Necesidad de protegerte

Clara y Daniel no podían ni cruzarse de palabras, él no cumplía con sus obligaciones, cuando venía le dejaba todo el trabajo a ella, faltaba cuando quería y la molestaba a propósito, Clara se quedaba hasta muy tarde para poder terminar sus trabajos. Una noche comenzó a llover sin parar, no pasaba siquiera un taxi, estuvo esperando toda una hora, entonces tomó una bolsa y metió en ella sus cosas, se lo puso sobre la cabeza y salió así, ya casi todos se estaban yendo, Daniel tenía su moto, la vio y disminuyó la velocidad.

_¿La llevo señorita?

_No gracias, voy a buscar un taxi en la otra esquina, llegando al lugar no había nada, estaba todo oscuro.

_No creo que tenga otra opción_ le dijo Daniel.

_Esta bien_ dijo, estaba apunto de subirse cuando éste aceleró._ ¿qué hace?

_Para subirse a mi moto me tiene que dar un besito, tómelo como un pago de boleto.

_Estas idiota, yo me largo_ empezó a caminar rápido.

_No olvides que soy tu jefe y que cualquier cosa que me digas…

_Sí lo sé_ lo interrumpió Clara enojada_ pero no estamos en el trabajo, tratar de ceder a sus estupideces no es mi trabajo.

_Vaya, ¿qué carácter eh?, solo escúcheme… si usted es buena conmigo, yo podría facilitarle su trabajo.

_Váyase a la mierda.

_No se enoje. Venga suba que no tengo toda la noche para esperarla_ De repente la moto se le apagó y mientras trataba de encenderla de nuevo ella siguió caminando, cada vez más rápido hasta perderlo de vista, desde una esquina una figura oscura se estaba moviendo, otro atrás, se escuchaban voces y risas burlonas que se le acercaban, Clara quiso regresar pero la tenían rodeada, trataba de defenderse pero eran mucho, a esos delincuentes no les iba a importar nada, Clara se vio indefensa y acorralada, cerró los ojos un instante, con un susurro lo llamó “Daniel ayúdame”, de repente escuchó golpes, abrió los ojos y ahí estaba él, al cabo de unos minutos todos tuvieron que correr hasta el más grande de ellos que se resistía salió huyendo. Clara estaba muy asustada, muerta de miedo, tan indefensa.

_¿Estás bien?¿te hicieron algo?_ al ver que no le respondía se preocupó_ Clara mírame_ levantó su barbilla_ ¿te hicieron algo?_ preguntó de vuelta, ella solo hizo un ligero movimiento de cabeza negando.

A Daniel nunca le importó nadie, pero esta vez sentía la necesidad de abrazarla solamente, intentaba razonar consigo mismo pero la desesperación al verla no aguantó, extendió los brazos y cuando iba a hacerlo Clara dio un paso al costado.

_Gracias joven, por ayudarme, yo… lo siento me tengo que ir.

_Vamos que la llevo, ya me metí en muchos problemas hoy por su culpa.

_¿Por mi culpa? Yo no le pedí que me ayudara.

_Como sea vámonos.

Clara subió a la moto, se agarró de la cintura de Daniel, la lluvia cesó un poco, llegando en frente del departamento ella se bajó de la moto dándole las gracias.

_¿Y que tal el paseo?¿le gustó?

_Nada mal_ le contestó, se dio la vuelta de nuevo y una pequeña sonrisa apareció en la cara de los dos.

_¿Qué dices?_ respondió Amalia cuando escuchó la sucedió.

_Si no hubiese sido por Daniel no se que habría pasado.

_¿Y qué se siente ser salvada por un galán como Daniel?

_Bien, supongo.

_¿Es en serio?, es el jefe más atractivo que he conocido.

_Sí, pero no quiero seguir hablando del tema_ no quería que su amiga la descubriera.

_Si eso es lo que tu quieres, preparé algo para cenar.

_Lo siento Amalia, no tengo apetito, ya me quiero acostar.

_Esta bien, descansa.

_Tú también.

Al día siguiente Daniel estaba discutiendo otra vez con su papá en su despacho porque no quería trabajar sino ir en carreras de motos solamente.

_Papá entiendo qué te preocupes por mí pero tienes muchos empleados y realmente no entiendo por qué quieres que trabaje si tenemos mucho dinero.

_Para que puedas responsabilizarte y creo que no has aprendido nada todavía, además ya me enteré que la señorita Clara está haciendo todo tu trabajo, ella es tu secretaria no la administradora, sabes que es un peligro dejarle ese trabajo a una persona extraña.

_Todos los papeles importantes los manejo yo.

_Esa no es excusa.

_¿Quién te contó eso?¿fue ella?

_No y tampoco te lo voy a decir.

_Papá…

_Hijo, yo cuando empecé no tenía nada más que a tu madre, trabajé muy duro para tener todo esto_ dijo mirando a su alrededor.

_¿Y por eso quieres matarme trabajando?

_Claro que no pero eres mi único hijo y tienes que aprender que hay cosas como…

_Sí, sí, ya sé responsabilidades_ dijo interrumpiéndolo.

_Daniel tú no entiendes nada.

_¿Y qué papá? ¿me vas a decir que trabaje como tu día y noche volviéndome viejo y sin disfrutar de la vida? ¿para qué sirve matarse trabajando y no usar el dinero?

Rodrigo se quedó pensando y después de un largo silencio miró a Daniel.

_Lo siento papá, no quise decir eso.

_Cuando tengas hijos lo entenderás y tienes razón me falta disfrutar más de mi vida, trataré de hacerte caso_ y salió de la habitación.

Unas horas después Daniel estaba terminó de tomar su café, estaba apunto de salir cuando se encontró con su mamá.

_Buenos días mamá ¿has visto a papá?

_Buenos días hijo, sí, dijo que iba a su trabajo, pero lo veía furioso ¿qué pasó?

_Nada, no pasa nada.

_¿Y tú por qué no te has ido a trabajar aún?... ya son casi las diez.

_Por favor mamá, no me salgas con el mismo cuento de la responsabilidad por Dios.

_Escúchame bien hijo, soy tu madre y créeme que entiendo que quieras divertirte, pasar más tiempo con tus amigos y no en una oficina, ¿pero porqué no hacerlo de una manera más sana? Y no hacer cosas peligrosas como andar como loco en las motos.

_Mamá eso es lo que a mí me gusta y no estar ordenando papeles.

_Ya no sé que esperar de ti, un día de estos me van a llamar con la noticia de que estás muerto o te vas a quedar en silla de ruedas toda tu vida y no es que no me quiera hacer cargo de ti sino que es tu vida y de ésta manera tú mismo te estás buscando ese problema.

Después de un largo silencio, al terminar de leer todo lo que decía un mensaje se puso la campera de cuero y agarró las llaves de la moto_ mamá lo lamento pero me tengo que ir.

_¿A dónde vas a ir otra vez?

_No te preocupes no haré locuras te lo prometo.

_Daniel_ dijo Oliver_ pasa, ¿qué haces por aquí, tú no tendrías que estar trabajando?

_No tenía ganas de ir.

_¿Otra discusión con tu papá?

_Sí, siempre con el mismo reproche.

_¿Quieres un café?

_No gracias, ya tomé.

_Te traje el dinero que necesitabas porque me escribió el mecánico que ya está todo.

_Muchas gracias Daniel, el mes que viene te lo repongo.

_Tú tranquilo.

_Gracias.

_No se me pasa lo de mi papá.

_¿Qué le dijiste?

_Le dije que trabajaba día y noche, que no disfrutaba de su dinero y que tenía una vida triste y aburrida… bueno algo parecido pero no quería ser como él, encerrarme en cuatro paredes.

_Creo que eso sí fue cruel de tu parte.

_Sí ya lo sé, en la mañana salió enojado, me contó mi mamá.

_Todo se resolverá, solo tienes que hablar con él.

Momento justo cuando empieza a sonar su celular.

_Mira, es él, hola papá.

_Necesito que vengas a mi oficina ahora mismo y no me interesa si estás ocupado o no, te veo en una hora y ni se te ocurra no venir que te va a ir peor_ le cortó la llamada antes de que éste pudiera decir una sola palabra, se quedó con la boca abierta sin siquiera decir nada.

_¿Y qué te dijo?

_Que quiere verme en una hora en su oficina, es la primera vez que lo escuchó tan enojado.

_Entonces tienes que ir.

_Te hablo más tarde.

_Está bien.

Era la primera vez que escuchaba a su padre tan enojado, al llegar a la empresa frente a su oficina la secretaría ya lo estaba esperando, le avisó a su padre y lo dejó pasar.

_Hola papá.

_¡Siéntate!

_Se que sigues enojado por lo que te dije hoy en la mañana, pero ya te pedí disculpas.

_Quiero que sepas que Wanda te estará vigilando y de eso depende de ahora en adelante tu sueldo, tú vas a tener que trabajar todos los días, no me importan tus excusas.

_Pero papá sabes que no…

_Tendrás que hacerlo.

_Y deja de molestar a esa pobre chica, yo sé que tú le dejas todo tu trabajo.

Daniel quedó sorprendido en la forma en el que le estaba hablando, el nunca se había enojado así con él.

_¿Entendido?,…¿entendido?_ repitió.

_Sí, está bien_ contestó a regañadientes.

_Ah, hay otra cosa más, tu mamá y yo saldremos a cenar ésta noche, no hagas nada estúpido.

_Está bien papá, sabes que no me gusta pelearme contigo, que disfruten de la cena.

Rodrigo le abrazó a su hijo como nunca lo había hecho y mirándolo a los ojos le dijo_ eres mi tesoro más grande hijo, cuídate mucho_ le dio dos palmaditas en el hombro y salió de la oficina.

La oficina de Rodrigo estaba en el último piso que era el 16 y la oficina de Daniel en el 15, él venía distraído, Clara apenas lo saludó, tampoco le hizo caso, estuvo todo el día encerrado en su oficina haciendo su trabajo, le llamaba a Clara cada vez que se le terminaban los papeles para que le lleve otros.

Sonó el teléfono del escritorio de Clara_ señorita Rowan ¿puede venir por favor?

_Sí joven Daniel.

Apenas cerró la puerta detrás de ella, se acercó_ dígame jo...

_Tráeme un café_ dijo interrumpiéndola.

_Sí joven en un rato se lo traigo,_ volvió a cerrar la puerta y refunfuñó enojada_ no me dejó ni terminar la pregunta.

_ Brittany, creo que no es conveniente que vinieras hasta aquí, se podría enojar Daniel o incluso su papá_ Ximena y Brittany estaban en frente de la empresa de la familia Amell.

_Tu espérame aquí, ¿quieres?

_Pero…

_Ximena, yo sé lo que hago.

Brittany entró, el guardia no la dejó seguir, le dijo que era urgente.

_¿Y quién es esa chica?_ Wanda estaba con unos papeles en mano con Clara con el café que Daniel le había pedido.

_Esa chica creo que ya la había visto antes.

_¿En serio?

_Sí, en un restaurante, creo que la había visto con el joven Daniel.

_Bien, espérame aquí_ se acercó a ella_ ¿quién eres?

_Soy la novia de Daniel y vengo a verlo, avísale que Brittany está aquí, ¡rápido!.

_Primero, cuida tu tono o llamo a la policía, y segundo tengo que comunicarle a Daniel.

_Ay pero mira quién está aquí_ dijo dirigiéndose a Clara.

_Te advierto que le voy a dar órdenes a los guardias para que te saquen en la calle si sigues así, Clara por favor le puedes avisar a Daniel.

_Él me dijo que no quería que nadie lo molestara_ respondió Clara.

_Te aseguro que si le dices que soy yo va a cambiar de idea, soy Brittany, su novia… es una vergüenza que siendo su novia tenga que avisar mi llegada.

_Sí, claro_ respondió Wanda_ Clara, por favor.

_Sí, Está bien.

Clara subió hasta su oficina, le avisó, Daniel se quedó pensando, al cabo de un largo rato le dijo que no quería que pasara, cuando estuvo apunto de salir de la oficina se detuvo, sentía que la estaba observando, esos ojos azules grisáceos teniendo el control de ella, sentía que se le erizaba la piel, se dio la vuelta y allí estaba él tal como lo había presentido.

_¿Necesita algo más joven Daniel?

No le respondió ni tampoco no dejaba de mirarla, se levantó de su silla y comenzó a caminar hacia ella, con cada paso que se iba acercando el corazón de Clara se iba acelerando, se estaba poniendo nerviosa, empezó a caminar hacia atrás hasta que se topó con la pared.

_¿Q-qué ha-hace?

_¿No se nota?

_Basta, no juegue conmigo.

_¿Porqué?¿la pongo nerviosa?

Estaba a solo centímetros de él, podía sentir su respiración que cruzaban con los suyos, ya estaba sintiendo sus labios en la de ella cuando escucharon los gritos de una mujer, se precipitaron en alejarse rápidamente momento justo en el que entra Brittany discutiendo con Wanda.

_Voy a llamar a la policía.

_No me importa.

_Déjala_ ordenó Daniel, y se quedaron solos para hablar.

Clara no podía creer que estaba apunto de caer en su encanto_ contrólate Clara_ se dijo así misma.

Cuando se quedaron solos Brittany se dispuso a abrazarlo pero éste no le dejó.

_¿Qué crees que haces?

_Queriendo abrazarte.

_No hablo de eso y lo sabes.

_Visitando a mi novio.

_¿Qué dices? Yo no soy nada tuyo, nosotros no tenemos nada, que te quede claro.

_Pero si el fin de semana.

_Lo nuestro era solo para eso y lo habíamos hablado.

_Pero yo si me enamoré.

_Lo siento, pero quiero que te vayas.

_¿Es por esa, no es así?

_¿De qué estás hablando?

_Con la que estabas hace un momento… vaya no lo había pensando.

_No metas a Clara en esto, y tampoco tienes nada que reprocharme.

_Clara, ¿con que así se llama esa estúpida?

_Te dije que no te metieras con ella_ las palabras salieron de su boca sin pensarlo.

_Y la defiendes… bien… veremos hasta cuando le dura el protagonismo, después no me busques para tus desahogos.

_Ya vete.

Se logró a escuchar todo desde afuera, cuando salió Brittany le dijo a Clara en un tono bajo pero enojada_ ni tú ni nadie va a lograr separarme de él, Daniel es mío_ y así salió llena de ira.

_Señorita Rowan_ la llamó Daniel_ ¿puede venir por favor?

_¿Dígame joven Daniel?

_¿Qué fue lo que le dijo?

_No importa, cosas sin importancias.

_Por favor.

_Igual es algo que a mí no me concierne a mí asique si no se le ofrece nada me retiro.

_Señorita Rowan.

_¿Si?

_¿Ya organizó la reunión para la otra semana que le pedí?

_Sí joven estoy en eso.

_Bien, puede retirarse.

_Gracias_ solo atinó a decir eso, ya que los nervios apenas la dejaban respirar.

Al día siguiente Clara llegó temprano para organizar unas carpetas para el trabajo, encontró a Daniel durmiendo en su oficina, intentó despertarlo, Daniel se giró hacia ella aún dormido y se quedó ahí contemplando su cabello alborotado, su boca, sus ojos, lo despertó y le dio un café que le había traído.

_¿Qué hace aquí joven Daniel, porque no se fue a dormir en su casa, qué tiene?

Él parecía perdido, con los ojos hinchados de tanto llorar.

_¡Joven Daniel!_ dijo ella preocupada.

Él solamente la abrazó muy fuerte y comenzó a llorar nuevamente, sólo llegó a decir_ mis padres murieron en un accidente anoche_ ella no pudo decir nada, lo abrazó un buen rato, se mantuvieron así en silencio llorando juntos, ella no sabía porque pero también le dolía su dolor, era malo con ella pero tampoco se merecía tanto dolor.

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