capítulo 7- petición

Faltaba un par de días para la fiesta, así que Alessia continúo con sus actividades diarias, pues debía recuperar a sus socios y levantar nuevamente sus negocios; pero después de su reunión con otro socio importante, decidió ir al palacio, tal como Bianca le dijo, la dejaron pasar por los guardias, caminó por los jardines del palacio, con la excusa de esperar a Bianca, ya que esta, estaba fuera del palacio, pues aun cuando era una princesa, solía salir del palacio con sus guardias para recorrer los sitios buscando quienes necesitaban ayuda o iba en busca de bandidos que molestarán los pueblos cercanos, si, Bianca era una princesa, pero también entrenaba como guerrera.

Alessia disfrutaba del paseo, esperando ver al Duque, fue al patio del príncipe heredero, pero, pronto comenzó a caer una fuerte lluvia, así que tuvo que correr a resguardarse, llegando a uno de los pasillos del palacio y para su suerte, ahí estaba el Duque.

- Duque Rossi...que pena

Se cubre un poco, debido a que el vestido que llevaba había quedado empapado y un poco transparente al ser de un color claro, el Duque se sorprende de verla, pero, no es para nada tímido ya que observa atento por completo a la chica, la cual actúa algo tímida.

- lady D'angelo...no se preocupe, pediré preparen un baño para usted o podría enfermar...

- ¿de verdad? Se lo agradezco, pero ¿no se enojará el príncipe?

- no, estoy seguro que no tiene problema con prestar un baño para la amiga de su hermana...

- supongo que tiene razón...

El Duque le pide seguirlo, llevándola al área de invitados, ahí le pide a las doncellas a su cargo que preparen un baño para Alessia, mientras tanto, otra doncella se acerca para cubrirla con una toalla, mientras la hace seguirla a una habitación, el Duque le pide a otra doncella ir por un vestido, para la invitada; Alessia les pide a las doncellas que la dejen bañarse sola, eso de que lo hagan ellas, sigue siendo incómodo para ella, cuando salen, la pelirroja sonríe levemente, si esas sirvientas hablan, esta segura que llegará un pequeño chisme a oídos de Argus, sería divertido ver su cara cuando sepa que su esposa, es cercana a otro hombre y sobre todo, uno mayor estatus que él. Minutos más tarde, sale ya con el vestido que las doncellas le dieron.

- Duque Rossi, agradezco su amabilidad.

- no podía dejarla ahí y que se enfermara, tome asiento pediré algo de café caliente para usted.

- no hace falta, es mejor que me vaya, mi doncella debe estarme esperando.

- mandaré a alguien para que avise, la lluvia aún sigue y esta lejos la zona de carruajes.

- si, tiene razón. Entonces estaré aquí un rato más.

- eso esta bien, me agrada tener a una bella acompañante.

Alessia sonríe, pues tal parece que el Duque no le es indiferente, eso es una buena señal. Las doncellas sirven café y algunas galletas para acompañar, hecho esto se retiran por orden del Duque, eso para Alessia esta bien, ya tiene la oportunidad perfecta para hablar con él.

- Duque...hay algo que me gustaría tratar con usted.

- ¿si? La escucho, mi lady.

Aunque sabe un poco, gracias a que Bianca le comentó respecto a eso, su primer pensamiento por supuesto fue que, el Barón Argus Basile, es un tonto, al cambiar a una mujer tan bella e inteligente, por una chica sin chiste, sin duda eso será su ruina.

- verá, mi esposo y su amante tienen planeado matarme, su único propósito si casarse conmigo, fue tomar mi título y dinero, pero no se pudo, así que planean acabar conmigo.

- ¿que? Eso...debería llevar su caso ante el emperador, un bastardo así no merece seguir libre.

Eso si le ha tomado por sorpresa, pues Bianca solo mencionó la infidelidad.

- no puedo hacer eso, no tengo pruebas, pero, planeo hacerle algo peor que solo ser ejecutado. Quiero acabar con su reputación, que pierda todo y caiga en la ruina.

Eso, es mejor que dejarlo morir tan fácilmente, además para un hombre como Argus, acostumbrado a una vida de lujo, no hay nada más horrible que acabar sin nada y ser humillado ante la sociedad.

- ¿y en que puedo serle de utilidad, mi lady?

- usted suele asistir a las reuniones de negocios ¿cierto?

- si, me han invitado algunas veces.

- perfecto, solo necesito que haga algo simple, quiero que usted insinue ante él, que usted, es mi amante.

- pero mi lady...eso arruinará su reputación. No podría hacer algo así.

- no, esa insinuación será en privado, entre usted y él, por supuesto el Barón no dirá nada, por temor a ser la burla de todos, nadie querrá exponerse así y que piensen que no puede satisfacer a su mujer.

Los hombres en esas épocas eran los suficientemente orgullosos como para tener amantes, pero esa hombría se veía en peligro, si sus esposas llegaban a tener a otro hombre, porque ellos también serían como incapaces de satisfacer a su mujer y el Barón, es un hombre de esos.

- pero, si yo hago lo que me pide ¿que gano yo a cambio?

- buen punto, dígame que desea y si esta es mi poder, se lo daré...

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