Una casualidad inesperada

El día pasa, pasa que estás de pie en algún lado y te das cuenta de que no quieres ser ninguno de los que están a tu alrededor, solo quieres salir corriendo a como dé lugar.

Hay estaba él, Daniel Amell, con pelo corto de color castaño(cobre) un poco alborotado, ojos azules y grisáceos, alto y robusto, como de 1,80 metros, con un carácter duro aunque no lo necesitaba, estaba sentado en la corte, su amigo Gonzalo Narváez que era uno de los mejores abogados, lo estaba defendiendo, lo habían atrapado en una pelea que había tenido.

 _Gracias, cuando quieras te invito de nuevo a las carreras_ le contestó bromeando Daniel.

 _No gracias sabes que me quedé odiando esas carreras de motos y tú también lo deberías de dejar.

 _Pero si esa es la diversión Gonzalo.

_No quiero hablar de eso. Mejor tendrías que tener más cuidado de no volver a meterte en problemas, ya no puedo seguir salvándote.

_Me tengo que ir, tengo cosas que hacer, gracias amigo por la ayuda.

_Daniel, necesito hablar contigo_ dijo su papá saliendo detrás de él, pero éste no le hizo caso, se subió en la moto con su mejor amigo Oliver, que lo estaba esperando afuera y se fueron. Era de estatura de 1,78 metros, moreno, pelo negro, con un cuerpo de atleta, era simpático.

_Oye gracias por esperarme.

_Para eso estamos, cuéntame ¿cómo te fue?

_Vamos a comer, te cuento cuando lleguemos.

Clara se estaba preparando para ir en su primer día de búsqueda de trabajo, se había secado el pelo mojado, tenía el pelo largo castaño y con ondas, ojos cafés claros, la piel blanca, de estatura como de 1,70 metros, se había puesto una camisa blanca con un pantalón negro, se había maquillado solo un poco para tapar las ojeras que tenía de no dormir aquella noche por culpa de los nervios. Al salir de su departamento tomó un taxi, fue a entregar su currículum a varias empresas  incluso la de Rodrigo Amell, le decían que le iban a llamar si cumplía todos los requisitos. Había decidido caminar hasta su departamento ya que no tenía nada más que hacer, para despejarse un poco y tomarse un café, estaba absuelta entre pensamientos, distraída por unas personas que bailaban y cantaban en una esquina en la vereda, lo hacían bien, lo cuál estaban atrayendo a mucha gente.

Daniel venía haciendo chistes con Oliver, habían terminado de comer y querían ver unas motocicletas relucientes, una venta de motocicletas hermosas que estaban cerca de allí a una cuadro que decidieron caminar, estaba Daniel contándole como fue la pelea que lo metió en un grave lío que no se dio cuenta por dónde iba que chocó con Clara, ella se quedó bañada en café y pegó un grito por el café caliente.

_Lo siento, lo siento no fue mi intención… ¿se encuentra bien señorita?

_¿Cómo quieres que me sienta si me acabas de derramar el café caliente? ¡me has quemado!

_Toma esto_ le dijo Daniel pasándole un pañuelo que apurada la agarró trató de limpiarse con eso…

_¿Estás bien?

_Sí gracias, por suerte no estaba demasiado caliente_ al mirarlo ella se quedó encantada, perdida entre sus ojos, así como Daniel de ella, sino hubiese sido por Oliver que le preguntaba si estaba bien se hubieran quedado más tiempo así_ si estoy bien, gracias, pero de todas formas deberías de tener cuidado_ dijo dirigiéndose a Daniel.

_Pero si yo vine bien, fuiste tú la que no prestaste atención.

_¿Disculpa?

_Bueno si quieres para compensarte te invito a tomar algo_ le dijo sonriéndole Daniel.

Clara es una mueca de fastidio, agarró su carpeta que se le había caído y pasó en medio de ellos, se alejó enojada.

_¡Qué carácter!_ dijo Daniel.

_Vaya que se enojó contigo_ respondió Oliver.

_¿Eso crees?

_Claro ¿a quién le gustaría bañarse en café caliente?

_Yo juraría que casi me dice que sí al invitarla a salir.

_Como digas.

_Bueno cambiando de tema que te tiene tan pensativo… ¿no me digas que es la chica de la foto ya otra vez?

_Se llama Amalia y no es cualquier chica.

_!Vamos Oliver¡ tiene novio y lo sabes.

_Sí pero él no la valora como yo lo haría.

_Tranquilo se te pasará.

Entre Clara y Daniel había pasado algo, una sensación extraña entre ellos, algo se había accionado, desde ese momento las cosas iban a cambiar, y han cambiado.

_¿Clara eres tú?

_Sí soy yo Amalia_ ella su mejor amiga desde que se conocieron en la universidad, es una morena de cabello oscuro no muy largo, lacio, y ojos marrones, con una sonrisa hermosa.

_¿Cómo te fue?_ preguntó su amiga la cual compartían el departamento.

_Bien.

_¿Qué pasó sobre el trabajo?

_Fui a varias empresas, vamos a ver qué pasa pero estoy segura de que me van a aceptar algunas de ellas.

_Excelente noticia_ dijo Amalia  saliendo de la cocina_ aunque se quedó impactada al verle a su amiga bañada en café_ ¿qué te pasó?

_¡Ahh esto!_ dijo mirándose la ropa, un hombre me chocó en el camino.

_¿Pero cómo?

_Yo vine distraída y él no sé que hacia con su amigo, su hermano no sé que sea de él, y aquí está el resultado_ dijo agarrándose la camisa con los dedos.

_¿Pero estás bien?

_Sí.

_Entra al baño y cámbiate, yo preparo café para que me cuentes todo_ dijo Amalia alejándose hacia la cocina.

Amalia es muy sobreprotectora con ella, y no se cansa hasta sacar toda la información de una persona…

Clara niega con la cabeza_ ella es así_ se dijo así misma.

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