...PRÓLOGO...
Yo era un beta.
Simple y sencillo. Residía en un vecindario repleto –en su gran mayoría– de betas.
Me nombre era James, llevaba un apellido que no era muy importante, tenía catorce años –casi quince– y mi única familia era mi madre. Mi vida era estar rodeado de puros betas; como también, ser algo déspota a la hora de interactuar con personas fuera de nuestra casta. Era normal para mí y para mi autoestima ser así. Pues, estaba más que decretado que los alfas no eran seres listos y perfectos, sino bestias huecas, peligrosas e incontrolables, y que los omegas no eran hermosos y deseables, sino seres sumamente delicados, depravados y despreciables. Y no había más que objetar.
—¡Son seres asquerosos! —decían y yo solo movía la cabeza de forma afirmativa junto a mis amigos—. ¡Es por nuestra propia preservación alejarlos de nosotros!
Los alfas y omegas eran terribles.
No era nuestro credo discriminar o segregar a esa parte de la población pero algunas experiencias nos había hecho creer sobre lo peligroso del asunto y que esos discursos exagerados no eran tan ridículos. Los alfas y omegas se dejaban llevar por sus instintos y se olvidaban de cualquier ley moral para poder entregarse a sus deseos pecaminosos. Para querer procrear hasta en la vía pública.
Por eso, mi madre repetía.
—Qué asco. —Cada vez que se cruzaba con alguno de ellos en la calle.
Y escupía en sus pies.
Ella, por supuesto, era mal vista fuera de nuestra comunidad –pues el gobierno hacia constantes programas de concientización para desaparecer la discriminación–, pero, de eso, ¿qué podía entender ella? Éramos betas y muchos de nosotros nos considerábamos como lo mejor que había escupido la tierra. Pues, no sucumbíamos a los instintos y nos ceñíamos a la razón.
Podíamos controlarnos.
Éramos normales.
No obstante:
—¡Alabado sea el señor! —También éramos unos fieles creyentes de lo que la ciencia contradecía—. ¡Los alfas y omegas no son seres que nuestro señor ha creado! —O bueno, lo éramos en mi comunidad—. ¡Por eso, solo nosotros los betas podemos llevar su palabra en nuestra boca!
Éramos todo un caso, algunos más fervientes que otros.
Un gran número de mis vecinos no creían del todo en nuestra extremista idea de superioridad divina y razonable como betas, pero no dudaban en apartarse de los alfas y omegas cada vez que podían. Por eso, cuando aquella noticia llegó a mis oídos, yo tuve que preguntar dos veces:
—¿Es enserio de lo que dices?
—Por supuesto —respondió Lenay con un tono de molestia en su voz—. Me sorprende que tú no lo sepas, tu madre ha estado metida mucho en el asunto.
Sus ojos se dirigían a todos lados y se aburría de mi compañía. Quería deshacerse de mí.
—Tu mamá ha estado peleando con las señoras Lauss casi a diario. ¿Cómo es que no te has enterado? —Mi madre y yo no hablábamos mucho. Ella siempre estaba ocupada en sus asuntos—. Siempre estás en las nubes, pero bueno, yo ya debo ir a mi casa a ayudar a limpiar —mintió de manera evidente para zafarse—, hoy debo llegar temprano y...
—¿Vas a ir a pelear, no? —pregunté lo obvio antes de que escapara—. ¿Vas a ir a golpearlo, verdad? —Y arrugó la frente.
—Sea lo que sea que digas, no me convencerás —respondió cruzando los brazos—, y no se te ocurra decírselo a nadie, quédate en tu casa con la boca calladita —agregó y, quiso lanzar otra amenaza, pero al verme sin ningún miedo a sus ojos o palabras, solo cambió de palabras—: ¿Por qué serás así?, solo conversaré —se aburrió de mi falta de reacción—. No causaré problemas. Solo iré a mostrarle una lección. Lo usual. No pasará nada relevante —explicó temiendo que volviera a avisar a sus hermanos de lo que hacía—. Ni te enterarás de la bulla.
Pero, yo conocía a Lenay.
Era una persona sumamente violenta. Ni siquiera se le daba por avisar, solo repartiría golpes e insultos. Atacaba de improviso y dejaba su amenaza casi al final. Pues, aún siendo beta, golpeaba duro y saltaba a pelear sin ningún miedo. Así que, antes de se fuera, atrapé su hombro y arrugué su camiseta haciendo un puño para detenerle.
«No», le dije moviendo la cabeza, pero ni se preocupó.
Iría a provocar una pelea contra un alfa y yo…
Yo terminaría enamorado de este, acabaría enfrentándome a mis propios prejuicios y luego, bueno… luego trataría de ocultar todos los delitos que lo vi cometer. Algo estúpido de mi parte, algo deplorable. Lo amaba. Pero, ¿quién podría reprochármelo? Era demasiado joven para enterarme de que podía soportar en una relación. Y se dirá que me estoy saltando una gran parte de mi vida y que hago un resumen demasiado apresurado de lo que pasó esos dos años, pero… ¿qué más puedo decir?
Todo lo relacionado a él empezó a doler y…
—¿Y decidiste acostarte con todo aquel que estuviera disponible?
—Sí.
...****************...
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 105 Episodes
Comments
LUNA24
quien termina enamorado de quién? a quien ama? expliquenme
2024-01-11
2
Pipi
se imaginan que se convierta en Omega y sea embarazo por una violación
2023-12-25
0
Uriel Zaret
¿Quién le hace está pregunta?
2023-10-01
1