En nuestra casa

Ese día fui con mi madre a hacer unas compras y la invite a almorzar para hablar a solas un rato.

-Quiero volver a mi casa con Samuel, se que unidas podemos más, pero no puedo vivir como una persona normal. Necesito mi casa y pasar tiempo con Samuel- mi madre pareció algo triste un momento pero se me pasó al instante

-Esta bien, yo nunca compartí con mi madre- puso los codos sobre la mesa y revolvió su café- le heche la culpa de lo que me pasaba y que no podía tener una vida normal- sus ojos se humedecieron de a poco- la noche que la mataron me pidió que le hicera compañía mientras papá estaba en el trabajo. Estaba enojada porque no me había dejado ir a una fiesta y a mí hermana si....-se quedó callada un momento- creía que mi hermana también se transformaba pero no era así, me fui enojada y a las tres horas mi hermana me llamo llorando, un lobo se había metido a la casa y había matado a mi madre, me sentí tan culpable que nunca más volví a casa- cerro los ojos y respiro profundo, tomo un poco de café y se quedó viendo por el ventanal

-Ni dudes en llamarme, no estoy enojada y no quiero ser egoísta- me interrumpió

-Lo entiendo, tienes tu vida y te sientes un poco sola al estar tanto tiempo lejos de Samuel-

-Gracias por entender, por si pasa algo estaré cerca de casa y te visitaremos seguido-

Cuando acabamos no fuimos de nuevo a la casa, junte mis cosas y nos fuimos en el auto con Samuel. Me despedí de mi familia y les dije que no dudarán en llamar.

Al llegar a mi casa me sentí en paz, con Samuel hablándome y los prados verdes. Subimos a la habitación y nos duchamos juntos, el agua estaba caliente y me dormí en sus brazos, me acarició el cabello y me lleno de besos. Un momento más nos quedamos en al agua, luego nos cambiamos y nos fuimos al lago, me metí al agua con él y nadamos juntos como antes. Volvimos a la casa casi a la noche y cocinamos juntos, pusimos música y bailamos. Parecía que el tiempo se había detenido viendo sus ojos y su sonrisa, me sentía amada y comprendida, en paz, lo tenía todo.

Pasamos un mes entero juntos, visitábamos a mi familia de vez en cuando.

-Estaba pensando en invitar a Nathan y Sara para pasar un poco de tiempo juntos hace mucho no nos crusamos- me dijo mientras desayunabamos- ¿que te parece?-

-Si, podríamos invitarlos un fin de semana. En un mes y medio se acaba el verano, sería bueno verlos de nuevo-

Los invitamos a nuestra casa, preparamos comida y algunas películas para ver juntos. Llegaron un viernes por la tarde cada uno en su auto.

-¡Hola!- bajo Sara de su auto- ¿Cómo están mis amores?- nos abrasamos

-Hola Sara, que alegria verte tento tiempo- me alegaba verla

-¿Cómo la están pasando?- se acercó Nathan y saludo a Samuel con un abrazo

-Muy bien, pasen vamos a comer algo- Samuel saludos a Sara con un abrazo leve

-¿Alguna noticia?- Sara nos miro pícara- ¿Nos llaman para ser tíos?

-No, que dices- me sonroje- solo queríamos verlos-

-Asi es, desde que terminamos la escuela se nos acabaron las visitas- Samuel me rescató

-Ya esperaba yo una noticia así, ahora estoy desanimado- Nathan se rió con nosotros

-No somos chefs pero cocinamos para recibirlos, ya que es un largo viaje- los invite al comedor después de dejar sus cosas en sus habitaciones.

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