La mañana siguiente Clara tuvo que llegar muy temprano para trabajar, primero tenía que ordenar los papeles y después hacer unas llamadas, una y otra vez, no podía ni tomar agua para no perder el tiempo yéndose al baño, todo era muy complicado para ella ya que era la primera vez, no quería cometer ningún error, no podía dejar que nadie le saque el trabajo porque quería poner un estudio de música, quería seguir sus sueños.
_¿Necesitas ayuda con eso?_ Clara levantó la cabeza, era una señora con el mismo uniforme que ella, solo que usaba pantalones, una señora como de 50 años más o menos, con una cara muy amable.
_¿Qué?_ volvió a preguntar Clara.
_Veo que eres nueva.
_Sí, comencé ayer.
_Ya entiendo, mi nombre es Wanda, ¿y tú cómo te llamas jovencita?
_Clara.
_Mucho gusto Clara_ la señora le dio la mano como un saludo.
_Igualmente Wanda.
_Y dime, Clara ¿ya has trabajado en otro lado antes de éste trabajo?
_No, de hecho es la primera vez que estoy trabajando.
_Ahora entiendo, por eso es que te veo tan angustiada., ¿me lo muestras querida?
_Mmm no lo sé, el joven Daniel me dijo que…
_Ay por favor, no pasa nada, además ese joven casi no viene, y si llegase a venir yo le doy una reprimenda_ la señora se echó a reír, miró los papeles, mantuvo un pequeño silencio_ todo esto lo tenía que hacer él… éste es su trabajo, no va a cambiar, ahora se lo voy a decir al señor Rodrigo.
_¡No!, por favor no lo hagas, el joven Daniel me va a despedir y necesito éste trabajo, por favor.
_Esta bien pero solo porque tu me lo dices… mira aquí te voy a mostrar como se hace esto y te será más fácil todo_ Wanda estuvo un buen rato enseñándole todo perfectamente, Clara entendía todo muy rápido_ muy bien Clara así está bien, ya solo te falta llamar a éstos números y ya está… yo soy la secretaria de Rodrigo, y estoy en el piso de arriba, cualquier duda no dudes de ir a buscarme ¿entendido?
Clara hizo seña con la cabeza, señal de que había entendido.
_Los días pasaron tan rápidamente que Clara ni cuenta se dio pero llegando el viernes a la tarde pudo llegar a entregar todos los trabajos, a pesar de que Daniel le pedía ir por cafés, comidas, dulces y cualquier otro capricho más.
El día siguiente estaban limpiando el departamento.
_Me cuesta trabajo creer que sigas aguantando todo eso ¿porqué no renuncias?_ dijo Amalia.
_Sabes que no puedo hacer eso Amalia, quiero para mi estudio propio, y él no me lo va a impedir.
_Ya lo sé pero búscate otro trabajo, ese hombre se está pasando contigo, ¿no ves cómo te está haciendo trabajar?
_Lo sé pero es hasta que me acostumbre, después ya sabré como manejar las cosas.
_Te está explotando, ya sé… ¿porqué no le dices a su padre?
_Amalia basta, no.
_Esta bien… a ver en donde podemos ir… mmm ya sé, vamos al cine.
_Me parece bien, pero con una condición.
_Lo sabía, siempre con el pero.
_ Que sea una romántica.
_No, una de terror.
_La última vez vimos una de terror, ahora me toca a mí decidir.
_Bien, pero con otra condición, tú pagas las palomitas, y está vez quiero de las grandes junto con bebidas.
_Tú eres peor que mi jefe, explotadora.
_¿Yo?, jamás_ comenzaron a reírse mientras terminaban de limpiar el departamento, era un sábado muy lindo el día era perfecto, terminaron de limpiar y fueron a comprar las cosas que les hacían falta, al caer la tarde se prepararon para ir al cine, llamaron un taxi y se fueron, ambas sentaron en un asiento a esperar la película.
_Amalia, ¿te acuerdas de Oliver?_ habló despacio para que la gente no las regañaran.
_Sí_ respondió con una sonrisa.
Empezó a hablar más de Oliver, a contarle más acerca de él, le llegó a contar que ya se estaban hablando.
_Ojalá que está vez no te equivoques, no quisiera que te volviera a suceder lo mismo.
_Sabes que no quiero hablar de eso, todavía me duele mucho lo que me hizo, y aunque no lo creas todavía lo quiero.
_Está bien, te comprendo.
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