sé - Sonreí pensando en ella -, Pero Sara esta feliz por primera vez planeando la fiesta de Eidan que será en unos cuantos días, y no quiero quitarle esa felicidad o darle una falsa esperanza con lo de Mathew, así que por el momento que esto quede entre nosotros.

Los chicos asintieron sin más mientras nos retirábamos de ese lugar.

Cuando llegamos a la mansión, Sara estaba esperándonos afuera, su semblante era de preocupación, me apresure a su lado, pasando a los chicos.

- ¿Qué pasa? - Pregunté, preocupado, mirándola a los ojos - Estás bien - Mis manos fueron directamente a su rostro intentando tranquilizarla - ¿Gaia? - Pregunté nuevamente con miedo, suponiendo lo peor, ver los cuerpos y pensar que la manada pudiera estar nuevamente en peligro, me hizo imaginar varios escenarios en los que Gaia estaba.

Ella negó y bajo mis manos de su rostro.

- Una anciana solicita vernos a los dos - Susurró como si la fueran a escuchar y fugazmente miro hacia el ventanal que se encontraba en el despacho, ahí estaba una pequeña ancianita con un bastón enorme a su lado, mirándonos desde adentro.

Su manera de mirarnos hizo que me diera un escalofrío por todo el cuerpo.

No sabía quién era esa anciana, pero algo en mi interior me decía que ella nos diría algo que nos cambiaría la vida.

Aparte la vista de ella para volver a ver a Sara.

- No te mencionó nada - Ella negó sin quitar la mirada del ventanal.

- Dijo que quería hablar con nosotros, no quiso decirme nada si no estabas tú - Se alejó de mí para empezar a caminar lentamente hacia la puerta de la mansión - Decidí esperarlos afuera porque me preocupe al ver que no venían de ir a investigar sobre los cuerpos.

- Tranquila - Pasé uno de mis brazos sobre sus hombros para atraerla hacia mí, cuando la alcancé.

Ella se detuvo y me miro a los ojos, su preocupación no se había ido, lo podía notar.

- ¿Qué paso haya afuera? - Preguntó.

- Nada de lo que tengamos que preocuparnos - Le comenté, indicándole con la cabeza que siguiera caminando y fugazmente dirigía mi mirada a los chicos que venían detrás de nosotros.

Talvez estaba haciendo mal en ocultarle las cosas y más si se trataba de Mathew, pero no podía permitirme que ella pasara más preocupación y sufrimiento, solo la diosa luna fue testigo, junto conmigo de cuantas veces se derrumbó y como estaba yo a su lado intentando volver a pegar los pedazos de su roto corazón por la muerte de mi hermano.

- ¿Entonces no sabes quién es la anciana? - Negó, cuando le pregunté tratando de cambiar de tema.

Después de eso caminamos silenciosamente hacia el despacho, cuando llegamos deje pasar a Sara primero y detrás de mí a Carlos, los chicos se quedaron afuera de este, por si pasaba cualquier cosa.

Ya no caeríamos en la misma trampa que nos había hecho Zonia un año atrás y por culpa de eso haber perdido a Grifh.

La pequeña anciana se encontraba aún cerca de la ventana, era demasiado pequeña que tal vez podría confundirla con un nomo, su cabello canoso estaba desaliñado y pareciera que tuviera vida propia por como se alzaban las puntas de este hacia arriba como si le hubieran dado un susto de muerte.

En la mano traía un bastón un tanto gastado por los años con signos raros dibujados en el, no obstante, su olor fue lo que me confundió más, olía a libros viejos y un poco a bruja, pero lo que me saco de mis casillas fue que tuviera el olor de Mathew en su ropa, ya se estaba apagando, sin embargo, aún podía captarlo, note como Carlos se tensó al lado de Sara, tal vez por la misma razón que yo.

No pude evitar que se me saliera un gruñido, Sara me miro confundida y la pequeña anciana solo me lanzo una diminuta sonrisa.

- Tranquilo, muchacho - Su voz era pacífica y rasposa a la vez - No vine hacerle daño a tu manada.

Ella se paseó libremente por toda la habitación, observando a su alrededor como si estuviera analizando el ambiente para después pararse enfrente de mí, yo tuve que bajar la mirada tanto como ella tuvo que subirla.

- Me recuerdas mucho a kiron - Me desconcertó que dijera el nombre de mi padre con tanta familiaridad como si lo hubiera conocido desde hace años o hubieran sido íntimos amigos y eso la hacía más peligrosa, mi padre trato de ser un oscuro, él únicamente se juntó con ellos, antes de que conociera a mi madre - Era igual de desconfiado que tú.

- ¿Quién es usted? - No pude evitar preguntarle, su respuesta nunca llego, ya que Nuna se había encargado de responder antes que ella.

- Pitthua Mitherl - Contestó con seguridad Nuna, que se encontraba en la puerta y atrás de ella una Nora algo sorprendida por la susodicha, como si estuviera viendo un fantasma del pasado - La ex-vidente de Moon Red.

- Es un gusto volverte a ver Nora - La pequeña anciana hizo oídos sordos hacia Nuna y prefiero enfocarse hacia la abuela de Sara - Veo que creciste algo, pequeña - Al ver que Nora se quedaba sin habla, decidió pasar su vista hacia Nuna, nuevamente - Es un horrible placer volverte a ver Nuna.

- Lo mismo digo, Pitthua - Todos en la habitación se quedaron callados ante la pelea de palabras que tenían las dos - Espero que tu visita solo sea pasajera.

- Todo lo contrario mi querida, ninfa - Corto su mirada de Nuna para observar a Sara y a mí, esta vez mientras hablaba - Vengo a solicitar quedarme nuevamente en la manada Moon Red, indefinidamente.

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