Alicia

Paso la tarde alternando entre ver películas y estudiando para un control programado para el viernes. Cuando Jess llega del trabajo se une a mí y tratamos de decidir cuál será la próxima película que veremos. Pronto mi mamá se sienta con nosotras y lo que sucede en la televisión queda de lado, para dar lugar a una conversación de cómo nos ha ido el día.

Sin embargo, no logro seguir lo que ambas dicen, por más que intento no puedo mantener mi mente lejos de Benjamín y nuestro casi beso.

–¿Cuándo vas a hacerlo, Alicia? –pregunta de pronto mi mamá, sacándome de mi última ensoñación.

–¿Hacer qué? –pregunto, logrando que ambas me miren extrañadas. Es sabido mi tendencia a hablar un poco en exceso después de todo.

–¿Te pasa algo? –pregunta Jess preocupada. Y es que debo admitir que, en las tardes, cuando contamos sobre nuestro día, soy la que más tiene que decir.

–Nada importante. Tengo un control y no creo que entienda la materia –respondo rápidamente. Veo como visiblemente se relajan y descartan mi preocupación.

–Siempre dices lo mismo. –Mi hermana rueda los ojos. Hago una mueca de fastidio porque tiene razón, siempre me quejo, aunque mi promedio es de un 95.

–Este es diferente –digo solo para contrariar.

–También dices eso cada vez –replica Jess con tono de broma. La empujo tratando de mantenerme seria y no sonreír.

–Eres mala, hermana. Te hace falta un hombre para relajarte –le digo burlándome.

–No. Yo estoy bien, en cambio lo que a ti te falta es dejar de preocuparte tanto por las notas que de todos modos serán excelentes –me devuelve–. Aunque debo decir que hoy casi choqué con el hombre perfecto. –Mamá y yo la miramos y reímos. Mi hermana vive tropezando y chocando con todo, es tan distraída, siempre espero

la llamada del hospital diciendo que mi hermana chocó con un poste o algo parecido–. No me importaría relajarme con él –termina riendo.

Nos unimos a su contagiosa risa.

Seguimos en eso lo que resta de la tarde. Cuando ya es entrada la noche me preparo para la cama mientras hablo con Emilia sobre nada importante. Cuando recibo un mensaje pienso que es ella, pero en su lugar es de nuestra amiga Conny. Lo releo sin estar segura que hacer, son alrededor de las diez de la noche y el mensaje dice: “Ali, necesito verte ahora, es importante. Encuéntrame en la plaza cerca de tu casa en cinco minutos y ven sola por favor”

Desconcertada por lo que podría ser eso tan importante, me visto rápido ya empezando a preocuparme y pensando en escenarios cada vez peores. Mi imaginación sin duda está fuera de control hoy.

Cuando estoy lista, considero si debería avisar a mi hermana o a mi mamá, pero la petición de Conny me detiene. Agarro mis llaves y suavemente salgo de la casa mientras escucho a Jess y a mamá conversando en la cocina.

Camino rápido para llegar a tiempo a la plaza y ella no tenga que esperar. Queda a dos calles así que no me preocupa que sea de noche y que no haya casi gente alrededor.

Después que llego, me detengo tratando de recuperar el aliento. Luego de unos segundos, paseo la mirada por la pequeña plaza, pero no veo a Conny por ningún lado. Me siento en una de las bancas y espero.

A mi derecha un hombre y una mujer son los únicas otras personas en el lugar. Por su lenguaje corporal creo que son pareja, lo que me hace pensar en Benjamín una vez más y haciendo uso de mí imaginación que hoy está muy activa, fantaseo sobre lo que podría decirle cuando lo vea en clases mañana.

Pasan diez minutos y Conny no llega, logrando preocuparme más aún. Le escribo preguntando dónde está y cuando no contesta en unos minutos, la llamo a su celular. El tono de llamada suena en mi oído hasta que salta el contestador, intento dos veces más, pero nada.

Ya muy preocupada llamo a Emilia por consejo y hago una mueca mientras recibo su reprimenda por salir sola tan tarde y sin avisar. Cuando ya termina de decir todo lo que piensa, me aconseja que me vaya y que ya mañana veamos qué es lo tan importante que tenía que decir nuestra amiga y que no podía esperar.

Me mantengo hablando con Emilia mientras me paro y emprendo el camino de regreso, un rápido vistazo a mi celular me muestra que ha pasado media hora desde el momento que llegue a la plaza. Cuando paso a la pareja en mi camino, les sonrío, olvidando por un segundo la extraña noche.

Cuando llego a casa me despido de Emilia y llamo un par de veces más a Conny, pero no contesta. Me duermo pensando en qué pudo haber sido lo que tenía que decirme y que mañana a primera hora voy a interrogarla.

Sólo que al siguiente día Connie nunca apareció.

 *****

Cuando ya es la hora de almorzar estoy seriamente preocupada. No la he visto, nadie lo ha hecho. La llamamos y su celular y salta al buzón, le dejo mensaje tras mensaje y nada.

–Muéstrame el mensaje de nuevo, Ali –me pide Emilia, tan nerviosa como yo. Lo lee y frunce su ceño–. Esto es tan raro. Demonios ya consiguió asustarme. ¿Y si vamos a su casa? Nos podemos saltar las clases de esta tarde.

–Sí, pero no sé dónde vive, ¿lo sabes tú? –Cuando niega, mis hombros caen–. ¿Ustedes saben? –le pregunto a los chicos, con el mismo resultado. Sé que vive en Bulnes, un pueblo cerca de Chillán, pero nunca hemos ido a su casa. Siempre nos juntamos en la de Nico, Emilia o la mía. Son las casas más cercanas a la Universidad.

Veo a mis amigos y noto que están todos preocupados, todos acordamos que esto es extraño. En ese momento cuando leí el mensaje no pensé que era poco probable que estuviera en la ciudad tan tarde, ya que no hay buses con horarios nocturnos, o por lo menos eso creo recordar. ¿Por qué no pensé en eso?

Los chicos se van a su taller que tienen de formación integral. Nos quedamos solo Emilia y yo, sentadas mirándonos sin decir nada. Una mirada a mi reloj me dice que ya debería caminar hacia la sala, pero no puedo. No podré concentrarme, por lo menos no hasta que sepa algo de mi amiga.

­–Alicia, ¿estás bien? –Me giro hacia esa voz preocupada.

Benjamín me mira nervioso e incluso asustado.

–No, no lo estoy –consigo decir.

Se acerca de forma torpe y me abraza.

Suspiro, en sus brazos me siento segura, sé que él solucionará esto. Con Benjamín estoy a salvo.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***