capítulo 18- noche

El Duque se mostraba inquieto en esa situación, se suponía que Livia no tenía más el apoyó del rey, pero justo ahora, le esta dando la razón a Livia con respecto a la agresión que causo la Duquesa.

- majestad...por favor...le aseguro que mi esposa ha aprendido la lección, deje que me la lleve, nuestra reputación depende de eso.

- ¿que reputación? Hasta donde se, su reputación ha caído desde hace mucho ¿cree que no lo se todo? Voltea hacía otro lado porque creí que la reina lo hacía para ayudarlos, pero veo que son ustedes quienes le obligaban a darle todo su dinero.

- ¿que? ¿La reina dijo eso? Le aseguro que miente majestad.

- ahora lo llamas mentiroso, vaya descaro y en mi propia cara. Duque Fiore, largo y no vuelva a pedir nada o su familia caerá aún de lo que ya esta.

El rey ordena lo saquen del salón, para que ya no moleste más, incluso es escoltado hasta la salida, ahí, Livia esperaba mostrando una sonrisa burlona.

- saludos Duque Fiore. Espero haya tenido una buena platica con su majestad.

- tú...que mal hijo eres, encerrando a tu propia madre y abandonando a tu familia.

- ¿que? Pero si ustedes me abandonaron primero, después de todo querían que yo fuese reina para su beneficio, espero lo hayan disfrutado el tiempo que duro.

El Duque se estaba resistiendo a no atacar a Livia debido a los guardias presentes, pero ni crea que se ha rendido, si no puede sacar beneficios de Livia, entonces de nada sirve tenerlo como reina; paso largo para subir a su carruaje mientras que Livia se regresa, siendo acompañado por los guardias, por el pasillo, se encuentra con el rey, quien se acerca para sostener su mano entre las suyas.

- ¿se encuentra bien? Ya le he dado condena a la Duquesa, pero al Duque...

- lo se, sin pruebas no puede encerrarlo, pero por ahora esta bien, al menos estará fuera del palacio, se lo agradezco.

- no dejaré que le hagan daño.

Livia puede notar la preocupación en el rey, pero, aparta la mano, porque parece que aún no termina de aceptar que él ya no es el verdadero. Livia le hace una reverencia y continúa con su camino, mientras que el rey solo deja salir un largo suspiro, parece que será difícil lograr acercarse a Livia.

Livia se despertó en la madrugada, le estaba costando conciliar el sueño, así que se levanto para salir por la ventana de su alcoba, por supuesto teniendo cuidado de que los guardias no lo vean, irá a caminar por el bosque, quizás así logre tener sueño, todo era silencioso en el palacio y dentro del bosque, escuchaba los sonidos de los insectos cantando, como era parte del palacio, siempre se han asegurado de que no hayan animales salvajes, por lo que no debe preocuparse, la luna estaba clara, por lo que le era fácil moverse entre los árboles, hasta que cerca del lago escucha el sonido del agua, como si algo se hubiese caído dentro de esta, se acerco despacio en caso de que sea un animal, pero, se trataba del rey quien al parecer se estaba refrescando, la vez que estuvo con él, no le tomo mucha importancia pero ahora que lo ve a más detalle, es un hombre con un buen cuerpo y esas marcas en su cuerpo, le dan un toque sexy, pero desde donde le ve, luce algo triste, debe ser por todo lo que estaba pasando, es una pena que no pueda tener al verdadero Livia, pero, pronto llegará quien aliviará su corazón; se hizo hacía atrás para retirarse, pero el más leve crujido de las hojas, hizo que el rey su pusiera en alerta y Livia vio ir hacía él una gran cantidad de dagas doradas Livia uso sus cadenas para detenerlas pero en el proceso cae al suelo dejando salir un quejido por el golpe y para cuando levanta la vista, era el rey quien ya se había abalanzado sobre él con una daga en el cuello.

- majestad soy yo...

- ¡ah! ¿Livia?

El rey se sorprende cuando ve al chico y de inmediato suelta la daga para abrazarlo contra su pecho, Livia puede sentir su corazón acelerado.

- Livia...¿pero que haces? Pude haberte matado...

Livia puede sentir que el rey estaba temblando.

- l-lo siento...estaba dando un paseo...

- ¿un paseo, a esta hora?

El rey la aparta pero aún le sostiene de los hombros.

- no podía dormir...lamento haberlo asustado.

- solo avisa que estás aquí, debo mantener mi guardia en alto si estoy solo.

- entiendo...pero ¿por qué ha venido aquí? Podría tomar el baño en su alcoba.

- me gusta nadar en este sitió, solíamos vernos aquí antes de casarnos.

El rey dejo salir un suspiro y se aparta de Livia para colocarse algo en la cintura, Livia no pudo evitar mirarlo, incluso se sonroja, no cabe duda que el rey tiene un buen cuerpo, digno de un alpha por supuesto.

- comprendo, tendré más cuidado la próxima vez, lamento haberlo interrumpido.

Livia se pone de pié, sacudiendo su ropa, ya estaba por irse cuando nota una luz acercarse, por lo que se fija bien, gracias a luz de la luna, puede ver que se trata de Rita, seguramente anda buscando al rey ¿o tal vez tenían una cita? Después de todo es la concubina favorita, Livia chasquea la lengua, justo acaba de decir que tenía sus citas ahí con el verdadero Livia y ahora trae a su amante, se acerca al Rey y le empuja contra el suelo para sostenerlo de la cabeza mientras atrapa sus labios en un profundo beso, el rey se sorprende, pero, rápidamente corresponde el beso, abrazando a Livia de la cintura; Rita llega al lugar, mirando esa escena con ambos besándose de manera tan apasionante y además con el rey prácticamente sin ropa, la mujer frunce los labios furiosa por ver esa escena, pues vio al rey ir al bosque y quería aprovechar para seducirlo, nunca imaginó que Livia estuviese en ese lugar, se apresuro a irse de ese lugar, mientras que Livia se dejaba llevar por el beso, saboreando los labios del labios, hasta que se separa tomando algo de aire.

- ¿y eso por qué ha sido?

Le extraña al rey que haya hecho eso tan de repente.

- alguien venía...deben de pensar que todo va mejor entre nosotros.

- comprendo...

El rey acaricia la mejilla del chico, apartando el mechón de cabello de su rostro, Livia se había quedado observando el rostro del rey, era bastante atractivo, pero su mirada se veía tan relajada y amable.

- quizás aún no se ha ido...

Livia se inclino de nuevo, para continuar con el beso, pues le había gustado, su corazón se acelera por ello y su cuerpo se estremece al estar cerca del rey, volviéndose irresistible el querer estar con él.

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