De la naturaleza del amor

Había tenido un sueño muy inquietante aquella noche, usualmente los tenía, pero todos ellos solían ser más obscuros. Sin embargo, este sueño había sido diferente, resulto ser reparador. Me sentía con renovadas energías y motivada.

Ese día me levanté con una sonrisa en la boca.

 

Batería 85%

Mi mente estaba inusualmente activa. Como soy de mente curiosa y dispersa me empecé a imaginar que pasaría si mis mejores amigos fueran pareja. No pude evitar reír ante la perspectiva y ante tal resolución me propuse a hacer de celestina.

¡Que ironía!

¿Cómo una persona que tenía cero experiencias amorosas iba a hacer de cupido? Sin embargo, estaba 100% convencida de que era una excelente idea y estaba en mis manos hacer algo para que se diera el caso. Pensé incluso que para ese momento, la situación ya se estaba dando, por lo que yo solo iba a darle un gran pequeño empujón para que se finiquitara.

Pensé que, si quizá yo lograba hacer que mis amigos fueran pareja, alguna esperanza alentadora para mi brillaría y bajo esa luz me dispuse a llevar a cabo mi plan, el cual no era muy sofisticado, solo tenía que hacer de “terapeuta” de mis amigos por separado para verificar sus sentimientos y sembrar la semilla del amor en sus corazones.

Con la primera que utilicé mis aptitudes mentales fue con Elvira, “sutilmente” le pregunté sobre su relación actual.

- ¿Cómo es tu exnovio? - me resolví a preguntar directamente. Era la primera vez que yo me interesaba por algo o alguien así que la pregunta había sido inesperada para ella.

- Pues … él es, él era, bueno aún sigue siendo…- ella tardó en organizar sus pensamientos. – Es muy "amiguero", lo veía poco realmente, empezamos a salir por que es amigo de un exnovio. Como quedamos en buenos términos no hubo tanto problema en que saliera con su amigo. – dijo tratando de justificar la situación. -Le gusta tomar y estar con sus amigos. Pero es muy gentil, le ayuda mucho a sus papás. Él no estudia. Antes de que yo entrará a la universidad, él quería que nos casáramos, pero yo le pedí tiempo para terminar la carrera.

- Ahh ya veo… ¿Por eso terminaron?, porque ¿casi no se veían?

- Si, bueno, de hecho, no fue por eso, él se molestó conmigo porque no quise acompañarlo a una fiesta de sus amigos. Tenía que terminar el ejercicio práctico de la clase de contabilidad gerencial, ¿sabes?

- ¿Todavía lo … amas?

- No lo sé… - miró sus manos nerviosas.

- Ah, ¿por qué?

- Si, bueno, en el pasado yo tenía muy claro que era con él con quien yo quería casarme, tener hijos. Pero estando aquí me he dado cuenta de que hay más personas, y que yo no había conocido, que había más personas que me pudieran... bueno, que pudieran ser más interesantes.

- Ah ¿lo dices por Diego? -  Lo lancé intencionalmente y sin mediaciones. Y al decir eso, ella me volteo a ver y me miro con ojos grandes y sorprendidos. Ella no conocía ese lado de mí, que podía llegar a ser muy franca.

- Bueno si, no, este, no sé, es que él y yo somos muy cercanos, bueno mmm parece que somos cercanos, ¿no?

Sonreí ampliamente y le dije en un tono más calmado:

- No te preocupes, te entiendo, no necesitas decirme para que yo me pueda dar cuenta. Yo veo que te gusta. La verdad no sé porque él sigue con su novia. ¿Recuerdas que la última vez que ella vino se molestó muchísimo porque Diego no salía rápido de clases? No nos conocía y ya nos veía como amenaza para su novio.

- Bueno si, no la culpo, él es muy lindo. Es muy fácil querer a ese niño. -  Ella volteo a verme una vez más sorprendida, pero esta vez por la inequívoca audacia de sus palabras.

No dije nada. Me quedé mirando con una sonrisa en la boca, esperando a que ella sola se diera cuenta de la verdad que emanaba sin dudar de su corazón. Al parecer no fue tan difícil para ella darse cuenta de sus verdaderos sentimientos. ¿Sería esto una misión exitosa? Ya tenía el 50% ganado. ¿Sería el otro 50% igual de fácil?

Hay muchas cosas que dependen del tiempo, muchas cosas que dependen de la madurez y otras más que dependen de la artificialidad de las situaciones, sin embargo, la naturaleza del amor solo depende de que las personas se den cuenta de que están inmersos en su atmosfera. Para las algunas personas es fácil verse inmersas en las sensaciones, no sé, tal vez es inteligencia emocional. Pero para otras no es tan sencillo. Necesitan más tiempo, más perspectiva.

 

 

Batería 85.5%

 

 

Diego estaba estudiando en la biblioteca, ¿soy muy mala al decir que no era muy listo? si, tal vez. Pero bueno, tampoco era del tipo que se esforzara en las tareas, por lo cual siempre estaba con el alma en un hilo en los exámenes finales, algunos de ellos los repetía en extraordinario o título de insuficiencia. Otras veces más tenía que re-cursar la materia completa. Yo me ofrecí esta vez a ayudarlo a estudiar. Ese día Elvira tenía que regresar pronto a su casa de lo contrario hubiese sido ella y no yo, quien lo ayudara.

Para mis planes de casamentera, esto era una oportunidad de oro. Sopese los pasos de mi plan, con él no pensaba ser tan franca, realmente tenía que ser más sutil, puesto que él todavía estaba en una relación. Con una señorita muy desagradable.

Recuerdo una ocasión, al final de la última clase mientras conversábamos antes de irnos a casa, como estábamos riendo de uno de los profesores de las clases de esa mañana que se había puesto al revés la camisa. No parábamos de reír, porque el profesor nunca se dio cuenta de su error. Iba caminando por la escuela sin darse cuenta y lo peor era que nadie le decía de su error. Estábamos extasiados en nuestra risa casi al punto de llorar. Y de pronto Diego dejó de reír como por arte de magia. Una señorita muy linda, pero con brazos cruzados y cara de muerte, a lo lejos nos veía sin parpadear. Se veía muy incómoda. El corrió instintivamente hacia ella, solo dando un ligero y rápido adiós hacia Elvira y a mí. Cuando usualmente nos despedíamos y saludábamos con un abrazo y un beso en la mejilla. Nos dimos cuenta de inmediato que se trataba de su novia, pero nunca a partir de ese entonces, él trató de presentarla. Y ella, a su vez, tampoco se acercaba a nosotros. La novia de Diego era un tema tabú.

Al terminar de estudiar, estábamos listos para dejar la biblioteca y entendí que era el momento de iniciar mi platica conciliadora.

- ¿Sabes?\, extrañé mucho a Elvira\, ¿tú no?-  dije casualmente y con una mirada expectante.

- Bueno si\, aunque sabes también es bueno que tú y yo pasemos tiempo juntos. Casi no platicamos\, ella siempre parece tener control de la conversación.

- ¿Ah sí?\, bueno no me había dado cuenta. Para mí es más fácil que ella o tú me hagan platica\, ya saben cómo soy. Soy rara. -  Dije sonriendo\, pero la verdad es que me sorprendieron sus palabras\, interiormente yo sabía que Diego tenía razón\, él y yo no éramos muy cercanos. Me di cuenta en ese momento que tal vez mi plan no funcionaría si yo me acercaba tan de repente a él si nunca habíamos hablado de temas tan personales.

- Si\, eres rara. – se rio levemente y luego añadió. - Pero no eres la primera persona que conozco que es así. Así que ya estoy acostumbrado a cómo tratarlos.

- ¿A si? No sabía que formábamos parte de una nueva especie. -mascullé irónicamente. - ¿A quién más conoces que sea así? ¿Cómo debes tratar a nosotros los raros?

- A mi mejor amigo de la preparatoria: Lucio. Tenía ... tiene aún personalidad de murciélago - dijo con una sonrisa.

Cuando mencionó su nombre sentí una corazonada, como una especia de intriga por esta historia. Algo me decía que era importante y lo anime a seguirme contando.

- ¿Por qué se hicieron mejores amigos? – pregunte amablemente.

- Bueno, porque a Lucio lo salvé de que lo atropellaran -  Diego se reía  mientras contaba la historia. - El muy tarado iba caminando como zombie con los audífonos puestos y cuando quiso cruzar la calle lo iban a aplastar sino es porque lo aventé. Cuando se volteó quiso matarme, pero después el idiota se dio cuenta que ya casi no la contaba y se puso rojo de pena. Me dio las gracias y yo le dije que se relajara y que estaba muy idiota. Pensé que se iba a enojar, pero no. Al contrario, se río de él mismo y desde entonces nos volvimos muy amigos. Pasamos buenos momentos en mi casa, comiendo comida chatarra y jugando FIFA en el PlayStation.

- ¿Ah eran más como una pareja? – dije seria manteniendo la broma.

A Diego no le pareció gracioso, pero igual me siguió el juego.

- ¡Graciosa! … ¡Si claro! Como si Lucio se fuera a fijar en mí.

- ¿Por qué no?, quizá tu amigo encontró en su salvador un amor prohibido, ya sabes una historia así insólita. – dije riéndome.

- No – lo negó, pero me siguió el juego. – Además, no es mi tipo. – se rio - En la preparatoria todas morían por él porque les recordaba a Sasuke de Naruto. – Después agrego riendo - Yo le decía que yo era Naruto y el Sasuke, solo faltaba nuestra Sakura, para formar el equipo #7. Por eso lo apode el “Emo vengador”, porque antes de que yo le salvara el pellejo no le hablaba a nadie.

- Me imagino que al igual que en Naruto también se besaron “accidentalmente”, ¿verdad? O no, igual practicaron los mil años de muerte de Kakashi sensei. – me carcajeé después de ese comentario.

- ¡Que graciosa! – me saco la lengua desaprobando mi comentario.

Me estaba divirtiendo bastante con la conversación del “emo vengador” pero recordé cual era mi plan en un principio así que decidí redirigir la conversación hacia donde yo quería nuevamente.

- ¿Oye y a tu novia no le molestaban tus actividades con el “emo vengador”?

- No, ¿Por qué lo dices?

- Bueno, es que a veces ella puede parecer mmmm, un poco intimidante.

- Solo le molestan las mujeres que ella cree que pueden estar interesadas en mí.

- ¿Ella cree?

- Si, bueno, le resulta extraño que ahora solo sean mujeres mis amigas.

- ¿Por qué?

- Mmm, me imagino que es porque siempre hablo de ustedes. y le cuento que son muy agradables.

- A lo mejor ella siente que te gusta alguna de nosotras.

De pronto Diego se puso a reír y luego agrego:

- No\, no\, para nada. Elvi y tu son mis amigas. Me siento muy cómodo con ustedes\, lo cual es raro\, por que anteriormente solo me juntaba con hombres\, nunca antes había tenido amigas.

- Entonces como es que lograste tener novia.

-¡Ahh graciosa!, bueno es que en realidad, ella fue la que se acercó a mí. Ella me pidió que fuéramos novios, la que me dijo que yo le gustaba. Y eso tiene desde la secundaria.

-¿Desde la secundaria? ¿En serio? Entonces ya llevas muchos años con ella. ¿Nunca te has preguntado si esa relación tiene más futuro?

- ¿Te refieres a si me quiero casar con ella?

- Si\, algo así.

-No, no quiero casarme con ella, al menos no aún. O no sé, no estoy cerrado a que algo más suceda. Además, hemos pasado varias situaciones que no me hacen verme con ella en un futuro.

- ¿Cuáles situaciones?

-Bueno, ella tiene un carácter muy posesivo y enérgico. Cuando se molesta, es realmente de temer y ha llegado a …. – se detuvo y su expresión se volvió obscura.

- ¡¿Te pega?!- pregunté sorprendida.

-No tanto como que me pegue, solo se pone muy violenta- el respondió tratando de minimizar la fuerza de mi implicación.

-Eso no está bien, bueno yo no he tenido una relación antes, pero se de antemano que eso no es normal.

- Lo sé\, lo sé- dijo bajando la cabeza con una expresión vacía en sus ojos.

- ¿Por qué lo permites? - dije sin rodeos

-Ella ha sido mi primer y única novia durante ya muchos años, honestamente no me veo con alguien más que no sea con ella. Es difícil. Ya lo he intentado, pero ella se niega a dejar lo nuestro. Ya ni siquiera sé si lo que siento por ella es amor.

- Eso es muy fácil de saber. – agregué convencida de mi

- ¿Cómo? – me miró intrigado

- ¡Necesitas un amor de reserva! – sus ojos se volvieron más intrigados aun por mi extraña declaración. – Si\, un amor de reserva\, alguien más que te haga ver que sientes realmente por tu novia\, quizá en esa historia encuentres lo que realmente te gusta o te des cuenta que amas de verdad a tu novia.

- ¿De dónde sacas tantas tonterías Ari? ¡Eso es una ridiculez! ¡Estas loca!

Me di cuenta que no había planeado bien esto pero era demasiado tarde para dejarlo.

- Pues, ¿de dónde más? De los animes y mangas. Y no es tontería, necesitas encontrar a alguien más que te guste para analizar tus propios sentimientos. – le conteste seriamente.

- Eso me suena a un embrollo mayor del que ya tengo. ¿No sería como engañar?

- ¿Entonces cómo vas a verificar si lo que sientes por tu novia sigue siendo amor?

Diego dio un suspiro largo y luego comentó:

- ¡No sabes nada del amor Ari! Quizá lo primero que tengo que hacer es dejar a mi novia, esperar un poco y entonces ahora si enrolarme en una nueva relación. Pero si fuese así, ¿de dónde voy a sacar a una nueva persona que me guste o que yo le guste?

- Eso es muy fácil Diego.

- ¡¿?¡ - me miro con ojos de incredulidad y sorpresa

- ¡Elvira te puede ayudar con eso!… Me refiero a que, puedes pedirle ayuda a Elvira … preguntándole, saliendo juntos, o algo así… – dije nerviosa, “tal vez si soy muy torpe”, pensé. Ya había metido la pata.

- ¿Y por qué ella?

- Mmm - ¡Rayos!, pensé, ¿ahora como arreglo esto? - Fue un decir, fue la primera que se me ocurrió - dije queriendo salvar la situación.

- ¿No es eso más peligroso?

- Bueno, es un riesgo que debes tomar. De otra forma, nunca vas a saber si lo que sientes por tu novia sigue siendo real o no.

- ¿No sería esto como usar a Elvira?

- No, ella no tiene novio ahora. Y si ella no te corresponde puedes buscar con alguien más. Aunque estoy segura de que no tardaras mucho en encontrar las respuestas, el simple hecho de que te cuestiones si amas o no a tu novia ya es un foco rojo. Una persona enamorada no se lo cuestionaría. La naturaleza del amor es extraña, no tienes que entenderla tienes que sentirla.

Diego se empezó a reír ante mi comentario tan sermoneador y ceremonioso.

- ¿En qué momento te volviste Doctora Corazón? Me agrada esa nueva faceta tuya, te hace menos Emo, ¿sabes? Aunque digas puras tonterías. – dijo riéndose de mí.

- ¿Cómo el “emo vengador”?

- No, no como el emo vengador, tú eres más tierna.

- No soy tierna. - Dije tímidamente. - Solo me preocupo por mis amigos

- Gracias. - Dijo con una sonrisa. – Necesitaba que alguien me pusiera un poco de perspectiva. Ven, te llevo a tu casa.

La conversación termino entre más risas y platica de camino a mi casa. Fue entonces cuando me di cuenta de la hora. Habíamos pasado mucho tiempo conversando y ya era tarde.

 

 

Batería 86%

 

 

 

“De la naturaleza del amor están hechos los lazos que unen a los que se aman: unas personas dicen que son como hilos escarlatas invisibles a nuestra percepción, entretejidos por el universo para atar, unir y crear. Otros dicen que es una fuerza que mueve las circunstancias, destino le llaman. Parece estar escrito desde antes que nos demos cuenta de que las cosas suceden. Y coloca a las personas en el momento y lugar correcto.

¿Es esto la obra divina de Dios?

En su magnífica creación, se han dispuesto también los lazos que nos unen. Pareciera que no tenemos alternativa, que no tenemos albedrio ante la inminencia de su determinación.

¿Como podemos negarnos ante su potestad? Solo los necios nos oponemos creyendo que tenemos una mejor respuesta, y es de ahí, de nuestro nacimiento de la duda ante su certeza, que ocurren nuestras desgracias. 

No podríamos ser más obstinados al decir que nuestras desgracias son circunstanciales, cuando somos la causa y el principio de estas. Solo al observar la naturaleza del amor, su verdadera fuente descubrimos nuestro camino y dejamos fluir nuestros sentimientos para que estén acordes a lo que ya se ha dispuesto. Solo así somos felices.

El que está en contra de la naturaleza del amor, está en contra de su propio destino.”

 

 

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