Capítulo 6 Demasiado calor...

Los días pasan, y en cada día que transcurre con los años, Joan nos protege, cuida a Robert de no hacer cosas indecentes, y enseñarle lo que es correcto pero la verdad es que de todos los hermanos él es el más difícil de tratar, pareciera que es incontenible, Marcus por otro lado mostraba algunos avances, incluso nos acompañaba en los paseos que hacíamos alrededor de la mansión y suele hacer cosas extrañas pero de apoco empezó a usar los cubiertos y aprendió a sentarse a la mesa, aunque con los líquidos por lo general soy usada como recipiente para su degustación y termino siempre mojada, luego aguantaba que me lamiera en todos lados y en cualquier lugar que se tomara algo en forma líquida , pero con el tiempo dejo de incomodarme, e incluso pudo recostarse en una cama solo que para empeorar las cosas, solo lo logro junto a Joan que tuvo que lidiar que se durmiera junto el en la misma habitación y en la misma cama, y yo los acompaña a todos lados, éramos todos muy unidos.

Pronto llego el verano, tres años después de haber llegado a este lugar ya tengo 18 años, Joan está a punto de cumplir sus 24, Marcus cumplió la semana pasada 19 años y Robert ya tiene 17 años, todos permanecimos juntos, pero sin darnos cuenta hemos crecido.

En la mansión existía una gran biblioteca donde se usaba para sala de estudios y en horarios predeterminados venían tutores expertos a darnos lecciones y estudiábamos todos juntos, aunque siempre estaba en mi mente que nuestro hermano mayor se iría en unos días a terminar sus estudios en un país extranjero, y tendré que hacerme cargo de cuidar de los demás en su ausencia.

Ese día en el especial se había descompuesto el aire acondicionado o algún motor generador de energía principal, porque no funcionaba ningún artefacto de la mansión, por lo que los profesores se retiraron, nuestra madre estaba de compras y nuestro padre acompaña a los señores que vinieron a arreglar lo que se descompuso, en sala estábamos solo los cuatro,

Robert se había dormido sobre la mesa con el libro abierto y pegado a la cara, Marcus también se estaba durmiendo en el sofá del gran salón, yo estaba sentada terminando mi lectura para hacer los deberes dejados por los tutores,

Ese día , lo eventos que ocurrirían no los pude adivinar, justo me había puesto una blusa blanca, pero sin sostén para mi desgracia, por la prisa de llegar a tiempo al salón, tenía una pollera de color rosa viejo tableada y moño color blanco, atado a mi cabello en forma de media cola, desde que empecé a ganar peso , me gustaba mucho verme al espejo , ya no era un monstruo, ni era un huesudo cuerpo andando, podía ver rellenar las ropas que tenía, también me gustaba los labios que se me habían vuelto carnosos, y por eso me los pintaba todos los día de color rosado casi carmesí, se me había vuelto una obsesión para mí, debía tenerlos así,

Mientras esperábamos en el estudio Joan abría los ventanales de la habitación para que entrara una leve brisa que pudiera refrescar un poco el ambiente, afuera había un pequeño espacio dedicado a un balcón que daba hacia la parte trasera de la mansión, mi hermano mayor no soportaba los lugares cerrados por lo que se quedó afuera y se sentó en el barandal para observar los terrenos llenos de árboles y también se podían escuchar los cantos de los pájaros, el murmullo de los trabajadores.

Volví mi vista al libro que sostenía, noté que caía una gota sobre el papel,

- ¿qué es? ...proviene de mi frente… ¡rayos!, estoy sudando demasiado-

, miro hacia abajo y mi blusa está humedeciéndose también, pequeñas gotas de transpiración por mis piernas se empezaban a notar ligeramente,

-debo apresurarme a terminar y volver a mi habitación antes de que alguien me vea-

me dije a mi misma…Joan se da vuelta y al ver a sus hermanos hace una mueca y sonríe al verlos en esas posturas graciosas, luego sus ojos buscan a su hermana, como si una fuerza natural hacía que siempre la tenga a la mira...

*traga saliva, todos los días… en todos estos años junto a esa pequeña, pero ese día en particular, lo que estaba enfrente de él, nunca lo había visto estaba encantado por lo bella que se había puesto su hermana, mordió su labio inferior y sus latidos empezaron acelerarse de un momento a otro, ella tenía esa cabellera suelta que le llegaba hasta la cintura de un color claro marrón con las puntas mojadas por la transpiración , estaba toda mojada y sudada, en su rostro rodaban gotas de sudor haciendo deslizar un poco el labial favorito que siempre usaba,

sus piernas dejaban notar su delicada piel y los muslos con un tono más claro que el resto de su cuerpo, su pequeña cintura marcada por un cinturón al tono de su pollera, y esa blusa fue lo que rebaso el vaso, los ojos de aquel adolescente estallaron desde su punto de vita traslucía los pechos de Penélope, por lo empapada que estaba la blusa se le había pegado al cuerpo tanto que podía distinguir cada línea de la punta de sus senos que se habían endurecido por la brisa de viento que entraba desde afuera, ella tenía un cuerpo increíble,

*se para y camina hacia su hermana y la abraza por detrás.

- ¡Me asústate! ...hermano Joan ¿qué te pasa? -

-Shhh… no hagas ruido los despertaras-

le hice caso, pero el empezó hacer cosas que no eran común en él, podía sentir su respiración profunda y acelerada sobre mi oído, eso me hizo temblar y por alguna razón reaccioné juntando mis piernas por las cosquillas que empecé a sentir recorrer en todo mi cuerpo

... ¿qué es lo que me pasa con el hermano mayor?... solo me está abrazando, aunque hace mucho calor y estamos mojados, nos pegamos aún más por la transpiración,

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