Me mira y por un segundo me pierdo en el verde de sus ojos, me recuerda al color del pasto de mis tierras y de los árboles del bosque que hay detrás de mi casa.
–¿Tú?
–Yo –le respondo sonriendo.
–Estaba pensando en ti hace un rato. ¿Cómo es que entraste a mitad del semestre en cuarto año? –pregunta muy seria.
Mierda. Se me olvida que esta chica fue criada para desconfiar de los demás.
–Una historia larga –consigo decir después de un rato.
–Tengo tiempo. Además, me encantan las historias de los demás. Mi vida es aburrida en comparación con la mayoría de las personas, así que disfruto con cualquier pedazo de vida que los que me rodean compartan conmigo –dice con una sonrisa sincera, que ilumina su cara de ángel.
–No sé por qué, pero no creo que tu vida sea aburrida –le digo. Mocosa mentirosa, ¿con quién cree que está hablando? Conozco a tu familia y tus sucios secretos, cariño. ¿Vida aburrida? Ja, no caeré en tus juegos–. Mi historia lo es, estudié en una universidad en Temuco, me mudé y convalidé los ramos, eso es todo. ¿Ves? Aburrido, te lo dije.
–Claro que no es una historia aburrida, yo siempre he vivido en el mismo lugar, la misma casa. Nada pasa nunca. Me encantaría tener que mudarme, conocer personas nuevas. Tienes suerte…disculpa, ¿cuál es tu nombre?
–Mi nombre…Benjamín Castillo. –Espero que no haya notado mi titubeo, pero es que no me acostumbro a mentir sobre mi nombre–. ¿Y el tuyo? –pregunto, sintiéndome como un idiota porque ya lo sé. Sé todo de ella.
–Alicia González –dice sonrojándose. González como el hijo de perra que tienes como padre, me gustaría decirle, pero me callo.
–No te escaparás de esta, ¿cómo se llama la película?
–El resplandor de una mente sin recuerdos. No la veas, no sé cómo a alguien le puede gustar ese tipo de películas. El director trata de darle un toque romántico a algo que no lo es...Si una persona te hace tanto daño como para
querer borrar todo recuerdo de ella, deberías haber terminado con eso en cuánto notaste el daño que te provocaba. Si me preguntas es idiota estar al lado de una persona así, que te lastima y que merma tu autoestima. Creo que la película debería llamarse El resplandor de una mente masoquista. En serio, todo ese sufrimiento, estar con alguien que no te valore, siempre intentando hacer lo que crees correcto, esforzándote en superar las metas que tiene esa persona sobre tu vida, para luego descubrir que nunca estarás a la altura…No lo entiendo, nunca lo haré. Deberías cortar por lo sano en cuánto te das cuenta…aunque sea tarde. Además, él en el proceso de remover cada recuerdo de ella se arrepiente y trata de conservarlos. En fin, una pérdida de tiempo…–La miro en shock. Esta chica nunca sabrá que acaba de describir mi relación con Bárbara. No, no puede ser, estamos bien juntos, es la mujer para mí, divertida, pasional. Trato de pensar en otras virtudes, pero no encuentro. Miro a Alicia seguir con su monologo y encuentro otra virtud de Bárbara, ella no parlotea tanto y eso es un alivio, no podría estar con una mujer que no calla nunca–. Benjamín, ¿estás bien?
–Sí, claro. Estaba pensando en la película –miento.
–Me asustaste, por un segundo te pusiste pálido. ¿Estás seguro que estás bien?
–Sí, estoy seguro. Entonces, ¿no me la recomiendas? –pregunto tratando de volver a la conversación y dejar de analizar cosas que no tienen sentido. Estoy aquí para trabajar y es lo único que debe preocuparme.
–Muy segura. Si no quieres perder tu tiempo te recomendaría que pasaras de ella. Hay muchas buenas películas que en realidad merecen ser vistas. Por mi parte no vuelvo a seguir las recomendaciones del programa, que para empezar ocasionó que llegara tarde a clases –termina con una mueca de fastidio, pero me es imposible saber si es por su discurso o por la película en sí.
Me acerco un poco más a ella apoyando una mano sobre la mesa y la otra sobre su silla, logrando que se remueva nerviosa. Sorprendentemente disfruto que sea un poco tímida, Bárbara por el contrario es de esas mujeres que toman el toro por los cuernos y que probablemente no tenga ni un hueso de timidez en el cuerpo.
Idiota, deja ya de compararlas.
Sacudo esos pensamientos lejos y me concentro en Alicia.
–Dime, ¿qué película cambia vidas entonces me recomendarías? –pregunto.
–Yo…he…–balbucea, mientras que ese maldito sonrojo, que la hace ver tan vulnerable, irrumpe una vez más. Me pregunto que habrá pasado con todas esas palabras que brotaban de ella sin cesar. Me inclino un poco más, complacido por cómo está saliendo esta conversación a diferencia de la anterior, cuando su nombre es llamado desde varios metros de distancia.
–¡Alicia! –Nos volvemos hacia el sonido y me alejo con un gemido de frustración, cuando veo a cinco personas acercándose. La manada una vez más al ataque.
Tres hombres, una chica y el último es un espécimen raro, tanto que no pondría mi dinero si me pidieran declinarme por un género en específico. No sé si se supone que es un hombre o una mujer. Hay personas asexuales, ¿cierto? o quizá es sólo un mal corte de pelo y genes aún peores.
Los demás integrantes de la manada se ven bastante normales, la mujer es una de esas chicas que, aunque no son tan hermosas, tienen encanto y deslumbran de una manera diferente. Mientras que los hombres vienen en una variedad de alturas y colores de piel. Uno de ellos, sin embargo, se diferencia de los demás por su expresión de enojo mientras me mide. Es el típico chulito de playa, con su piel tostada, pelo rubio y cuerpo atlético.
Me levanto en toda mi altura y dejo a mi envergadura hacer el trabajo. Este pequeño niño no es nada al lado del entrenamiento de la PDI [1] y si piensa que me estoy metiendo en su territorio, todavía no ha visto nada.
Le envío una mirada para hacerle ver que no me impresiona, mientras pienso si es que cabe la posibilidad de que sea la pareja de Alicia, lo que sería una complicación inesperada. Sin embargo, lo descarto, la investigué y estoy casi seguro que no tiene compromisos.
–Te estábamos buscando, si no nos vamos ahora no vamos a llegar a tiempo al taller –dice la chica, mientras toda la manada llega a nuestra altura.
–Lo sé, pero recordé que tenía que buscar una información para la clase siguiente. Y odio cuando me llaman la atención por no llevar lo que piden.
Los demás se integran a la conversación, pero ya no me interesa. Retrocedo mientras están distraídos y doy un rodeo por detrás de unos estantes llenos de libros, fastidiado por no haber podido hacer más progresos. Molesto también con cara de ángel por decir que no soporta que le llamen la atención, cuando se quién es y todos los crímenes que se rumorea ha cometido su familia.
Cuando estoy lejos de ellos en el otro extremo de donde me encontraba, los observo. Barajo la opción de integrarme a su grupo de amigos, ya que puede que sea más fácil hablar con ella y ganarme su confianza, pero lo descarto. Quizá hubiera sido una buena idea si el tipo que cree que Alicia es suya no fuera parte del grupo y yo tuviera el ánimo para aparentar ser un idiota. Pero mi límite termina en la ropa de perdedor que llevo.
Veo a Alicia darse la vuelta y pasear su mirada en mi búsqueda, sin mayor éxito. Y cuando se da por vencida, creo ver una expresión de decepción en su cara, pero lo más probable es que sea una equivocación debido a la distancia.
Doy media vuelta y salgo de la biblioteca sintiéndome ansioso por no haber hecho los progresos que esperaba, pero no importa. Más temprano que tarde voy a conseguir que El Emperador termine tras las rejas, donde pertenece y de paso le demostraré a Bárbara lo que valgo.
Hecho una última mirada en dirección a la objetivo antes de perderla de vista y me sorprende otra vez lo normal y agradable que parece, pero no me engaña y no lo hará.
–¡Hey cuidado! –Escucho y me sobresalto.
–Mierda, lo siento –me disculpo de inmediato con la persona que casi arrollé por desviar la vista. Me paso una mano sobre el pelo y me reprendo por llamar la atención de esa manera. Porque además de los estudiantes cercanos, también capte la atención de los guardaespaldas de Alicia. Lo último que quiero.
Bajo mi cabeza, saco mi celular y pretendo que estoy respondiendo algún mensaje, mientras salgo rápidamente de allí, esperando que se olviden de todo el asunto.
Cuando dejan de mirarme, me relajo. Ya es malo, que en mi primer día como encubierto, no logre hacer avances con la objetivo, pero sería terrible que me convirtiera en sujeto sospechoso para las sombras de Alicia. No querría tener que darle esa información a Bernales. El hombre ya tiene muchos problemas con su operación para atrapar a Carrasco, para que yo le añada más mierda a su trabajo.
Consulto mi horario y es una de las clases que no tengo con la objetivo. Después no tengo más clases. Maldición, perdí mi oportunidad para lograr acercarme. Me dirijo enojado hacia la sala de estudio. No pienso entrar en esa clase, si no está cara de ángel, no me sirve. Prefiero avanzar en mi informe. Saco mi notebook, lo enciendo y abro el programa de Word para comenzar.
Después de 20 minutos, la hoja sigue en blanco, no tengo nada importante que informar, porque la realidad es que este día no ha sido productivo en absoluto. Un recuerdo de Alicia sonrojándose me asalta, bueno casi nada productivo, pero no puedo decirle a Bernales que la objetivo se ruboriza sin motivo aparente, me lo tirará en la cara. Decido que debo adornar la realidad, para que se vea más impresionante y no me saquen de la operación.
Después de otros 20 minutos y usando mi creatividad al máximo, hice un excelente primer informe. Si sólo la mitad de lo que escribí fuera verdad, sería el mejor agente de la brigada, a lo mejor debería renunciar y ser escritor, claramente se me da mejor contar historias ficticias.
Resoplo enojado.
Necesito hacer bien esto, quiero el reconocimiento de mis colegas, de mi familia, pero sobre todo de Bárbara. Me gustaría que, por sólo una vez, se sintiera orgullosa de mí y de mi trabajo. Recuerdo el monologo de Alicia y me desanimo. ¿Siempre será así con nosotros? ¿Siempre intentaré impresionarla y ella continuará mirando en menos mis logros, a mi familia y amigos? Espero que no. La haré sentirse orgullosa aunque sea lo último que haga.
–¿A qué objetivo estás siguiendo? –Me sobresalto al escuchar a cara de ángel a mi espalda.
Mierda, mierda, mierda.
[1] Policía de Investigaciones. La Policía de Investigaciones de Chile es la policía civil investigativa de Chile, creada oficialmente el 19 de junio de 1933
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Comments
Natalia Rea
hay Tomás 🤣🤣🤣ni te imaginas como te gustará hablar con esta chica🥰🥰🥰
2025-02-17
1
Linilda Tibisay Aguilera Romero
hay Tomas te están por pillar
2025-04-10
1
Manuela Cuadra
Jajjajajaaja
2025-02-24
1