ÉLITE II: AMOR INMORAL.

—Hola cariño… —Se ríe el italiano. —dime, estás lista para dar un espectáculo. —Vuelve a decir y un hombre, la abofetea, tiene la boca rota y un ojo morado de tantos golpes que ha llevado.

—Sabes… Te vamos a torturar y a violar delante en vivo y directo, luego serás mía y solo mía —Dice el hombre y ella no dice nada, mantiene su cabeza abajo, el cabello cubre su cara.

—De acuerdo no digas nada en un rato, vas a gritar. —El hombre sale y entra el inglés.

—Hola bonita, sabes, me da lástima, verte así, pero nos desafiaste y deben aprender, verás, te van a torturar y a destrozar sí, pero luego te reconstruiré el rostro y serás mi amada esposa. —Se ríe al ver que no da respuesta.

—Ay que buena estás condenada, pero ya te fregaste ni modo. —Dice Francisco y así el último llega y luego de decirle todo lo que le harán se sale. Estos hombres quieren darle a la elite donde más le duele.

En Londres sharpei y el duque están aún inconsciente luego de la operación, ha pasado un día y todo es un caos, ya saben quién la tiene y no se puede emitir un plan de rescate, no se puede ir a salvar a emperatriz como se le advirtió se ha dado por perdida.

Eso es lo que dijo la elite, pero a Nicholas esa orden le vale muy poco, él se encuentra en Londres buscando pistas y la familia de lía se vino también porque de ninguna manera van a perder a su niña.

—Maldición Nicholas, que haces en Londres si la misión falló, regrésate ahora.

—No, padre, no me iré de aquí aún y no pienso discutir. —Dijo y cortó, un día lleva su mujer y la madre de su hijo desaparecida y no aguanta, está que se vuelve loco

—General aún no encontramos nada. —Informa un coronel.

—Malditos imbéciles, son unos inútiles que no sirven para nada, encuentren algo ya. —Grita, molesto.

Las horas pasan y el escuadrón imperial está muy mal.

El líder de los espías llega a Londres junto con la familia de Lía, todos están devastados, lía tiene sus ojos rojos de tanto llorar, Gia abraza a André y entierra su cara en el hoyo de su cuello.

—Mi amor, dime qué no es verdad, mi bebé no está secuestrada, no, mi amor, dime qué no es cierto. —Dice Gia desesperada.

—Tranquila madre, te la voy a traer de vuelta, la tendrás en casa sana y salva. —Promete André, pero hasta el mismo duda de esa promesa.

—Qué demonios sucedió. —Dice Andrew mirando a Nicholas y a los demás.

—Fue un señuelo, jamás estuvieron allí, la emboscaron en la misión que era muy fácil. —Cuenta Nicholas.

—Esto me huele a rata y cuando la encuentre deseará no haber nacido —Grita Lorenzo.

—No tienen ninguna pista. — pregunta el abuelo de Lía materno y todos niegan.

—No abuelo aún nada, hubo dos heridos graves, pero están inconsciente y otras dos más, pero ellas no reconocieron a nadie. —El hombre asiente y Nicholas recibe una llamada.

—Que sucede, de acuerdo en un rato, llegamos. —Contesta y les informa a los demás.

—Debemos ir a la sede de aquí hay una reunión y necesitan a todos los miembros.

Van directo a la sede de la elite, de allí, al llegar a la sala de reuniones, hay una videoconferencia.

En el lugar están todos los que fueron a la misión, aparte en una enorme pantalla hay varias videollamadas en curso.

—Bienvenidos sean todos, aquí estamos por el desafortunado secuestro de la espía lía Harrington alias emperatriz. —Habla el capitán general

—Todo el consejo pidió esta reunión y aunque duele conocen que la elite no puede mover un dedo para buscarla, cuando un espía es secuestrado es dado por perdido, y eso es lo que sucederá. —Todos quieren refutar, pero son las reglas.

—No me parece justo, pero lo aceptamos. —Habla Andrew que es el presidente de Estados unidos y aun con todo y su poder, la elite como tal no pierde buscarla, pero eso no quiere decir que él no lo haga.

—Siguen hablando de estrategias para capturar a esos hombres, pero llevará otra investigación y tiempo. —Nicholas solo quiere salir de allí para ir a buscar a su mujer, pero.

—Un momento me informan que acaban de traer una tablet con una videollamada activa, están interrogando al niño, hay una transmisión en vivo, pero está muy codificada, aunque están tratando de rastrearla —Habla el capitán general.

Quieren tomar la llamada, ya que los verán. —Pregunta el capitán general y la familia de Lía, incluyendo a Thomas, asienten.

Ellos se acomodan para quedar de frente a la otra pantalla, los demás no se dejarán ver pero observarán todo.

Salen cuatro hombres dándoles la cara porque ellos ya saben quienes son.

Un ruso, un inglés, un italiano y un mexicano, el famoso grupo unido de mafiosos.

Los hombres se ríen y comienzan a hablar riéndose.

—Hola estimados idiotas, esta comunicación es para aclarar un punto, y esa es que con nosotros no se juega. —Habla el inglés en tiempo real.

—Tenemos algo que ustedes quieren, a la gran emperatriz, sí que aguanta eh … No se ha quebrado y ha pasado por cada cosa. —Dice el italiano riéndose.

—Qué onda pendejos, aquí les mostraremos quién es más cabrón. —Habla el mexicano.

—Querían atraparnos a nosotros, nos hizo perder mucha plata al liberar a nuestra mercancía y mató a nuestro socio, le toca una lección. —Se ríe el ruso.

—Traigan a la fiera. —Habla el inglés y traen a lía sujetada por ambos brazos mientras sus manos están esposadas al frente.

—Saluda a tu familia principessa —Pide el italiano.

—Habla perra —Dice el mexicano y la golpea, pero ella sigue con su cara abajo y su cabello cubriendo su rostro.

Lía llora desesperada y Nicholas está que parte la pantalla, al igual que toda la familia de Lía, pero mantienen la compostura.

—Levanta tu maldita cara perra y despídete de tu familia, aprovecha eso. —Dijo y ella levantó la cara.

La joven tenía el rostro hinchado y morado, tenía muchos golpes, se veía fatal, su piel clara ya no lo era y sus ojos azules estaban apagados, su cabello desordenado y el dolor en su mirada.

—Solo los miraré, esta vez no levantaré más la mirada, no les daré el gusto a estos idiotas de ver cómo ustedes me ven así. — Habló lía y recibió un jalón de cabello.

—Hijo de perra. —Grito Gino.

—Tranquilo tío, ya que me han dejado despedirme, lo haré. —

—Papá… Te amo… A ti también mamá, saben muy bien que esto me está matando desde los ocho años, le tengo miedo a todo, incluso a esos tres rayos que siempre me asustaban. —Comenzó Lia.

—Aun así moriré orgullosa de haber mandado al otro mundo a muchos degenerados, tíos, los adoro a todos, a ti, tío Tomás, recuerda que siempre seré tu reina, como me has dicho desde los dos años, te amo mucho. —Siguió ella.

—Qué dulce. —Dice uno.

—Ya déjala que se despida, así sufren más. —Habla otro.

—Abuelos, mis hombres adorados no me olviden, ustedes valen por nueve y lo saben —Sigue ella.

—A mi hermano gemelo Enzo, bebé, te adoro, sé que eres mayor por seis minutos, pero igual te amaré mucho.

—Y tu mi hermano menor André, sabes que siempre te veré como aquel pequeño de cinco años que me hacía levantar más de cuatro veces en la noche porque tenías miedo, te amo mucho.

Los amo muchísimo, los adoro mamá, no llores, tú me enseñaste eso, papá eres y siempre serás mi héroe, a todos los llevaré en mi corazón siempre.

Y a ti Nicholas, gracias por estar desde pequeño para mí siete años tenía cuando te conocí, recuerdas, recuerdas la pequeña muñeca que me regalaste, te dije que era cero bonita —Sonríe.

—Sé que la odias, pero recuérdame así como ella mírala a los ojos y me miraras a mí, tómale las manos y te mostrará mi camino, mi Luci será como Yo a ti también te amo— ahora sí, gracias por estos años de felicidad no los miraré más a la cara, no quiero.

Bajo la mirada y ellos se descontrolaron.

—Mi niña hermosa.

—Mi reina aguanta, te encontraremos.

Suéltenla malditos. —Esos y más insultos lanzaban ellos, lía estaba desgarrada.

—Ahora si zorra que empiece la función.

Rompieron su camisa y la tiraron de espaldas, solo quedó en sujetador.

La espalda de ella se veía roja y lastimada.

—Hijos de perra, mírame, los voy a casar y los mataré con mis propias manos, confiesa Nicholas, ver cómo dañan a su diosa lo está matando.

La giran y ella sigue arrodillada con su cabello, cubriendo su cara, los hombres sacan látigos y se ponen uno al lado del otro.

—Voy primero —Dice el inglés y comienza a soltar latigazos uno tras otro, ella grita con los dientes apretados, trata de soportar pero es difícil.

Al llegar al veinte para y cuenta.

—Uno, dos, tres y cuatro… Ah veinticinco cada uno. —Dice y le da cinco más, pero luego se burla al escucharlos gritar y llega a cuarenta.

—Bueno, me toca, a mí no quiero que se desmaye. —Habla el italiano y comienza con sus latigazos, le da treinta, y un hombre le lanza un agua que solo hace que se retuerza.

—hijole ahora sí voy yo. —Habla el mexicano y comienza, también le da treinta latigazos. —Lía ya está gritando, pero no levanta su cara.

—Suéltenla hijos de perra grita André desesperado.

El último le da treinta más y se ríe con cada uno, le grita que es una zorra y que pronto él la llenará con su miembro delante de todos, la angustia de todos es palpable.

—Mira a tus padres printsessa —Dice el ruso, pero no levanta su cara.

—Levanta la cara zorra. —un golpe en su cara deja el mexicano.

—Levántala perra.—Dice el italiano y nada, ella sigue firme.

—Bien, no lo hagas, como no la quieres mostrar así, veremos si derretida si lo haces. —Dice y todos se desesperan a través de la pantalla.

—Nooo, ya déjenla. —Lía sigue sufriendo, pero trata que no la oigan, le arde, le duele, pero ella es una soldado preparada.

—Traigan el ácido —Pide, pero le hacen seña y luego habla el ruso.

—Pronto los llamaremos de nuevo, estén atentos a nuestra llamada. —La llamada se corta y Nicholas sale de la sala como alma que lleva el diablo junto a los demás.