Me quedé esperando en aquella silla, pensando y digiriendo el hecho de que de ahora en adelante tendría que "complacer" a un enfermo secuestrador para poder sobrevivir, pero sobre todo tenía que pensar en como regresar con mi hijo y mi madre, que para este momento ya deberían de estar como locos buscándome.
Pasaron un par de horas y el hombre elegante de traje regreso y se dirigió primero a los hombres que me llevaron ahí.
— ¿Podrían desatar a la señorita?, no quiero que se dañe la mercancía de nuestro estimado benefactor—
En mi mente solo retumbó la palabra "MERCANCÍA", me sentía peor que basura, aún así no tuve tiempo de seguir pensando ya que él continúo hablándome.
— Buenas día señorita, mi nombre es William y trabajo para un acaudalado caballero escocés. El día de hoy vengo a explicarle un poco de cuál es su situación actual. Primero, tiene que hacer lo que yo le ordené, ya que nosotros, o sea usted y yo, deseamos seguir con vida para el final del día, ¿no es así? — y asentí con rapidez — Por el semblante que tiene creo que ya se debió dar una idea de la clase de hombre para el que trabajo, sabrá que él no es el tipo de hombre que se anda por las ramas y que tampoco aceptará ningún desplante que usted le llegase a hacer, así que espero y tome las mejores decisiones de ahora en adelante, aclarado esto, necesito que firme estos documentos para su traslado a mi patria —
Extendió unos documentos hacia mi mientras mantenía una gran sonrisa en su rostro, definitivamente será difícil salir de esto así que lo mire fijamente, crucé mis piernas y pregunté.
— ¿No tengo opción, cierto? — con una mirada cínica negó con la cabeza y al final me dispuse a firmar los documentos sin decir alguna otra palabra.
— Me alegra que los haya firmado por voluntad propia, ahora, la llevarán a otra habitación para asearse y le darán otra clase de ropa, después iremos al aeropuerto y espero que mantenga la calma y no cometa ninguna... estupidez — no es necesario aclarar el énfasis que hizo en que evitará hacer algún intento por escapar, así que pues... solo obedecí.
Después de ducharme me dieron ropa muy femenina y ligera, William volvió y me dió más papeles, le pregunté si tenía que firmarlos también y solo me dijo que serían las respuestas a algunas preguntas que me harían en el aeropuerto llegando a Reino Unido, las demás hojas solo describían mis labores en casa del señor Phillip Gunn. Eran bastantes tareas pero tendría tiempo de estudiarlas en el vuelo a Escocia, no tengo que recordar que William volvió a increpar la importancia de no llamar la atención en el aeropuerto así que solo dijo que me comportará como su esposa, eso solo hasta que llegáramos a nuestros asientos en el avión.
Nos dirigimos al aeropuerto y realmente me sorprendió ver como le cambió hasta la mirada con tal de hacer bien su trabajo, hizo que lo tomara del brazo izquierdo, mientras que en el otro llevaba una maleta bastante pesada. Pasamos los filtros como sin nada y subimos al avión, mi asiento estaba justo en la ventana, realmente me sentía muy triste y frustrada por no poder regresar con mi hijo.
¡Mi querido hijo!, él solo era un pequeño de cuatro años y ahora no solo se quedó huérfano de padre si no también de madre, su abuela por otro lado, ¿cómo podría mantenerlo, o trabajar y atenderlo a de manera adecuada?, ella ya era una mujer mayor y la gran parte del tiempo se la pasaba enferma y yo era quien compraba sus medicamentos, pff tantas cosas pasaban por mi mente a medida que el avión sobrevolaba mi ciudad.
Un par de horas pasaron y lo único que podíamos ver era la inmensidad del mar, no voy a mentir, realmente fue el viaje más largo de mi vida pensando en mi hijo, mi madre, mis amigos y mi trabajo, todos esos pensamientos se juntaban en mi cabeza mientras que lo único que quería era salir corriendo, una enorme desesperación me inundaba y hacia que sintiera que me sofocaba, ¡me quería morir!.
|Entrando a territorio Escocés|
— Estamos llegando, prepárate y espero que hayas memorizado todas las respuestas que te di estando en tu ciudad — solo asentí con la cabeza — Sonríe un poco, recuerda que tienes que parecer una esposa amorosa y feliz — me dijo el muy desgraciado, realmente quería hacer un escándalo pero recordé lo que me dijo cuando entramos al aeropuerto de mi ciudad.
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(Recuerdo)
|En el aeropuerto en México|
— Si haces algún movimiento estúpido iremos a visitar a tu querido hijo, ¿cuál era su nombre?, ah sí, Alexander... el pequeño Alexander — afirmó con una mirada casi diabólica y con un tono de voz bastante tétrico.
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|Territorio Escocés|
Cuando bajamos del avión nos interceptaron unos guardias, me imaginé que algo que llevaba la maleta había llamado su atención y que por fin podría hacer algún movimiento para escaparme pero para mí sorpresa lo único que hicieron fue darnos la bienvenida a su país.
Un hombre me pidió que lo acompañará mientras William solo me decía de forma muy amable que nos veríamos en un par de minutos y que les contestará lo que me preguntarán sin ningún problema.
Como él dijo me hicieron casi exactamente las misma preguntas que venían en las hojas que él me dió el día que nos conocimos, lo cual me hizo darme cuenta que esto era solo una formalidad para que nadie sospechara de mi estadía en este país.
Yo estaba muy nerviosa, las manos me sudaban y mis piernas temblaban, cuando creí que ya había pasado todas sus preguntas con éxito llegó el gerente del aeropuerto, se sentó frente a mí y con una mirada muy seria y una voz muy amable comenzó a hablar conmigo.
— Tu nombre es Elisa, ¿cierto? —
— Asi es señor — conteste algo nerviosa.
— Quiero que me expliques como llegó ese hombre que te acompaña a tu vida — me preguntó con una voz muy firme pero con una mira muy benevolente, realmente me causo muchísima confianza, aún así no pude responder su pregunta — Escucha, yo sé quién es él y para quien trabaja y puedo apostar a qué no lo conocías hasta apenas unas cuantas horas, Elisa, saliendo de este aeropuerto y estando en sus manos yo ya no podré ayudarte así que está es tu única oportunidad de salir de este país y regresar al tuyo sana y salva —
Juro que quería gritarle toda la verdad pero la voz no me llegaba y el solo hecho de recordar que ellos sabían dónde encontrar a mi hijo y a mi madre hacían que mi corazón y mi cerebro trabajarán a un ritmo tan desorganizado que lo único que pude decir fue.
— No, no puedo — con una voz temblorosa —Ellos saben dónde encontrar a mi familia — estaba al punto del llanto.
— Te entiendo, y es una lastima que te tengan atada de manos — dijo levantándose de la silla.
Se encaminó a la salida pero justo antes de salir, me miro fijamente y continúo.
— Te daré un consejo, gánate su confianza y probablemente sobrevivas. Tengo entendido que le fascina la compañía de mujeres inteligentes y que no tengan miedo de dar su opinión, claro dejando en claro que el dueño de la casa a dónde irás es un hombre narcisista y sin un apice de bondad en su ser, así que espero que seas lo suficientemente suspicaz y elocuente para que logres sobrevivir a él... aún que, tal vez — me miró de arriba a abajo — Tu si tengas la suerte de ganarte su confianza y sobrevivir en esa casa —
— ¿Y por qué está tan seguro de que sobreviviré a él y a su gente? — le pregunté algo escéptica.
— Sólo.... te daré el beneficio de la duda — y se fue no sin antes desearme suerte.
Para cuando llegamos a Escocia ya era domingo por la mañana así que las calles estaban muy tranquilas, de verdad pensé que llegaríamos pronto al lugar final pero aún después de viajar por más de díez horas en el avión, tuvimos que viajar en auto por por un par de horas más hasta alejarnos por completo de la ciudad.
Recuerdo que pasamos por un pequeño poblado, y el semblante que tenía la gente al ver el vehículo en el que viajamos era realmente sorprendente, veían el auto como si una carroza lúgubre estuviera pasando frente a ellos, solo recorrimos varios kilómetros más y entramos a un bosque no sabía si sacado de un cuento de hadas o de una película de terror ya que a dónde quiera que volteaba no había más que sólo árboles enormes y maleza.
El silencio por fin desapareció y William dejó de leer el periódico de la ciudad, eso solo para explicarme un poco de lo que yo estaba a punto de ver.
— Estamos llegando a la mansión Gunn, está casa ha estado aquí por más diez generaciones, y ha sido heredada solo por el hijo varón de la familia, en este caso el señor Phillip Gunn —
Mientras William hablaba, pude recordar ese nombre... Ese era el nombre de aquél sujeto e. El hospital Phillip Gunn.
—El señor Gunn es una persona muy especial y le gusta que su casa siempre esté en silencio y bien ordenada — William continúo sin percatarse de que en mi rostro solo había asombro y pánico —Por lo que está por demás mencionarte que habrá cero tolerancia a cualquier acto de rebeldía de tu parte, ¿quedó claro? — salí de mis pensamientos de forma abrupta para solo asentir ligeramente con la cabeza ante aquella mirada fulminante — Muy bien, tu trabajarás con el médico de la familia, vas a asistirlo en cualquier momento que él te lo solicite, además, serás quien se encargue de hacer los chequeos mensuales de todas las compañeras del señor Gunn—
— ¿Co...compañeras? — ¡WTF!, ¿compañeras?, ciertamente no pude evitar sorprenderme y en mi cabeza solo pensaba en si acaso este señor se sentía el sultán de sultanes. Realmente mis expectativas sobre este "señor" eran bastante bajas, me imaginaba a un hombre narcisista y con un sentido del humor bastante malo como para que no pudiera senturse satisfecho con una sola mujer... y hablando de una sola mujer no pude evitar preguntar — Aún teniendo... — titubie pero aún así continúe — Compañeras, este señor me imagino que tendrá esposa y me supongo que también hijos, ¿no? —
— Imaginas mal, el señor Gunn es viudo y su esposa jamás le pudo dar hijos — me miró extrañado — ¿Por qué estás interesada en saber?, acaso... ¿piensas en ganarte el corazón del señor Gunn? — dijo burlándose de mí.
— ¡No!, yo me voy a limitar a lo que me pidan que haga y si me mantengo más lejos de ese mons... —
Justo antes de terminar de decir esa palabra sentí como sus manos rodeaban mi cuello con una fuerza impresionante mientras que el chófer ni se inmutaba ante aquella escena.
Cuando comencé a sentir que la vida se me iba, por fin me soltó, arregló su corbata, alisó su saco y como si nada hubiese pasado siguió con sus indicaciones mientras yo trataba de incorporarme y dándome cuenta de que tenía que tener mucho cuidado con como me expresaba de la gente que trabajaba ahí pero sobre todo de como lo hacía del dueño de ese... ¿castillo?, tuve que tallar mis ojos para cerciorarme de que lo que veía era real, y sí, ese definitivamente era un castillo, parecía ser sacado de alguna película de época medieval, se veía bastante viejo pero muy bien cuidado, con enormes ventanas de cristal que dejaban entrar la luz natural a las diferentes habitaciones, era extraño, tomando en cuenta que estábamos en Escocia y no en Inglaterra, este lugar también contaba con una gran puerta por la que fácilmente podría pasar un gigante de más de cinco metros de altura, unos jardines preciosos que parecían no tener final.
Desgraciadamente un sentimiento agridulce me inundó al ver tan bello paisaje, como quisiera poder regresar a casa, a mi casa que aún que era pequeña y definitivamente no era igual de bella que ese majestuoso castillo, era mi hogar, un hogar que compartía con mi amado hijo y mi leal madre, esa casa que con tanto esmero nos hizo el padre de Alexander, Alejandro, mi esposo.
— ¡Por fin llegamos! — exclamó William muy emocionado — Ahora, cuando entres saludaras a todos de manera educada y cuando aparezca el señor Gunn no te atrevas a mirarlo fijamente a la cara —
Sí, sí, ya nos dimos cuenta que este protagonista será bastante narcisista y con complejo de superioridad casi casi se sentirá un dios... a lo que sigue.
Nos bajamos del auto y no pude dejar de admirar la inmensidad de ese castillo, me preguntaba si... ¿Así de inmenso sería el poder que ese hombre tenía en este país?, ¿o solo estaría compenzando algo que las mujeres llamaríamos educadamente como "deficiencia física"?, o tal vez solo necesitaba una casa lo suficientemente grande para guardar el ego que se cargaba aquel hombre.
Cualquiera que fuera la respuesta, era hora de entrar.
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Updated 186 Episodes
Comments
patry
muy interesante muy buena hasta ahora
2023-08-01
0
Lety Carrillo
Que estupidez, que un pendejo se sienta con derechos hacia una mujer el pendejo ha de haber nacido de algún animal porque hombre que no respeta a una mujer no se le puede llamar hombre.
2022-08-14
0
Modesta Almaraz Barcena
ojalá y pueda mandarle dinero a su madre e hijo
2021-12-28
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