Tengo mucho miedo, por primera vez en mi vida, siento algo así, siento mucha impotencia al no saber que hacer, creí que sabría que hacer, pero en realidad estoy sola, y mis hijos, ese maldito, rompió mi celular, ¿Ahora que les diré a mis hijos?, me duele mi cuello, es un dolor muy fuerte, nunca me había pasado algo así, las lágrimas comienzan a brotar y me es imposible levantarme del suelo, mis piernas han perdido su fuerza, y mis brazos tambien, creo que Linda y ese joven Santiago, tienen razón, será mejor que me vaya del país y si no, tengo que esconderme, pero esconderme, ¿en donde, a quien le pido que me ayude?, sino tengo a nadie que me cuide, de este tipo de peligros, estoy en un país desconocido.
Hace años que llegue a este país, creí que me iría mejor aquí, pero me equivoqué, todo me está saliendo mal, ¿qué me hizo sentir el valor de poder encarar a alguien más, de la forma en que lo hice?
Aunque pensándolo bien, mis hijos se comenzarán a angustiar por mí, se les hará extraño si no estoy en casa ahora, se les hará extraño eso y muchas cosas más, trato de tranquilizarme para poder ponerme de pie, no se cuanto tiempo ha pasado, vuelvo a recordar lo ocurrido y no puedo evitar dejar de llorar, tapo mi boca muy fuerte para que mi llanto no se escuche, pero ni aun tapando mi boca, ahogo los ruidos de mi llanto y de vez en cuando sale algún lamento, ya que el dolor en mi garganta es muy doloroso también.
Le pido a Tango que de la vuelta y poder ver qué es lo que pasa, bajo de mi auto y me quedo observando del otro lado de la calle, me aburro de ver que ella ni siquiera se ha levantado del suelo.
Una vez que subo a mi auto, volteo una vez más y puedo ver a esa mujer llorando en el suelo, me causa gracia el verla de esa forma.
Sebastián - ¡Tango!
Tango - ¡Si, joven amo!
Sebastián - ¡Quiero que investigues todo sobre esa mujer, tengo que conocer bien, todas y cada una de sus debilidades, las espero hoy por la noche!, ¿Entendido?
Tango - ¡Si joven amo!
Sebastián - ¿Bien?, ¡Vamos, y en cuanto a ti primito, más te vale, que no te vuelvas a meter en mis cosas!, ¿Escuchaste bien?, ¡Esa mujer se va a arrepentir de haberme humillado de la forma en que lo hizo!, ¡Vamos Tango, llevanos al aeropuerto! - no puede ser Sebastián está loco, de la nada se le ocurre hacer viajes, sin pedir la opinión de los demás.
Santiago - ¡Pero primo, yo no traigo pertenencias, no puedo ir contigo!
Sebastián - ¡Deten el auto Tango, mi primo se baja aquí y primo, solo ten cuidado y trata de no meterte en mi camino! ¿Has escuchado bien?, ¡No hagas nada de lo que te puedas arrepentir, voy a hacer que esto termine rápido, vamos! - veo como el auto de mi primo se va alejando, a lo que yo comienzo a retroceder despacio y me echo a correr para ver si esa mujer está bien, cuando llego al callejón donde estábamos, para mi sorpresa ella seguía ahí, tumbada en el suelo, así que muy despacio me voy acercando a ella, y estiró mi mano para llamar su atención.
Estephy - ¡Por favor no, no me haga daño! - dice la señora entre lágrimas.
Santiago - ¡Tranquila señora, soy yo, Santiago, por favor, discúlpeme, me gustaría poder ayudarla, pero me es imposible, si lo llego a hacer, estaré en muy graves problemas, pero al menos, permítame llevarla a su casa!
Lo que me dijo ese joven, no esperaba que me dijera en muy graves, pero en cuanto escuche eso, me preocupe aun más, el solo pensar que ese loco le haría daño a mis hijos me dio mucho miedo.
Estephy - ¡Ese chico!, ¿Cree usted, que les haga daño a mis hijos?, ¡Ellos aún son muy jóvenes, si tan solo me hubiese contenido, para evitar este problema!
Santiago - ¡No, señora no, lo que usted hizo, fue de mucho valor y en verdad la admiro, por lo que hizo, venga la ayudo a llegar a su casa, yo he venido en mi auto, no piense mal de mí, aún yo, siendo primo de ese sádico, le tengo miedo, venga no le haré nada malo! - le tiendo mi mano a la señora para poderla ayudar a levantarse, pude ver duda y miedo, pero me sorprendió mucho cuando tomó mi mano y me dio una sonrisa, me sentí muy extraño, así que con una de mis manos tomo su mano y con la otra la tomo de su cintura, siento un poco de nervios, jamás me había pasado con alguien, es la primera vez que me pasa y luego con alguien de su edad, yo podría ser su hijo, llegamos a mi auto, la ayude a subir y cuando sube al auto, la señora me toma de la mano y me agradece, llevando mi mano a su boca dándole un beso, siento una corriente en todo mi cuerpo y creo que acabo de tener una erección, así que retiro mi mano le sonrió y cierro la puerta, rodeo mi auto para llegar a la puerta del conductor, una vez que la abro, subo a mi coche y enciendo mi auto. - ¿A donde la llevo señora?
Estephy - ¡Me llamo Estephania Rosales, dime Estephania o Estephy, como te sientas más cómodo, por favor, y voy a unas cuantas calles de aquí, mi casa no esta muy lejos!
Santiago - ¡Muy bien señora Estephania! - cuando digo eso, puedo ver de reojo que la señora esta más relajada y da una ligera carcajada, ante mis palabras.
Estephy - ¡Por favor, solo dime Estephania o Estephy, se que podría tener la edad de tu madre, pero, por favor, no me hagas sentir más vieja! - me sonríe dulcemente.
Mi corazón esta muy acelerado, trato de relajarme para que no se noten mis nervios, lo siento mucho primo, pero no te dejaré hacerle daño a esta señora.
Santiago - ¡Está bien Estephania, usted puede decirme Santiago o Tiago! - una vez que llegamos a su casa puedo ver las luces encendidas, al parecer la están esperando.
Estephy - ¡Bien Tiago, mucho gusto..., muchas gracias, creo que será mejor que te vayas o tu primo, podría enojarse contigo! - Estephania, me voltea a ver y me sonríe, una sonrisa tan dulce y tierna, que hace que se me acelere el corazón, una vez más, calma Tiago, calma.
Santiago - ¡Me iré en cuanto usted entre a su casa, digo, para mayor seguridad, claro!
Estephy - ¡Esta bien, muchas gracias, buena noche! - justo cuando va a abrir la puerta para bajarse, la detengo.
Santiago - ¡Estephania!
Estephy - ¡Si, dime!
Santiago - ¿Usted está casada? - me desconcertó algo la pregunta de este joven, le doy una sonrisa.
Estephy - ¡No, mi ex esposo, se fugó con una de mis compañeras, pero tengo 3 hijos y ellos son mi todo, así que dile a tu primo, que si trata de hacerles daño a mis hijos, primero lo mato a él! - la veo y tiene un seguridad en su rostro, que ambos al mismo tiempo comenzamos a sentir un escalofrío, así que bajo de mi auto y ella hace lo mismo.
Santiago - ¡No se preocupe, no dejare que les haga daño, lo prometo! - caminamos hacia las escaleras de su casa, pero justo cuando me doy vuelta para ir a mi auto, podemos sentir como si nos estuvieran observando, volteamos hacia atrás de nosotros y podemos verlo a él, cruzado de brazos y una sonrisa maliciosa en su cara, solo mueve su cabeza de un lado a otro, en negación.
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