Leonela se sintió intimidada por la mirada de Álvaro, en ese momento una alumna de la misma clase en donde ella estaba, se acercó a Dimas (era la misma que le había abierto la puerta del salón) y le dijo a Dimas:
- Profesor Dimas ya estoy lista cuando quiera podemos irnos.
Leonela al escuchar eso, sintió como si le hubieran echado un balde de agua fría encima. Enseguida la invadieron los pensamientos y se preguntaba: "a dónde iba Dimas con esa alumna? sí ella tenía la esperanza de que pudiera conversar mucho más tiempo con él"
Álvaro miró la cara de Leonela y sonrió, aprovechó para decirle:
- Pues bien Srta. Leonela ya que me pidió que la viniera a buscar, entonces cuando usted quiera podemos irnos.
Ella le lanzó una mirada casi asesina, porque no quería irse hasta averiguar a dónde iban el profesor Dimas y esa alumna. Además ella tenía la esperanza de poder intercambiar su número de celular con él. Pero claro! porque no pedírselo de una vez.
- Profesor Dimas bueno ya veo que se tiene ir, pero quería pedirle su número de teléfono porque tengo algunas dudas con respecto a la clase de hoy. Y quiero venir a la próxima clase con mayor claridad.
Para Dimas fue una buena oportunidad ya que él estaba maravillado con ella. A lo que respondió:
- Pero por supuesto déjame anotarlo en mi celular de una vez,.....(Sacó su celular y enseguida le pidió a Leonela que le dictara el número). Muy bien listo déjame repicarte para que de una vez guardes el mío. (Álvaro observaba todo en absoluto silencio). Dimas realizó la llamada y el celular comenzó a sonar. Pero para sorpresa de todos el sonido venía de Álvaro, quien sacó el celular del bolsillo de su chaqueta y se lo entregó a Leonela, quien estaba con los ojos abiertos como dos metras, asombrada sin entender porqué Álvaro tenía su teléfono.
- Qué haces tú con mi celular? Explicame!
- Lo dejó en mi auto cuando la traje acá a la academia. Y vine a entregárselo. Pero claro! como usted bien lo dijo ya habíamos acordado que yo la viniera a buscar. No es así?
Leonela respiro profundo y le respondió:
-Pero por supuesto, claro así es. Bueno pero vámonos que ya es muy tarde. Hasta la próxima clase profesor Dimas, que tenga buenas noches.
Álvaro de la misma forma se despidió, le dio las buenas noches y le reiteró el placer que había tenido en conocerlo.
Dimas extendió la mano a Álvaro y lo miró nuevamente tratando de recordar a quién se le parecía tanto.
- El gusto es mío joven, cuídense que tengan buenas noches.
Dimas dio la vuelta y se fue acompañado de su alumna, salieron por la puerta de atrás que dirigía al estacionamiento.
Mientras Álvaro y Leonela salieron por la puerta principal, él como todo un caballero le abrió la puerta del carro y ella subió sin mediar palabra alguna.
Durante el camino ambos iban en silencio, hasta que Leonela le dijo:
-No tenías porque molestarte en llevarme el celular, Has podido dejarlo con Dora.
- En realidad no me costaba hacerlo y además aprovecho a que me entregue mi chaqueta.
Ella lo miró furiosa y le replicó;
-Osea que sólo viniste por tu chaqueta? Pues toma aquí está! No me la iba a coger.
Se la quitó y la lanzó en el asiento trasero. Álvaro sólo conducía sin decir palabra.
Hasta que detuvo el auto de un frenaso que provocó que Leonela pegara la cabeza contra el parabrisas.
- Pero qué te pasa? te volviste loco? He podido salir disparada por el parabrisas idiota!
- Bueno lo siento no fue mi intención hacerle daño pero se lastimó permítame ver.
Leonela le quitó la mano de un sólo empujón y le gritó que no la tocara.
Álvaro estaba a un paso de perder la poca paciencia que le quedaba y la agarró por las muñecas y le dijo cerquita de su cara tuteandola además:
- Eres una niña malcriada que no tiene el más mínimo de consideración con las demás personas. Puede que a mi madre la grites todo lo que quieras, pero a mí me vas a respetar porque no soy tu monigote.
Y es más para que te quede Claro tampoco voy a seguir permitiendo que sigas gritándole a mi madre, entendió Srta. Leonela Santander?
El se quedó viendola fijamente a los ojos, su respiración estaba muy cerquita de su cara, ella estaba impactada jamás alguien le había hablado así. Sin embargo podía empujarlo, salir de allí corriendo, pero a pesar de que aquél hombre la estaba gritando y poniéndola en su lugar, ella se perdía en esos ojos azules profundos, que le transmitían algo que ella no sabía explicar y que nunca antes había sentido.
Álvaro dentro de su rabia la miraba, esos ojos color café lo atraían, había algo en aquella niña mimada que lo inquietaba y sin más la agarró por la nuca y acercó su boca a la suya y la besó.
Eso debería haber sido un beso a la fuerza, sin permiso, pero ella le correspondió cuando sintió que su lengua se introducía en su boca. Fue una sensación única, todo su cuerpo se estremeció y agarró por el cuello a Álvaro con la finalidad de continuar con ese beso que la mantuvo quieta por un buen rato.
Cuando al fin se soltaron, ella sintió vergüenza puesto que ese día había conocido a Álvaro. No sabía nada de él, sólo que era hijo de Dora su empleada. Y de pronto regresó en ella ese carácter insoportable y caprichoso, que le dió valor de darle una cachetada a Álvaro.
Cahetada que él no comprendía puesto que ella le había correspondido el beso.
Él anonadado protestó:
- Pero por qué me pegas?
- Eres un abusador igualado, quién te crees que eres para darme un beso a mi que soy la patrona de tú madre?
Él no podía creer lo que estaba escuchando, se sintió decepcionado y humillado.
- Creí que eras sólo una niña malcriada y mimada, pero ya veo que no, eres un ser perverso sin corazón, te gusta ofender a la gente que no es de tu nivel social, te crees más que los demás. Qué lástima!
- Pues sí soy una Srta. de sociedad aunque te duela, y no puedo permitir que el hijo de la sirvienta abuse de esa forma. Además me preparo para llegar a ser una actriz famosa y no puedo mezclarme con tipos como tú.
-Claro! (replicó Álvaro) porque el que te interesa es Dimas Manrique, y tú piensas que él si está a tu altura. Pues mire Srta. Santander no se preocupe que la llevo a su casa ahorita mismo y ya no volverá a saber de mí.
Leonela se sorprendió al ver que Álvaro se había dado cuenta que ella estaba interesada en el primer actor. Pero no encontró forma de defenderse así que prefirió quedarse callada.
Por su parte Álvaro encendió el auto y aceleró con tal fuerza que los cauchos rechinaron fuerte.
Estaba indignado y en ese momento lo que quería era dejar a Leonela en su casa.
Se fueron y durante el camino no se dijeron ni una sola palabra.
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Comments
Marcia Carmen Mejia Apuri
super
2021-11-25
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