Había visto a los niños correr hacía el pelirrojo luego de que este entrara a la habitación, todos con mirada de admiración y agradecimiento, se sintió molesta y con un sentimiento de desagrado sin explicación.
— ¿Que estás viendo? — Le dijo el pelirrojo con una sonrisa.
“¡Este imbécil”
Sonrío a regañadientes, tratando de mantener una expresión neutral, ya que los ojos de todos los Jaguares estaban fijos en ella.
— Nada, me alegro que se lleven tan bien.
Los niños asintieron rápidamente.
— ¡El joven maestro June es asombroso!
Sintió como si le golpearan el estomago con un puño al ver esa reacción, con un chico al que habían conocido hacía pocos días.
— Deberían salir a pasear — Le dijo a los niños, mientras caminaba hacía Luis y le extendía una pequeña bolsa — Hay muchas tiendas para niños por las calles cerca.
Luis asintió entusiasmado, lo mismo que los demás niños que rápidamente corrieron en torno al chico. Ella le dio una sonrisa sincera y se acerco a ellos, esperando con un poco de anticipación el conocer la capital del país, que muchos aseguraban que era deslumbrante.
— Oh, señorita Zayago — Le habló Abel — Tengo que reunirme con unos vecinos nobles en unos minutos más, no me dejaría solo por mi cuenta ¿Verdad?
Sintió que su sonrisa temblaba ante la voz de aspecto perezosa del pelirrojo, que la veía con una sonrisa.
— Claro que no — Le respondió aún sonriendo mientras revolvía el cabello de uno de los niños — Me alegra que de diviertan.
— ¡Lo haremos hermana! — Gritó uno de los niños.
Apretó los dientes tras la sonrisa, recordando que había ofrecido ser guardia del pelirrojo, y por lo tanto, no podía golpearlo si se suponía que debería protegerlo. ¡¿Cuál era el punto de tenerla junto a él cuando Yoon también iba con ellos?!
Lo había conocido hacía solo unas pocas horas, pero sabía que ese pelinegro de ojos rasgados era muy fuerte, posiblemente un maestro de la espada, era incluso más fuerte que ella con su mana en estado normal. Si Yoon la golpeaba, no creía poder esquivarlo, tal vez le quebraría un par de huesos o dientes.
Era así de fuerte.
Entonces... ¡¿Por qué quería que ella estuviera ahí?!
Evitó suspirar mientras caminaba tras ellos, viendo a los niños salir de la posada con entusiasmo y sintiéndose un poco molesta por ser dejada fuera.
— ¿La conoces?
La voz del pelirrojo la obligo a enfocarse en él, que se había sentado en una de las mesas del improvisado comedor de la posada. No había nadie alrededor, pero no estaba segura de que no hubiera espías sueltos por ahí.
— ¿A quién? — Preguntó aún de pie.
— A la maga, solo escuche que era una maga oscura.
La chica se encogió de hombros, mirando alrededor del comedor.
— Escuché algunos rumores sobre una maga oscura de viento, pero no puedo decir si es la misma.
El pelirrojo se quedó en silencio mientras una camarera apareció con unos platos y una botella de lo que suponía que era vino.
El pelirrojo apuntó hacía la silla frente a él, donde la castaña se sentó algo a regañadientes, Yoon, que estaba de pie tras el pelirrojo le sonrió de forma comprensiva, ya que él parecía haber sido obligado a eso mismo hace tiempo.
— Esa maga, al parecer destruyo una montaña donde vivían los Orestíades, mataron a casi todas ellas.
Seina arrugo un poco el ceño al escucharlo.
— La mujer de antes de cabello verde, ¿No es una Orestíades?
Abel asintió con la cabeza mientras se servía una copa y le pasaba a la castaña una junto con un plato de comida. La chica sintió que le dolía la cabeza al ver la comida, ya que era un plato lleno de carne y pocas verduras.
— Si, ella apenas escapó de la montaña, pero me temo que sus compañeros no lo hicieron.
Seina asintió levemente, comenzando a pensar en todo lo que había pasado. La similitud entre lo que pasó con las ninfas y lo que ocurrió con los Jaguares era muy escalofriante. Miró al pelirrojo por unos segundos.
— ¿Hay alguna razón para decirme esto?
El pelirrojo le sonrió mientras masticaba un trozo de carne con elegancia, lo que fastidio un poco a la castaña.
— Te ofreciste a ser mi guardia, sería irresponsable para mí no decirte todos los detalles de los peligros a los que te enfrentas.
“¡Quiero golpearlo!”
A pesar de sus pensamientos internos, la chica le dio una sonrisa mientras comía un trozo de lechuga. El pelirrojo la observaba fijamente a cada mordisco que daba, haciéndola sentir incomoda.
— ¿Que pasa? — Preguntó la chica confundida.
El pelirrojo tomó el plato de la chica, comenzando a partir la carne.
— ¿Cómo te llaman los jaguares?
La chica ladeó un poco la cabeza, confundida por la pregunta.
— Los mayores me llamaban Seina, los niños me dicen Hermana Sei.
El pelirrojo asintió regresándole el plato.
— Bien, entonces Sei, te diré que no me gusta que la gente a mi alrededor pase hambre, así que agradeceré que termines tú comida, si tienes problema para partir la carne, siempre me puedes pedir ayuda — El pelirrojo le sonrió alegremente.
La castaña había abierto la boca sorprendida por las palabras, antes de reaccionar y cerrarla, para volver a poner una sonrisa calmada.
“¡¿Quien necesita que le partas la comida?!”
Sus pensamientos eran todo lo contrario.
Yoon, atrás de Abel, apretaba los labios para aguantar la risa que amenazaba con salir, mientras veía a la castaña esforzarse por mantener la sonrisa en su cara. Ella parecía del tipo independiente y guerrero, que alguien le hablaran por su nombre y partiera su carne seguramente la estaba irritando, sobre todo si era alguien como Abel, que era un noble bastante débil.
La castaña se tragó la insatisfacción y comenzó a comer lentamente. Se detuvo brevemente cuando llegó a la mesa un hombre de piel pálida y cabello café oscuro. Era mayor, como de unos 40 años, pero tenía una sonrisa extraña en el rostro.
— Joven maestro Abel — Saludo aún sonriendo — Es un placer encontrarlo de nuevo.
La castaña hizo un gesto de levantarse, pero el pelirrojo negó con la cabeza, mientras extendía una hoja de papel hacía el hombre, que asintió rápidamente, dando una inclinación profunda antes de alejarse de la mesa con paso rápido.
Seina olvidó que el pelirrojo frente a él era un noble. Y no cualquier noble, era el hijo de un Marques, una escala alta en cuanto posición aristocrática.
Ella no venía de un lugar como ese, aunque no quería decir que no fuera capaz de comprender la importancia de los rangos sociales. Entonces... ¿Por qué ese hijo de noble estaba comiendo con ella como su igual?
Ella no poseía ningún rango, era técnicamente una plebeya, no debería ni poder sentarse en la misma mesa que él.
— ¿Qué tanto estás pensando? — La voz del pelirrojo, así como la sensación de un golpe pequeño en su frente, que no se atrevió a esquivar, la forzó a verlo fijamente — Termina tú comida.
“¡Este chico definitivamente es extraño!” Pensó con una sensación de peligro.
Yoon, solo se limitaba a sonreír, mientras le chica pensaba si podía salir bien librada de lo que sea en lo que se acabará de meter.
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Comments
Elise Sher
Yo creo que a ella le gusta
2021-09-15
0
Isa Montgomery
Pobre Yoon, pobre Seina
2021-09-15
0
Milo Torres
Si, en qué te metiste
2021-09-15
1