Capítulo 4 Hermanos

Pequeñas gotitas se deslizaban sobre mi pierna y estas se sentían algo frías, no pude aguantar más,

y disimule sentarme mal,

agachándome despacito, y veo movimiento debajo del mantel

_ ¿es Marcus quien está ahí?, como un animal salvaje o una mascota, pero quien soy yo para juzgar eso pues yo soy un hueso andante, me dije a mi misma, tratando de compararme a mi misma con la situación,

-no te preocupes Penélope, hoy le has hecho un gran bien a esta familia…tú y tu madre por supuesto- dice mi padrastro levantando una copa de vino como si brindara, o como si yo supiera que mierda era lo que quería insinuar,

* abraza a mi madre, la besa intensamente delante de todos, puedo ver incluso que mete su lengua dentro de su boca y un poco de saliva sale de sus labios húmedos y rojos por la presión ejercida, a mi madre incluso se le deja ve un pezón por el escote que traía, y enseguida quiero avisarle, pero a ellos no le interesa lo que ocurre, parecieran estar acostumbrados, a mí me daba mucha vergüenza ajena y tenía pudor,

algo raro ocurre mientras se besan de esa manera, en un momento dado mi padrastro abre sus ojos y me mira fijamente y sin quitarme la mirada mete sus manos por debajo del vestido de mi madre y sube acariciándola por el muslo, esto la hace gemir y aun así parecía todo normal.

- ¿porque sigue mirándome? y yo como si fuera una tonta también observo aquella escena obscena, ¿algo está mal conmigo o con ellos? no lose.

Joan ni siquiera baja su libro de lectura y sigue comiendo como si nada, y Robert, él…

aparentemente se percató de los senos de mi madre, y fue ahí que dejo de comer para quedarse mirándola con aquella sensación de que iba a saltar sobre ella,

¿este tipo es un bollerisa a tan corta edad? le gusta ver mujeres desnudas, y a todo esto me quedé inmóvil sentada en la mesa familiar, en donde se supone pasaría los restos de mi días con esta ridícula y pervertida familia.

-no, que pasa para colmo algo se friega en mis piernas y me hace temblar, esta frio y luego algo caliente, vuelvo mi vista hacia abajo, ¿Qué? Marcus me está lamiendo la entre pierna mientras derrama helado sobre mí, lo observa caer lentamente por mi piel y luego pasa su lengua por todos los lugares en donde haya caído el helado-

Esto es muy loco, n-no sé qué hacer, ni sentir, dice que le estoy haciendo bien, pero me incomoda,

-al menos salió a compartir y comer con otras personas, no te molestes en decir nada, a los mayores no les importa, y si le dice a papa, lo molera a golpes, solo aguanta, él no te hará nada más, suele degustar la comida sobre las personas, se lo ha hecho a todos, y de apoco ira aprendiendo a comportarse debidamente, luego te mostrare su habitación para que comprendas, estamos solos, y nos ayudamos entre todos, ahora eres uno de nosotros…así que aguanta, o veras las consecuencias-

Me susurra Joan al oído, en qué momento se dio cuenta de todo si solo leía su libro, y más aún cuando se me acerco tan rápido y volvió a su posición original en la mesa.

Temblaba por la forma que Marcus me lamia las piernas debajo de la mesa, pero como dijo Joan debo proteger a mi hermano, no quiero verlo golpeado como le paso a Robert, así que tendré que aguantarlo, él no me hará daño, solo tendré que esperar y ya pasara,

Mi madre y padrastro se abrazaban tanto que tiraron varios platos y vasos al suelo la temperatura empezó a subir, los empleados se apresuraron a levantar y limpiar todo rápidamente.

Mientras ellos se disculpaban y se alejaban de la mesa dirigiéndose a su cuarto.

Joan bajo el libro que tenía levantado y apoya en la mesa, levanta el mantel y saca a los tirones a Marcus de ahí

_por fin _me dije, que alivio, podre acostumbrarme o me volveré loca.

Robert se levanta lentamente sin querer hacer ruido y muy sigilosamente, ahí lo toma del cuello Joan y también lo arrastra hacia él.

Esta escena es un poco…no sé.

-Penélope acompáñame, esto es lo que pasa en las noches-

Lo sigo mientras caminamos por los pasillos de la mansión llegamos a una habitación donde deja a Robert, y cierra la puerta con llave.

-mira si no lo hago así, el ira a mirar lo que hacen los grandes y hará cosas que no debe, como robar, ahh…otra cosa no dejes que te toque o por lo menos trata que no sea por mucho tiempo, no querrás saber en qué tipo de ser se convierte cuando toca a una mujer-

_bueno_ contesto por lo bajo, y lo sigo acompañando, es como si me estuviera enseñando o preparando para algo, llegamos a otra habitación, pero esta tenía un olor desagradable y cuando abrió la puerta, Marcus salto enloquecido hacia adentro tenía unas ramas y una manta dio vueltas como un perro y se acostó a dormir en aquel desastre sobre el suelo, aunque alrededor parecía ordenado, el suelo y el olor eran horrible casi, que quería vomitar, al salir no llaveo su cuarto.

-él no puede estar encerrado, digamos que es un alma libre, jamás pongo la llave, y es así como ha vivido siempre, antes ni siquiera dejaba que lo bañáramos o lo vistieran, por eso siempre ríe, es por su inocencia, él no te hará daño nunca, por el contrario, si te lo ganas cuidara de ti siempre, y juntos lo vamos ayudando a que mejore-

Seguimos caminando y llegamos al final del pasillo, reconozco mi cuarto, pero hay otras dos puertas más.

-ya sabes ahí está tu habitación, quisiera llavear, por tu seguridad, pero no lo hare, en cambio vez esa puerta, estoy al lado, grita si necesitas alguna cosa, estaré ahí de inmediato, y la otra puerta pues bueno tenía que haber un baño extra ¿no?

Se me escapo una sonrisa, y a él también…

*entramos a nuestros cuartos sonrojados.

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Comments

Beatriz Villamil

Beatriz Villamil

que novela más rara no le encuentro sentido no me gusta no la leeré mas

2023-04-28

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