Herencia Silente

Al ver que había sobrevivido el bebé, la mujer debió haberla llevado al orfanato.

Henrick sonrió amargamente.

"Frank".

"Captura a esta mujer, es esencial para el juicio que viene".

Con esas palabras salió del local.

La chica que le gustaba había muerto.

En el carruaje miró a su asistente y al niño que ahora estaba a su lado.

La mujer al ser escoltada miró hacia donde estaba el duque y lo entendió.

El niño había llegado a su padre.

'¿Pero como?'.

La mujer pensó al verlos, el niño miró a la mujer sin expresiones.

Para Yulisa era imposible que el supiera que ella lo había dejado en el orfanato.

¿Cómo fue descubierta?.

Sin embargo, no pudo hacer nada, fue escoltada hacia otro carruaje yendo directamente al palacio imperial.

"Bueno, es como esperaba".

Dijo Henrick a Elena que asintió esperando explicación pero el duque no hablo más.

"Creo que es buen momento para que el joven maestro compré lo necesario para el ducado".

Elena dijo mirando al joven maestro, Henrick asintió mirando también al niño.

Elena estaba acostumbrada al duque.

"Bien".

Henrick asintió empezando a seguir a Elena que iba en la cabeza.

Al estar en el centro de la capital todas las tiendas estaban cerca.

Elena iba decidida para que el niño tuviera lo necesario.

"¿Compras?".

Ryan solo murmuró asustado.

Rara vez compraba cosas y la primera vez que fue de compras con la condesa Eleazar ella se había vuelto loca con la ropa de mujer haciendo que la estadía en esa tienda fuera estresante y larga.

Elena entro en la tienda y dijo.

"El joven maestro del ducado Sak quiere comprar ropa".

"Enseñemos los mejores diseños".

Henrick que iba detrás tenía una expresión de ¿Cómo termine aquí?.

Una vez más recordó al emperador cuando solía ir con su primer hija a comprar.

Compraba prácticamente la tienda solo para que su hija se luciera cada día.

"¿Debo de hacer lo mismo?".

Miró a su hijo pensando que tenía que mimarlo.

"Estos son los diseños de temporadas".

La encargada de la boutique dijo.

"Joven maestro, por favor díganos cuáles son sus colores".

Ryan miraba los trajes y de repente Henrick dijo.

"Compra la tienda, es mejor tener muchos diseños".

Ryan se quedó boquiabierto mientras Elena no sabía que pensaba el duque.

La encargada tenía una sonrisa como si se hubiera ganado la lotería.

"No, yo solo quiero estos".

Ryan fue quien hablo, entro en pánico y fue con los trajes que no era prácticamente llamativos.

Henrick se quedó en silencio para al final asentir.

"Bien, por favor tomemos sus medidas".

La encargada suspiro, la sonrisa en el rostro se había desaparecido.

'¿Esta loco?'.

En la mente de Ryan no entendía a ese hombre.

Elena fue quien hizo el seguimiento del pedido mientras Henrick bostezaba sentado en el sofá.

"Listo".

Elena dijo al duque y este se levantó.

"¿Que fue eso de comprar la tienda?".

Pregunto Elena y Henrick respondió casual.

"Quería darle un regalo".

Ryan abrió los ojos incrédulo.

Elena suspiro y negó con la cabeza.

"Aún faltan varias cosas más".

Una vez en el lugar ella aprovecho para actualizar el vestuario del duque.

Al final regresaron a la mansión del ducado cansados.

"No me gustan las compras".

Henrick se quejo al llegar a la mansión.

Tenía trabajo que hacer aún mientras Ryan solo fue a su habitación a dormir.

"Te veo en la cena, hijo".

Ryan se estremeció mientras vio al duque ir a su despacho.

Hijo.

Una palabra que ha escuchado con diferentes entonación.

Esta vez sonaba agradable.

Para este momento todos en la capital sabían del duque Sak presentando a un niño el cual es su hijo.

......................

Henrick hablo con Elena de la historia de Nayeli y de Yulisa.

"Así que ella murió".

Elena dijo con algo de simpatía hacia Ryan.

"Enviemos una carta al marqués Vicen hablando del tema".

"Es importante que el nos ayude".

Elena empezó a preparase para el próximo juicio.

"También manda un mensaje al condado de Osvaldo Cib, en ese estado es donde conocí a Nayeli ya que la tienda pertenecía ahí".

Elena asintió, era bueno tener el registro de la tienda.

Aunque sentía que tenían el caso ganado, no podía dejar que cualquier cosa suceda.

Henrick tampoco tenía problemas.

A los pocos días después el marqués Vicen envío una carta.

Se había dado a conocer que el hijo del conde Eleazar estaba desaparecido.

Se dice que huyo del condado porque sintió que no era aceptado por su hermano.

La familia está desconsolada.

Piden que su hijo regrese a casa.

Así es lo que estaba escrito del informe del marqués Vicen.

Después pregunta.

"El orfanato considero que la familia del conde era una gran opción de familia".

La familia del conde pertenece comparte sangre lejana de la familia Aban.

Lo último hizo que se quedara mirando su situación.

Hay dos familias que desean ser duques.

Aban es una de esas familias.

Okom es la otra familia.

Las dos familias son quienes tienen la posibilidad de ser duques.

Si la familia Aban se mete no dejarían ir a Ryan.

"No es posible".

Elena pensó lo mismo.

Suspiro.

"Tengo que ver a los emperadores".

Dijo levantándose.

"De acuerdo".

Henrick salió corriendo cuando estaba a punto de anochecer.

Entro al palacio tan rápido que nadie lo noto.

En el palacio de la emperatriz la familia imperial se juntaba para cenar.

La puerta se abrió mientras el emperador suspiraba.

"¿Puedo colgar al duque por interrumpir la cena imperial?".

Pregunto a su esposa pero ella negó.

"¿Que pasa Henrick?".

Pregunto la emperatriz y Henrick tendió la hoja.

"Maestra, no quiero entrar en este caos".

"La guerra de los nobles es como una guerra mediática".

La emperatriz leyó la hoja e hizo una mueca.

"..."

El emperador también leyó la hoja.

"Estarás en medio de un caos, es una lástima".

Al emperador le pareció divertido.

"Oye".

La emperatriz reprendió a su esposo.

"Sería horrible que hagan eso con su hijo, pero Henrick si tengo favoritismo los demás se quejaran, ya ves que hicieron un escándalo cuando te hice duque".

"A esos tipos les gusta hacer todo un drama".