Álvaro estaba indignado en ver la actitud de Leonela, era insoportable y no comprendía cómo su madre soportaba trabajarle a aquella chiquilla malcriada que no tenía idea del sacrificio que tenían que hacer algunas personas para poder vivir. Como era su caso, Álvaro era un hombre muy trabajador y gracias a su madre pudo estudiar ingeniería en la universidad, pero en vista de la situación tan difícil que existe en Venezuela, no ha podido encontrar un trabajo que se relacione con su profesión, por lo que tuvo que recurrir a ese viejo auto que heredó de su padrino Pancho, (quién fue para él como un padre, ya que no pudo conocer a su verdadero) y su padrino lo ayudó a repararlo para que pudiera trabajar como taxista.
Álvaro ya ofuscado por la actitud de Leonela decidió decirle;
_ Bueno Srta. Leonela, en vista que mi auto no es digno de usted, entonces yo me despido hasta pronto y suerte.
Leonela se quedó en silencio viendo cómo Álvaro se dirigía hacia su auto y la dejaba parada allí en la puerta de su casa, en medio de la llovizna y sin otra opción que le pudiera solucionar su problema.
De pronto sus pensamientos la invadieron de pánico y se dijo a si misma: "de no aceptar subirme a ese pedazo de chatarra, me voy a quedar aquí y voy a perder mi clase de actuación y le Voy a dar el gusto a las bolas de envidiosas de mis amigas, a ver Leonela tú puedes".
Tragó grueso y alzó la voz llamando a Álvaro;
- Álvaro! Álvaro! espera no te vayas, eh bueno disculpa no quise ofenderte, pero de verdad necesito que me lleves a la academia, ya la clase va a comenzar y no creo que pueda conseguir otro taxi a esta hora.
Álvaro disimuló las ganas de reír que tenía y dio la vuelta y le abrió la puerta del copiloto para que subiera al auto.
Al mismo tiempo Dora se reía viéndo todo desde la ventana.
Leonela salió corriendo tratando de no mojarse con las gotas de lluvia que aún caían y caminó rápido tambaleándose porque llevaba unos zapatos de tacón muy alto y una falda negra ceñida al cuerpo que destacaba su hermosa silueta.
Ya ambos dentro del auto, Álvaro se concentró en encender el motor y le pidió a Leonela que se pusiera el cinturón de seguridad, ya listos arrancaron y se fueron rumbo a la academia.
Las ventanillas estaban abiertas y la lluvia todavía continuaba, por lo que Leonela le pidió a Álvaro que por favor prendiera el aire acondicionado para poder cerrar las ventanas, él la miró y sonrió diciéndole:
- Lo siento Srta. pero a este auto no le funciona el aire acondicionado. Así que tendrá que ir con los vidrios abiertos a menos que quiera que los cierre y nos quedemos sin oxígeno.
- Pues Claro! qué pregunta la mía, era más que obvio que esta cosa no tuviera aire, entonces conduzca con cuidado porque las gotas de lluvia me están mojando y las calles están rebosadas de agua.
- Como usted ordene Srta. Leonela. (dijo Álvaro en tono irónico).
Álvaro trató en la medida de lo posible conducir con cuidado y sobre todo evitar caer en un hueco, porque las calles estaban inundadas. Pero todos sus intentos por cuidar que todo saliera bien y que Leonela llegara a tiempo a su clase y sobretodo que la ventana abierta no fuera causante de que ella se despeinara, fueron en vano.
Al llegar a un semáforo con la luz en rojo, Álvaro se detuvo y en ese preciso instante un vehículo quiso comerse la luz y aceleró con tanta fuerza que cuando pasó por encima del charco de agua sucia que había en el lugar, ésta se metió por la ventana y arruinó el cabello y la ropa de Leonela. Dejándola desastrosa totalmente.
- Pero qué animal! Mira como me dejó! y ahora qué voy a hacer, yo no puedo presentarme así en la academia. Me arruinó toda la ropa y mira el cabello un verdadero asco!
Álvaro no encontraba la forma para no reírse, sentía que ya no podía, pero sin embargo disimuló y pudo contenerse.
- Dios lo siento, déjeme ver en la guantera creo que tengo un pañito, qué pena de verdad lo siento mucho.
Leonela lo miro furiosa haciendo una mueca con la cara que dijo más que si hubiera articulado palabras..
- Pónganse ésto, es mejor que la lleve puesta para que no se le vean las manchas y bueno así disimula un poco el percance. No le parece?
- Bueno Srta..ya llegamos por fin sana y salva.
- Sí ya llegamos diez minutos tarde y de paso mojada con agua de charco y mi cabello arruinado. Pero en fin! Cuánto te debo por haberme traído?
- Por favor Srta. no es nada, para mí ha sido un placer haberla traído hasta acá.
- Ah y la chaqueta? me la dejo puesta, puedes pasar a buscarla cuando quieras en casa.
- No se preocupe no hay apuro con eso, que le vaya bien. Y perdone todo lo malo.
- Gracias! Grrrrrrrrr
Leonela se bajó del auto refunfuñando, con la chaqueta de Álvaro puesta, le cerró la puerta súper fuerte, estaba furiosa. Él se echó hacia atrás cuando sintió el portazo, pero luego se echó a reír a carcajadas. Arrancó su auto y se fue para continuar con su trabajo.
Pero cuando miró el asiento del copiloto, se dió cuenta que Leonela se le había quedado el celular, lo que hizo que Álvaro tuviera que dar vuelta en la siguiente calle para devolverse y buscarla en la academia y entregárselo.
Mientras tanto Leonela entró a la academia y se dirigió a la recepción para preguntar en qué salón le tocaba su clase.
La recepcionista era una mujer madura algo amargada, tenía muchos años trabajando en la academia Actoral y conocía a todos los que allí laboraban.
Miró a Leonela de arriba abajo y le preguntó;
- La puedo ayudar en algo joven?
- Sí, soy Leonela Santander y tengo clases con el actor Dimas Manrique.
- Dimas está en este momento en clase, tienes 20 minutos de retraso, Sube por la escalera derecha y llega al primer piso, es el segundo salón y toca a ver si él acepta que entres. Es muy estricto. Ah y por favor muéstrame tu carnet para rectificar que hayas cancelado las clases.
- Tenga aquí está, yo cancele el curso por adelantado.
La recepcionista buscó en el sistema y efectivamente Leonela estaba solvente. La miró y le entrego el carnet.
Leonela lo tomó y guardó enseguida.
- Ya me puedo ir?
- Sí adelante y bienvenida..
- Gracias!
sin decir más nada Leonela sube de prisa las escaleras y busca el salón con desesperación y nervios. Teme que no la dejen pasar por haber llegado tarde y al mismo tiempo siente emoción porque va a conocer a su actor favorito Dimas Manrique.
Por fin encontró el salón, se dirige hacia la puerta y toca tres veces. Está sudando, los nervios la invaden, siente que el corazón se le va a salir del pecho.
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Comments
Vanesa Valencia Lopez
yo tambien me reí mucho 😂 pero ahs es fastidiosa ojalá le den una buena lección.
2021-11-18
1
AHANGELCEN.🖤
lo lamentó ,yo tambien me reí de Leonela
2021-11-15
2